Pedrosa, JosŽ Manuel. Sobre: Margit Frenk, Poes’a popular hisp‡nica: 44 estudios. MŽxico D.F.: Fondo de Cultura Econ—mica, 2006. Culturas Populares. Revista Electr—nica 3 (septiembre-diciembre 2006).

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ISSN: 1886-5623

 

 

 

Margit Frenk, Poes’a popular hisp‡nica: 44 estudios. MŽxico D.F.: Fondo de Cultura Econ—mica, 2006; 833 pp.

 

M

uy pocas veces, en el ‡mbito de cualquier disciplina cient’fica, ha podido ser asociado el nombre de algœn especialista al surgimiento, al desarrollo y a la consolidaci—n de toda una parcela o de todo un gŽnero dentro de esos estudios. En el dominio de la Filolog’a Hisp‡nica, es posible que s—lo haya dos nombres a los que se pueda reconocer un mŽrito semejante: el de don Ram—n MenŽndez Pidal, que fue, en la pr‡ctica, el exhumador, el reivindicador, el gran constructor, y adem‡s el promotor de una influyent’sima escuela (que sigue, hoy, plenamente viva y operativa) de estudios sobre el romancero y sobre la Žpica hisp‡nicas; y el de Margit Frenk, que es la persona que, hace ya seis dŽcadas, situ— en el mapa de la ciencia e introdujo en los manuales de literatura y en los curr’cula universitarios un gŽnero, el de la l’rica popular hisp‡nica, que, sin ella, se hubiera quedado en alguna oscura cripta, esperando mejor ocasi—n y aguardando el esfuerzo, que hubiera tenido que ser seguramente colectivo, de toda una generaci—n o de varias generaciones de estudiosos para poder salir a la luz.

ÀPor quŽ raz—n habr’a precisado, la l’rica popular hisp‡nica, del Òesfuerzo, que hubiera tenido que ser seguramente colectivo, de toda una generaci—n o de varias generaciones de estudiosos para poder salir a la luzÓ? Porque resulta casi impensable, y es, desde luego un caso tan asombroso como excepcional, que sobre los hombros de una sola persona haya podido recaer la tarea de arrancar todo un gŽnero literario de la penumbra de oscuros impresos, de casi ilegibles manuscritos, de pliegos, novelas, piezas teatrales, colecciones de canciones polif—nicas, romances, cuentos, paremias, miscel‡neas, y de un sinf’n de fuentes m‡s, tan impresionante, casi tan incre’ble, como el que podemos atisbar en las secciones de ÒBibliograf’aÓ y de ÒêndicesÓ del Nuevo Corpus de la Antigua L’rica Popular Hisp‡nica (Siglos XV a XVII) (MŽxico: Fondo de Cultura Econ—mica, 2003), de la misma autora.

Impensable resulta, igualmente, que esa misma persona haya hecho no s—lo la labor arqueol—gica, la exhumatoria, la de acotaci—n y fijaci—n del corpus, sino, tambiŽn, la de su clasificaci—n, su estudio, su cr’tica; y que, bajo su impulso, haya recorrido esa disciplina el itinerario que lleva desde los primeros balbuceos hasta la m‡s redonda madurez. Y que lo haya hecho, al principio, en la m‡s absoluta soledad, y despuŽs, en paralelo con la primero t’mida y despuŽs pujante escuela que ella misma ha impulsado y que sigue, hasta hoy, aliment‡ndose de su magisterio. Porque la escuela de Margit Frenk est‡ hoy desparramada por un mont—n de pa’ses y sigue avanzando por los caminos que desbroz— y sigue desbrozando su maestra. Y porque es imposible hacer ninguna reflexi—n ni ningœn estudio sobre el gŽnero de la l’rica popular hisp‡nica, en particular sobre la antigua, sin remitir, una y muchas veces, al monumental Nuevo Corpus y a los 44 estudios de Poes’a popular hisp‡nica que ahora rese–amos.

La influencia de la labor de Margit Frenk ha sido tan poderosa, que, por tener, ha tenido hasta un efecto secundario y colateral imprevisto y no del todo justo ni positivo: el gŽnero de la antigua l’rica popular hisp‡nica (la medieval, la renacentista, la barroca) que ella ha logrado introducir en el canon de estudios de la Filolog’a Hisp‡nica se ha convertido en una etiqueta, en una imagen de marca tan acu–ada, tan aut—noma, que la l’rica popular moderna, la que fue y es cultivada y documentada en los siglos XVIII, XIX, XX, XXI, sigue sin ingresar en el olimpo de las historias de la literatura ni de los curr’cula universitarios, o sigue teniendo en Žl una presencia meramente marginal, refleja, residual, cuando resulta que es un parcela inseparable y un dep—sito riqu’simo e interesant’simo de joyas literarias, sin el que no se puede, de ninguna manera, comprender lo que fue la l’rica popular antigua.

