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Agndez Garca, Jos Luis. Cuentecillos
espaoles (III). La sabidura de las naciones de
Basts y su influencia en El porqu de los dichos de Iribarren.
Culturas Populares. Revista Electrnica 4
(enero-junio 2007). http://www.culturaspopulares.org/textos4/articulos/agundez2.htm ISSN: 1886-5623 |
Cuentecillos espaoles (III). La
sabidura de las naciones
de Basts
y su influencia en El porqu de los dichos de Iribarren
Jos Luis Agndez Garca
Fundacin Machado (Sevilla)
Vicente Joaqun y Basts (1799-1873) fue un decidido estudioso de las
tradiciones; y lo fue especialmente dentro del campo de la paremiologa, donde
era proverbial su afn por el descubrimiento del origen y la historia de los
dichos y refranes. Quera que se conociesen sus significaciones. Como resultado
de sus desvelos, obtuvo una gran coleccin de refranes que glos con innegable
erudicin, como lo haban hecho en su tiempo Correas, Hernn Nez,
Covarrubias, Mal Lara y dems paremilogos ya clsicos. Entre esas glosas, como
en los precedentes, dispuso una buena porcin de cuentecillos, ancdotas y
dems elementos narrativos mnimos. Su La sabidura de las naciones (1862-1867) fue un buen punto de apoyo para
los paremilogos que le sucedieron; entre ellos uno de los ms populares,
cercano a nuestros das est Iribarren, cuyo El porqu de los dichos (1955) se sigue reeditando regularmente. El
presente trabajo extracta los cuentecillos de La sabidura e intenta descubrir su influyo en El
porqu.
Palabras clave: literatura
siglo XIX, paremiologa, fraseologa, lexicologa, cuento tradicional, adagio,
sentencia, mxima, dicho, proverbio, locucin, refrn.
Vicente Joaqun y Basts
(1799-1873) was a resolute researcher of traditions. Specially interested in
the study of proverbs and sayings, he was eager to find out their starting
point and history. He wanted the meanings of the proverbs to be known by common
people and as a result of his efforts, he collected a great amount of sayings
which he glossed with erudition, immitating specialists such as Correas, Hernn
Nez, Covarrubias, Mal Lara and other classical researchers of proverbs. Among
his comments, he disposed of a great number of short tales, anecdotes and the other
short narrative elements. La sabidura de las naciones (1862-1867) was a
good support for researchers of proverbs to come, such as Iribarren, whose El
porqu de los dichos (1955) is still regularly reissued. This article extracts
the short tales from La sabidura and tries to discover its influence on
El
porqu.
C |
omentbamos,
en un artculo precedente de esta misma revista (2 [2006]) sobre los
cuentecillos de El Averiguador Universal, la importancia del cuento en el discurso, de su valor innegable en
varias disciplinas. El cuento fue tambin sustancia fundamental en la
elaboracin de determinados refraneros glosados. No pudo ser de otra forma
cuando los paremilogos cayeron en la cuenta de que muchos refranes habran
ascendido a tal categora tras convivir un tiempo formando parte de unos
cuentos originales de los que se desprenderan como frmulas aisladas que se
iran desvinculando hasta tomar vida independiente de los relatos. Durante el
perodo en que expresiones y cuentos fuesen coetneos en la mente colectiva,
las frmulas seran condensacin que hiciese expandir en el oyente, en cuestin
de segundos, la totalidad de la fabulacin al ser mencionada. An tenemos un
amplio repertorio de refranes que conservan de forma fresca en nosotros las
referencias al cuento original; pero en otros muchos casos eso no es as.
Quedan muchos refranes por las antologas hurfanos de sus vnculos o con
referencias iniciales inciertas, discutibles o perdidas. Algo es algo,
dijo al ver el hueso el galgo (Ms de 21.000); Algo es algo. Y le echaba un pelo al santo (Ms de
21.000); Algo es algo. Y coma hielo (12.600 refranes); Algo es algo. Y roa una correa el galgo (Todava
10.700); Algo se
pesca! Y llevaba una rana en la cesta (Los 6.666); Ajos majan: bien comern. Dijo el gato: Quiz mal. (12.600 refranes); Despus de los pollos
idos, Tapa el portillo (12.600 refranes)... Podra hacerse una lista
interminable de refranes que hacen referencia clara a algn cuento como la
mnima muestra anterior, enteramente de los diversos refraneros de Rodrguez
Marn, da a entender. En algunos casos, el refrn parece lo suficientemente
elocuente como para dar por supuesto que se trata de un lance anodino; lo que
puede que llevara a los estudiosos a interpretarlo como una simple, elemental
ocurrencia; pero en tal ocasin todo viene a ser conjeturas que pueden fallar,
como demuestra el hecho de que no siempre los investigadores llegan a las
mismas conclusiones ante las mismas formas ni sus explicaciones o relatos
concuerdan; el propio Basts, en la obra que estudiaremos, en el refrn El
Sastre del Campillo, trabajaba de balde y pona el hilo, fundndose en un refrn que parece elocuente, se limita a
interpretar, sin ms: Se referir sin duda esta locucin un sastre (...), el
cual tendria la abnegacion que expresa el adagio, de trabajar de balde y poner
el hilo. Pero nos preguntamos si eso fue todo. Posiblemente, s, pero no es
seguro. Adems de casos no suficientemente esclarecidos, hay otros totalmente
velados en los que la referencia posiblemente seguir perdida para siempre;
incluso es patente que eso ya era as en tiempo de los primeros paremilogos, a
los que se les escaparon los orgenes de cientos de refranes; mas, por fortuna,
muchos otros fueron rescatados del olvido y aparecen plenos en los refraneros
bajo las frmulas que los representaron.
La
sabidura de las naciones de Basts[1],
sobre el que versa el estudio del presente artculo, es un claro ejemplo de
refranero glosado con una buena porcin de cuentos descritos tras las frmulas
de sus refranes. Por desgracia para el folklorista, su principal fuente de
inspiracin es la tradicin escrita, aunque no haya renunciado a la oral. En
ocasiones, cuando explica algn hecho o cuento, utiliza los consabidos cuentan o se dice, y tal vez debamos entender
estos trminos como vinculados a lo contado o dicho en los escritos; pero nos
entusiasma la idea de que esos se dice hagan
mencin exacta a lo que manifiestan literalmente: a que los cuentos a los que
se refieren los hubiese allegado de la pervivencia oral, incluidas las
ancdotas, leyendas o hechos histricos. No puede negarse que todas estas
narraciones tambin se refieren oralmente en determinados crculos, y ms
entonces. Nuestras reservas, en este caso de Basts, nos vienen por la gran
erudicin que ilustr a este paremilogo; nuestras esperanzas, por otro lado,
surgen por su empeo y tesn por resolver el origen de los dichos y refranes,
empeo reconocido por sus coetneos y por el que fue recordado durante tiempo
(le tildar la enciclopedia Espasa de: Rebuscador incansable de modismos y
etimologista consumado), empeo, en fin, que tuvo que llevarle a indagar en
mil formas y lugares, a anotar de conversaciones tanto como a extractar de
libros.
La
preocupacin de Basts en sus prlogos, antes de mostrarnos su trabajo, es
ennoblecer el refrn. Es consciente del origen humilde del mismo; sabe que por
ello puede ser rechazado; se empea en remarcar el aprecio con que fue acogido
por los ms grandes pensadores de la antigedad clsica, y nos presenta el
ejemplo de innegables hombres de letras de nuestra cultura que se dedicaron a
su estudio.
Tiene
muy claro que los refranes caen hasta momentos profundos de la historia del
hombre, que han llegado a nosotros de generacin en generacin completando una
enorme labor pedaggica y normativa, hasta el punto de habrseles llamado la
sabidura de las naciones, y entre nosotros, los EVANGELIOS CHICOS ABREVIADOS,
nos recordar en el prlogo (p. IX). Sobre ese pervivir del pasado, ese origen remoto y annimo incidir
tras una de las denominaciones con que se los conoci: Dbaseles en un
principio los refranes el nombre de retraeres,
que equivale recuerdos (p. XIII).
Nos
repasa las fuentes en que ya brota el refrn recopilado o creado: la literatura
religiosa (Proverbios, Eclesistico [de Jess, hijo de Sirac]...), siete sabios, los druidas (que los
retenan mentalmente, por tenerlos prohibidos), los poetas gnmicos, Pitgoras,
Scrates, Platn, Aristteles (Clereo y Teofrasto, sus discpulos), Plutarco,
proverbios sacerdotales para hablar a los orculos, etc. Y asegura que ya se
conocan en Espaa antes de que se escribiesen.
Seguidamente
explica la labor de los precursores que prepararon el camino hasta l, y afirma
que se limitaban a ir aumentando el nmero de refranes sin comentarlos, lo
cual, evidentemente, no es cierto. Para l en cambio, asegura, su propsito es
averiguar el origen y significado histrico (p. XV) para que se haga un uso
correcto de los mismos, tarea que le parece ms difcil, pero ms conveniente.
En
la serie tercera volver a insistir en la idea de que los refranes son
enseanza de la experiencia colectiva de nuestras generaciones precedentes: De
aqu se saca, que son los refranes, como unos hijos legtimos de la costumbre,
que nos ensean las cosas que nuestros pasados aprobaron. Y sta causa los sabios
no suelen menospreciarlos: antes llganse ellos, como buenos consejeros"
(p. 10, reflejando el Prlogo las cartas en Refranes que escribi Blasco de
Garay, Racionero de la Santa Iglesia en Toledo).
La
cita precedente concluye con la idea a propsito de que el refrn tiene unos
orgenes humildes; pero fue bendecido por los sabios y hombres cultos, como los
que mencionaba anteriormente, que, especialmente en sus pocas de madurez, los
recogan y atesoraban con gran aprecio y veneracin. Ese es el pensamiento
insistente que expondr en el prlogo a la segunda serie (pp. 5-12), donde
publicar las justificaciones del maestro Len (alumno de Hernn Nez) para
dar a la imprenta los refranes que compilara su maestro (1555, aprobados en
Valladolid el 10 de diciembre de 1549), llenos de tanto valor y autoridad. Este
maestro Len, tras hacer relacin de tan gran cantidad de sabios antiguos
empeados en lo mismo, exalta la figura del Comendador, al que llama Fnix de
nuestra edad, que despus de escribir obras de gran doctrina sobre Sneca,
Plinio, Pomponio Mela y otros que no estn impresas, la postre, dio en
escribir estos Refranes.
Expuesta
la tan alta misin y dignidad de los refranes, recurriendo a tan insigne
figura, incluso a textos antiguos, Basts comienza decididamente su misin de
esclarecer el origen de los mismos, y, afortunadamente, tuvo que acudir al
cuento en ocasiones, al suceso, la ancdota, las leyendas tradicionales,
recibidas por va oral o escrita, de cualquier forma, de larga tradicin; todo
ello bajo las correspondientes frmulas, desde el mnimo vocablo, hasta el ms
perfecto refrn, pasando por los proverbios, dichos y dems expresiones o
apelativos que utilicemos.
Continuando
con la idea que nos impuls en el primer artculo, extractaremos los cuentos
hallados en La sabidura. Somos conscientes de que
gran parte de ellos reflejan los de los clsicos griegos y latinos, muy
especialmente Plutarco, pero no podemos renunciar a ellos en este trabajo ms
dado a las tradiciones de la literatura oral, porque son los mismos que
discurrirn a lo largo de la historia de la literatura, los mismos que veamos
en Timoneda, en Santa Cruz despus, en Arguijo y todos cuantos llegaron detrs
influencindose, o no; pues cabe la posibilidad de que saltasen, al menos en
algunos casos, de las letras a la oralidad y al contrario; eso si no tenemos
que remontarnos a unos orgenes primigenios hablados.
Hay
cuentecillos indudablemente folklricos, como el que inserta en el refrn Por un clavo se pierde una
herradura (ATU
774C: La leyenda de la herradura). Entonces este chascarrillo deba de ser tan
conocida que Basts recuerda el cuento: Cuntase tambien cierta ancdota, muy
moral, acerca un trozo de herradura que viajando Jess con san Pedro no quiso
este coger, y que recogi y guard el Seor, etc. Pero no termina de narrarlo,
quizs porque no fuese necesario: todo el mundo lo sabra. Idntico caso es el
del refrn Yo le he conocido ciruelo, cuento perfectamente catalogado y con infinidad de versiones de
tradicin oral y escrita (cf. nuestros Cuentos populares sevillanos, Sevilla, Fundacin Machado, 1999, n 248: San Nicols). Conocidsimo es el del refrn Sacarse un ojo por sacar otro dos (ATU 1331: El envidioso y el codicioso),
del que podramos enumerar infinidad de versiones orales y escritas. Muy
familiares son, por lo dems, otros varios cuentos, como los relatados bajo los
refranes Achica
compadre y llevars la galga; A quien dan, no escoje; Mientras bebo no me doy; Todo se andar; Al freir ser el reir, Al trocar
ser el llorar; Dios te la depare buena; Anda que es chata (sobre este refrn puede consultarse
el esplndido trabajo de Jos Fradejas Lebrero, De un refrn al cine: Le
quitay de la horca como puta, en El cuento folklrico en la literatura y
en la tradicin oral,
ed. de Rafael Beltrn y Marta Haro, pp. 151-185; en el que pueden consultarse
infinidad de versiones reflejadas en la literatura escrita); Este es gallo, etc., en los que no vamos a
detenernos en estudios por no ser propsito de este trabajo.
Junto
a ellos, existe toda una larga serie de ancdotas que, como hemos sealados,
han ido rodando de autor en autor a lo largo de la literatura, en muchos casos
desde unos orgenes clsicos sobradamente claros, como Zapatero
tu zapato; El dinero huele bien salga de donde
saliere o el que aparece en la nota a pie de pgina en
Para los desdichados
se hizo la horca
(cuento que, indiscutiblemente, ha saltado tambin a la tradicin oral), entre
otros muchos. Hay una buena porcin de fbulas que toma directamente de autores
conocidos, como la que refleja en El hombre ambidiestro, espigada de Prncipe. Tambin,
ciertamente, est en Prncipe (fb. CI) la del pelcano que se abre el pecho por los hijos (Amor de pelcano), fbula que tambin recordar Leonardo de Vinci (El pelcano y sus hijuelos), Hartzenbusch (I, 23: El milano y el
pelcano, donde se dice que
es inspirada en Pfeffel), que tambin traduce otra de Lessing sobre el tema (n
XVII: El pelcano). Lope de Vega la incluy en El
piadoso aragons...
Y otro largo nmero de fbulas clebres, como el parto de los montes o Deseando el camello tener
cuernos, perdio las orejas, algunas de los cuales son de una procedencia mucho ms antigua y se
cuentan oralmente como cuentos populares de animales, o se rememoran
ntidamente tras la frmula del refrn.
Tambin
son interesantes algunas ancdotas por su raigambre popular, tal vez basadas en
alguna costumbre, como Pelar la pava o A la luna de
Valencia; en muchos casos de origen discutible.
Hay
algunas ancdotas o relatos que parecen exclusivamente ligados a la historia;
mas dado su carcter narrativo, su relacin con un refrn divulgado de viva voz
y su difusin oral en mbitos concretos, como La carta de Uras en los sermones, o Cortar la
cabeza la Hidra,
til en ambientes ldicos y didcticos, los reflejamos aqu. Es nuestra
intencin recopilar, en estos artculos, insistimos, las relaciones, cuentos,
chascarrillos, ancdotas (muchas eminentemente histricas, tal vez refrendadas
por documentos histricos, son excluidas) y dems creaciones de carcter
narrativo. No todas las narraciones estn igualmente elaboradas y detalladas;
los estudiosos, cindose a los materiales, obviamente, se esmeraron en
pormenorizar cuentos o se limitaron a plantear el esbozo de un argumento; en
cualquier caso se trata de hallar relatos con accin, aunque sea mnima. Esto
excluye todo refrn que se explique con costumbres o usos, como Echar o
meter el montante, por
ejemplo, que debe entenderse porque los maestros de esgrima usaban una especie
de espada larga llamada montante, sin que nos refiera ningn hecho concreto de
ningn maestro de esgrima. Cabe sealar, no obstante, que, pese a nuestro
propsito, los lmites entre las categoras que hemos sealado no son siempre claros,
por lo que podra haberse prescindido de algn refrn y haberse tomado, tal
vez, algn otro ms.
Nuestra
segunda intencin es sealar la importancia de Basts en esa cadena que
eslabona la larga y doble tradicin literaria del cuento y la paremiologa. Por
un lado, como ya hemos sealado, exista toda una literatura escrita (Timoneda,
Santa Cruz...; a veces circulando manuscritamente) entregada a la recopilacin
de cuentecillos con determinados fines para el discurso y el dilogo de
tertulias, encuentros... Cabe decir que ya los ms tempraneros recolectores y
algunos de los ms relevantes, como el propio Timoneda, escriben parte de sus
cuentos como explicacin del por qu se dijo, es decir, estaban haciendo lo
mismo que har Basts (lo cual recordar este l mismo). No es extrao esto en
Timoneda, pues si su pretensin de tener una recopilacin de cuentos para uso
oral en los instantes apropiados estuvo en el origen de la parte ms
distinguida de su obra, bien deba de saber que uno de esos momentos viene
cuando surge el dicho o refrn. El buen conversador tiene el recurso de entrar
en baza con el correspondiente a propsito de ese refrn, continuar con el chascarrillo y
apropiarse de la palabra y protagonismo. En ese sentido, y como puede
observarse, su aportacin es considerable.
Por
otro lado, y principalmente, su vinculacin ms directa est con toda esa serie
de paremilogos que se venan dedicando a glosar refranes. Se diferencia de
algunos de ellos, y en eso s tiene razn, en que el nmero de refranes no le
importa tanto como el esclarecimiento de su origen: quiere que se usen con la
mayor propiedad y con consciencia de la realidad que late tras ellos. Algunos
refranes son verdaderos estudios monogrficos llenos de erudicin literaria e
histrica. En este sentido, su trabajo es muy semejante a Mal Lara, y
especialmente a Covarrubias; con este las semejanzas son mayores pues, por su
afn esclarecedor, no se detiene cuando se le presenta la ocasin de explicar
determinadas palabras, erigindose, por lo tanto, en inesperado lexicgrafo.
Como hemos dicho, no pretende hacer un acopio exhaustivo de refranes, a modo de
diccionario, como tantos precedentes; en este sentido se aleja de Correas,
cuyas glosas son ms escuetas y cuyo volumen de refranes, por otra parte, es
ingente, y ms ligado a la tradicin oral. Como no pretende hacer un
diccionario de sentencias, elude su ordenacin alfabtica o de cualquier otro
tipo, lo que dificulta enormemente la bsqueda de refranes concretos. Aunque no
le faltar razn a su prologuista cuando dice que las ordenaciones alfabticas
no son solucin, pues un mismo refrn puede decirse de mil formas. Basts, por
lo dems, no slo sigue los trabajos de sus anteriores, sino que parte de ellos
transcribiendo opiniones, citas o relatos. Lo mismo harn los que le siguieron
a l, que partirn de los cimientos labrados por los precedentes haciendo
constar el lugar de su fundamento, que muchas veces son garanta de autoridad,
pero otras veces silenciando la autora de las ideas hurtadas.
