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Pedrosa, José Manuel. Sobre: Autos,
passos e bailinhos: Os Textos dos Bonecos de Santo Aleixo, ed. Christine Zurbach, José Alberto Ferreira y Paula Seixas. Évora:
Casa do Sul-Centro Dramático de Évora (CENDREV)-Centro de Histórica da Arte
da Universidade de Évora, 2007. Culturas Populares. Revista Electrónica 5 (julio-diciembre 2007). http://www.culturaspopulares.org/textos5/notas/pedrosa1.htm ISSN: 1886-5623 |
Autos,
passos e bailinhos: Os Textos dos Bonecos de Santo Aleixo, ed. Christine Zurbach, José Alberto Ferreira y Paula Seixas.
Évora: Casa do Sul-Centro Dramático de Évora (CENDREV)-Centro de Histórica da
Arte da Universidade de Évora, 2007; 315 pp.
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a
historia de los Bonecos de Santo Aleixo (los
“Títeres” o “Marionetas de Santo Aleixo”) se pierde en el pasado brumoso del
que proceden la mayoría de las manifestaciones de la cultura más arraigada y
anónimamente oral y popular. Y se encamina hacia un futuro que no podemos
prever ahora, pero que será, sin duda, algo más luminoso, porque todo parece
indicar que estos muñecos, hermosos, nerviosos, de voz penetrante y saltos
incansables, han logrado agarrarse firmemente a la posteridad, y salvarse del
naufragio que ha ahogado a la mayoría de sus compañeros títeres del mundo,
víctimas de tiempos implacables, de mentalidades demasiado ocupadas con asuntos
de gran importancia, de modos de construir los cánones más prestigiosos de la
cultura —y de la historiografía de la cultura— en los que los
modestos y precarios teatrillos de títeres ambulantes no tenían (o no han
tenido hasta hace muy poco) ninguna cabida.
Tiempos hubo en que los títeres y los titiriteros, nómadas
o sedentarios, debieron formar parte del paisaje visual, sonoro, mental, de
cada pueblo de Portugal, de la península Ibérica, de muchos más lugares del
mundo. Épocas en que los teatrillos debían ser improvisados con toda facilidad
y premura en cualquier plaza o en cualquier barracón, y en que sus
autores-directores-actores-músicos-juglares (que todo eso tenían la obligación
de ser) debían abrir, para los niños y para los adultos de mundos pobres y
duros, pequeñas y fascinantes ventanas a otros mundos, más amables y más llenos
de risas, de ficción. Si pudiesen ser adecuadamente evaluados la presencia y el
papel social de los títeres y de los titiriteros en el mantenimiento del
fenómeno teatral en el mundo (y no solo en la península Ibérica o en Europa), y
en los siglos (no es posible saber cuántos) del pasado, nos sorprendería,
seguramente, el grado de reconocimiento que quedaríamos obligados a
tributarles. En nombre no solo de los estudios sobre el teatro en general y
sobre el teatro popular en particular, en los que tienen (o deberían tener) un
lugar propio y relevante, sino en nombre también de muchísimos de nuestros hoy
olvidados e innominados antepasados, que es muy posible que sólo tuvieran un
teatro delante cuando alguien montó ante sus ojos algún teatro de títeres.
Hoy, el canon de la cultura está en pleno proceso de
cambio, y el teatro de títeres está en pleno proceso de ingresar en ese canon.
Pero es demasiado tarde para muchos títeres y para muchos titiriteros. La
mayoría de ellos han caído en la muerte doble y total que supone haber muerto
ellos y haberse muerto hasta los jirones más frágiles de su memoria. El
patrimonio cultural de nuestros países, de nuestros mundos, ha sufrido, con
ello, una pérdida que nunca podrá ser repuesta.
Pero en algún caso puntual sí se ha llegado a tiempo, y la
prueba la proclaman cada día los Bonecos de Santo Aleixo, salvados casi
milagrosamente de la oscuridad y del olvido por una afortunada cadena de
circunstancias en que la suerte y el esfuerzo jugaron, cada uno su papel: gran
suerte fue que Mestre Talhinhas, el último padre
que tuvieron, el último titiritero auténticamente tradicional de los Bonecos de Santo Aleixo, cruzase cumplidamente la barrera de los
noventa años, y que en su última década y media de vida (a partir de 1979)
encontrase un grupo de actores y de estudiosos del teatro de Évora dispuestos a
escucharle, a aprender de él, a proyectar su labor hacia el futuro; gran
esfuerzo supuso, también, que el viejo maestro y, junto con él, sus más jóvenes
discípulos, convertidos en padrinos protectores de
los bonecos, lograsen recuperar o reconstruir buena
parte de las palabras, las músicas, los bailes, los tonos, los ruidos, las
bromas, los zapatazos, la indumentaria, el repertorio, la iluminación, el olor
a pólvora, los muñecos, el tablado, los telones... El espíritu y la poética del
espectáculo, en definitiva...