Lo injusto y negativo de este efecto colateral de la labor canonizadora de la l’rica antigua que ha impulsado Margit Frenk no puede ser atribuido, de ningœn modo, a ella, sino, m‡s bien, al tipo de recepci—n, al modo en que se ha dejado sentir la influencia de una obra que es enorme y multifacŽtica. Porque Margit Frenk es, tambiŽn, y justamente, la persona que m‡s ha hecho por reivindicar, por recuperar, por estudiar, por editar dignamente esa l’rica popular moderna que no ha alcanzado todav’a no se sabe muy bien por quŽ el favor ni ha captado la atenci—n con muy contadas excepciones.del comœn de los cr’ticos.

Margit Frenk es, en efecto, la impulsora y la directora del gigantesco (en cinco gruesos volœmenes) Cancionero folkl—rico de MŽxico (MŽxico D.F.: El Colegio de MŽxico, 1975-1985), que es, ni m‡s ni menos, el m‡s nutrido e importante, y acaso el œnico cancionero de l’rica popular moderna e hisp‡nica que ha sido editado, hasta hoy, con criterios filol—gicos. Margit Frenk, fue, adem‡s, la autora, nada menos que en 1960, de un art’culo ya cl‡sico, el de ÒSupervivencias de la antigua l’rica popularÓ, que se reedita, ahora, en el volumen que rese–amos, y que fue el primero que llam— la atenci—n sobre la tradici—n oral moderna como continuadora de la venerable tradici—n vieja y como repertorio digno de recuperaci—n, de atenci—n, de estudio. Y a su empe–o se debe, tambiŽn, que los aparatos cr’ticos del Nuevo Corpus de la antigua l’rica popular hisp‡nica se muestren desbordantes, en la secci—n de ÒSupervivenciasÓ, de canciones documentadas en los œltimos siglos y en los œltimos tiempos.

La construcci—n de los c‡nones suele ser resultado no s—lo de buenas y articuladas propuestas, sino tambiŽn de duras negociaciones y de dif’ciles encajes con las expectativas de recepci—n de cr’ticos, de especialistas, de pœblicos, de lectores. Y, a lo que parece, el Žxito de Margit Frenk a la hora de introducir la l’rica popular antigua en nuestro canon no ha sido el mismo que el que ha cosechado su empe–o de introducir tambiŽn en Žl la l’rica popular moderna. Pero lo que es indudable es que, cuando el repertorio moderno ingrese en el canon de la Filolog’a Hisp‡nica e ingresar‡, seguro, la labor pionera de Margit Frenk volver‡ a ser reconocida como esencial, y el Cancionero folkl—rico de MŽxico ser‡ considerado la piedra angular de todo el edificio cr’tico que se ir‡ trabajosamente construyendo.

            Los 44 estudios sobre Poes’a popular hisp‡nica que han visto la luz en este grueso volumen compilatorio (de 833 apretadas p‡ginas) publicado en 2006 son reedici—n, ordenada, razonada, revisada, actualizada, y, en algunos aspectos, ampliada, de art’culos que Margit Frenk dio a conocer entre 1952 y 2004. Constituyen, antes que nada, una especie de biograf’a acadŽmica, pero tambiŽn personal, e incluso emocional, de la autora. Alejados de cualquier frialdad discursiva, de la m‡s m’nima ret—rica academicista, de cualquier vana erudici—n, desprenden energ’a, traslucen pasi—n, reflejan el gozo que supone poder dedicar toda una vida a vivir y a convivir con la poes’a m‡s hermosa y delicada que puede existir, y, sobre todo, la alegr’a de trasladar esa emoci—n a los dem‡s. Quien ha tenido la fortuna de tratar y de escuchar a la profesora Frenk en vivo, no tendr‡ ninguna dificultad en apreciar algo absolutamente sorprendente: que el estilo en que est‡n redactados estos art’culos se halla muy pr—ximo al estilo oral, que a travŽs de ellos parece que se escucha el tono y la cadencia (y aun el timbre) de la voz de Margit Frenk, y que cualquier curioso reciŽn interesado por la materia podr’a seguir y comprender perfectamente su discurso c‡lido y transparente, alejado de jergas, de tecnicismos y de artilugios ret—ricos. Algo que est‡ s—lo al alcance de los grandes maestros que conocen perfectamente quŽ tecla o quŽ vena tocar para que lo complejo parezca sencillo, lo abstracto concreto, lo viejo vivo.