Tras
l, pues, vendrn inmediatamente otros estudiosos que lo seguirn, como Sbarbi,
Rodrguez Marn, Montoto y los folkloristas de la segunda mitad del s. XIX. Y, superado el horizonte del nuevo
siglo, vendr otra nueva generacin a inspirarse en todos ellos, como Martnez
Kleiser, copilador de recopiladores, Casares, Vicente Vega, Vergara Martn,
pero especialmente Iribarren[2],
cuya obra, con todo mrito, sigue an vigente, y cuyo celebrado y meritorio El
porqu de los dichos
sigue publicndose incesantemente en nuestros das. Por el contrario, y por
desgracia, Basts est oculto tras la nebulosa del tiempo, pese a haber dado un
nuevo impulso a la tradicin de los refraneros glosados: l fue inspiracin
directa y decidida para Iribarren, a quien podramos imaginar extractando todo
cuanto en su predecesor hall apropiado para los lectores de su tiempo, casi un
siglo despus, y tambin lo fue indirectamente, porque Iribarren tambin bebi
en la generacin intermedia que se haba surtido de la fuente de Basts. La
importancia de La sabidura, pues, es de primer orden para Iribarren. Para Jos Mara Romera, en su
estudio de El porqu, las fuentes principales de Iribarren son los diccionarios, como el Vocabulario de Correas, y el Tesoro de Covarrubias (en menor medida los
normativos, como el Diccionario de Autoridades), a lo que aade en importancia los repertorios
paremiolgicos y los diccionarios especializados, as los de Sbarbi y Rodrguez Marn, Vergara
Martn (Diccionario geogrfico-popular, de 1923), Gela Iturriaga (Refranero del
mar, de 1944) o
Vicente Vega (Diccionario ilustrado de frases clebres y citas literarias, de 1952). Luego agrega: Son
muchas las obras miscelneas y pintorescas de todo gnero empleadas
ocasionalmente para un modismo o ancdota, entre las que Iribarren no establece
por lo general otras diferencias que las de su oportunidad para este o aquel
dicho. Y contina, eso s, mencionando aqu a Basts: Muy aprovechadas por l
son las de Joaqun Basts (Memorndum anual y perpetuo, y sobre todo La Sabidura de
las Naciones). Por
nuestra parte, no tenemos duda de que la utilizacin de la obra de Basts no es
de forma ocasional, sino primordial. Como veremos, lo menciona sobre un
centenar de veces, y casi otras tantas lo copia textualmente, y sin citar; tal
vez porque, en algn caso, sea consciente de que Basts est usando textos
anteriores. Y no es slo que utilice textos o fragmentos que estn en Basts,
es que, incluso, en la eleccin de algunas expresiones mnimas parece seguir el
rastro de las escogidas por l, como Comer de mogolln, Sudar el hopo, Aqu fue Troya, El de marras o Dimes y diretes, por ejemplo. Es coincidencia, incluso,
que escoja vocablos como mequetrefe, perilln o bicoca y los explique en trminos semejantes? Si las
coincidencias fuesen escasas, podramos justificarlas, tal vez podran
desecharse una a una, mas no las abrumadoras coincidencia en general. No supone
esto que Basts fuese su nica fuente de inspiracin, o la primordial, sino que
fue de primer orden y que la explor por completo recogiendo cuanto le fue de
utilidad para sus coetneos. Iribarren utiliza a Basts como Basts haba
utilizado a Covarrubias, por ejemplo. A veces para recordar sus ideas, en
ocasiones para contrastarlas. Nada que reprochar por revivir sus ideas.
Nuestra
intencin es reconocer el mrito que Basts debe disfrutar dentro de la
paremiologa, identificarlo con uno de los eslabones ms slidos dentro de la
tradicin de estas obras. Desde igo de Mendoza, si no queremos remontarnos a
la cultura occidental anterior, hasta Iribarren, cada uno de los estudiosos ha
sido figura valiosa, pues cada uno ha aportado nuevas frmulas para inventariar
y esclarecer las expresiones que utilizamos actualmente como fruto de la
experiencia de la sabidura popular, cada uno es importante, y Basts
fundamental: debe formar parte del reducido grupo digno de tenerse en cuenta en
esta materia.
No
es nuestro inters hacer un estudio exhaustivo de las coincidencias entre
Basts e Iribarren, que requerira mayor dedicacin pues, tanto uno como otro
huyen de todo tipo de ordenacin alfabtica, lo cual, como sealamos, no es
ayuda definitiva, pero podra facilitar la tarea. Para mayor complicacin, los
textos no siempre concuerdan con los refranes. A veces una expresin
independiente en uno le cuadra mejor dentro de un refrn general al otro.
Comenzaremos
el presente trabajo con un primer apartado de refranes en el que Iribarren cita
a Basts, junto a alguna anotacin de lo que representa ste en dicho refrn.
En este apartado, la frmula del refrn sealada en estos textos coincide con
la de Iribarren (obviamente, no es as en los refranes glosados con relatos,
donde las frmulas son las propias de Basts). La primera mencin a Basts
refleja en cada caso la cita que hace el navarro, a la que agregamos una
segunda donde especificamos el nmero del refrn, pues Iribarren ha preferido
citar nicamente la pgina exacta del texto (salvo en algn caso en que cita
por el nmero de refrn) que ha tomado de su predecesor (en alguna ocasin
erradamente; nosotros damos los nmeros de la pgina que ocupa todo el refrn);
cuando la frmula difiere notablemente, solemos exponer tambin la de Basts.
Como el Memorndum
de Basts es citado en escasas ocasiones por Iribarren, comparado con La
sabidura, siempre
que se omite la obra objeto de copia, se referir a esta ltima, as como a El Porqu, si nos referimos a Iribarren. En
un segundo apartado, exponemos aquellos refranes de los que Iribarren ha
copiado clarsimamente a Basts, o las semejanzas son muy grandes. Finalmente,
extractamos los cuentecillos de La sabidura, algunos de los cuales son retomados por
Iribarren, lo cual hacemos constar.
Aun
cuando proclamemos a Basts como uno de los principales modelos de Iribarren,
es justo reconocer que no todo le fue tomado para ser ampliado o sintetizado,
incluso a veces es rebatido. En cuanto al reflejo, no es igual en todas las
expresiones: a veces toma unas lneas, a veces fragmentos enteros, en ocasiones
copia de memoria; vase, por ejemplo, cmo explica cada uno la expresin Como una guitarra en un entierro, en la que
Iribarren no menciona a Basts ni a ningn otro precedente:
Es decir, una cosa inoportuna, fuera de lugar, un
despropsito.
Este
modismo es antiqusimo, como que en el Cap. XXII, v. 6, del libro del
Eclesistico se lee ya: Un discurso fuera de tiempo viene ser como la msica
en un duelo funeral. Musica in luctu importuna narratio, etc.
Como anillo de oro en hocico de cerda.
Comparacin
oriental para espresar la inoportunidad de alguna cosa. Es tomada de los
Proverbios de Salomon, Cap. XI, v. 22. La belleza en una mujer fatua, es como
sortija de oro en el hocico de un cerdo.
Crculus aureus
in naribus suis, mulier pulcra et fatua.
Los italianos para espresar la inoportunidad
de una cosa se valen de un modismo especial. Dicen que la cosa est all: Comme
Pilato nel Credo. (Basts, I,
277; p. 318-319)
Comparacin
popular para expresar que una cosa es inoportuna, fuera de lugar, un
despropsito.
Es
un modismo antiqusimo, como que, con parecida expresin, aparece en el
captulo 22, vers. 6 del Eclesiasts, donde se lee: Un discurso fuera de tiempo viene a
ser como la msica en un duelo o funeral. (Musica in luctu importuna
narratio, etc.).
Idntico
significado tiene la comparacin oriental Como anillo en hocico de cerda, que est tomada de los Proverbios de Salomn (cap. 11, vers. 22): La belleza
de una mujer fatua es como sortija de oro en el hocico de un cerdo.
Los
italianos dicen Comme Pilato nel Credo. (Iribarren,
p. 182a)
No
son raros los casos en que la referencia de un refrn o sentencia es tan
evidente que no cabe sino acudir ineludiblemente a fuentes bblicas o
litrgicas, por ejemplo, para su explicacin. Basts hizo un gran trabajo en
este apartado, por lo que el impulso de pensar que aqu tambin se convirti
Basts en gua nos tienta. El lugar para acudir a la explicacin de la
sentencia est a la vista y es evidente, pero no lo es tanto la coincidencia en
la eleccin de tales sentencias y con bastante asiduidad; como, por ejemplo,
Muchos son los llamados y pocos los escogidos, donde tanto Iribarren (p. 322b) como
Basts (III, 182; p. 297) se limitan a enviarnos a la cita bblica,
evidentemente.
Es
patente, en suma, que Iribarren copia a Basts ms de lo que proclama. Difcil
es calcular cunto exactamente, ni es relevante. No parece justo, pues, que l
mismo quiera proclamar, airear, que Basts ha copiado a Covarrubias algn
fragmento sin advertirlo. En La ley del embudo y la ley del encaje, extracta unos textos de Basts (III, p. 54) [III, 11; pp. 53-54: en La
ley permite veces lo que prohibe el honor] y
seguidamente desvela: Esto escribe Basts (La Sabidura de las Naciones, 3. serie, pg. 54), repitiendo, aun cuando no la cita, la
explicacin de Covarrubias, que en su Tesoro de la Lengua Castellana (1611), dijo en la palabra encaxar: La ley del encaje:. (Iribarren, pp. 167b-168a)
REFRANES
EN QUE IRIBARREN MENCIONA A BASTS.-
REFRANES
EN QUE POSIBLEMENTE UTILIZA, SIN MENCIONAR, A BASTS COMO FUENTE.-
CUENTECILLOS
EN QUE IRIBARREN COPIA A BASTS, O IMITA:
Cada
uno sabe donde le aprieta el zapato.
Un
patricio romano tena una esposa jven, bella, rica y honrada, y sin embargo la
repudi.
Como
este divorcio no parecia fundado en ningun motivo razonable, sus amigos se lo
reprobaron, pero el marido les contest con el siguiente aplogo.
Veis
mi calzado, les dijo, mostrndoles el pi revestido
con una rica solea. Habeis vosotros visto otro mejor trabajado, ni mas
elegante? Sin embargo:
YO SE EN DONDE ME LASTIMA EL PI.
De
aqu suponen que se form el proverbio () (Basts, La sabidura, I, 2, p. 35) (Iribarren, El porqu, p.
85b, lo cita y transcribe literalmente.)
Quien
mucho abarca poco aprieta.
()
Habase erigido Buffon aun viviendo una esttua, al pi de la cual se puso la
siguiente inscripcin latina: Naturam amplectitur omnen: Abraza toda la naturaleza. Y un
hombre chistoso aadi continuacin: Quien mucho abarca poco aprieta; lo que habiendo llegado noticia
de Buffon fue bastante para que pidiese se suprimieran el elogio y la crtica.
(Basts: La sabidura, I, 3;
p. 37) (Iribarren, El porqu, p. 302a, cita y transcribe.)
Come
para vivir, no vivas para comer.
() Come poco,
cena ms poco: es refran que se halla ya en la
coleccin de Nez, y que D. Quijote aconseja Sancho le tenga presente cuando
est mandando en la nsula Barataria. () (Basts, La sabidura, I, 14, pp. 51-55) (Iribarren, El porqu,
p. 324a: Come poco y cena ms poco. Recoge esta
cita nica de la gran cantidad de aportaciones de Basts al tema.)
Fate
en la vrgen y no corras.
Adagio que espresa que despues de tener f y confianza en los santos,
debemos trabajar y coadyuvar al buen xito de nuestras pretensiones.
Parece
que tom origen de un imprudente torero que entregado la confianza celestial,
se comprometia los mayores peligros, sin tomar precaucin alguna para
evitarlos, y que un dia vino el toro y cogindole entre los cuernos, despus de
estarle zarandeando bien por ellos, le tir contra los de la luna, cayendo
luego muy mal parado en medio del redondel; y que entonces el pblico
recordando sus imprudencias, le grit: Fate en la Vrgen y no corras. (Basts, La
sabidura, I, 42;
pp. 81-82; en el refrn A quien madruga Dios le ayuda.-Aydate y Dios te ayudar) (Iribarren, El porqu, pp. 92b-93a: Fate de la Virgen
y no corras;
transcribe la ancdota con alteraciones mnimas y agrega algn comentario.)
A
la luna de Valencia.
Quedar
la luna de Valencia ()
Otros
quieren que venga el refran del chasco que se llev cierto individuo que hubo
de pasar horas de la noche esperando intilmente en su zagun patio
descubierto de una casa, que en Valencia se llama tambin luna. (Basts, La
sabidura, I, 76;
pp. 119-120) (Iribarren, El porqu, pp. 58b- 59a: Quedarse a la luna de
Valencia; cita y
transcribe.)
Deseando el camello tener
cuernos, perdio las orejas.
Alusin una fbula que se cuenta
de este animal.
Antiqusimo refran, del que se hace
ya mencion en el poema del Conde Fernan Gonzalez y tiene relacion con una
costumbre no menos antigua () (Basts, La sabidura, I, 78; pp. 121-122; en el refrn Ir
por lana y volver trasquilado) [Recurdese la versin de Esopo: EL CAMELLO QUE QUISO TENER
CUERNOS: Un camello,
que vio a un toro orgulloso de sus cuernos, tuvo envidia de l y quiso llegar a
tener unos iguales. Por eso, se present ante Zeus a pedir que le concediera
cuernos. Entonces, Zeus indignado contra l porque no le bastaba el tamao de
su cuerpo y su fuerza, sino que todava ansiaba ms, no solo no le otorg los
cuernos, sino que incluso le quit parte de las orejas () (Esopo, Fbulas, tr. P. Bdenas de la Pea, Madrid,
Gredos, 2000, n 117)] (Iribarren, p. 18, tambin alude al poema de Fernn
Gonzlez en el refrn Ir por lana...)
Como
la justicia de Peralvillo, que despus de asaeteado al hombre, le fulminan el
proceso.
Aplcase
este refran un tribunal autoridad cuando obra precipitadamente.
Este
antiguo proverbio espaol se form con motivo de la asombrosa actividad con que
procedia el tribunal de la Santa Hermandad contra
los delincuentes de su jurisdiccion, asaetndolos en Peralvillo, pueblo
inmediato Ciudad Real, camino de Toledo, luego de justificado sumariamente el
delito cometido en despoblado.
Quevedo
llam Peralvillo de las bolsas, en la Fortuna
con seso, al estudio de un abogado ignorante y
embrolln, porque en el bufete de aquel letrado daban fin las bolsas de los
pleiteantes, como en Peralvillo daban fin los ladrones y malhechores. (Basts, La sabidura, I, 96; pp. 138-139) (Iribarren, El
porqu, pp.
211b-212a. Seala
los Diccionarios
de Vergara Martn y Sbarbi como fuente de extraccin; pero el mismo texto
estaba en Basts, al que no menciona.)
El
bigote al ojo y sin cuarto.
() El nombre bigote le formaron nuestros
abuelos viendo y oyendo que un aleman retorcindose el pelo del labio superior
esclamaba: bey Gott, vive Dios. Otros le dan un
origen ingls de by-God, que tambien significa vive
Dios. Esta es la opinion de Camden.
()
Cuntase de D. Juan de Castro, almirante y virey de las Indias portuguesas,
cuyos bigotes son clebres en su biografia, el hecho siguiente:
Mandando
este virey en la India en 1645, los infieles sitiaron la ciudad de Diu, plaza
importante que poseian los portugueses. Para hacer levantar el sitio era
menester equipar una flota, pero faltaban los fondos necesarios. En este apuro,
qu hizo el portugus Castro? Se hizo cortar uno de sus bigotes y le envi en
garantia los negociantes de Goa, por la suma de doscientos millones de reis
que les pedia prestados.
La
grandeza de alma del portugus era conocida, la suma por consiguiente fue
prestada, el sitio levantado y el bigote honestamente retirado () (Basts, La sabidura, I, 108; pp. 151-152) (Iribarren, pp. 272b-273a: Bigote. Cita y
transcribe a Basts.)
Que
Dios guarde.
() En una nota puesta por el clebre orientalista francs Savary su
traduccin del Alcoran, precedida de un compendio de la vida de Mahoma, dice;
que habiendo pedido algunos cristianos al Profeta la historia de los Siete
durmientes, contestles: Maana os la contar: y como hubiese olvidado aadir, si Dios quiere, fue reprendido Mahoma; y entonces cuenta que Al le revel esta
mxima que continu en su libro lectura por excelencia llamado el Corn
Alcoran: No digas jams har tal cosa, sin aadir, si Dios quiere. (Basts, La
sabidura, I, 124;
pp. 166-167) (Iribarren, p. 144: Si Dios Quiere. Identifica los comentarios de Basts en el Memorndum, I, p. 921.)
Vale
mas tarde que nunca.
Dcese
que el orgen de este refran viene de que siendo de mucha edad el filsofo
Digenes se propuso aprender msica, y habindole dicho uno de sus amigos, Iam
senex discis, esto es, ya eres viejo para aprender; el
filsofo le contest: Praestantius sero doctum esse, quam nunquam; es decir, vale mas ser instruido docto tarde que nunca. () (Basts, La sabidura, I, 153; p. 193) (Iribarren, El
porqu, p. 303a: Ms
vale tarde que nunca,
cita y extracta el mismo texto de Basts, Memorndum, I, p. 558.)
Todas
las cosas son difciles antes de ser fciles.
Se atribuye esta especie de proverbio Cristbal Coln, cuando algunos
de los envidiosos de su gloria trataban de rebajar el mrito del descubrimiento
del Nuevo Mundo.
Con
este motivo cuntase que estando comiendo un dia con varios de aquellos
detractores, tom uno de los huevos pasado por agua que acababan de servir la
mesa y les propuso si se empeaba alguno en hacerle tener derecho por la punta.
Todos lo ensayaron varias veces, mas ninguno lo consigui, y entonces tomando
otra vez Cristbal Colon el huevo les dijo: Seores, no creo que la cosa sea
tan difcil como parece, y dando un golpecito sobre la
mesa con la punta del huevo y aplastndole un poco consigui que se mantuviese
derecho.
Oh!!! Esclamaron todos, esta es la cosa mas fcil del mundo.
Es
verdad, repuso Cristbal Colon, todas las cosas son
difciles antes de ser fciles.
Convengamos,
sin embargo, continu Coln, en que pesar de su sencillez y facilidad no
habeis dado en ello, y que yo solo he sido el que ha soltado la dificultad. Lo
mismo sucedi pues con el descubrimiento del Nuevo Mundo. Todo lo que es
natural parece fcil, cuando una vez se ha conocido encontrado. La dificultad
est en ser el inventor, el primero en conocerlo y en demostrarlo.
Esta
ancdota atribuida Cristbal Colon, que muchos creen apcrifa, se contaba ya
de Brunelleschi, clebre arquitecto florentino, anterior de muchos aos
Colon. (Basts, La
sabidura, I, 189;
pp. 226-227) (Iribarren [El porqu, pp. 214b-215a: El huevo de Coln], que no menciona a Basts,
sentencia tras contar la relacin con otras palabras: Esta ancdota de Coln,
que muchos creen apcrifa, se contaba de Brunelleschi, el clebre arquitecto florentino,
anterior en muchos aos al inmortal genovs.)
Reunir las cuatro SSSS de los
enamorados.
Estas cuatro eses son las iniciales
de sabio, solo, solicito y secreto.
Este dicho proverbial lo esplic
Luis Barahona en las Lgrimas de Anglica, de este modo:
Ciego
ha de ser el fiel enamorado ()
(Basts, La sabidura, I, 210; pp. 250-251) (Iribarren, El
porqu, pp.
340b-341a. No lo menciona, pero es indudablemente su inspirador.)
Ah
me las dn todas.
He aqu como cuentan el orgen de este refran modismo que usamos
cuando nos hablan de una cosa que nos es del todo indiferente, de desgracias
sobre cosa persona que no nos toca, estn bien empleadas en el sugeto sobre
que recaen.
Puso
un antiguo Alcalde mayor un auto de prision contra un bergante, y dile al
alguacil para su ejecucion. Fue el ministro de justicia prenderle, mas al
echarle mano le sacudi el pillastre una terrible guantada, dicindole al mismo
tiempo: toma, para el juez que te envia.
Volvise
corriendo el alguacil amostazado, y presentndose al Alcalde mayor con la mano
en el carrillo y bufando de coraje: Seor, le dijo, ahora mismo acaban de
dar su seora una bofetada. –A m! pregunt la autoridad,
estraando la noticia. –S seor, no lo dude V.S., replic el corchete,
en este momento acaban de pegar su seora una tremenda bofetada en esta mi
cara. –En tu cara dices? –S, seor, en mi cara, –Oh!
Entonces, contest el Alcalde con mucha sorna:
Ah
me las dn todas. (Basts, La sabidura, I, 269; pp. 309-310) (Iribarren, El
porqu, p. 90.
Transcribe de Basts, junto a variantes de otros autores.)
Hablar ad-efesios.
() Hubo en Efeso un ciudadano
virtuoso llamado Hermodoro, que habiendo excitado por su brillante posicion
social la envidia de muchos de sus conciudadanos, resolvieron condenarle al
Ostracismo destierro: y en efecto, fue inicuamente obligado tener que
abandonar su patria por un determinado nmero de aos.
En medio del desrden que rein en
este acto tumultuario, intentaron varias veces Hermodoro y sus amigos hacer oir
su voz y demostrar al pueblo de Efeso su inculpabilidad inocencia, mas nunca
pudieron conseguir que diesen oido sus disculpas, ni se atendieran sus
justificaciones, de donde naci el proverbio,
Hablad ad-efesios,
cuando no se hace caso de nuestras palabras
observaciones. (Basts, La sabidura, II, 22; pp. 66-67) (Iribarren, 16b-17b: hablar ad ephesios. Adefesio. Transcribe la versin de Basts,
permitindose algunas modificaciones, pero sealando la fuente exacta.)