Al actor Alexandre Passos, ya fallecido, se debe el impulso
inicial y más perdurable de este inapreciable trabajo de recuperación, casi
arqueológica, de los Bonecos de Santo Aleixo, de su repertorio, de su
filosofía. Él registró y transcribió las palabras y las indicaciones de Mestre
Talhinhas. A los actores del Centro Dramático de Évora que (dirigidos por José
Russo) llevan hoy, sin descanso, el espectáculo por escenarios y festivales del
mundo entero, se debe, básicamente, su ingreso por la puerta grande en el
olimpo (o sea, en el canon) de la cultura teatral de mayor y más internacional
prestigio. Y a Christine Zurbach, profesora de la Universidad de Évora, y a su
magnífico equipo de colaboradores académicos (entre los que se encuentran los
coeditores de este libro, José Alberto Ferreira y Paula Seixas) se debe la
entrada de los Bonecos de Santo Aleixo en el canon académico, en el mundo de
los estudios universitarios. Y, también, por la puerta grande del trabajo bien
hecho, de las jornadas regularmente periódicas de estudio y de reflexión
compartidas con grandes especialistas internaciones, como John McCormick,
historiador irlandés autor de clásicos como The Victorian Marionette
Theatre, como Brunella Erulli, directora de la revista
Puck, y como tantos otros especialistas, de países
diversos, que han sido muchas veces convocados a investigar y a debatir en
Évora sobre el pasado, el presente y el futuro de los Bonecos de Santo Aleixo y
del teatro de títeres en general.
Este libro es el fruto último y el más maduro, en términos
de investigación y de difusión, de toda esta labor colectiva. Ofrece una
crónica minuciosa de cómo se desarrolló toda esta operación de rescate, unas
reflexiones profundas y escrupulosas sobre la poética de este fenómeno teatral,
y luego una edición cuidadísima de los textos que
han logrado ser recuperados del repertorio de los Bonecos de Santo Aleixo. Una
edición que por fuerza ha de resultar incompleta, problemática, fría si la
comparamos con su modelo vivo, porque no es nada fácil poner por escrito y dar
por autorizada una versión en tinta y papel de lo que, en sus fuentes, en su
ejecución, en su poética, es un discurso oral y teatral, sujeto a los
imponderables de cada performance, a los tonos y
giros cambiantes de cada función, a las improvisaciones que, por su propia
norma poética, han de ser introducidas en cada espectáculo, a las preguntas y
diálogos, algunos días inofensivos y otros llenos de ironía y hasta de
sarcasmo, que los bonecos entablan con cada público... Ninguna descripción del carnaval puede
ser comparable con la propia experiencia del carnaval, y esta edición, en
papel, es sólo una fotografía —eso sí, una fotografía que quiere ser fiel y
enamorada— no del espectáculo, pero sí de los aspectos más reducibles a texto,
más susceptibles de reflexión metapoética, de los Bonecos de Santo Aleixo.
Si el
volumen —hermosamente editado, por cierto— hubiese estado acompañado de un DVD
que pusiese al alcance del lector-espectador muestras audiovisuales del
espectáculo, el fruto sería sin duda mucho más redondo, representativo,
pedagógico. Ojalá podamos pronto asomarnos al espectáculo de los Bonecos de
Santo Aleixo a través no sólo de reducciones textualistas y de reflexiones
críticas (y autocríticas), sino también de documentos audiovisuales, porque esa
será la única manera posible de que quien no pueda asistir en directo a una
actuación llegue a apreciar, con verdadera calidad etnográfica, los
ingredientes clave de su poética.
Por el
momento, este volumen ofrece dos interesantísimas revisiones, a cargo de
Alexandre Passos y de Mário Barradas, del proceso de registro y de recuperación
del espectáculo de los Bonecos. Una reflexión metateatral, desde dentro, de sus
valores performativos, a cargo del director y actor de teatro José Russo.
Un estudio de José Manuel Pedrosa sobre sus vínculos y conexiones con la
cuentística de tradición oral en la que hunden sus raíces estos Autos. Una evaluación del
repertorio y de su dimensión teatral a cargo de Christine Zurbach. Una aguda
reflexión de José Alberto Ferreira acerca de las dificultades de convertir la
palabra en texto, de conciliar la variante con la edición. Y, finalmente, un
fino análisis de Paula Seixas acerca de los aspectos dialectales, de los
reflejos de la viva voz hablada, en este repertorio.
A la
edición de los textos, basada en las transcripciones minuciosas que hizo hace
muchos años Alexandre Passos, se añade un minucioso cuadro de las variantes
registradas en la sesiones de grabación que Mestre Talhinhas mantuvo con los
jóvenes actores-manipuladores a quienes alcanzó a transmitir su saber.
En definitiva: tenemos ya una edición modélica —aunque no del todo
cerrada, pues su perfeccionamiento y la investigación siguen adelante— de textos y de estudios de y sobre los Bonecos de Santo Aleixo. El día
en que los investigadores y el público en general puedan acceder a un registro
audiovisual que refleje también el espectáculo, la performance (o, dicho con propiedad, una versión viva
y fiel del espectáculo o de la performance), los
Bonecos de Santo Aleixo podrán ser percibidos, por un público mucho más amplio
y mucho más atento, como un fenómeno estético, social, cultural, más vivo,
enormemente cercano, extraordinariamente deslumbrante. El futuro les hará entonces
la justicia que les negó el pasado.
José Manuel Pedrosa
Universidad de Alcalá (Madrid)