Prat Ferrer, Juan Jos. Internet, hipermedia y la idea de comunidad. Culturas Populares. Revista Electrnica 3 (septiembre-diciembre 2006).

http://www.culturaspopulares.org/textos3/articulos/prat.htm

ISSN: 1886-5623

 

 

 

 

Internet, hipermedia y la idea de comunidad

Juan Jos Prat Ferrer

Universidad SEK, Segovia

Resumen

El autor hace un repaso de las principales teoras sobre los entornos comunicativos segn se fueron desarrollando al lo largo del siglo XX formando las teoras de la gran frontera primero y luego las de la continuidad para centrarse en los entornos de los medios de comunicacin de imagen y sonido y finalmente en el ciberntico. Aborda despus el tema de si puede existir folklore en un entorno ciberntico; teniendo en cuenta que el folklore se considera como cultura de grupo, se analizan conceptos como el concepto de comunidad o de grupo en la folklorstica y en la ciberntica, los conceptos de grupo invisible y grupo virtual y la interaccin que en algunos casos se ha producido en comunidades cibernticas. El concepto de identidad real e identidad virtual tambin se trata en este artculo. Finalmente se hace referencia a la necesidad de cambiar la metodologa de trabajo de campo al enfrentarse al anlisis de la comunicacin ciberntica.

Palabras clave: comunicacin, grupo, ciberntica, folklore, identidad, virtulaidad.

 

Abstract

The author reviews the main theories on communicative environments and media as the developed along the 20th C. forming what is known as the Great Divide Theories which where followed by the theories of continuity. The audiovisual communication media and the cibernetic environments are discussed along these lines. Then the author deals with the issue of wheter there can be folklore in a cibernetic environment, taking into account what it is considered as a type of culture developped within groups; important concepts such as those of community and group in folkloristics, as well as in cibernetics are analyzed; also, concepts such as invisible or virtual groups and the interaction that has happened in some cases in cibernetc communities. The concept of real versus virtual identity is also dealt with in this article. Filnally, there is a reference to the need to adpat the methodology of field work when studying cibernetic communiction.

Key words: communication, groups, cibernetics, folklore, identity, virtuality.


 

El hipermedia y la difusin de la folklorstica

H

a quedado demostrado que los nuevos soportes interactivos presentan una serie de posibilidades interesantsimas en lo que se refiere a la educacin y a la divulgacin en disciplinas que se centran en lo visual, en especial la historia del arte.[1] Como suele ocurrir en los ambientes acadmicos, todo avance en una disciplina representa la posibilidad de avanzar en otras; por poco que se sepa de la historia del desarrollo de lo que algunos llaman la alta cultura, se puede constatar este hecho.