Nadie diga de esta agua yo no
beber.
() Es una alusion la aventura de
un borracho, que jurando sin cesar que no beberia agua de una fuente, se ahog
ltimamente en su pilon.
Esta ancdota se lee en Ariosto.
Come veleno e
sangue viperino,
Lacqua fuggia,
quanto fuggir si puote.
Or quivi muore, e
quel che piu annoia
El sentir che nell
acqua sene muoia.
Huia del agua como de un veneno,
como de la sangre de una vbora; sin embargo muri, y su mayor sentimiento fue
morir en el agua. () (Basts, La sabidura, II, 32; pp. 77-80, en el refrn Hoy
para m, maana para t) (Iribarren, El porqu, pp. 311b-312a: Nadie diga De esta agua no beber. Cita y copia a Basts.)
T lo quisiste, fraile mosten,
T lo quisiste, t te lo ten.
() Mosten Mostense es sinnimo de Premostratense, religioso de la rden de Cannigos
regulares, fundada por San Norberto en 1120; lo que tal vez supondria que la
aplicacion de dar echar una peluca principiaria tendria lugar con alguno
que desearia entrar en esta rden, y el cual, por su desordenada conducta, dio
lugar que le echaran y al hacerlo le dijeran:
T lo quisiste, fraile mosten,
T lo quisiste, t te lo ten. (Basts, La sabidura, II, 35; pp. 83-84) (Iribarren, El
porqu, p. 322a.
Transcribe de Basts.)
Como los desposados de
Hornachuelos.
() En este pueblo de Estremadura
los padres de un mozo y de una jven trataron de casarlos y otorgronse el uno
al otro antes que se viesen. Pero como ambos a dos eran feos y abominables,
cuando los carearon para darse las manos, ni el uno ni el otro quisieron
hacerlo.
Al final, para dar contento sus
padres, se casaron, pero qued el refrn: Los novios de Hornachuelos: l llora por no llevarla y ella
por no ir con l. (Basts, La
sabidura, II, 71;
p. 126) (Iribarren, El porqu, p, 206a: transcribe la versin de Mal Lara y la presente.)
Cantar la palinodia.
() Se remonta su orgen al tiempo
del poeta Stecicore, de Himera en Sicilia, quien, habiendo compuesto una stira
picante contra Helena, hizo despues un elogio de su hermosura, de su virtud y
de su fidelidad Menelao.
Pausanias refiere este hecho del
modo siguiente:
Habiendo perdido el poeta Stecicore
la vista en castigo de los versos mordaces que habia escrito contra Helena, no
la recobr hasta despues de haber retractado sus calumnias, con una nueva
composicion contraria la primera, la que se llam despues palinodia, voz griega que equivale la
latina recantatio;
es decir, canto en el que se deshace se desdice lo cantado anteriormente. (Basts, La
sabidura, II, 92;
pp. 151-152) (Iribarren, El porqu, p. 35a: relata la ancdota de Stecicore, pero
no la transcribe literalmente.)
Andar a caza de grillos.
() El Comendador Griego pone este
refran en la forma siguiente:
Cuando la zorra anda caza de
grillos, no hay para ella, ni para sus hijos.
Una fbula de la zorra dice que un
dia fu caza de grillos, y cuando pensaba que le tenia debajo de s, sonaba
en otra parte y con esto anduvo perdida toda una noche, hasta que de cansada y
corrida lo dej y dio ocasin al proverbio.
Tambin se dice: Andar grillos. (Basts, La sabidura, II, 124; p. 214) (Iribarren, El
porqu, p. 67a.
Refleja la misma cita que Basts, pero esta vez sigue a Covarrubias
directamente.)
Las
verdades de Pero Grullo, una Perogrullada.
[Seala
algunas, entre ellas, varias de Quevedo en la Visita de los chistes, y concluye:] Aaden que hay una profeca suya en Asturias, de que ha
de venir por el rio una avenida de oro y toneles de vino de Rivadavia; y que
por estar prevenidos para la pesca, los paisanos de Pero Grullo andan siempre
descalzos. (Basts, La
sabidura, II, 158,
pp. 278-279) (Iribarren,
pp. 161b-162b: Las verdades de Perogrullo. Tambin seala las de Quevedo y el agregado final, de La pcara
Justina.)
El
papel todo lo admite.
()
El conde de Segur refiere en sus Memorias una
ancdota que tiene alguna relacion con la materia.
Diderot,
quien Catalina de Rusia habia llamado cerca de s para que la ilustrara en
las reformas que deseaba hacer en su imperio, le aconsejaba grandes
innovaciones que la Emperatriz no siempre habia realizado.
Un
dia el filsofo manifest S. M. I. su sorpresa con cierto resentimiento, y la
Emperatriz le contest:
Tenga
presente Mr. Diderot la diferente posicion en que en el plan de reforma que
hemos emprendido nos encontramos. Vos, sabio ilustrado filsofo, espresais
con toda estension y sin dificultad alguna vuestros grandes pensamientos,
porque trabajais sobre papel, materia unida y compacta que todo lo admite sin
resistirse ni presentar obstculos ni vuestra imaginacion ni vuestra pluma;
mientras que yo, pobre emperatriz, tengo que trabajar sobre la piel humana que,
como vos sabeis, es muy irritable y quisquillosa. (Basts, La sabidura, III, 13, p. 57) (Iribarren, El
porqu, 322b: El
papel todo lo aguanta.
La coincidencia es total, pero no revela la fuente.)
Un
quid pro quod.
() Atribyese el orgen de esta
expresion una receta de un mdico ignorante distraido, en la que pidi un QUI por un QUO, y dio lugar con esta equivocacion
al envenenamiento del enfermo; bien la ignorancia de un farmecutico, que
al despachar la receta tomara un QUI por un QUO, y causara la misma desgracia.
De
aqu vino el dicho proverbial que aun se usa veces:
Dios
me libre de quids pro quos de boticarios y de etcteras de notarios. () (Basts, La sabidura, III, 51, pp. 118-120) (Iribarren,
p. 24, cita y transcribe literalmente.)
Herrar
o quitar el banco.
() Dcese que tuvo su orgen este
refran de un herrador que como tal se le permiti colocar en la calle el potro,
banco y dems armatostes del oficio, y que luego no le ejercia, perjudicando al
pblico sin proporcionarle ninguna utilidad, por lo que los vecinos se
empearon en que herrara quitara el banco.
Conocemos
una linda poesa del seor Breton de los Herreros que tiene por ttulo tema:
Herrar quitar el banco.
Cuntase
que viendo herrar su caballo el mariscal de Sajonia, dijo al herrador que tenia
malas herraduras, y para probar su aserto cogi una y la dobl con sus nervudos
dedos, como si fuera de estao.
El
herrador se encogi de hombros y call, pero cuando el mariscal le pag le
dijo: No es mejor vuestra moneda seor, que mis herraduras segn veo, porque
mirad, y agarrando los escudos los fue torciendo de la misma manera que el
mariscal habia torcido su herradura. (Basts, La sabidura, III, 54, pp. 123-124) (Iribarren, El
porqu, p. 93b, cita y transcribe literalmente.)
La cola del perro de Alcibiades.
Este clebre general ateniense tenia
un hermoso perro que le habia costado sesenta minas, y un dia se le autoj (sic) cortarle la cola, que era su mas
bello adorno.
Sus amigos reprobaron esta accion,
dicindole que todo el mundo la condenaba y se ocupaba de ella.
Pues esto era precisamente lo que
me habia propuesto y deseaba, contestles riendo Alcibiades, porque mientras se
entretendrn esos gaznpiros con este hecho, me dejarn lo menos en paz, y no
se metern en averiguar otras acciones mias.
() Zopiro se mutil la nariz y las
orejas para distraer la atencin de los babilonios excitando su piedad,
mientras que trabajaba en secreto para la prdida de la ciudad, cuyas puertas
abri por fin Dario su general () (Basts, La sabidura, III, 77, pp. 164-167, en el refrn No
quiero perro con cencerro) (Iribarren, p. 359a: El perro de Alcibades, no menciona a Basts, sino a
Vicente Vega, pero es la misma versin que la de Basts.)
Tornarse el sueo del perro.
Cambiar un gozo por un quebranto, un
bien imaginario por un mal efectivo y real.
Dicen que tuvo su orgen de un perro
que soaba que comia un pedazo de carne y daba muchas dentelladas y algunos
aullidos sordos de contento. Cuando el amo vindole de esta manera tom un palo
y le sacudi de firme hasta que despert y se hall el perro sin bocado y
apaleado. (Basts, La sabidura, III, 77, pp. 164-167, en el refrn No quiero perro con cencerro) (Iribarren, El porqu, p. 143a: Tornarse [o volverse]
el sueo del perro.
Aunque no menciona a Basts, debi leerlo; extracta una versin casi idntica a
la suya, aunque con algunas variantes. Tal vez no lo mencione por apoyarse en
la versin de Covarrubias directamente)
La f del carbonero
Se llama as la f sencilla y franca
que tiene el hombre ingenuo que cree sin discutir.
Dicen que vino este proverbio del
cuento siguiente que se lee en las Memorias de Trevoux:
Habia un carbonero exclusiva y
constantemente ocupado en su oficio quien parece que el diablo habia tomado
por cuenta. Un dia disfrazado de doctor de la Sorbona, le emprendi de frente y
preguntle qu era lo que l creia acerca la f de Jesucristo, y el buen hombre
contestle: —Yo creo todo lo que cree la Iglesia.
Entonces
el diablo apremindole de nuevo le dijo: Y bien, qu es lo que cree la
Iglesia? lo cual el carbonero contest dejando
confundido y patitieso al maligno espritu: —Ella cree todo lo que
creo yo. (Basts, La sabidura, III, 155, pp. 273-275, en el
refrn: Hombre sin f. Hombre sin freno) (Iribarren, El porqu, p. 161, cita y transcribe literalmente.)
Las verdades del barquero.
[Tras sugerir el cuentecillo:] Otros
dicen que las verdades del barquero son cuatro y suponen ser las siguientes.
1. Quien
da pan perro ajeno, pierde pan y pierde el perro.
2. El
que no est hecho bragas, las costuras le hacen llagas.
3. El
pan duro, duro; vale mas duro, que ninguno.
4. El
zapato aunque malo, mas vale en el pi que en la mano. (Basts, La sabidura, III, 205, pp. 317-318) (Iribarren,
El porqu, p. 79, menciona este refrn en
Basts, del que extracta un fragmento, sin especificar lugar exacto.)
OTROS
CUENTECILLOS DE BASTS:
Si
es ms rico que coma dos veces,
es una especie de
reto que hace al rico el pobre, cuyo pan grosero est sazonado con un vigoroso
apetito, mientras que todo el lujo de los festines mas refinados no pueden
suplir este atractivo que el rico veces desconoce.
Recurdese
la contestacin de aquel hacendista acosado la hora de comer por un pobre que
le pedia limosna, diciendo que tenia hambre –Cuan feliz es ese
tunante! dice que tiene hambre, y yo no puedo pasar un bocado
En el festin de Trimalcion se lee ya este antiguo proverbio: Tu
beatior es? bis prande, bis caena. Si tu eres mas rico que yo, come y cena pues dos veces. (Basts, La
Sabidura, I, 14, pp. 51-55, en el refrn Come para
vivir, no vivas para comer)
No
debe uno desnudarse, antes de ir meterse en la cama,
esto es, nadie debe desprenderse de sus bienes, mientras pueda gozar de
ellos, ni cederlos hasta que vaya descender al sepulcro; contestacin
significativa que dio un Prncipe su hijo que le apremiaba para que le cediera
sus estados, y mxima muy particularmente recomendada en el Eclesistico () (Basts, La sabidura, I, 16; pp. 55-56; en el refrn Quien
d lo suyo antes de su muerte, que le den con un mazo en la frente)
El
Sastre del Campillo, trabajaba de balde y pona el hilo.
() Se referir sin duda esta locucin un sastre que habria en alguno
de los varios pueblos aldeas que llevan en Espaa el nombre de Campillo, el
cual tendria la abnegacion que expresa el adagio, de trabajar de balde y poner
el hilo (). (Basts, La
sabidura, I, 18;
p. 58)
Al
hombre favorecido de la fortuna, oro le cae naturalmente en la boca.
A
propsito de este ltimo proverbio se cuenta que el Visir Raghib-Pacha, que
brillaba al frente de los poetas turcos del siglo XVIII, se complacia en poner
en prctica este proverbio.
En
una comida que solia dar semanalmente los hombres mas distinguidos en letras
y ciencias, el plato principal de ella era siempre una pirmide de arroz con
manteca, con el cual estaban mezclados muchos granos de oro y plata de buen
tamao.
Cada
comensal tomaba su vez con la cuchara, y de aquel que se encontraba con el
mejor lote, se decia que el oro le habia caido naturalmente en la boca (). (Basts, La sabidura, I, 30; pp. 68-70; en el refrn A
los atrevidos la fortuna les favorece)
Al que mejor administre, no el
bolsillo se registre.
Fu un administrador felicitar
principios de ao nuevo al Cardenal Dubois cuyas rentas manejaba, y esperando
las estrenas aguinaldo que en tales dias suelen darse, su Eminencia le dijo: Amigo,
os cedo por estrenas todo lo que me habeis robado entre aos () (Basts, La sabidura, I, 32; pp. 71-72; en el refrn Administrador
que administra, y enfermo que se enjuaga, algo traga)
Al perezoso le nace pelo en la
palma de la mano.
() Entre los antiguos se usaba esta
expresin como frmula de desafio. Habiendo dicho Crasso un embajador de
Seleucia: Yo te contestar en tu pais, este embajador le repuso con fuerza: Antes
que tu puedas entrar en l, brotar el pelo en la palma de mi mano () (Basts, La sabidura, I, 34; pp. 72-75; en el refrn El
perezoso es siempre menesteroso)
Por
su mal nacieron alas la hormiga,
se aplica, aunque fundado en un error de historia natural, un hombre
de baja esfera habiendo subido alto lugar y no sabindose gobernar, ni
conducir, cay de l afrentsamente. (Basts, La sabidura, I, 34; pp. 72-75; en el refrn El perezoso es siempre menesteroso)
A
Dios rogando y con el mazo dando,
del que hemos
hablado, se atribuye un batidor de oro, que encontrando sus oficiales
tranquilamente rezando, y bajo cuyo pretesto habian suspendido el trabajo de
batir el oro con el mazo, les dijo: Ea, amigos, yo no me opongo a que se
reze en las horas de trabajo, pero todo puede conciliarse:
A
Dios rogando y con el mazo dando () (Basts, La sabidura, I, 42; pp. 81-82; en el refrn A
quien madruga Dios le ayuda.-Aydate y Dios te ayudar)
A quien madruga Dios le ayuda.
-Aydate y Dios te ayudar
() En uno de los paseos que solia dar el Papa Pio VIII por los
alrededores de Roma, vi una via del todo abandonada, y llamando al dueo de
ella le reconvino amistosamente por su indolencia, y el labrador, despues de
escuchar al Padre Santo y prometer cuidarla mejor, le suplic que se dignara
bendecirla.
Lo
har con mucho gusto, dijo Su Santidad, pero no te
olvides de podarla. (Basts, La sabidura, I, 42; pp. 81-82)
El
dinero huele bien salga de donde saliere,
se cree que naci
del hecho histrico siguiente:
Habiendo
impuesto el emperador Vespasiano una contribucin sobre las letrinas, contra la
opinion de su hijo Tito, cuando le trajeron el primer dinero tom una moneda, y
acercndola la nariz al Prncipe le pregunt: Huele acaso mal? lo que dio lugar al proverbio de que nos ocupamos, del cual Juvenal se
sirvi para la Sat. 14, v. 204.
Luci bonus est odor ex re
Qualibet. (Basts, La sabidura, I, 46; pp. 85-87; en el refrn Quien
tiene argen, tiene todo bien)
[Desgraciado
de l si no es cierto].
()
El dinero es un buen servidor, pero mal amo seor, proverbio atribuido al
canciller Baion ()
Es
menester poder decir del dinero lo que el filsofo Aristipo de una bella
cortesana: Yo poseo Laia, sin que ella me posea m.
Un
proverbio antiguo aconseja no tocar ni manosear el dinero de otro porque como
en l se observa, el mas hombre de bien no aade jams un cuarto la suma
existente.
El
dinero se hizo redondo para que pudiera correr, segn mxima de los hombres
prdigos y generosos.
Pero
tambin se hizo plano, aaden con prontitud los avaros y econmicos, para poder
ser empaquetado y guardarse.
Cierto
personaje que habia mandado en nuestras Amricas en la alta clase de Virey de
una de aquellas regiones, estaba en Madrid tiempo habia encausado, cuando un
dia pregunt el Rey uno de sus ministros, qu habia dado lugar aquel
procedimiento; y habindole dicho que porque se le suponia que habia dilapidado
doscientos mil duros durante su mandato, el rey contest: Desgraciado de l
si no es cierto. (Basts, La sabidura, I, 46; pp. 85-87; en el refrn Quien
tiene argen, tiene todo bien)
Achica
compadre y llevars la galga.
()
Dicen que tuvo orgen este refran de un cazador que fue pedir la galga de un
amigo para ir matar una liebre, que, l decia, era tan grande como un becerro.
Si
tan grande es la liebre, mi galga no servir, le manifest el dueo de ella.
Yo
te dir, repuso el
cazador, materialmente como un cerro no, pero como una cabra, lo menos.
Tampoco
servir la perra, por consiguiente: ACHICA COMPADRE Y LLEVARS LA GALGA; y as sucesivamente fue achicando el volumen de la libre, hasta que
qued del tamao de las comunes, y entonces LLEV LA GALGA. (Basts, La sabidura, I, 47, pp. 88-89)
Es
un Sicofanta.
() Cuntase que habiendo servido una vez ricos higos de la Atica en la
mesa de Jerxes, este monarca pregunt que de donde eran, y habindole
contestado que de Atenas, mand quitarlos de delante jurando no volver
comerlos hasta que fuese dueo de las higueras que los producian. (Basts, La sabidura, I, 58; pp. 100-101)
Fianzas
pocas y con discrecin.
() Si quereis saber el valor del dinero,
dice otro proverbio, prestadle. Entonces vereis que
la plata se paga peso de oro, sin duda por lo que cuesta reembolsarlo. (Basts, La sabidura, I, 60; pp. 102-103)
A
quien dan, no escoje.
He aqu el origen de este refran.
Viendo uno que traia en el rostro una tremenda cuchillada que le desfiguraba
del todo, y dicindole otro Pero hombre, cmo demonios le han dado V. ese tajo en tan mala parte? Contest el herido: Compadre,
quien dan no escoje, y qued en proverbio (Basts, La sabidura, I, 75, pp. 118-119: en el refrn Vale mas dar que recibir)
Escribe
antes que des, y recibe antes que escribas.
() De aqu los italianos tienen un refrn que dice:
Piensa
mucho, habla poco, escribe menos.
Un clebre Prelado queriendo demostrar la necesidad de tomar
precauciones antes de escribir recordaba que: Jesus solo una vez escribi en
su vida, y aun esta, aadia el buen prelado, lo
hizo sobre el polvo en la arena, fin de que el viento borrase o se llevase
la escritura. (Basts, La sabidura, I, 67; pp. 109-110)
es peligros, sin tomar precauciondo coadyuvar al buen a. y esperando las
estrenas le habia caido naturalmente en la b
Ua
de gato y cara hbito de beato.
()
Una supersticion muy comun entre varios pueblos suponia que el hbito de mentir
producia unas pequeas manchas en las uas, lo que se llamaba tener las uas
floridas, o llenas de mentiras, considerados como
otras tantas de ellas.
Esta
supersticion existia tambien entre los romanos, y Horacio hace mencion de ella
en la Oda 9 del lib. II, en la que habla de la ua sealada de Barina.
Habindose
caprichosamente enemistado un trovador provenzal llamado Guillermo de Balaou,
con la dama quien l servia, Guillerma de Jauviac, y deseando luego anudar
sus interrumpidas relaciones, exigile ella que se cortara la ua del dedo mas
larga y se la presentara; porque como era muy hbil tocador de instrumentos de
cuerda, y sirvindose precisamente de ella para lucir su habilidad, quiso con esta
exigencia cerciorarse de la sinceridad de la reconciliacin de su amante,
castigando al mismo tiempo su volubilidad inconstancia; todo lo que se
sujet gustoso para conquistar el amor perdido de su dama. (Basts, La sabidura, I, 87; pp. 130-131)
Zapatero
tu zapato.
