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Díaz
Roig, Mercedes y Margit Frenk. “Lírica antigua y cancionero oral
moderno: en torno a un estudio de Mercedes Díaz Roig y su amistad con Margit
Frenk”. Culturas Populares. Revista Electrónica 5 (julio-diciembre 2007).
http://www.culturaspopulares.org/textos5/articulos/diazroig.htm ISSN: 1886-5623 |
Lírica antigua y cancionero
oral moderno: en torno a un estudio de Mercedes Díaz Roig y a su amistad con
Margit Frenk
Nota
de los Editores. Durante la breve
estancia que realizó en Madrid a mediados del 2007, Margit Frenk puso en
nuestras manos un documento que había permanecido varios años en sus archivos
personales: 48 folios mecanuscritos que contenían un trabajo elaborado por
Mercedes Díaz Roig en 1972, cuando asistió como alumna a su seminario sobre
lírica antigua en El Colegio de México. Con anotaciones manuscritas de la
profesora Frenk, ese trabajo de juventud de quien se convertiría en una de las
mayores especialistas en el romancero nos pareció meritorio de un rescate que
fuera al mismo tiempo un homenaje para Mercedes Díaz Roig. No podía existir
mejor complemento para ese rescate que la nota de Margit Frenk que presentamos
a continuación, la cual fue escrita expresamente para acompañar a ese documento
titulado “Supervivencias en la lírica actual de canciones y coplas recogidas en
Vergel de canciones antiguas”[1].
M |
ercedes Díaz Roig tendría
doce años cuando, en 1942, llegaron a México ella y su madre, junto con tantos
refugiados españoles acogidos por la generosa iniciativa del presidente Lázaro
Cárdenas. Sólo eran ellas dos, Mercedes y su madre; el padre, escritor y
político socialista, murió en el exilio, en Toulouse. Ya en México, la
chiquilla pudo terminar sus estudios de secundaria y bachillerato, gracias a
sucesivas becas, y después tuvo que ponerse a trabajar en una fábrica de
vestidos. Sólo muchos años después, ya casada con Paco Sala (en 1952) y con dos
hijas (Lina y Marisol), pudo realizar, en 1965, su sueño de estudiar literatura
española, primero en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y luego
–porque quería estudiar con "el profesor Margit Frenk"– en el
Colegio de México, al que ingresó en 1971 o 1972.
Ahí la
conocí y ahí, muy pronto, nos hicimos amigas. Era más bien bajita, de
configuración recia, maciza; era, toda ella, españolísima y madrileña a morir.
A su inteligencia unía un maravilloso sentido del humor y a sus dotes de
observadora, un aguzado espíritu crítico. Era un tanto tímida, pero entre amigos
se sentía a sus anchas. Gran enamorada del folclor poético español, hizo
entonces lo que añoraba hacer desde hacía años: ponerse a estudiar el
romancero, al cual dedicó la mayoría de sus investigaciones. Resultó ser una
excelente investigadora. Investigar, eso es lo que le apetecía y a ello entregó
su vida; dar clases, no tanto: por ahí no iba su vocación. Mientras preparaba
su tesis doctoral, y desde años antes de ser nombrada, en 1980, investigadora
del Colegio de México, colaboró en la elaboración del Cancionero folklórico
de México, y ¡vaya que fue una excelente
colaboradora! Después del romancero, la moderna lírica hispánica era su segundo
gran amor; a la relación entre ambos dedicó, precisamente, su tesis doctoral.
Mercedes tenía una memoria extraordinaria y recordaba muchísimas
canciones populares españolas; todavía veo ante mí las gruesas hojas de papel
amarillo, divididas en dos, en las que solía anotarme coplas que de pronto
recordaba, a propósito de lo que fuera. En 1972 participó en mi seminario sobre
Lírica popular antigua y escribió un trabajo memorable sobre supervivencias, en
el folclor español moderno, de canciones que se cantaban en la Edad Media y
hasta el siglo XVII. Era un tema que, entre varios otros, nos unía a ella y a
mí. Y además, ella y yo cantábamos esas canciones. Uno de mis recuerdos más
bonitos son las reuniones que hacíamos en su piso de la ciudad de México y
también en la casita que ellos tenían entre los bosques y muy cerca del lago de
Valle de Bravo, a unas dos horas de la capital. Yo, entonces, tocaba la
guitarra, y nos pasábamos las horas, felices, Mercedes, Paco y yo, junto con
las niñas y con amigos, recordando canciones españolas y, claro, tomando vino
tinto. Ahí florecía la amistad, ahí florecía el cariño que nos teníamos
Mercedes y yo...
Margit Frenk
[1] Sobre el título del trabajo de Mercedes Díaz Roig, Margit Frenk comenta que: “Vergel de canciones antiguas... es el título que yo le puse a una extensa colección de cantarcillos antiguos que José Manuel Blecua padre me pidió para que se publicara en la extinta colección de "Clásicos Planeta". La mandé a Barcelona en 1964, pero nunca fue publicada. El Prólogo fue a dar a mi librito Entre folklore y literatura, publicado y reeditado por el Colmex. Mercedes utilizó la copia que yo tenía del Vergel, el cual no me animé a mandar a otra editorial porque entre tanto ya estaba yo avanzando en el mucho más rico y complejo Corpus.”