No creo nada inoportuno traer a colacin un ejemplo extremo que nos sirva para iluminar esta interinfluencia, centrndonos en la folklorstica, que es el tema que nos ocupa: Esta disciplina nace de los estudios filolgicos e histricos aplicados a lo popular, en una poca en que el pensamiento de Herder y el movimiento romntico predicaba un rechazo al clasicismo francs y una recuperacin de las races culturales de cada nacin, cosa que solo se podra hacer buscando en el segmento de la poblacin no contaminado por esta cultura importada: el campesinado. En la mente de estos primeros investigadores existan diferencias fundamentales entre las dos culturas, diferencias que se pueden resumir en el hecho de que una era llamada "cultura de arte" y la otra, "cultura natural". Pues bien, para estudiar esta cultura natural, los precursores de la folklorstica y los primeros folklorlogos tomaron prestados conceptos de los bilogos que sirvieron de analoga para estructurar su pensamiento y sentar las bases de la nueva disciplina. El cientfico sueco Karl von Linn o Linneo (1707-1778), fundador de la botnica sistemtica, entre 1735 y 1737 haba desarrollado un sistema de clasificacin de las plantas, basado en la estructura y disposicin de los rganos reproductores, que influy en la investigacin posterior.[2] Goethe adapt este mtodo de clasificacin y estudio de las estructura de organismos y de cmo se interrelacionan al estudio de la cultura natural. Con ayuda de este marco se pudo explicar fenmenos a la vez consistentes y variados, o, dicho de otro modo, las variaciones dentro de un mismo tipo. El paso siguiente era formular las leyes orgnicas que mantienen la consistencia.[3] Goethe fue, adems, uno de los primeros en usar el sistema de clasificacin binario, que en gran medida determina el pensamiento cientfico y tecnolgico actual, dejando de lado el pensamiento ternario, de tan honda tradicin cultural en Europa. La enorme variedad de los materiales naturales, por un lado, y su estabilidad y consistencia, por otro, se explica, segn el modelo de Goethe, por medio de la morfologa, o estudio de las funciones: un mismo tipo se manifiesta en variantes, en las que ciertos elementos se mantienen constantes por desarrollar la misma funcin, mientras que otros cambian al variar su funcin. Siguiendo esta lnea, estudiosos de la talla de Vladimir Propp o Arnold Van Gennep hicieron sus importantes aportaciones a la folklorstica. El investigador ruso Vladimir Propp, que revolucion los estudios de narratologa, citaba a Goethe al principio de cada captulo de su Morfologa del cuento. Por su parte, Arnold van Gennep criticaba en los aos veinte la mana histrica decimonnica que consideraba que solo era significativo en lo contemporneo lo que tiene relacin con el pasado, con lo cual lo muerto llega a tener ms importancia que lo vivo. l prefera estudiar el folklore como un organismo vivo, y no como un fsil. En el Manuel de folklore franais contemporain (1943) Gennep precis las caractersticas del "mtodo biolgico" que l defenda: un material no se debe considerar aislado, ya que es parte de un todo complejo y cambiante; hay detalles que se agrupan en torno a un ncleo, pero cada uno de estos detalles tambin hacen de ncleo; en el estudio se debe proceder, pues, de lo externo a lo interno, y de lo sencillo a lo complejo. Otros estudiosos de las producciones de la cultura popular centraron sus investigaciones en determinar las leyes que rigen la creacin y transmisin de los materiales folklricos, pero basten estos ejemplos para demostrar, por una parte las ventajas que a los estudiosos de un campo les aporta la interdisciplinariedad y por otra, el carcter definitivamente interdisciplinario de la folklorstica.

Si la folklorstica ha sabido utilizar de manera tan provechosa las aportaciones de una disciplina tan lejana como la biologa y despus de incorporar estos pensamientos, influir en otras disciplinas como la antropologa o la filologa, no estar de ms que se adentre en un mbito que la toca de lleno, como es el de la nueva cultura que se puede crear con la entrada de la ciberntica como un elemento importante de la sociedad actual. Un estudio de este tipo debe, por necesidad, partir de lo que para la mente humana representa la informtica y las diferencias entre el tipo de pensamiento que este medio genera comparado con los ya existentes, resultado de otros procesos tecnolgicos. Si el origen del folklore es la oralidad, lo cual nos lleva a un entorno primario en la comunicacin, y la tecnologa hipermedia es un entorno ciberntico situado en el otro extremo del desarrollo humano, no podemos dejar de lado las etapas intermedias que conectan a ambos. Nos importa tambin ver qu cambios produce la implantacin de un nuevo medio en las sociedades a las que afecta. Ms an, una investigacin de este tipo no se debe centrar solo en la la disciplina, sino que tambin debe adentrarse en el estudio de las posibilidades que la ciberntica ofrece para el desarrollo y difusin del folklore, es decir, de los productos culturales no institucionalizados. La pregunta es estamos ante un desarrollo en lnea recta, en el que el pasado es totalmente irrecuperable o, por el contrario, nos movemos en espiral, con lo cual se rescatan, aunque a otro nivel estructuras, formas, reglas y modos de etapas anteriores?

 

Culturas orales, textuales y electrnicas: fronteras o continuidad?

Durante siglos, pero sobre todo desde el comienzo de la Era Moderna, la sociedad occidental ha estado dividida por clases y estamentos, estructura que solo a duras penas algunas sociedades han podido superar; el trato entre los individuos de clases diferentes se rega por patrones muy formalizados; este trato en algunos casos se produca solo en ocasiones muy especficas. No nos debe sorprender, pues, el gran desconocimiento que las clases cultas, los urbani literati, sobre todo a partir de la creacin de las universidades y con la unificacin de una "alta cultura" cada vez ms universal, han demostrado poseer sobre el mundo en que los analfabetos vivan y sobre las culturas que entre ellos se han desarrollado. Por otra parte, segn la alfabetizacin se expanda y la escritura se converta, de forma lenta pero segura, en el medio principal de comunicacin social y de memoria colectiva, los alfabetizados fueron olvidando la cultura oral, que se redujo a los mbitos de los campesinos y de los obreros, por un lado, y de las mujeres, por otro. Con el uso de la escritura la poblacin dominante fue perdiendo la capacidad de memorizar y de recrear relatos y otros tipos de produccin folklrica.