Refrn con el que advertimos que cada uno se est en los lmites de su
profesin, que no hable sino de lo que entienda.
He
aqu su origen:
Deseando
el clebre pintor griego Apeles, hijo de Pitio, natural segn unos de Cos Colofonia,
y segn otros de Efeso, perfeccionare mas y mas en su arte, acostumbraba
exponer al pblico sus pinturas, y escondido detrs, escuchaba para
aprovecharse, las crticas que de ellas se hacian.
Un
dia manifestando un zapatero que faltaba algun requisito la sandalia de uno
de los personajes del cuadro, se aprovech de aquella observacin Apeles, y al
dia siguiente present ya su cuadro con la enmienda indicada.
Mas
el zapatero, envanecido por el resultado de su observacin, quiso pasar
criticar otras partes del cuadro que nada tenian que ver con su oficio; cuando
saliendo de pronto Apeles le dijo:
Ne
sutor ultra crepidam:
Zapatero
tu zapato;
que ha pasado
proverbio, para indicar que cada uno debe atenerse hablar de su arte, sin
entrometerse, ni ascender cosas agenas superiores del suyo.
Dedicbase
Apeles con todo esmero su noble profesion, que no dejaba pasar dia sin
pintar, lo que dio lugar al otro proverbio:
Nulla
dies sine lnea.
Merced tanta aplicacin, hizo progresos extraordinarios en su arte, y
lleg superar luego Pamfilo su maestro, y todos los dems pintores
griegos.
Alejandro
tenia tan alta idea de la habilidad de Apeles, que segn el testimonio de
Plinio, no quiso ser pintado retratado por ningun otro pintor.
Luis
XV dio un dia al pintor Latour, que estaba haciendo su retrato, una leccion tan
oportuna como fuerte y en un sentido anlogo al del primer proverbio.
Ocupndose
el artista del retrato del Rey, sostenia con el monarca una conversacion
familiar sobre poltica que el rey tenia la bondad de permitirle, pero
naturalmente indiscreto el pintor lleg su temeridad al estremo de esclamar: Pero
seor, en ltimo resultado no tenemos marina; y el
monarca por toda contestacin le dijo: y Vernet?
Aludiendo
los paisajes martimos marinas ejecutadas por el clebre pintor Vernet.
Bien
sabido es tambien el consejo que daba Voltaire su peluquero que habia
compuesto una tragedia y se la dedic.
Maestro
Andrs, le deca, haced peluca; nada mas que peluca. (Basts, La
sabidura, I, 91;
pp. 134-135)
Estar
bajo la espada de Damocles.
Cuando una persona est amenazada de un peligro inminente, suele
decirse que est bajo la espada de Damocles. H aqu el origen de esta
locucin.
Damocles
era uno de los cortesanos aduladores de Dionisio de Siracusa, llamado el
Tirano. En todas ocasiones celebraba sus riquezas, su magnificencia y sobre
todo su felicidad. Dionisio le invit cierto dia un esplndido convite, en el
que fue obsequiado y servido como un prncipe. Mas lo mejor de la fiesta
levanta los ojos Damocles, y ve con asombro que sobre su cabeza colgaba del
techo una espada desnuda, solo sostenida por una cerda de caballo. Horrorizado
del peligro en que se encontraba, pidi permiso para retirarse, mas no lo hizo
sin conocer por medio de aquella ingeniosa alegoria, que la existencia de un
tirano no era tan feliz como l un dia habia creido (). (Basts, La sabidura, I, 93; pp. 136-137)
Gato
con botas no coje ratones.
Hemos oido asegurar que cierto general de marina (Q.E.P.D.) siempre que
veia sus oficiales luciendo ajustados guantes, les encajaba esta especie de
proverbio, cuyo orgen desconocemos, bien que su significado no necesita
esplicaciones ()
Haber
perdido sus guantes ()
El
historiador ingls Cambden -1559- dice que la reina Elisabet de Inglaterra
prendada de Roberto de Evreux conde de Essex, le regal uno de sus guantes para
que le llevara en su sombrero; favor que no dispens ningun otro de los
muchos prncipes que por ella suspiraban, todos los cuales no impidieron que
reinara y muriera vrgen como espresa el epitafio latino que ella mand poner
sobre su tumba:
Hic
sita est Elisabeth quae virgo regavit, virgo obiit (...).
(Basts, La
sabidura, I, 98;
pp. 139-140)
Acabara
como el rosario de la Aurora.
Modismo
del cual nos servimos en lenguaje familiar para expresar que una cosa acabar
mal.
Y
es con alusion cierto choque que hubo entre los que acompaaban al rosario
que en muchos pueblos, particularmente de Andaluca, se canta y anda por las calles
los domingos al asomar la aurora. Y en tanto se cree que concluy mal aquella
querella, que el refran termina con decir que Acab a farolazos.
Otros
dicen:
Acabar
como el rosario de Espera,
pueblo de Andaluca
en la provincia de Cdiz, dicesis de Sevilla, en donde suponen pas la
vidriosa escena de los farolazos. (Basts, La sabidura, I, 101; p. 146)
El
ojo del amo engorda el caballo.
() Plutarco cita el proverbio: El ojo del amo engorda al caballo en el Cap. 27, del tratado acerca: Como deben alimentarse los nios, y supone que fue la contestacion que dio un palafrenero quien le
preguntaron, que era lo que engordaba mas un caballo. (Basts, La sabidura, I, 111; p. 154)
No
es pobre el que tiene poco, sino el que desea mucho.
() Es una gran dicha, decia uno un
filsofo, tener lo que se desea. Y este le replic:
Mayor es la dicha todava no desear mas de lo que se tiene. () (Basts, La
sabidura, I, 114;
p. 157)
Artero,
artero, mas non buen caballero.
Tuvo su orgen este refran de las palabras que dijo el conde Don
Manrique de Lara al tiempo de morir de las heridas que recibi de Ferran Ruiz
de Castro en la batalla de Huete. Aludia la astucia de que habia usado su
contrario, poniendo sus armas un escudero, quien mat el conde en la
batalla, creyendo que era Ferran Ruiz de Castro; y como este qued vivo, y el
conde desprevenido, dio Ferran Ruiz sobre l cuando mas descuidado estaba y le
hiri de muerte, y al morir dijo:
Artero,
artero, mas non buen caballero. (Basts, La sabidura, I, 118; pp. 160-161)
Es
la corte pesan vaca?
Modismo que se usa y aplica preguntando cuando se junta en un punto
mucha gente, sin gran motivo fundamento.
Tuvo
su orgen de las aldeas, en donde cuando matan un buey, que como es cosa que
raras veces acontece, todos acuden comprar carne y se junta mucha gente con
motivo de pesar vender vaca, como dice el modismo. (Basts, La sabidura, I, 123; p. 165)
Hombre
de calzas atacadas.
() Ambrosio de Salazar, citado por Pellicer, habla de uno quien,
estando en visita con las calzas henchidas de salvado, se le vaciaron por un
agujero que hizo un clavo de la silla, con mucha risa de los circunstantes ()
(Basts, La
sabidura, I, 137;
pp. 178-180)
Mientras
bebo no me doy.
Es decir interin me ocupo entretengo con la bebida con otra cosa,
dejo de azotarme de trabajar.
Esta
especie de proverbio, que es muy comn entre los holgazanes, se lee en la
ingeniosa comedia del festivo poeta dramtico D. Agustn Moreto titulado: El
lego del Crmen.
Criticando
sin duda con mucha razn y motivo, los abusos que en su tiempo se habian
introducido y se cometian entre los voluntarios disciplinantes de Semana Santa
dice.
Un hombre se iba azotando,
Por
la calle iba corriendo,
Y
en cuanta taberna hallaba
Hacia
estacion y estaba
Un
cuarto de hora bebiendo.
Djole
uno, mirad que hoy
Beber
tanto es desvaro,
Y
l respondio: —Seor mio,
MIENTRAS
BEBO NO ME DOY.
(Basts, La sabidura, I, 138; p. 180)
Pasar
de Zapatillas a Chapines.
() Con motivo de haber usado las mujeres un calzado tan alto se cuenta
la siguiente patraa: A fin de evitar que las mujeres anduviesen mucho tiempo
y fuesen callejeras, dicen que se las persuadi que usasen los chapines, con
los cuales adquiririan mayor talla y se igualarian los hombres, lo que
pronto se convinieron, pero que estos se los hicieron de palo y muy pesados
para que andaran (sic) con dificultad. Mas que
ellas lo eludieron hacindolos ahuecar primero y luego mandndolos fabricar de
una materia ligera como el corcho, que no les impedia andar con soltura y
gallardia, burlando de esta manera la intencion de los hombres. () (Basts, La sabidura, I, 144; pp. 185-186)
Mas
vale ser cabeza de Raton que cola de Leon.
Es preferible ser uno dueo de su casa el primero de una corporacion
por humilde reducida que sea, que el ltimo de otra agena por brillo que
tenga.
Parece
que tom orgen este proverbio, despues de la razon natural en que se apoya, de
una ancdota que cuenta Julio Csar.
Dirigindose
este caudillo Espaa, de cuyas legiones acababa de ser nombrado Cuestor, al
pasar por los Alpes y ver sobre el camino un pueblo infelicsimo, algunos de
los generales de su comitiva dijeron que no era posible que en aquel villoro
hubiese objeto, ni materia para la ambicin. A lo que Csar les contest en
tono muy formal: Yo preferiria sin embargo ser el primero en ese pueblo, que
el segundo de Roma () (Basts, La sabidura, I, 145; pp. 186-187)
Quien
ha buen vecino, ha buen matino.
() Plutarco en la vida de Temstocles refiere que teniendo que vender
este cierta posesion, advirti al pregonero, que proclamara hiciera conocer
los compradores que tenia muy buenos vecinos () (Basts, La sabidura, I, 146; pp. 187-188)
Amicus
Plato, sed magis amica veritas.
() Instado Pericles por un amigo
para que jurra en falso su favor, contestle que como amigo le serviria en
todo cuanto pudiese; pero que la amistad no debia exceder tampoco los lmites
de la obligacin sagrada que nos impone el deber y la religin. Esto es, que
contra con l y con su amistad en un todo, usque ad aras, hasta el ara el altar, pero
respetando sin mancillar este la religin.
Cuntase
que Francisco I de Francia instado en 1534, por Enrique VIII de Inglaterra para
que se separara de la Iglesia romana, como l acababa de hacer, le contest: Je
suis votre ami, mais jusqu aux autels. (Basts, La sabidura, I, 148; pp. 189-190)
Todo
se andar.
Es decir nada quedar por ver, nada se olvidar, ni omitir, todo se
recorrer, etc.
Dicen
que tuvo su origen esta locucin de un azotado, que dndole el verdugo siempre
sobre una misma espalda se lo indic por el dao que le hacia, y que el
ministro de justicia vapuleando le contest: No tengas cuidado hermano, que,
TODO SE ANDAR.
(Basts, La sabidura, I, 151; p. 191)
Estar
entre Scila y Caribdis.
()
El padre Kirquer dice que un buzo muy hbil de la ciudad de Catania en Sicilia,
llamado Pesce Col Pez Nicolao, se zambull en Caribdis para satisfacer la
curiosidad de Federico rey de Npoles, de donde sali los tres cuartos de
hora llevando en la mano una copa de oro que el rey habia mandado arrojar al
abismo. Federico, no contento con esta peligrosa prueba y con las noticias que
le dio Nicolao del interior de aquel antro, le inst que se sumergiese otra
vez, y animado de sus ofrecimientos se arroj de nuevo, pero fue para no volver
salir jams de aquel abismo. (Basts, La sabidura, I, 156; pp. 195-197)
Como
la juda de Zaragoza, que ceg llorando duelos agenos.
Esta juda de Zaragoza seria una de aquellas mujeres que con los
nombres de endechaderas plaideras, se alquilaban para seguir llorando detrs de los entierros.
De
aqu es que hay otro refrn que se lee ya en la coleccin del Comendador griego
que dice:
Tu no mi hermano,
tu no mi primo,
llrote por medio
celemin de trigo.
Se
hace mencion de estas lloronas de oficio, desde la mas remota antigedad. () (Basts, La sabidura, I, 160; pp. 199-201)
Disputa
sobre la punta de un alfiler, de una espada.
Lo mismo que ocupase con calor inters de una cosa insignificante,
que no vale la pena.
Los
griegos tenian un proverbio parecido:
Disputar
acerca la sombra de un asno.
Este
proverbio se fundaba sobre una historia que Demstenes cont unos jueces que
no le escuchaban mientras estaba defendiendo la vida de un ateniense; y con
cuyo ardid consigui llamar la atencin de los magistrados.
Un
joven, les dijo, haba alquilado un asno para ir de Atenas Megara. Cerca del
medioda, el sol abrasaba, sin encontrarse una insignificante sombra donde
guarecerse. Qu hace el viajero? Se apea de su asno, se sienta en el suelo, y
encuentra un alivio su sombra.
El
dueo de la cabalgadura que le acompaaba decia, que aquel sitio no le
pertenecia, y lo probaba esponiendo que si bien habia alquilado el asno, pero
no la sombra.
El
joven se empeaba en que habiendo alquilado el asno, se entendia que habia
alquilado tambien su sombra, y que por consiguiente podia y queria disfrutar de
ella. La disputa fue tomando creces, de las palabras pasaron las obras y como
con estos dos modos de argumentacion nada adelantaron, convinieron en que el
negocio se llevase los tribunales
Aqu
llegaba Demstenes, cuando habiendo conseguido llamar la atencion de los jueces
que se mostraron ansiosos de saber el resultado de este ridculo litigio,
suspendi la narracion del fingido aplogo, y apostrofando los jueces les
hizo conocer cuan mal obraban fijando toda su atencion en la disputa de la
sombra del asno, mientras desoian la grave cuestion de la vida de un hombre que
l defendia.
Los
latinos tenian tambien su respectivo proverbio y decian: Rixari de lana
caprina, tomado de dos imbciles que promovieron una
acalorada disputa para determinar si el carnero llevaba lana o pelo. Espresion
que se lee en el siguiente verso de Horacio.
Alter
rixatur de lana caprina.
Los alemanes llaman estas cuestiones: disputar acerca la barba del emperador, es decir, del color de la barba, y esto fue de resultas de unos lances que ocurrieron en tiempo del emperador Federico Barbarroja acerca de si su barba era roja rubia. (Basts, La sabidura, I, 167; pp. 205-206)
jero? Se apea de su asno, se sienta en el suelo, y encuentra un alivio
se; y con cuyo ardid consigui
El
secreto de Anchuelos.
()
San Cirilo en sus aplogos morales encargaba hablando del secreto que se
confiara: O uno, ninguno.
Preguntado
Ganganelli –Clemente XIV– si tenia confianza en sus secretarios,
contest: —Mucho confio en su discrecin, aunque son tres –y ense
los tres dedos de su mano derecha con los cuales se toma la pluma; es decir que
las cosas de importancia no se valia de nadie sino de s mismo. (Basts, La sabidura, I, 168; p. 207)
La familiaridad engendra desprecio.
() Cuando uno se familiariza mucho con sus
inferiores, deja de ser tratado con el respeto que le es debido.
() Parece como si los dos hubisemos
comido en un mismo plato.
Una vida de Santa Elisabet, reina de Ungria,
celebrando la caridad de esta Santa por los pobres, dice, que los hacia comer
en su mismo plato.
Este uso bueno malo, aade el mismo Legrand
dAussy, se conserv por mucho tiempo en Francia, y ha subsistido en parte en aquella
crte hasta el tiempo de Luis XIV.
El rey, dice la condesa de Montpensier en
sus Memorias tomo IV, no
metia mano en un plato, sin pedir antes permiso al que en l comia, y mandaba
que se siguiera comiendo con l. Como yo estaba acostumbrada, continua la
duquesa, mirar al rey con gran respeto, me sorprendia esta familiaridad, y
estuve mucho tiempo sin poder acomodarme ella, hasta que ltimamente viendo
que los otros lo practicaban, y que la reina misma me dijo un dia que el rey no
era amigo de cumplimientos, y que deseaba se comiera tambien en su plato, me
determin hacerlo. (Basts, La sabidura, I, 172; pp. 209-211)
Volver
las ollas de Egipto.
() Es tomado este refrn del captulo XVI del Exodo, libro escrito por Moiss, y que contiene la salida de los hijos de
Israel de Egipto.
Murmurando
en el desierto los israelitas por las privaciones que tenian que sufrir despus
de haber salido de Egipto, dijeron Moiss y Aaron sus caudillos: Ojal
hubiramos muerto manos del Seor en Egipto, cuando estbamos sentados junto
las calderas olla llenas de carne y comamos pan cuando queramos. () (Basts, La sabidura, I, 175; p. 212)
El
hbito no hace al monje.
() Por la catadura se conoce al hombre.
()
San Ambrosio dice que: El rostro es un tcito intrprete del corazon: y lo mismo sucede con la manera de vestir, de andar, de reir, etc.
Es
notable el hecho del mismo Santo, que rehus admitir en el clero un jven,
solo por haberle notado un gesto poco decente, y otro por su manera chocante
de andar: y el desastrado fin de ambos, prob que no se habia equivocado. (Basts, La sabidura, I, 178; pp. 214-218)
El
nmero de los tontos abunda mucho
Fndase
sin duda en lo que dice San Jernimo en uno de los comentarios Isaas.
Nullus
tam imperitus scriptor est, qui lectores non inventa similem sui. Por imbcil
que sea un autor, siempre encuentra un lector que se le parece.
... Boileau termina el primer canto de su
Arte potica diciendo: Un tonto encuentra siempre otro tonto mayor que le
admira
El
mariscal de Grammot no podia comprender que Dios amase los tontos
Un tonto, segn Franklin, tiene siempre bastante talento para ser malvado. (Basts, La sabidura, I, 180; pp. 218-220) [Ciertamente,
el presente refrn no est glosado con ninguna ancdota o cuentecillo, mas es
un ejemplo de mximas o pensamientos que solan incluirse en la poca en los
libros miscelneos concebidos para divertir. Valga como ejemplo. Entre los
cuentos de Rafael Boira, se incluan pensamientos, uno de ellos manifestaba:
Deca un filsofo:
—Dios
ama todas sus criaturas, pero cuesta trabajo el convencerse de que ame los
necios. (El libro de los cuentos, Madrid, 1862, I, pp. 142-143)]
Nudo
gordiano.
Lo mismo que dificultad indisoluble, negocio cuestion imposible
dificilsima de resolver. He aqu el orgen histrico y etimolgico del Nudo
Gordiano.
Combatidos
entre s los frigios por los partidos que dilaceraban su patria, consultaron al
Orculo para saber el modo como dar cabo aquellos males; y la contestacin
fue, que las desgracias no cesarian mientras no eligiesen un rey.
Preguntaron
de nuevo quien habian de elegir; y el Orculo contest, que al primero que
encontrasen que se dirigiese al templo de Jpiter montado en un carro.
Apenas
salieron del templo, cuando encontraron un labriego llamado Gordius que habiendo madrugado iba al templo con su carreta y sus bueyes
encomendarse Jpiter, antes de empezar su tarea, y en el instante le
proclamaron rey; y Gordius, en memoria de este
suceso, consagr a Jpiter el carro en que iba montado.
El
nudo con que estaba atado el yugo la lanza,
estaba hecho con tal artificio, que no podia descubrirse ninguno de los dos
cabos, y este es el clebre nudo conocido en la
antigedad con el nombre de Nudo gordiano.
Se cuenta que mas adelante el Orculo declar que aquel que lo
desatase, tendria el imperio del Asia. Y cuando Alejandro en su expedicin
contra Daro pas por la ciudad del Gordium,
antigua residencia del rey Midas, hijo de Gordiano,
quiso ver el carro clebre por el nudo, creyendo que se reservaba para l la
promesa del Orculo. Examinle detenidamente, y despus de haber intentado en
vano desatarlo, como los dems que anteriormente lo habian tanteado, temiendo
que sus soldados sacasen de esto algun mal agero, no importa, dijo, si no le desato, le cortar:
tanto monta cortarlo como desatarlo, todo es deshacerlo, y tirando de su espada le cort por el medio, con lo que se eludi
cumpli en parte el Orculo; oraculi sortem, vel elusit vel implevit, que dice Quinto Curcio.
De
aqu tomaron los reyes de Espaa la empresa acuada en almoneda con un yugo
cortadas las coyundas y la letra: tanto monta. (Basts, La sabidura, I, 184; pp. 222-223)
Hombre
ambidiestro.