Cada uno de los cuarenta y cuatro estudios que componen este libro est‡ dedicado a algœn amigo, que da la casualidad de que suele ser tambiŽn algœn alumno, o colaborador, o colega. Pero que, como amigo, forma parte de la biograf’a personal, adem‡s de figurar en la lista de los contactos acadŽmicos, de la autora. En definitiva, que aœn m‡s que lo fue el Nuevo Corpus de la antigua l’rica popular hisp‡nica, este libro es, ante todo, una invitaci—n a una aventura cuasi biogr‡fica, a otro viaje sentimental, por las sendas de nuestra mejor poes’a y de la mano de su mejor conocedora. Sin que esa dimensi—n entusiastamente personal –Žse es el milagro– le reste ni calidad acadŽmica ni altura cient’fica.

Estos 44 estudios sobre Poes’a popular hisp‡nica constituyen la suma hasta hoy m‡s completa y plural que ha sido publicada con estudios sobre la poes’a popular hisp‡nica, sin mayores calificativos: porque aunque la l’rica popular antigua constituya su eje vertebral, en ellos est‡n tambiŽn representados la l’rica moderna, y, adem‡s, los romances (viejos y nuevos, octos’labos y hexas’labos), los refranes, los cuentos, las adivinanzas, las oraciones, los ensalmos, y hasta subgŽneros nuevos como el de las letrillas romanceadas, cuya primera descripci—n y acotaci—n se deben justamente a Margit Frenk y al trabajo que les dedic— en 1993.

            Recorrer el ’ndice y los t’tulos de los ahora cap’tulos (antes art’culos) de este libro nos da idea de lo enciclopŽdico de la labor realizada por Margit Frenk; y, pese a ello, no termina de hacer justicia a este libro, pues es preciso leer cada p‡gina y explorar cada p‡rrafo para llegar a percibir no s—lo las ense–anzas, sino tambiŽn las sugerencias que se desprenden de Žl. En una Žpoca en que la mayor’a de los fil—logos tiende a la especializaci—n y al encasillamiento en cuadr’culas disciplinares sumamente estrechas, estos 44 estudios tratan de casi todo, y lo abordan no s—lo desde la filolog’a m‡s formal (la que atiende a los aspectos ret—ricos) y desde la filolog’a m‡s cercana a la hermenŽutica (la que atiende a los aspectos simb—licos), sino tambiŽn desde la historia, desde la sociolog’a, desde la antropolog’a, desde la mœsica.

Quien quiera hacerse una idea clara de lo que son los conceptos de pueblo y de cultura popular, aqu’ podr‡ inspirarse; quien quiera conocer mejor las relaciones entre poes’a del pueblo y poes’a de las Žlites, o sobre el modo en que fue dignificada la canci—n an—nima y tradicional en los Siglos de Oro, o sobre la manera en que autores como Lope, Cervantes y tantos otros reelaboraron el repertorio l’rico del pueblo, o sobre c—mo se desarroll— una cierta oralizaci—n de la l’rica de autor, aqu’ encontrar‡ estudios de absoluta referencia. Las reescrituras religiosas y sat’ricas, el agotamiento de viejos (como las jarchas o los zŽjeles) y el nacimiento de nuevos (como la seguidilla) subgŽneros, la cuesti—n de las glosas, de los estribillos, de la dimensi—n r’tmica, sonora, musical, de estas canciones, del estilo y el lŽxico, de la sintaxis y el sentido, el problema de c—mo distinguir los versos verdaderamente tradicionales de sus posibles imitaciones, el modo en que unos gŽneros mezclaron sus corrientes con las de otros (las canciones con los refranes, los romances, los cuentos, y viceversa), la nada irrelevante cuesti—n del gŽnero de estas canciones (Àexisti— una l’rica popular femenina?), el modo en que reflejan clases y estamentos, las subdivisiones tem‡ticas (desde las canciones de amor y las obscenas hasta las religiosas o las anticlericales, pasando por las de trabajo o las b‡quicas), el problema de la diversidad de fuentes, de los or’genes remotos y las manifestaciones œltimas, de la posible interpretaci—n de palabras o de versos problem‡ticos... A todo eso se da, en los 44 estudios que conforman este libro, respuesta clara, ponderada, sensible y sabia al mismo tiempo, precisa pero tambiŽn abierta, ya que este libro se sabe eslab—n (y eslab—n principal, desde luego) de una cadena que no se agota con Žl, aunque lo tome por ra’z y tronco.

Las 45 apretadas p‡ginas de ÒBibliograf’aÓ y las 74 aœn m‡s densas p‡ginas de ÒêndicesÓ (de autores, de obras y de primeros versos) despiertan, al final, de la enso–aci—n en que cualquier lector podr’a haber permanecido: lo que est‡bamos leyendo era, en efecto, un libro de cr’tica de la poes’a, y no un libro de simple y hermosa poes’a, que es lo que tantas veces parec’a.

 

 

JosŽ Manuel Pedrosa

Universidad de Alcal‡