() En un aplogo linda fbula del Seor Prncipe, titulada La
mano derecha y la izquierda, se demuestra porque no
todos somos ambidiestros, es decir porque no podemos servirnos de la mano
izquierda como de la derecha. Con motivo pregunta esta aquella.
Dirasme por Belzeb
En qu demonios consista
En que, siendo yo tan lista
Seas torpe siempre t?
—Mi aptitud, dijo
la Izquierda
Siempre la tuya ha igualada;
Pero a ti te han educado,
Y m me han criado lerda.
De qu me sirve tener
Aptitud para mi oficio,
Si no tengo el ejercicio
Que la hace desenvolver?
La Izquierda tuvo razn,
Porque, lectores, no es cuento:
De qu os servir el talento,
Si os falta la educacin?
(Basts, La sabidura, I, 186; pp. 224-225 [La fbula
inicia el libro de Fbulas de Agustn Prncipe I, 1])
Hable
Burgos, que Toledo har lo que yo le mande.
(...) Est tomado este modismo de lo que pas en unas Cortes tenidas en
Alcal de Henares el ao de 1349, convocadas por el rey D. Alonso el XI.
Entre
los procuradores cortes de Toledo y Burgos hubo gran competencia acerca cual
ocuparia el primer lugar, y cual de ellos hablaria primero, alegando cada parte
los derechos y las razones en que creia apoyar su pretensin. Pero el rey cort
oportunamente la polmica diciendo: Yo hablo por Toledo, y Toledo har lo
que yo le mandare: hable Burgos.
De esta manera se apacigu la contienda, disponiendo que Burgos que
estaba en posesion del mejor asiento, como dice Florez, tuviese el primer
asiento y el primer voto, y que Toledo se le diese un asiento apartado de los
dems, en frente del rey, y que fuese nombrado primero por el rey la forma
dicha: Yo hablo por Toledo. (Basts, La
sabidura, I, 218;
p. 257)
Cuantos
mas moros mas ganancia.
Esta espresion que aplicamos cuando son muchas las dificultades que
tenemos que vencer, numerosos los enemigos que combatir, en cuyo caso debe
ser mayor el botin despojos que dejare el enemigo vencido, est tomada de la
historia del Cid Ruiz Diaz del Vivar.
Cuntase
en ella que despus que se hubo apoderado de Valencia, fue Miramamolin,
caudillo moro, con un poderoso ejrcito quitrsela, y que al ver el del Vivar
aterradas su esposa doa Jimena y sus hijas, circunvalados como estaban por
tanta morisma, las dijo para animarlas:
No
temays, doa Jimena
Y fijas, que tanto amo.
Mientras que
yo fuere vivo,
De nada tengais cuidado,
Que estos moros que aqu vedes
Vencidos habrn quedado.
Y
con el su gran aver,
Fijas os habr casado,
Que cuantos mas son los moros
Mas ganancia habrn dejado.
(Basts, La
sabidura, I, 222;
p. 260)
Leoncitos
mi? mi leoncitos?
() Es alusin la aventura de los leones que se lee en el captulo
XVIII, de la Segunda parte de D. Quijote de Cervantes. (Basts, La sabidura, I, 223; pp. 260-261)
Si
buenos azotes me daban, bien caballero me iba: etc.
Y propsito de este comienzo de carta [que Sancho escribi a su mujer
Teresa Panza, antes de ir a tomar posesin de la nsula], observaremos que
tambien ha pasado proverbio, opinando Clemencin que seria tomado de algun
azotado que refiriendo despues con descaro y petulancia el vapuleo azotaina
que sufri, por el estilo de los romances germanescos de Quevedo y Gngora,
espondria que si bien es verdad recibia buenos azotes, en cambio en
compensacion iba bien montado en el borrico en el que lo paseaban y llevaban
la vergenza () (Basts,
La sabidura, I,
224; pp. 261-262, en el refrn: Pon lo tuyo en consejo, y unos dirn que es
blanco y otros que es negro)
Haz
lo que bien digo, y no lo que mal hago
() Este proverbio que se supone fue la respuesta de un predicador al
cual se le reconvenia por observar una conducta que estaba en contradiccion con
su doctrina, tiene tal vez su origen y su esplicacion en el pasage siguiente
del Evangelio de S. Mateo () Cap. XXIII, v. 3. () (Basts, La sabidura, I, 226; pp. 263-264)
Ruin
con ruin, que as Casan en Dueas.
() Suponen que tuvo su origen de cuando en Dueas, villa de Castilla
la Vieja, cas de segundas nupcias el rey D. Fernando V el Catlico, con la
reina Doa Germana, nieta de su hermana Doa Leonor, que fu reina de Navarra,
el lnes 18 de marzo, dia de San Miguel del ao 1506. (Basts, La sabidura, I, 244; p. 284)
Pega,
pero escucha.
Clebre contestacion de Temistocles, que solemos veces dar
familiarmente al hombre tenaz y testarudo, que sin querer escuchar razones se
opone abiertamente lo que proponemos.
Cuando
Jerges rey de Persia se dirigi contra Atenas acordse que los Lacedemonios
Espartanos irian defender el paso desfiladero de las Termpilas, y que los
Atenienses pasarian ocupar el estrecho de Artemisa.
Promovise
una disputa entre los Lacedemonios y Atenienses acerca quien debia encargarse
del mando en jefe de la escuadra naval, y aunque Temistocles tenia un derecho
incontestable este honor, fue de los primeros que aconsejaron los
Atenienses que por estas cuestiones no comprometieran en manera alguna la
salvacion de la Grecia, y de resultas fue nombrado generalsimo Euribades que
lo era de Esparta.
Mas
luego espantado este al ver la inmensa escuadra de Jerges quiso evitar el
combate y retirarse hcia el istmo en donde estaba reunido el ejrcito de
tierra de los Peloponesos, los que Temstocles se opuso.
Sabes,
Temistocles, le dijo Euribades, que en los juegos pblicos se castigaba
aquellos que se levantan antes de dada la rden para hacerlo?
Es
muy cierto, contest Temistocles, pero as tampoco jams son coronados los que
quedan detrs.
Euribades
irritado en un momento de arrebato, levant su baston para pegarle, pero
Temistocles por toda contestacion le dijo:
Pega,
pero escucha.
Este
rasgo de moderacion y de grandeza de nimo al mismo tiempo, desarm
Euribades; baj el baston, escuch Temistocles y sigui dcilmente el
parecer del general ateniense. (Basts, La sabidura, I, 251; pp. 289-290)
En
invierno no hay amigo como una capa.
Atribyese Scrates el orgen de este modismo comun, cuya esplicacion
lleva en s.
Cuntase
que durante un riguroso invierno y rodeado de un gran nmero de amigos, ninguno
lleg a notar que este ilustre filsofo carecia de capa para abrigarse.
Trascurrida
la estacion del frio y oyendo que otro sabio amigo suyo celebraba la dulzura de
su carcter y su profundo saber ilustracion, y queriendo atribuir estas
bellas cualidades el verse rodeado constantemente de amigos: Scrates con
cierta risa irnica y amarga al mismo tiempo contest: Tal vez ser as: pero no dudeis que en invierno no hay amigo como una buena capa.
Dicen que despues que Scrates hubo construido su casa le hicieron
observar que era muy pequea. –Ah! contest, quieran
los dioses que un dia se llene de amigos! (Basts, La sabidura, I, 258; pp. 295-296)
Un
galimatas: Una gerigonza.
()
El P. Terreros hablando del orgen del nombre galimatas dice lo siguiente: M.
Huet cree que qued de un pleito en que se disputaba un gallo de un hombre
llamado Matas; y como los alegatos se ponian entonces en latin, y el defensor
se embrollase fuerza de repetir Gallus et Mathias, y en lugar de decir Callus Mathiae, decia Galli
Mathias, de aqu qued Gallimatias. () (Basts,
La sabidura, I,
259; pp. 296-297)
Desde
el huevo la manzana.
() Refran de orgen latino generalizado en Espaa y que se aplica al
hombre pesado () A la manera de aquel pesadsimo escritor que queriendo contar
referir la destruccion de Troya empez por el huevo de donde se supone habia salido Elena, y prosigui hasta la manzana de la discordia que Pris juzg debia conferir a Venus. () (Basts, La sabidura, I, 260; p. 297)
La
costumbre hace el vicio.
() Antiguamente se decia: La costumbre es el puente del diablo ()
Los
antiguos para espresar bien la fuerza de la costumbre decian: Taurum tollet
qui vitulum sustulerit. Llevar un toro el que se haya
acostumbrado llevar un becerro.
Se
funda este principio en el hecho que refiere Quintiliano: Milon, dice, habindose acostumbrado llevar todos los dias un becerro
sobre sus espaldas, se encontr con el tiempo que llevaba un toro. (Basts, La
sabidura, I, 261;
pp. 298-299)
De
noche todos los gatos son pardos.
()
Los griegos tenian un proverbio que en latin decia: Sublata lucerna, nihil
discriminis inter mulieres.
Apagada
la luz todas las mujeres son iguales, no se diferencias entre s.
Plutarco
refiere en su tratado De los preceptos del matrimonio, que una hermosa y casta matrona cit este proverbio Philipo rey de
Macedonia para disuadirle que cesara en las pretensiones amorosas con que la
perseguia.
Recurdase
cierta ancdota que se refiere de un rey de Aragon que tom su esposa por
otra dama de la que estaba locamente enamorado. (Basts, La sabidura, I, 262; p. 299)
Las
paredes oyen.
() Este proverbio corresponde al de los latinos Staterii paries: la pared el muro de Estaterio. Se refiere que Staterio fue castigado de muerte porque personas que estaban ocultas detrs de
un delgado tabique, oyeron y declararon que intentaba sublevar el estado. (Basts, La sabidura, I, 288; p. 309)
Quien
bien est que no se mueva.
()
Un epitafio que se lee sobre el sepulcro de un italiano dominado por la
hipocondra dice:
Stavo
bene, ma per star meglior, sto qui.
Estaba
bien, pero deseando estar mejor, estoy aqu: en la tumba. () (Basts, La sabidura, II, 2; pp. 36-37)
Vender humos.
Es lo mismo que vender proteccion y
favor, por ser las mas de las veces mentira y humo los ofrecimientos.
Ejemplar fue el castigo que tom el
emperador Alejandro Severo, y que refiere en su vida Elio Lampridio, contra un
charlatan llamado Vetronio Turino, que se decia amigo del emperador y sacaba
dinero los incautos, hacindoles creer que con su recomendacin obtendrian lo
que solicitaban. Descubiertas sus trampas y probado plenamente el delito, mand
ponerle atado con una cadena en un palo y encender al pi fuego con leas
verdes, con cuyo humo se ahogase antes que el fuego le consumiese, y mientras
tanto el pregonero voz en grito anunciaba.
Fumo
periit, qui fumus vendidit.
Muere
con humo, quien humos vendia. () (Basts, La sabidura, II, 3; pp. 37-39, en la expresin Tener muchos humos)
Como la lanza de Aquiles, que
hiere y cura.
() El origen histrico de este
modismo es el siguiente: Marchando Telefo, hijo de Hrcules y de Auget, contra
los griegos que iban sitiar Troya, y habiendo sido herido por Aquiles, el
Orculo le aconsej hacer alianza con este prncipe y seguir el sistema
curativo los remedios que le aconsejare propinare el sabio Chiron. Este
mdico-farmacutico, pues, le cur ponindole el occido de hierro de la misma
lanza con la cual habia sido herido Telefo.
Por esta razon y para recordar mejor
este hecho, se dice veces en lugar de: Es como la lanza de Aquiles; es como la lanza de Telefo.
Tenemos otro refrn que dice:
Con lo que Sancho sana, Domingo
adolece,
para espresar que no puede aplicarse
todos una misma cosa. (Basts, La sabidura, II, 4; p. 40)
En tiempo del rey Wamba.
() All en tiempo del rey que
rabi por gachas, del rey Perico, personages imaginarios ()
(Basts, La
sabidura, II, 5;
pp. 40-41)
Para
los desdichados se hizo la horca.
() Cuntase con relacin la
horca, que pasando Carlos V un dia por delante de uno de estos patbulos, se
quit el sombrero saludndole muy respetuosamente, y se aade que lo hizo
porque dicho monarca, como otros hombres filosficos y pensadores, consideraban
el cadalso como una de las bases de la civilizacion. ()
H aqu una ancdota que se refiere
como verdadera, y que hasta cierto punto lo justifica.
Un
nufrago abord una costa desconocida y escarpada. El gran peligro que
acababa de correr tenia todava exaltada su imaginacion. Cree que est pisando
una tierra salvaje, inhospitalaria, y no v en su temor mas que hordas de
antropfagos prontos devorarle. Deslzase entre las rocas y los rboles,
precipitando suspendiendo el paso y figurndose oir su sentencia de muerte al
menor ruido. Llega por fin un sitio en donde descubre trazas humanas. A su
vista retrocede espantado, pero, dicha inesperada! Al volverse, descubre no
lejos de s una horca
Desde aquel instante la calma vuelve
su corazon. Alza los ojos al cielo y esclama: Bendito seais, Dios mio,
porque me habeis traido un pas civilizado. (Basts, La sabidura, II, 7; pp. 44-47)
Cuando algun insensato entre los
antiguos habia resuelto ahorcarse, vemos que preferian hacerlo de una higuera.
La historia de Grecia nos dice que habiendo determinado el filsofo Ateniense
Timon arrancar una higuera que le incomodaba en su jardin, y de la que varios
se habian ya ahorcado, hizo anunciar son de trompeta que si alguno deseaba
ahorcarse de ella se diese prisa hacerlo, en razn que pensaba cortarla
cuanto antes. (En nota a pie de pgina 46)
Libertad
soltura no es por oro comprada.
Sentencia que tradujo de las fbulas
llamadas Espicas el Arcipreste de Hita Juan Ruiz, poeta castellano
principios del siglo XIV, en la fbula de las Ranas pidiendo Rey.
El
original dice:
Non
bene toto libertas venditur auro:
Hoc coelis bonum praeterit orbis
opes.
(Basts, La sabidura, II, 8; pp. 47-48)
Un
rey ignorante es un asno coronado.
()
Se refiere un hecho que se lee en las antiguas crnicas francesas.
Estando
Luis de Ultramar en Tours, fue oir misa la iglesia de San Martin con muchos
seores de su comitiva. Algunos de ellos, habiendo reconocido en el coro
Fulco II, llamado el Bueno, conde de Anjou, bajo los hbitos canonicales, lo
hicieron notar al rey con una afectacion burlona, y el rey, en lugar de
reprimir aquellas bufonadas, se ech tambien reir como ellos.
Irritado
Fulco de semejante insulto, al salir del Oficio, escribi al rey la siguiente
carta fuerte y lacnica:
Al
rey de Francia, el Conde de Anjou, salud.
Tened
entendido, Seor, que un rey sin instruccin es un asno coronado.
Tiene
razon, dijo el monarca al leer aquellas palabras, la ciencia es todava mas
til los soberanos que sus sbditos. () (Basts, La sabidura, II, 11; pp. 50-52, bajo el refrn:
Mas sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena)
Todos
los hombres son iguales; la virtud sola, no la fortuna, debe diferenciarlos
entre s.
()
Los doctores hebreos refieren el siguiente aplogo. — Por qu, preguntan, Dios no form en la primera creacion mas que un hombre,
Adan?
—Porque, contestan, andando el tiempo no pudiesen decir un hombre otro: Yo soy de raza mas noble distinguida que la tuya. () (Basts, La
sabidura, II, 17;
pp. 58-61, en el refrn: Solo la virtud es la verdadera nobleza)
Virtudes vencen seales.
Antiguo proverbio espaol que indica
que con el buen proceder se desmienten y destruyen los indicios y las
inclinaciones naturales que pudieran tenerse al vicio la maldad.
Creen algunos que tuvo su orgen
este proverbio de Scrates, que sin embargo de verse en l todos los indicios
de una propension y tendencia al vicio, como se lo vaticin en su juventud un
fisionomista y l mismo lo confes despues a sus discpulos, supo dominarse
si mismo, contrariar sus bastardas pasiones y marchar constantemente por la
senda del honor y de la virtud. (Basts, La sabidura, II, 17; pp. 58-61, en el refrn:
Solo la virtud es la verdadera nobleza)
Muerto
yo, arda el mundo.
Habiendo
Neron oido citar este proverbio por uno de sus cortesanos, esclam: Yo quiero
mas bien que el incendio tenga lugar viviendo yo, y consecuente con este
propsito mand pegar fuego Roma. () (Basts, La sabidura, II, 19; pp. 62-64, en el refrn: All
dars rayo all vayas rayo en casa de Tamayo)
Cada
uno lleva su cruz en este mundo.
() San Marcos, Cap. VIII, v. 34, y
S. Lucas en el Cap. IX, v. 23, viene decir lo mismo.
Habia
un hombre de buena estatura, casado con una mujer muy baja, y siempre que tenia
que asegurar una cosa delante de ella, ponia la mano sobre su cabeza y decia: Por
esta cruz que Dios me ha dado, juro tal cosa. () (Basts, La sabidura, II, 23; pp. 67-67, en el refrn: Cada
cual tiene su Alguacil)
Sacarse un ojo por sacar otro
dos.
Este proverbio, que es suficiente
para juzgar de la ndole humana, es antiqusimo. Dicen que tuvo su orgen de
una leyenda que suponen del tiempo de San Martin, titulada El codicioso y el
envidioso.
Un
hombre codicioso y otro envidioso viajaban juntos y encontraron San Martin,
quien despues de haber andado algun tiempo con ellos se dio conocer
dicindoles en el momento mismo de dejarles.
Quiero
haceros felices.
Uno de vosotros que pida todo lo que desee y se lo conceder; al mismo tiempo que dar el
doble de lo concedido al otro que nada habr pedido.
H
aqu, pues, nuestros dos compadres muy contentos, pero al mismo tiempo muy
embarazados, porque cada uno de ellos aspiraba la parte mas ventajosa que el
santo se reservaba dar al que dejase de pedir.
En
esta situacion se exhortaban mtuamente pedir cuanto pudieran apetecer, pero
ninguno queria usar de este derecho el primero, por envidia de que el compaero
gozaria de dobles derechos y satisfacciones. Todas las razones, todos los
ardides de que se valian para determinar al compaero que hiciera su demanda,
no podian determinarlos verificarlo, cuando el codicioso, en un arrebato de
furor se abalanza al envidioso, y cogindole por la garganta amenaza
estrangularle si no se determina hablar el primero.
En
esta apurada situacion conviene en hacerlo el envidioso, y tomando consejo de
su pasion dominante, dice:
Pues
bien, yo que he de hablar el primero, lo har, Y PIDO TENER UN OJO
MENOS.
Dicho
y hecho; inmediatamente qued este tuerto y su compaero ciego.
Tal
fue el beneficio que sacaron de su posicion; resultando, segn esta leyenda,
que el vicio fue castigado por el vicio mismo.
Voltaire
refiere un cuento que tiene mucha analoga con la anterior leyenda. Dice que en
otro tiempo, en el de Maricastaa, un rey de Espaa habia prometido hacer
distribuir considerables limosnas todos los habitantes de las inmediaciones
de Brgos, que habian sido arruinados por la guerra. Llegaron los vasallos
las puertas de palacio, pero los ugieres no les permitieron entrar sino con la
condicion de partir con ellos los beneficios. El primero que se present al rey
fue un buen hombre llamado Cardero, y echado los pis del monarca, le dijo: Seor,
suplico V. A. se sirva hacernos dar cada
uno de nosotros cien azotes.
—Vaya
una demanda, dijo el rey. Y en qu se funda tan original peticion? —En
que vuestros criados, dijo Cardero, se han empeado en que quieren
absolutamente la mitad de lo que vos nos dareis.
El rey se ri como era natural de la
splica, y tom las disposiciones convenientes para dar cada uno lo que
merecia. (Basts, La sabidura, II, 24; pp. 68-71, en el refrn: Cun ciego es aquel que no ve por
tela de cedazo)
No por el huevo, sino por el
fuero.
() Cuenta Covarrubias [sub voce Gevo] que un seor impuso sus
vasallos la contribucin de un huevo, y que ellos pleitearon y se resistieron
pagarlo, gastando sendos cuartos en defenderse; y echndoles en cara algunos
otros como por tan poca cosa aventuraban tanto, respondieron que no lo hacian por
el huevo, sino por el fuero. (Basts, La sabidura, II, 29; p. 75)
No debe meterse el dedo entre el
rbol y la corteza.
(Basts,
La sabidura,
II, 30; pp. 76-77, en el refrn Estar entre el martillo y el yunque) (Aunque Basts no lo refiere, hay
un cuento muy apropsito para este refrn, el ATU 38: La
pata en el rbol rajado. Vase una versin muy simple:
PEDRO Y EL LOBO: () Y se encontr con un gorila abriendo un tronco con un hacha y le
dice:
—Trae
ese hacha: t no te atreves a abrir eso.
Cogi
el hacha, y golpe el tronco y se abri una raja. El gorila mete las manos y,
al soltar el hacha, se queda con las manos atrapadas en la abertura [Agndez, Cuentos
populares andaluces de animales, Sevilla, Fundacin
Machado, 2005, n 69])
Para maana los negocios serios.
El orgen de este proverbio que
usamos para manifestar que tomamos los negocios con calma, aplazando el exmen
y solucion de ellos para mas adelante, suponiendo que ya tendremos tiempo y
lugar para ocuparnos de ellos, es tomado de un hecho de la historia de Grecia
que refiere Plutarco en la vida de Pelopidas.
Los tbanos se veian oprimidos bajo
el gobierno tirano de Archias y de Leontidas, cuando Pelopidas, Melon,
Damclides, Teopompo, Epaminondas y algunos otros formaron el proyecto de
libertarles de tan odioso yugo.
Phidias, uno de los conjurados, se
hizo nombrar secretario de Archias y de Philippo, que eran entonces Polemarcas
caudillos de guerra, y les invit una cena en el campo fin de entregarlos
los conjurados cuando estuviesen tomados del vino y enervados por los
desrdenes y excesos.
Durante esta cena orga lleg un
espreso de Atenas poniendo en conocimiento de Archias todo el plan de la conjuracion.
Conducido el mensajero delante de
Archias, le entreg la carta dicindole que el que le enviaba le habia
encargado mucho que la leyera sobre la marcha, porque en ella se trataba de negocios
muy serios.
Negocios serios! —dijo Archias, que estaba
tomado ya de vino— los negocios serios para maana; y metiendo el rollo pliego
debajo del travesao de su triclinio cama, sigui la conversacion que tenia
entablada con Phidias pero las pocas horas los conjurados habian ya
triunfado. (Basts, La sabidura, II, 32;
pp. 77-80, en el refrn Hoy para m, maana para t)
Despus de los truenos viene la
lluvia.
Este antiguo proverbio, que sirve
para espresar que despues de las amenazas suelen venir los golpes, es atribuido
Scrates.
Todo el mundo sabe que Xantipa, su
mujer, era una furia infernal: un dia, despues de haber insultado groseramente
su esposo, viendo que este, sentado la puerta de su casa, oa aquellas
injurias con calma filosfica, acab de desahogar su rabia arrojando sobre la
cabeza de Scrates un barreo de agua, y esta no muy limpia.
Ya sabia yo, dijo friamente el filsofo sus
amigos, que despues de los truenos vendria la lluvia.
() Preguntndole un dia Xenofon
Scrates por qu se habia casado con ella cuando conocia su mal genio, —Porque
esa mujer,
respondi Scrates, ejercita mi paciencia; y sufriendo sus impertinencias,
estoy seguro de que las que puedan tener los dems no me sern muy sensibles. (Basts, La sabidura, II, 36; pp. 84-85, en el refrn Cuando
nace el Sol nace sobre buenos y malos)
El infierno est empedrado de
buenas intenciones,
con relacion sin duda los vicios enmascarados
encubiertos bajo el aspecto de virtudes, de las cuales dice Bossuet que est
lleno el infierno.
In inferno nulla est redemptio.
() Cuntase que molestado Miguel
Angel con las impertinentes visitas del cierto Cardenal, estamp su retrato en
un cuadro que estaba haciendo del infierno, y quejndose despues el retratado
al Papa, le contest Su Santidad en tono jocoso: Si te hubiera pintado en el
purgatorio, yo te sacaria fuerza de sufragios y oraciones, pero en el
infierno, amigo mio, nulla est redemptio, no hay medio para sacarte de all. (Basts, La
sabidura, II, 43;
pp. 91-92, en el refrn De desgraciados est el infierno lleno)
Los trofeos de Milciades no le
dejan dormir.
Aplicamos irnicamente esta
espresion algun jven holgazan, perezoso y mal aplicado.
H aqu el orgen histrico de esta
locucion. Temstocles ambicioso y apasionado por la gloria, no podia oir hablar
ya en su juventud sin honrosa envidia, de las brillantes expediciones de
Milciades: desde sus juveniles aos el futuro general de las falanges griegas
entreveia algo, mas all de la derrota de los brbaros en los campos de
Maraton.
Esta idea le ocupaba noche y dia, y
cuando sus amigos le preguntaban los motivos de sus preocupaciones y de su
alejamiento de las diversiones y placeres propios de su edad, respondia:
Los trofeos de Milciades me
priven de dormir.
() (Basts, La
sabidura, II, 54;
p. 104)
Anda que es chata.
Lo mismo que decir no me acomoda lo
que se me propone, sigo la conversacion el negocio de que antes nos estbamos
ocupando.
H aqu cmo cuenta el orgen de
este refran uno de nuestros distinguidos escritores:
Llevaban ahorcar caballero en un
asno un criminal jven y bien apuesto, y al pasar por delante del burdel,
manceba casa pblica de mujeres, sali apresuradamente uno de ellas, y
encarndose con el reo declar que queria casarse con l, y de esta manera
salvarle de la horca, con arreglo la jurisprudencia criminal que entonces
parecia regia.
Mas
el condenado, que no seria rana, reparando que la novia era horriblemente
chata, volvindose al verdugo que habia detenido el paso del asno, le dijo:
—Anda, que es chata: es
decir arrea, dale al asno, siga la marcha; prefiero la horca casar con mujer
tan desmesuradamente fea. (Basts, La sabidura, II, 63; p. 115)
Ad Murenas.
() Se cuenta de Craso que tuvo tal
sentimiento por la muerte de una Murena [pez terrible que terminaba con los condenados
que eran arrojados a los estanques donde se criaban, pero que, al ser
domesticadas, se volvan especialmente dciles], que llor como una hija, y
mand hacer para su entierro un sepulcro; por cuyo estremo Dornicio, segn
refiere Eliano en el lib. XXII, Cap. 24, le dijo, creyendo ridiculizarle: Craso,
t lloras una Murena?
Y es que este le contest: Es
verdad, pero en contraposicion, ti se te han muerto tres mujeres y no has
llorado ninguna.
() (Basts, La sabidura, II, 67; pp. 120-121)
La cabeza del ignorante es como
una esponja seca.
Bacon decia que la cabeza de las
personas de alta estatura se parecen las casas; es decir, que el piso mas
alto suele ser el peor amueblado, lo que no siempre es cierto. () (Basts, La
sabidura, II, 70;
pp. 122-126, en el refrn Do no hay cabeza raida, no hay cosa cumplida)
No dijo oste ni moste.
Locucion familiar que equivale sin
hablar palabra, sin gastar cumplimientos.
Cuntase que un fulano, que estaba
muriendo, decia de vez en cuando oste, y luego moste, y poco repetia las mismas palabras. Uno de
los asistentes, y amigo del enfermo, preguntle que por qu decia aquellas
cosas inconexas y sin sentido, y l le contest, que para desmentir el modismo
comun, que dice: se muri sin decir oste ni moste, lo que de m, aadi, no se dir,
porque seguir diciendo oste y moste
mientras tenga fuerzas para hacerlo. () (Basts, La sabidura, II, 75; p. 131)
No le hace mas falta que la
tuerta el ojo.
() En un sentido anlogo, se dice:
No es nada lo del ojo, y lo llevaba
en la mano. (Basts, La
sabidura, II, 80;
pp. 136) (Se trata de un refrn siempre referido a una ancdota contada de mil
formas, trae alguna el propio Iribarren, El porqu, pp. 17b-18a)
Ms ladron que Caco.
() Al volver Hrcules de Espaa con
sus ganados, Caco le rob sus vacas, llevndolas sus antros cuevas tirando
de las colas, para que por las pisadas no rastreasen dnde las habia
conducido; pero sus bramidos las descubrieron y Caco muri manos de Hrcules
por sus latrocinios. (Basts, La sabidura, II, 82; p. 138)
Enalmagrar y echar estremo.
Proverbio muy antiguo que se lee en
Covarrubias, y que se aplicaba un perdido infame, que habindose
aprovechado de la inocencia de una mujer, la desechaba luego de haber abusado
de ella y buscaba otra () (Basts, La sabidura, II, 83; pp. 138-139)
Oracin breve sube al cielo.
() A un santo obispo en su visita
pastoral le presentaron una buena anciana que en todas sus plegarias y
rogativas no sabia decir mas que —Oh!—dirigindose con fervor
Dios; y el piadoso prelado lejos de reprenderla, la dijo que continuara orando
de esta manera, elevando el corazon al Seor, de quien todo debia esperarlo.
() Preguntado Licurgo por qu habia
dispuesto que no se ofreciese los dioses sino pequeos presentes y de poco
valor, contest que con el objeto que pudiesen repetirlos con frecuencia y no
cesasen de honrarlos. (Basts, La sabidura, II, 85; pp. 140-143)
Dios me guarde de mis amigos, que
de mis enemigos me guardar yo.
() Stobeo refiere que sacrificando
los dioses el rey Antgono les rogaba le protegiesen contra sus amigos, y que
los que le preguntaban el motivo de esta rogativa estraa, contestaba que no
era menester ninguna proteccion contra los enemigos, porque conocindolos ya
sabia preservarse de ellos. () (Basts, La sabidura, II, 87; pp. 143-145)
Has topado algo, Sancho? Y aun
algos.
Espresion proverbial tomada de la
famosa aventura del supuesto barco encantado que D. Quijote encontr en el
Ebro, y que se lee en el Captulo XXIX de su Segunda parte.
Queriendo Cervantes ridiculizar la
creencia vulgar que entonces dominaba de que al pasar la lnea equinoccial
ocurria la muerte de los animalejos que accidentalmente pudiesen tener los
navegantes, dice D. Quijote Sancho, que en prueba de que habian ya pasado
dicha lnea yendo Ebro abajo enteramente abandonados la corriente, se tentara
y pescara, bien persuadido que nada encontraria; mas al observar que la
esperiencia no habia confirmado su proposicion, pregunta con formalidad:
Pues qu has topado algo?
Y aun algos, respondi Sancho con mucha
socarronera, pasando desde entonces proverbio dicha pregunta. (Basts, La
sabidura, II, 88;
pp. 145-146)
Vanidad de vanidades.
()
Preguntaron un dia al Doctor Jonson, por qu la vanidad es el tipo de la
ignorancia, y contest: Por la misma razon que los ciegos llevan la cabeza
mucho mas erguida que los que tienen buena vista () (Basts, La
sabidura, II, 90; pp. 148-149)
Mimado como el nio de la
Rollona.
() Es con relacion un nio que se
dice tenia siete aos y aun mamaba. () (Basts, La sabidura, II, 98; p. 159)
Horadar la oreja, dejarse
horadar la oreja.
() Para arracadas clebres, las que
llevaba Cleopatra, una de cuyas perlas mand deshacer en vinagre, para echarla
en la ensalada que se sirvi en la cena que di su querido Marco Antonio. Era
esta perla de un precio desconocido, y habiendo intentado deshacer la pareja
que quedaba y habindolo impedido Marco Antonio, sirvi despues partida por
medio para adornar la esttua de Venus en Roma. (...) (Basts, La sabidura, II, 100; pp. 159-163, en el refrn
Que haga seas con las orejas)
Lo
que arrastra honra.
Lo
que arrastra honra: fue la
respuesta que dio la zorra la mona que le pidi un pedazo de lo que le
sobraba y arrastraba de la cola, para poder ella cubrir su asiento. () (Basts, La sabidura, II, 104; p. 169)
Que tu camisa ignore tu secreto.
Espresa esta mxima proverbio la
reserva con que deben proceder los hombres, particularmente los pblicos, en
negocios de estado.
Atribyese la invencion de este
proverbio al senador Q. Metelo, llamado el Macedonio, quien preguntado cual era
su intencion que objeto se proponia con las marchas y contramarchas que hacia
ejecutar sus tropas, despues de haber levantado el sitio de la ciudad de
Cantabria en Espaa, dijo:
Si mi tnica mi camisa supiera
mi secreto, la quemaria en el instante. () (Basts, La sabidura, II, 105; pp. 169-175, en el refrn
Meterse en Camisa de once varas)
Si Marina bail, tome lo que
hall
Aplcase este proverbio la mujer
que desenvueltamente hace dice alguna cosa, por la cual se le sigue una mala
nota.
Hay la costumbre en algunas aldeas,
en acabando de bailar, que el mozo abrase [sic] la pareja, y debi de ser el abrazo que
dieron esta Marina tan descompuesto, que escandaliz y dio que decir al lugar
todo, y naci el proverbio que nos ocupa. () (Basts, La sabidura, II, 109; pp. 182-184, en el refrn
El que canta y danza, se agita y no avanza)
Voluble como la Luna.
Fndase este proverbio en las
diferentes fases que va presentando la luna, por efecto de su respectiva
posicion con el sol.
Plutarco en el banquete de los siete
sabios: —Cap. LXII— trae el siguiente aplogo: La luna un dia
pidi su madre que le hiciese una capa ajustada su talle. Y su madre la
contest, como podr hacrtela, hija ma, si t cambias de talle todas las
semanas? () (Basts, La sabidura, II, 113; pp. 192-197, en el refrn Estar la luna sobre el horno)
Mientras
sers feliz contars con muchos amigos, pero si los tiempos te fueren
contrarios, quedars solo.
()
Preguntado Scrates si Archelao, hijo de Perdicas, que pasaba entonces por el
hombre mas dichoso de su tiempo, seria feliz, respondi: No puedo decirlo,
porque nunca le he hablado. Y el Rey de Persia lo
ser? Le interrogaron otra vez: Cmo puedo yo
saberlo, contest, ignorando hasta que punto es
sabio y justo? () (Basts, La sabidura, II, 129, pp. 222-226)
Un
deseo no satisfecho, es el primer paso al mal estar la infelicidad.
()
Una tradicion oriental refiere que un dia Oromaz el genio del bien, se apareci
al virtuoso Usbek y le dijo: Forma un deseo y yo te lo satisfar en el
instante.
Fuente
de la luz, —respondi el sabio,— yo te
suplico que reduscas [sic]
limites mis deseos los solos bienes que no puedan faltarme. () (Basts, La
sabidura, II, 129,
pp. 222-226, en el refrn Mientras sers feliz contars
con muchos amigos, pero si los tiempos te fueren contrarios, quedars solo)
El
socorro de Escalona, cuando le llega el agua es quemada la villa toda.
Este proverbio que es otro de los que se leen en la coleccion del
Comendador Griego [sub voce Escalona], sirve para
manifestar lo intil de ciertos consejos socorros cuando se dan llegan
tarde.
Tuvo
su orgen de lo que pas en Escalona villa distante
ocho leguas de Toledo situada en un alto de la ribera del Alberche que corre
debajo: habiendo ocurrido un incendio en dicho pueblo bajaron al rio por agua,
mas cuando subieron con ella ya todo estaba abrasado.
Tambien
decimos:
Despues
de muerto Pascual trajronle el orinal. (Basts, La
sabidura, II, 148,
pp. 262-263, en el refrn La casa hecha y el huerco la puerta)
Obispo por Obispo, salo don Domingo.
Es seguramente este refrn de los mas antiguos, como dijimos en la
introduccion de esta obra; y sin embargo, antes de este acontecimiento se
conocia ya otro que espresaba la misma idea y dice:
A
tanto por tanto, Avito lleve el manto. (Basts, La sabidura, II, 152, pp. 268-269)
[Hernn
Nez: Obipo por Obipo, ealo don Domingo: () Es una alusion la famosa ancdota de la eleccion de don Domingo
Arroyuelo obispo de Burgos principios del siglo XIV, quien en la divergencia
de pareceres en que se encontraban para la eleccion de obispo, resolvi
quedarse con la prebenda y nombrarse s mismo diciendo: Obispo por obispo
salo don Domingo]
Hablara
yo para maana.
() Covarrubias dice que un Gobernador habia mandado que ahorcaran
uno, acusado de cierto delito, y que ya tenia puesto el dogal al cuello, cuando
el reo le llam al oido y en secreto le dijo que tenia que entregarle una buena
cantidad de coronas. —Cmo es eso! dijo el
juez en alta voz: HABLARA YO PARA
MAANA, si sois de corona, no quiero yo quedar
descomulgado, suspndase la ejecucin, y volvieron a
la crcel al delincuente, etc. etc. (Basts, La sabidura, II, 159, pp. 279-284, en el refrn
Habla para que te conozcamos)
Amor
de padre, que todo lo otro es aire.
() Plutarco en uno de sus apotegmas
dice: que estando Agesilao uno de los mas clebres capitanes de Lacedemonia, jugando
un dia dentro de su casa con sus hijos que eran muy pequeos, un amigo de
confianza entr de improviso en la sala y le vi montado en una caa y
corriendo entre los chiquillos.
A
la sorpresa del amigo, Agesilao sin inmutarse le contest.
Suspende el juicio; juzgars cuando seas padre. (Basts, La sabidura, II, 165; pp.
291: en el refrn Por do salta la cabra, salta lo que la mana, : Cabra por via, cual la madre tal la hija)
Es de la madera que los fabrican.
Esto es tiene las cualidades necesarias
para obtener el destino la dignidad que se trata de conferirle.
Crese
que esta espresion es procedente de un proverbio griego que Apuleyo atribuye
Pitgoras y que l trae traducido al latin en su primera apologia: Non
quovis ligno fiat Mercurius.
Para
espresar que asi como un tronco de higuera basta para hacer una estatua de una
divinidad grosera como Priapo, es menester una madera de mejor calidad, mas
compacta y preciosa para fabricar un Mercurio, la divinidad de las bellas
artes. (Basts, La sabidura, II, 167, pp. 294-295, en el refrn Esto es harina de otro costal)
Al
freir ser el reir,
Al trocar ser el llorar.
Frases adverbiales con las cuales se
expresa el tiempo en que se ha de ver si una cosa ha de llegar tener efecto y
cual ser este.
He
aqu como se cuenta el orgen de este refran. Mand uno componer una sarten y
el estaador lo hizo muy mal, y burlndose aun despues del dueo le dijo al
entregrsela:
Al
freir ser el reir.
Y
que este tomndola contest con sorna.
Al
trocar ser el llorar,
porque en pago acababa de meterle una moneda
falsa. ()
Covarrubias
refiere del modo siguiente el orgen de la otra expresion proverbial:
Al
freir de los huevos.
Hurt un ladronzuelo una sartn de
un meson y al salir con ella top con la huspeda, la cual preguntndole que
llevaba escondido contestla: al freir de los huevos lo sabreis. (Basts, La sabidura, II, 169, p. 298)
Callar
como negra en bao
Se
dice callar como negra en bao, del que disimula y calla sin responder las palabras
ocasionadas para enojarse.
Naci
este modismo en las tierras calurosas donde se usan los baos pblicos, en los
cuales entrando en el de las mujeres que est obscuro, y sin luz, alguna negra,
aunque las dems mujeres le digan alguna cosa, la pregunten, no dice palabra,
ni responde, porque siendo conocida por su habla acento no la echasen
afrentosamente, dicindola palabras pesadas como por ejemplo:
Para
que va la negra al bao, si blanca no puede ser. () (Basts, La sabidura, II, 176, pp. 313-314)
Es
una Marisabidilla.
Lo mismo que es una mujer que
presume de sbia de conocimientos estraordinarios con relacion su sexo.
Se
aplica como apodo, ridiculizando la que adolece de este defecto, y veces en
tono jocoso.
Esta
fatuidad no es solo propia de algunas mujeres de nuestro siglo, sino que en
todos tiempos ha habido MARISABIDILLAS, temidas siempre de los hombres pensadores.
T
deseas saber, dijo Marcial Galla, por qu no quiero casarme contigo?
pues
sbelo: porque eres sbia.
Qaeris
cur nolim te ducere, Galla?
Diserta
es.
(Martial. XI, 20)
Lese
en la historia del Bajo imperio que el emperador Theophilo no quiso tampoco
casarse con la hermosa Icasia, de la que estaba apasionadsimo, porque un dia
le dio una contestacion tan sublime que le dej desconcertado. () (Basts, La
sabidura, III, 4,
pp. 42-43)
Ya
que no seas casto, s cauto.
() Ni mala seas, ni hagas las
semejas.
Obra siempre bien y evita al mismo
tiempo todo lo que pueda parecer mal ser motivo de escndalo.
Un
buen cura francs aconsejaba un menguado marido que se quejaba en alta voz de
los escesos y estravos de su mujer, que se callara, hablara bajo, porque
decia que mas le valia ser
Cornelio Tcito,
que
Publio Cornelio.
(Basts, La
sabidura, III, 8,
pp. 48-49)
Es
un perillan.
() Ignrase quin era este personaje y qu familia pertenecia tan
esclarecido caballero, segn se le califica en la inscripcion que en versos
latinos leoninos se lee sobre su sepulcro en la capilla de san Eugenio de la iglesia
de Toledo.
Sin
embargo, se cuenta de este militar distinguido y pundonoroso que no podia
resistir la idea de que le pisasen ni aun despues de muerto, y que para
evitarlo pidio al rey por premio de todos sus largos servicios, que le
permitiera labrar su enterramiento en alto, como en efecto est en dicha
capilla de santa Eugenia de la catedral de Toledo. (Basts, La sabidura, III, 17, p. 62)
Para
domar fieras, una madre.
Este adagio vulgar dicen que tuvo su orgen en Italia.
Una
tradicion autorizada supone que principios del siglo XV sucedi en Florencia
el hecho siguiente:
Un
leon, de los varios que se custodiaban en la casa de fieras, hall un modo un
dia de burlar la vigilancia de sus guardas, dndose correr por las calles de
la ciudad, que no tard en alarmarse con aquel suceso; pero el leon proseguia
su marcha triunfante, dando lugar que se deplorasen no pocas desgracias. A la
algazara del tumulto que aquella nueva producia, una seora florentina que iba
por la calle vuelve el rostro, y al ver cerca de ella al leon, no fue duea de
contener un hijo suyo de pocos meses que llevaba en los brazos, y la criatura
apenas cay, cuando la fiera la tenia en la boca, habindole hecho presa en un
muslo.
Inmediatamente
la madre como una loca se lanza hcia el len, se arrodilla ante l con los
brazos abiertos, y prorrumpiendo en exclamaciones y gritos desaforados, el
animal la mira durante algun tiempo, suelta al nio intacto y se aleja.
La
madre, convertida en una verdadera leona, se arroja sobre su criatura que
respondi al delirio materno empezando llorar.
Desde
entonces sin duda hay en Florencia y otros parajes un adagio que dice: Para
domar fieras, una madre.
Hecho que ha dado lugar una bella produccion artstica que conocemos
con el nombre de El leon de Florencia. (Basts, La sabidura, III, 18, pp. 62-63)
Dios
te la depare buena.
Equivale
decir que la suerte te favorezca, que la fortuna te sea propicia, etc.
Naci
este modismo, segn parece, de un mdico que aburrido de las encontradas
opiniones que regian en el ejercicio de su profesion la habia enteramente
abandonado, hasta que un dia le ocurri y puso en prctica el mas original y
estrao pensamiento.
Entretvose
en formar dos tres mil recetas sobre dos tres mil enfermedades, segn los
dos tres mil sistemas, mtodos opiniones que entre sus dos tres mil
comprofesores regian habian regido; y repletas sus alforjas, zurron cartera
con aquellos pases cdulas para el cementerio, entregse nuevamente al
ejercicio de la profesion mdica.
Llegaba
casa del enfermo, interrogbale diestro y siniestro, palpaba y sobaba al
paciente volont, y terminada toda esta parte
cmica, metia la mano en la verdadera caja de Pandora, y sacando una receta y dndola con mucha prosopopeya al enfermo, le
decia en tono mayor:
—Tomad,
hermano:
y luego en tono
menor y como aparte aadia:
—Dios
te la depare buena:
y h aqu el
probable supuesto orgen del proverbio. (Basts, La sabidura, III, 19, pp. 63-65, en el refrn: Dios
te d buena man derecha.)
Dominus
tecum.
Expresion latina, equivalente El
Seor sea contigo,
que era muy comun proferir en otro tiempo, siempre que uno de los presentes
una reunion estornudaba.
()
El estornudar la izquierda era una seal fatal, al paso que el estornudar
la derecha era un agero favorable. As es que Plutarco nos dice que, estando
Temstocles sacrificando sobre su nave antes de darse la batalla contra Xerxes,
y habiendo uno de los asistentes estornudado la derecha, el augur Eufrantides
predijo al instante la victoria los griegos.
()
Apuleyo hace mencion de ella en su Asno de oro, refiriendo el cuento de aquella mujer
adltera cuyo cmplice tenia escondido en su casa, y que estornud al llegar el
marido. Petronio habla de la misma, y dice que habiendo estornudado Gilon,
Eumulpo le salud. Plinio le supone igualmente comun, etc., etc.
En la Antologa griega hay un epigrama gracioso, en
el que se hace mencion de un hombre, cuya nariz, dice, era tan extremadamente
larga, que no invocaba Jpiter cuando estornudaba, porque no llegaba el ruido
sus oidos. () (Basts, La sabidura, III, 25, pp. 76-79)
Eso mismo es como la carabina de
Ambrosio, cargada de caamones, y sin plvora.
() (Basts, La sabidura, III, 28, pp. 81-83, en el refrn: La
carabina de Ambrosio.
La espada de Bernardo [del Carpio])
Vestir al uso drico.
() Las jvenes de Esparta bailaban
enteramente desnudas en ciertas ceremonias pblicas () cuando Licurgo reform
las costumbres de los lacedemonios, conserv esta danza llamada:
El baile de la inocencia.
Le bailaban las doncellas delante
del altar de Diana con graciosas y modestas actitudes y con pasos lentos y
graves.
La clebre Elena se ejercitaba en
este baile cuando fue vista por Teseo, quien enamorado de ella la rob.
Dion refiere que un dia se
presentaron dos hombres desnudos delante de Livia, princesa de raro mrito y de
la mas acendrada castidad. El Senado de Atenas queria castigar aquellos
hombres por su falta de respeto, pero ella intercedi por ellos diciendo que:
Los hombres desnudos no son mas
que estatuas para las mujeres castas. () (Basts, La sabidura, III, 31, pp. 86-87)
A pasquin, pasquinada.
() Esta estatua [hallada en la
calle en que el gracioso zapatero Pasquin o Pasquino haba deleitado a los que
se congregaban ante l] tronco de mrmol blanco se halla en Roma en un ngulo
del palacio Orsini. Suelen fijarse las stiras en la estatua de Pasquin, y las contestaciones ellas en
otra estatua inmediata al Capitolio llamado Marfio, entre las cuales establecian
cierta correspondencia conversacion satrica. Por ejemplo: cuando Sixto V fue
promovido al solio pontificio, su hermana la seora Camila, que habia sido
lavandera, ascendi princesa, y h aqu que amaneci la estatua de Pasquin con una camisa sucia. Marfio le pregunt al dia siguiente la
causa de ir tan puerco, y Pasquin le respondi: Porque mi lavandera se ha
vuelto princesa.
() (Basts, La sabidura, III, 32, pp. 88-90)
Napoleon jams ha existido.
() A propsito de esto se cuenta que
el obispo que confirm al primer Napoleon, antes de imponerle el sagrado crisma
le pregunt cmo se llamaba, y que habiendo contestado Napoleon, replic el prelado:
—
Napoleon! No recuerdo haber oido nunca el nombre de este santo, ni le he visto
en el martirologio, ni le he leido en las actas de los mrtires, ni —No
importa —interrumpi el jven algo amostazado: —San Napoleon es un
santo corzo y esto basta. (Basts, La sabidura, III, 34, pp. 90-98. En nota a pie de pgina)
El vino y las mujeres hacen
apostatar los hombres.
() Las cuatro M.M.M.M. de Atenas.
Aparecieron escritas en una esquina
de la ciudad, y aunque en vano se empearon varios ingenios descifrar, Platon
lo consigui poniendo la solucion de esta manera:
M. M. M. M.
Mulier Mala,
Mors Mariti.
La
mujer mala mata al marido. () (Basts, La sabidura, III, 37, pp. 100-101)
Para
el que se convida, no hay mala comida.
()
Preguntando Georgias Leontino cmo habia llegado la edad avanzadsima en
que se encontraba, contest: Porque nunca en mi vida he comido fuera de mi
casa. (Basts, La
sabidura, III, 39,
pp. 102-104)
Acqua alle funi.
Agua las cuerdas.
Grito de alarma que solemos dar en
italiano en un momento solemne, atropellando todas las prevenciones en contra,
para advertir y salvar un gran mal.
H aqu la historia de esta
exclamacion.
El dia en que el clebre arquitecto
Domingo Fontana, bajo los poderosos auspicios de Sixto V, se propuso elevar
enfrente de la baslica de San Pedro de Roma el obelisco egipcio que decora la
plaza, un pueblo inmenso habia acudido presenciar la difcil operacin tanto
tiempo preparada ()
[Tras los intentos de varios papas
por ejecutar la obra] El 10 de setiembre de 1586, Fontana estaba, pues, en la
plaza de San Pedro acompaado del respetable cortejo de ochocientos obreros, de
ciento cincuenta caballos y de sesenta mquinas.
() [Sixto V impone silencio bajo
pena de muerte para facilitar la operacin] Principia la maniobra: el coloso se
levanta pausadamente en medio de un silencio religioso. La operacin seguia,
cuando de pronto el obelisco se detiene en su ascension por causas
desconocidas al mismo tiempo se oye la voz vibrante, que grita: Acqua alle
funi! (Agua las
cuerdas!)
Era la voz de un marino que vi la
necesidad de remojar las cuerdas y las poleas, que iban inflamarse por efecto
del fuerte roce y gran presion que sufrian para salvar aquella operacin, como
en efecto la salv, aprovechando Fontana tan oportuna advertencia.
() [Lejos de ser castigado, el Papa concedi
un favor al marino que salv la operacin] Y cuando todos creian que ese pobre
marino iba pedir una gracia extraordinaria, se content con decir: —Santsimo Padre: El domingo de Ramos las iglesias de Roma
consumen multitud de palmas; mi padre posee sobre la costa de Gnova, cerca del
pueblecito de San Remo, un bosquecito de palmeras; pido que mi padre y
sucesivamente sus descendientes gocen el derecho exclusivo de vender las palmas
las iglesias de Roma durante esta solemnidad.
()
Desde esta poca, pues, es decir, despues del ao de 1586 los descendientes del
marino de San Remo no han dejado de gozar de este potico privilegio (). (Basts, La sabidura, III, 40, pp. 104-106)
La
carta de Uras.
() Es una alusion la infamia que
cometi el rey David enviando Uras, uno de los mejores oficiales de su
ejrcito, de cuya mujer llamada Bersabe estaba enamorado y de la que habia
abusado, con una carta cerrada que el mismo Uras entreg Joab, general que
mandaba el sitio de Rabba dicindole: Poned Uras, dador de la presente, al
frente de la batalla, en donde est lo mas recio del combate, y abandonadle
para que perezca: como en efecto pereci. () Lib. II de los Reyes, cap. XI,
v. 15. (Basts, La sabidura, III, 43, pp. 109-110)
Lleg
tiempo como el zapato de san Nicols.
()
Compadecido el santo [Nicols de Bari] siendo secular de que un hidalgo
noble, natural de Patara, su patria, en la Licia, acosado de la necesidad
intentaba prostituir la honestidad de tres hijas que tenia hermosas y
recogidas, ech tres talegos de oro, otros dicen tres zapatos llenos de l, en tres distintas noches, por la ventana del cuarto del
mal padre cuando dormia: con cuyo dinero cas sus hijas; advirtiendo que el
ltimo talego zapato trajo doble cantidad porque
habia de servir no solo para casar la hija tercera, sino para mantenerse el
padre sin depender de los yernos. () (Basts, La sabidura, III, 58, pp. 130-131)
No hay tierra sin vecino.
() Una ancdota se cuenta de Luis
XIV quien un paisano le dio una leccion de moderacion semejante, mientras que
orgulloso se ocupaba el monarca de engrandecer el sitio real de Versalles.
(Basts, La sabidura, III, 59, pp. 131-133)
El mas rico se lleva la mortaja.
() Felipe, rey de Macedonia, tenia
dispuesto que tres veces al dia un criado heraldo le anunciara en voz alta,
particularmente antes de dar audiencia, que pesar de ser un monarca tan
poderoso, en rigor no era mas que un hombre mortal:
Filippe,
homo es. () (Basts, La
sabidura, III, 61,
pp. 134-137)
La
estampa dice la bestia animal que uno pertenece.
()
Fisonomista.
Habiendo
el filsofo Zopiro, que pasaba por muy hbil en el conocimiento de los hombres
por la fisonoma, examinado atentamente la de Scrates delante de una numerosa
sociedad, dijo que este no podia menos de ser lascivo, ebrio, embustero
inclinado todos los vicios.
Los
que oian al charlatan se reian carcajadas porque conocian fondo la pureza
de costumbres de Scrates, pero este les impuso silencio dicindoles:
Tiene
mucha razon, pues todo eso hubiera yo sido sin el ausilio de la educacion y de
la filosofia.
Ciceron
que refiere este hecho en el libro III de sus Cuestiones tusculanas () (Basts, La sabidura, III, 63, pp. 138-143)
Calumnia,
que algo queda.
() Pasando un Cucaro por un camino
atropell con su caballo un perro, el cual le mordi, de modo que de poco no
cay en tierra el cucaro. Este, enfadado, le dijo, pero con mucho sosiego: Ni
llevo armas, ni mato nadie; pero yo te pondr en mala fama calumniar, y
morirs.
Habiendo,
en efecto, encontrado poco varios trabajadores comenz gritar: A ese
perro que rabia, y al instante logr con la calumnia
que lo matasen palos. (Basts,
La sabidura,
III, 65, pp. 144-146)
La
admiracin es hija de la ignorancia.
() La admiracin es hija de la ignorancia y la
madre de lo maravilloso.
San Jernimo dice que no hay
escritor, por tonto que sea, que no encuentre un lector que se le parezca.
Nullus tam imperitus scriptor
est, qui lectorem non inveniat similem sui. Prefacio al libro XII,
comentando Isaas.
Y
Boileau aadia: Que un tonto encuentra siempre otro tonto mayor que le admira.
Tambien
hay un modismo que dice:
Esto
debe ser hermoso, pues que yo nada comprendo [Sobre
este modismo, puede leerse la ancdota de Timoneda, Sobremesa, II, 103 (10)].
(Basts, La sabidura, III, 66, pp. 146-147)
Soplar y sorber no puede junto
ser.
() Hay un aplogo en el que figura
un stiro que viendo un campesino soplar sus dedos para calentarlos y su
comida para enfriarla, exclama: Yo no ser jams amigo de un hombre que con
una misma boca sopla lo frio y lo caliente.
Sin embargo, este aplogo es mas
antiguo de lo que parece. En el cap. 28, v. 14 del Eclesistico se lee:
Si soplares en una chispa se
encender de ella fuego, y si escupieres sobre ella se apagar, y lo uno y lo
otro sale de la misma boca.
Sufflaveris in scintillam, quasi
ignis exardebit. (Basts, La
sabidura, III, 67,
pp. 147-148)
Yo
le he conocido ciruelo.
() Es alusion uno que habiendo
visto fabricar un Santo Cristo del tronco de un ciruelo que tenia en su huerta,
no podia despues acabar de resolverse rezarle, recordando las ciruelas que
aquel rbol habia dado y l habia comido. () (Basts, La sabidura, III, 75, pp. 161-163) (Es un
refrn con infinidad de versiones y variantes, tanto de frmulas como de
fabulacin, por lo que Iribarren [El porqu, p. 121: Quien te conoci ciruelo, cmo te
tendr devocin?)] pasa
de largo de esta versin de Basts)
Un cascaciruelas.
Lo mismo que un chisgaravs, un ttere,
un ente despreciable, soberanamente ridculo. Se aplica al que se afana mucho y
no hace nada.
Los griegos y romanos daban el
nombre de CALLIPIDOS
esta especie de gentes que metindose en todo y aparentando figurar en todo, no
hacen nada absolutamente.
Suetonio dice, que se aplic este
dictado Tiberio, porque despues de haber hecho grandes preparativos de viaje
durante muchos aos seguidos, para ir visitar las principales ciudades del
imperio, al fin no sali de Roma de sus alrededores. (Basts, La sabidura, III, 75, pp. 161-163, en el refrn Yo le he conocido ciruelo)
Mantenerle como perro por
carnestolendas.
Hacerle una burla pesada. Alude la
costumbre antiqusima de la cual hablan varios autores. Suetonio dice que Oton
rondando de noche las calles de Roma si encontraba algun borracho, le manteaba
tenindole en la capa distento sagulo in sublime iactare: y Marcial hablando con su libro,
dice que no se fia de alabanzas, porque vuelta de ellas se burlarian de l
mantendole:
Ibis ab excusso missus in asta
sugo. (Basts, La
sabidura, III, 77,
pp. 164-167, en
el refrn No quiero perro con cencerro)
Pedir peras al olmo.
Pedir imposibles. Expresion
metafrica proverbial que corresponde la latina: aetiopem lavare, nodum in
se ipso quaerere.
Lavar la cabeza un moro negro es
lo mismo que ocuparse de una cosa que no puede conseguirse que es imposible
que se realice.
Este proverbio era conocido de los
griegos y de los latinos.
Est embebido en una fbula de
Esopo, en la que se habla de un maestro que hacia continuamente lavar un
esclavo etope para volverle blanco.
Estaba un dia Digenes reconviniendo
un malvado, y un amigo suyo le pregunt qu era lo que estaba haciendo: —Ya lo ves, contest el filsofo, estoy lavando la cabeza un etope
negro para que se vuelva blanco. () (Basts, La sabidura, III, 78, pp. 167-168)
Nada
se seca mas pronto que las lgrimas.
() El dolor encuentra en las lgrimas satisfaccion, y alivio. Hay
segn Shakespeare un lujo en el pesar.
Un
poeta sentado cerca de un sepulcro cantaba tristemente acompandose con su
lira. —Qu haces aqu? Le pregunt un extranjero que pasaba. —Me
consuelo llorando, contest el cantor, y continu. () (Basts, La sabidura, III, 87, pp. 184-186)
Es menester unir la piel del
zorro la del leon.
Se atribuye este proverbio
Lisandro, famoso general lacedemonio, cuya poltica estaba basada en solo dos
principios, la fuerza y la perfidia; siendo su mxima favorita que los nios debia engaarles con
juguetes y los hombres con perjurios.
Un dia que le echaban en cara de
servirse apelar medios indignos de un hombre como l, que hacia alarde de
descender de Hrcules:
Es menester, contest aludiendo al leon de
Nemea, servirse de la piel del zorro cuando falta la del leon.
Pndaro habia dicho antes que
Lisandro:
El que quiera vencer triunfar
de un obstculo, debe armarse de la fuerza del leon y de la prudencia de la
serpiente. (Basts, La
sabidura, III, 93,
pp. 193-195)
Muchos componedores descomponen
la novia.
() Es con relacion una novia que
todos los parientes se habian empeado en ataviar y poner adornos y colgar
preseas, dijes y perendengues, y por fin se present transformada en un
mamarracho. (Basts, La sabidura, III, 99, pp. 205-206, en el refrn Mesurada como novia en Tlamo)
Bedel, Bedel, tu aquel.
() Y ya que de bedeles hablamos,
tal vez no ser fuera de propsito referir un lance ocurrido en tiempo y en la
misma ctedra del ilustrado jesuita Juan de Mariana y que refiere el licenciado
Cosme Gomez de Tejada de los Reyes, paisano y casi coetneo de Mariana en la Historia
de Talavera, patria
de entrambos.
Habia dado la hora en la
universidad, y el Bedel cumpliendo su consigna, cerrado el aula en la que leia
dicho sabio jesuita, cuando llega un escolar que se habia descuidado un poco y
se ve consiguiente privado de entrar en la clase. El alumno que sentia en el
alma no poder oir la leccion de su idolatrado maestro, discurre y busca un
medio para no perder aquella enseanza, y burlando la vigilancia del Bedel
aprovechando la negligencia de este funcionario universitario, se proporciona
una escalera de mano, la coloca oportunamente debajo de una ventana, se asoma
por ella, desde la cual podia ver y oir al catedrtico, y se pone contento
escribir la leccion.
Al maestro Mariana le llamaria la
atencion la ocurrencia del alumno, mas para reconvenir en l su descuido
retraso le dirigi aquellas palabras del Evangelio:
Qui non intrat per
ostium, fur est, el latro.
A
las cuales el escolar, que no seria rana, le replic inmediatamente:
Utique Domine; al furendam tuam doctrinam.
Mariana
le reconvino dicindole:
El que no entra por la puerta es un ladron.
Y
el escolar le contest con prontitud:
S seor, ladron, para robar tu doctrina. (Basts, La sabidura, III, 100, pp. 206-208)
Los
disparates de Juan de la Encina.
()
[1496, se imprimieron sus poesas en Salamanca]
Entre
ellas hay veinte coplas de nueve pis cada una y de ocho slabas cada pi con
el ttulo de: Disparates trobados por Juan de la Encina.
El
asunto es una sarta de desatinos y disparates puestos de estudio propsito
para hacer reir. H aqu cmo comienzan:
Anoche
de madrugada
Ya
despues de medioda,
Vi
venir en romera
Una
nube muy cargada, etc.
No
despues de mucho rato
Vi
venir un orinal () (Basts, La sabidura, III, 107; pp. 216-217)
Cortar la cabeza la Hidra.
() La fbula dice que cuando se
cortaba una, salia al momento otra, menos que se cicatrizase la herida con
fuego.
Habiendo Hrcules recibido rden de
Euristeo para matar este monstruo, tuvo que valerse de todo su valor y ardid
para llevar cabo una empresa tan arriesgada, enumerada entre doce grandes
trabajos de Hrcules. () (Basts, La sabidura, III, 123, p. 241)
Que te quites de delante.
Acababa de ser nombrado Alejandro jefe
de la expedicion contra los persas, y un gran nmero de hombres de estado y
filsofos de Corinto pasaron felicitarle por esta eleccion. Entre ellos
esperaba el general que iria tambien saludarle Digenes el Cnico; pero nada
estaba mas lejos del pensamiento de este filsofo. Fue, pues, Alejandro ver
al Cnico. Encontrle echado al sol inmediato al tonel que le servia de casa, y
despues de saludarle le dijo si queria de l alguna cosa. S, le dijo el orgulloso filsofo, que
te quites de delante, porque me impides tomar el sol.
A pesar de quedar herido Alejandro
con esta respuesta petulante y con el desprecio que hizo de l Digenes, dicen
que admir su grandeza de nimo; y como sus oficiales al retirarse se burlaran
del jefe de los cnicos, parece que dijo: En cuanto m, si no fuese
Alejandro quisiera ser Digenes. () (Basts, La
sabidura, III,
126, pp. 243-244)
Estmago hambriento no tiene
orejas.
Se ha creido que este proverbio tuvo
su orgen de un favorito de Tito con relacion una juda llamada Miriam, la
cual durante el sitio que puso Jerusalen este emperador, habia llegado, por
efecto de la horrorosa hambre que sufrian, mantenerse con la carne de su
propio hijo. Pero la historia nos demuestra que este proverbio era conocido
antes de este horrible hecho.
Arengando Caton al pueblo en una
poca de gran caresta, habia dicho como recuerda Guitard: Arduum est,
Quirites, ad ventrem auribus carentem verba facere.
Es difcil, oh caballeros!,
hacerse oir del vientre que no tiene orejas. (Basts, La sabidura, III, 132, pp. 250-251, en el
refrn El hambriento cree ver la cara de Dios en el pan que se le ofrece)
Tiene su ninfa Egeria.
() La fbula dice que la ninfa
Egeria se retir
llorar en la soledad de los montes la muerte de su esposo; y tanto se deshizo
en lgrimas que se convirti en fuente (...) (Basts, La sabidura, III, 140, pp. 258-259)
Amor
de Pelcano.
()
Entre las muchas fbulas que se cuentan del Pelcano, la mas notable es sin duda la que supone que estima en tanta manera
sus hijuelos, que muere por ellos, abrindose l mismo su pecho para
alimentarlos con su propia sangre.
Pero
es menester tener en consideracion que lo que dio lugar esta creencia vulgar
es, que debajo del pico tiene una especie de buche saco en que deposita la
pesca que coge nadando, para comrsela despus solas con sus hijuelos con
toda comodidad y holgura.
La
manera de abrir este saco para extraer el alimento, apretndolo contra el pecho
para dar de comer sus polluelos, fue el origen de la fbula que se abria el
cuerpo con el pico, sin otro objeto que alimentarlos con su propia sangre
costa de su misma vida. Fbula que dio ascenso, no solo el vulgo en general,
sino que fue admitida y sostenida tambien por muchos hombres ilustrados, entre ellos
el venerable Fr. Luis de Granada, quien coment largamente el maravilloso
suceso.
Siguiendo
esta opinion, el Pelcano fue y es considerado por
muchos iconlogos como la imagen del amor paternal de Jesucristo sacrificado
por los hombres, y el emblema de la estimacion de los buenos prncipes para con
sus pueblos. () (Basts,
La sabidura,
III, 142, pp. 259-261)
Cornada de ansares, uada de
leon.
() Por la ua se conoce al leon.
Los latinos ya decian:
Ex
ungue leonem.
Basta veces un solo rasgo para conocer
un hombre de un gran talento de un carcter especial.
Es un proverbio de orgen griego del
clebre escultor Phidias que habiendo de hacer un leon concibi la forma y el
grandor de la fiera, segn dicen, con la sola inspeccin de una de sus uas sin
haber visto jams ningun leon. (Basts, La sabidura, III, 147, p. 266, en el refrn cornada
de ansaron, uarada de leon)
No hay camino real en
Matemticas.
Dcese que el orgen de este modismo
muy comun, viene de Euclides, clebre gemetra griego, que enseaba Matemticas
en Alejandra en tiempo de Tolomeo, hijo de Lago, 320 aos antes de Jesucristo.
Como otro de sus discpulos fuese el
hijo del mismo rey, cansado el alumno rgio un dia de las dificultades que le
ofrecia la resolucion de un problema de geometra, preguntle al maestro si
habia algun otro medio mas fcil para resolverlo: No, contest Euclides, no hay
camino real en Matemticas. (Basts, La sabidura, III, 148, pp. 266-267)
Y
aun sahumada.
()
Cuando Juan Haldudo el rico, vecino de Quintanar, jur satisfacer su criado
Andrs la soldada que reclamaba, gracias la oficiosa intervencion de D.
Quijote, dijo con mucha socarronera que le pagaria un real sobre otro y aun
sahumados; lo que
contest el protector, que tal vez conoceria la doble intencion del
ofrecimiento, que del sahumerio le hacia gracia. (Basts, La sabidura, III, 149, p. 267)
Este
es gallo.
Dicho comun para ridiculizar una mala pintura.
Cuenta
don Quijote en el cap. LXXI de su segunda parte, que habia en Ubeda un pintor
llamado Orbaneja, que cuando le preguntaban qu pintaba, respondia: lo que
saliere; y si por ventura pintaba un gallo, escribia
debajo: este es gallo, porque no pensasen que era
zorra. (Basts, La
sabidura, III,
161, pp. 279-280, en el refrn El rey es mi gallo)
Adonde quiera que yo me siente
ser vuestra cabecera.
As termina el cuento que el bellaco
de Sancho Panza cont cuando entre el Duque y D. Quijote se promovi aquel
incidente acerca de quin de los dos ocuparia la cabecera de la mesa. Segunda
parte, Cap. XXXI.
Cristbal Suarez de Figueroa en el Pasagero, alivio 10, refiere lo que sucedi
cierto mercader con un Duque de Medina Sidonia que tiene mucha analoga con
este pasaje del Quijote, y que tal vez Cervantes tuvo presente.
Psose inadvertidamente el mercader
la derecha del Duque, y habiendo andado algunos pasos y reconocido su yerro,
dijo el mercader: Suplico V. E.
se sirva perdonar mi indiscrecion; y tras esto iba mudar de lugar, pero el Duque no quiso permitirle
dicindole: Bien vais, porque yo en cualquier parte que est soy siempre el
mismo. (Basts, La
sabidura, III,
167, pp. 284-285)
El
buen soldado scalo del arado.
Refran
que se lee ya en la coleccin del Comendador Griego. As lo hacian los romanos
que sacaban del arado los hombres para hacerlos soldados, capitanes y
dictadores. Alude esto ltimo particularmente Lucio Q. Cincinato, clebre romano que en el ao 458 antes de Cristo fue sacado del arado
para ser elevado la dignidad de Cnsul romano.
Y
este hombre, despues de haber ejercido con el mayor pulso y firmeza su
magistratura, concluida esta, volvi arar su campo.
Por
segunda vez fue sacado de l para obtener nuevamente el consulado; por dos
veces la dictadura; los honores del triunfo; y ofrecindole el Senado tierras,
esclavos, ganados, todo lo rehus constantemente para volver cultivar su
reducida posesin. () (Basts,
La sabidura,
III, 169, pp. 285-286)
El
parto de los montes.
()
Es con relacion la sabida fbula de Fedro [Fbulas, IV, 25], en la que
supone que una montaa se puso en conmocion, y todo para parir un raton. (Basts, La sabidura, III, 170, p. 286)
El herrero de Arganda que l se
lo fuella y l se lo macha, y l se lo lleva vender la plaza.
Este antiguo refran, que en s trae
la explicacion, se aplica al que trabaja sus solas, sin tomar consejo y ayuda
de nadie ()
Tomaria su orgen, esta locucion
proverbial, de la conducta observada por algun herrero de Arganda, pueblo de la
provincia de Madrid, dicesis de Toledo. () (Basts, La sabidura, III, 171, pp. 286-288)
Por un clavo se pierde una
herradura.
Advierte este refran que el descuido
sobre alguna cosa, al parecer de poca importancia, suele acarrear prdidas y
daos muy graves.
De aqu se dijo: Por un clavo se
pierde una herradura, por una herradura un caballo y por un caballo un
caballero.
Resultando que de una insignificante
falta, acontece un gran mal; porque, como lo explica un bondadoso comentador:
La falta de un clavo da lugar que se pierda la herradura; perdida la
herradura, el caballo no puede andar y ocasiona la prdida del animal, y
perdido este, se pierde tambin el caballero, porque el enemigo le consigue y
le mata; y todo esto, por no haber atendido al clavo de la herradura de un
caballero.
() Cuntase tambien cierta ancdota,
muy moral, acerca un trozo de herradura que viajando Jess con san Pedro no
quiso este coger, y que recogi y guard el Seor, etc. [No quiso san Pedro
agacharse para recoger la herradura, mas luego, acuciado por el hambre y la
sed, se tuvo que arrodillar varias veces para recoger unas cerezas.] (Basts, La
sabidura, III,
171, pp. 286-288, en el refrn El herrero de Arganda que l se lo fuella y
l se lo macha, y l se lo lleva vender la plaza)
Apartad, padre!...
Expresion que suponen dijo el clebre
Alonso Cano estando agonizando y rechazando al propio tiempo el crucifijo que
su confesor le presentaba para que le adorase en aquellos momentos angustiosos.
Qu hace!!! —preguntle
el padre con sorpresa. — No sabe que la imagen que separa es la de
Jesucristo muerto en la cruz para salvarle, y que es quien le ha de juzgar como
todos, y al que tiene todo pecador que implorar el perdon de sus pecados?
Djeme,
padre, morir en paz! —contest el anciano moribundo, —aparte por
Dios de mi vista ese crucifijo; traiga una cruz sola, que yo, con la
imaginacion, me representar el Cristo. Quiere acaso que me irrite porque est
tan mal labrado, y que me lleve el diablo? () (Basts, La sabidura, III, 173, pp. 288-289)
Buenos cannigos y mal cabildo.
() Con este motivo se refieren
varias ancdotas, y entre ellas la de un general que deseando construir un
cuerpo de guardia inmediato una catedral, tante el nimo de los cannigos y
halllos todos aisladamente propicios al proyecto: mas reunindose luego
todos ellos en cabildo, fall la corporacion en contrario.
El general, que se vi desairado y
que por otra parte no era hombre para pararse en pelillos cuando se le ponia
una cosa entre ceja y ceja, mand secretamente que en menos de una noche se
construyese el deseado cuerpo de guardia, y cuando los cannigos fueron por la
madrugada maitines, se encontraron con la novedad de que el puesto militar
estaba levantado y con la correspondiente guardia, con lo cual los cannigos
estaban para darse los demonios.
Deseando luego el general calmar la
ojeriza de los cannigos, convidlos todos una comida hizo servir la
vez cada uno de los comensales un buen guiso diferente, que cada uno de ellos
elogi como excelente despues de haberle probado.
Cuando instantneamente, una seal
convenida, todos estos potajes fueron arrebatados por numerosos criados,
quienes los echaron en una desmesurada sopera vaca que habia en medio de la
mesa, y que con la mezcla de tanta comida, pasaron formar un plato que por
precision habia de ser detestable.
Seores, dijo entonces el general,
he querido presentarles un smil de lo que son ustedes. Tomados separadamente
son ustedes muy buenos, pero reunidos, maldito lo que valen sus seoras.
Y enseguida mand servirles otra
deliciosa y suculenta comida general, con lo que calm en todos los sentidos la
irritabilidad canonical y capitular. (Basts, La sabidura, III, 178, pp. 294-295)
Tanto que peor.
H aqu el orgen de esta locucion:
En la segunda parte de El
sobremesa y alivio de caminantes, de Juan de Timoneda, se leen cincuenta cuentos que tienen la
circunstancia de contener cada uno de ellos la declaracion de un dicho frase
proverbial; y como muestra de ellos reproducimos el primero.
Hablndole un mancebo labrador si
queria casarse con una moza del mesmo pueblo, respondi que no, porque le
habian dicho que era grande comedora de pan, y que no podia l mantenerla, por
no tener mas de lo que ganaba cada dia con sus manos. Sabido por la moza,
encuentra con l en la calle y dcele: Sabido he que no queris casaros
conmigo, porque dicen que soy gran comedora de pan. Sabeis cunto lo soy, que me obligo con
este solo mendruguillo de pan que traigo en el remango de la laya, beber un
cntaro de vino?
Respondi el mancebo: Tanto peor. [Espasa-Calpe, ed. Cuartero-Chevalier, I, 26] (Basts, La
sabidura, III,
179, pp. 296-296)
Que
se ha vestido primero el jubn que la camisa.
Estndose
vistiendo un mancebo ladrn que acababan de azotar, y dndose priesa por
ahorrar la grita de los muchachos, dijo uno de dos hombres que lo estaban
mirando al otro:
—
Habis visto?, y qu priesa se est
dando en vestirse!
Respondi el otro:
—Mirad
qu tanta, que se ha vestido primero el jubn que la camisa. (Timoneda,
Sobremesa, I, 90) [Incluido en Basts, La sabidura, III, 195, pp. 306-307, en el refrn La caridad bien ordenada
comienza por s mimo]
Perico el de los Palotes
Perico entre ellas.
Pelar la Pava
() En una ilustrada Revista
literaria que aos atrs salia luz en Madrid, public don Juan Mara Maury,
autor de LEspagne Poetique, lo siguiente:
PERICO ENTRE ELLAS
CUENTO
REFERIDO POR UNA DONCELLA DEL ALCZAR
————
Naci bonito y se
cri mimado
El murciano galan Pero
Fonclara
Hidalgo, buena lanza,
auque preciado
Mas que del brazo de
la linda cara:
A sus juegos de
esgrima aficionado,
Cuando crecido, par
se aficionara
De su madre jugar
con las doncellas:
Viene de all lo de PERICO ENTRE ELLAS.
Sigui
su inclinacion muchas, cuando
Fuera ya tiempo de
fijarse en una:
Ventecico entre flores
susurrando;
Palabras dulces y
seguir la tuna.
Despues de producido
algun desmando,
Dio con la chica del
seor de Osuna:
Oyle grata el
requebrar de moda,
Y estrechar algo mas
union que boda.
Concertaron
que dentro del castillo
Quedase aparentando
que se iba:
El escondiste el hueco
de un portillo:
A las doce tendrn
cena festiva:
A las once,
asustndole, el pestillo
Levantan; es la jven
compasiva:
Porque no se fastidie
en no hacer nada,
Le trae ocupacion
proporcionada.
Dos
aves que pelar para el asado,
Pues no hay criado en
que fiar La hora
Ansiada dio; las dos,
las cuatro han dado;
Ya se tienden los
rayos de la aurora.
Danle en fin libertad:
sale emplumado,
Saludndole as la voz
traidora:
Pollitos pele
quien PEL LA PAVA,
Y plumas vista el
que de gallo andaba.
Pelar
la pava.
Frase proverbial, lo mismo que
murmurar por pasatiempo.
Pasar el tiempo entretenidamente.
Parece que vino de haber sido
sorprendida una moza de servicio con un galan de su clase en postura no muy
ejemplar entre la cancela y el zaguan, y que interrogados acerca de en qu se
ocupaban, salieron con que pelaban los dos la pava, y verdaderamente la pelaban. Es
decir que bajo pretexto de pelar desplumar la pava, se entretenian mientras
tanto charlando (Basts, La sabidura, III, 203, pp. 315-316)
Uno piensa el bayo, y otro el que
le ensilla.
Esto se dijo y qued en proverbio al
ver que el dueo de un caballo bayo de color dorado bajo, le ensillava (sic) para entregarle al que acababa de
comprarlo, mientras el caballo creeria por las monadas que hacia, que solo era
para sacarle pasear y volverle al regalado pesebre. () (Basts, La sabidura, III, 207, p. 319)
Teneo
te Africa.
Expresion oportuna que solt
Scipion, general romano, al llegar Africa.
Cervantes
cuenta este acontecimiento histrico del modo siguiente:
Llega
Scipion Africa, tropieza en saltando de la embarcacion tierra, tinenlo por
mal agero sus soldados; pero l abrazndose inmediatamente con el suelo dijo:
No te me podrs huir, frica, porque te tengo asida y entre mis brazos.
Quijote, 2. parte, cap. 58. () (Basts, La
sabidura, III,
208, pp. 319-320)
[1] Vicente Joaqun Basts y Carrera naci en Tremp (Lrida) en 1799 y falleci en Barcelona en 1873. Estudi Farmacia; fue Catedrtico en el Liceo filarmnico-dramtico de Barcelona; pero tambin se entreg al estudio de las letras. Dirigi y particip en diversas publicaciones peridicas, adems de producir varias publicaciones: Diccionario histrico enciclopdico (1828), Arqueologa o coleccin general de monumentos (1831), Curso de declamacin o arte dramtico (1833-1865), Barcelona antigua (1834), Historia de la Palestina o Tierra Santa (1834), Historia de los Templarios (1834), Nuevas anotaciones al ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (1832-1834), Oficio de Semana Santa, Diccionario de Historia Sagrada, Las metamorfosis de Ovidio (1851), Memorndum anual y perpetuo de todos los acontecimientos naturales o extraordinarios, histricos, civiles y religiosos que ocurren o de los cuales se hace mencin en el curso del ao: explicando el origen, la etimologa, el significado y la historia de cada uno de ellos (1855-1856), Nomencltor sagrado (1858), El trivio y el cuadrivio La nueva enciclopedia: el como, cuando y la razon de las cosas (1862), etc. Todas ellas publicadas en Barcelona.
Para nuestro propsito consideramos nicamente La sabidura de las naciones, los evangelios abreviados. Probable orgen, etimologa y razon histrica de muchos proverbios, refranes y modismos usados en Espaa con oportunas observaciones del S. D. Juan Eugenio Hartzenbusch, Barcelona, Librera de Salvador Manero, 1862, 1863, 1867.
La referencias que har Iribarren en su El porqu (el cual contrastamos con La sabidura de las naciones) al mencionado Memorndum son ms escasas. Tambin menciona en su bibliografa las Nuevas anotaciones al Ingenioso Hidalgo.
[2] Jos Mara Iribarren naci en Tudela el da 31 de octubre de 1906 y falleci el 11 de junio de 1971. Estudi Derecho y Filosofa y Letras. Fue secretario del general Mola durante la guerra Civil, dedicndose posteriormente a la abogaca y las letras. Ostent diversos cargos, como acadmico de la Real Academia Espaola de la Lengua. Es figura descollante en las letras navarras del pasado siglo XX. Su produccin literaria fue muy variada, desde sus iniciales Estampas tudelanas (1931), hasta algunas producciones que han aparecido pstumamente. Gran parte de su produccin hace referencia a tradiciones, folklore y costumbres de Navarra.
Para
nuestro propsito se considera nicamente El porqu de los dichos. Sentido,
origen y ancdota de los dichos, modismos y frases proverbiales de Espaa con
otras muchas curiosidades (1955), reimpreso y agregado
en sucesivas ediciones. Citamos por la 11 edicin del Gobierno de Navarra.
Departamento de Educacin y Cultura, 1988, con estudio, introduccin e ndices
de Jos Mara Romera.