Sin irnos demasiado lejos en la historia, podemos ver cmo en el siglo XVIII se impuso una dicotoma en la nocin de sociedades humanas; por un lado estaban las sociedades nacionales, modernas, que hacan uso de la escritura, y por otro, las irracionales, primitivas o salvajes, grafas o analfabetas. Para el hombre culto occidental la ausencia de escritura en las sociedades arcaicas equivala a primitivismo. No es de extraar que la Historia, como disciplina, considere materia de estudio las sociedades en que ha aparecido la escritura, dejando el estudio de las sociedades grafas a la prehistoria o a la etnografa o antropologa cultural. Estas ideas se mantuvieron ms o menos firmes hasta que a mediados del siglo XX se despert el inters sobre la relacin entre culturas orales y culturas alfabetizadas, y a partir de entonces se han ido publicando estudios centrados sobre todo en la tipologa y contenido de los textos y en el efecto que el medio de comunicacin produce en los individuos y en sus comunidades. El tema no deja de ser interesante, pues si queremos saber qu cambios culturales puede producir el entorno ciberntico, debemos constatar si en la historia de la humanidad las tecnologas de la comunicacin han producido modificaciones individuales o colectivas tanto en la estructuracin del pensamiento como en el comportamiento.

A principios de los aos sesenta, los investigadores de la Toronto School of Communications empezaron a tratar estos temas. En efecto, en 1962, el investigador canadiense y terico de la comunicacin, Marshall McLuhan (1911-1980), public The Gutenberg Galaxy, obra que versa sobre los cambios en la forma de pensar que la llegada de la imprenta ocasion en las sociedades modernas. Para McLuhan las tecnologas no son solo inventos que la gente usa, sino que tambin modifican a los individuos y a sus sociedades; McLuhan resumi esta idea en la frase el medio es el mensaje. La llegada de la imprenta, con su homogeneidad repetitiva frente a la variacin continua de la palabra hablada, inaugur lo que llama una "tirana de lo visual". La palabra hablada y la copia manuscrita pasaron a convertirse en desviaciones o variantes secundarias de la forma estndar, representada por la palabra impresa. Si las naciones modernas se formaron tras la aparicin de la imprenta, y por tanto reflejan esta homogeneidad, con la aparicin de la informtica y de los textos electrnicos, estas sociedades seguramente sufrirn cambios profundos, ya que se pasar de un medio homogeneizador a un medio globalizador. En esta edad electrnica el dominio global estar en manos de quien domine los nuevos medios de comunicacin, es decir, de las sociedades, equipos e individuos que controlen estos medios. Puede, por otra parte, ocurrir que aparezca un nuevo tribalismo que reaccionar a las imposiciones globalizadoras de las naciones ms poderosas, aunque esta nueva diversidad bien puede acabar siendo tan solo un elemento superficial.

En 1967 public The Medium is the Massage (El medio es el masaje), referencia humorstica a la mass-age o edad de las masas, libro que McLuhan escribi en colaboracin con Quentin Fiore. En esta obra los autores nos muestran cmo el mensaje se adapta al medio, o dicho de otro modo, cmo el medio conforma el mensaje. Una de las afirmaciones de McLuhan es que la lectura nos ha llevado a la fragmentacin de la sociedad y a una mayor alienacin. l crea que los medios electrnicos nos llevaran a una nueva colectivizacin, a la aldea global (global village, trmino que l acu), ya que gracias a la informtica se podran unir personas fsicamente separadas.

A pesar de lo atractivo que puedan resultar las hiptesis de McLuhan, lo que estamos constatando es algo bastante diferente; se est produciendo una mayor alienacin de los individuos, alienacin que se percibe como peligrosa especialmente en el mundo infantil, donde es ms necesaria la interaccin. La televisin y los videojuegos en demasiadas ocasiones sustituye a la interaccin humana. McLuhan no vivi lo suficiente para constatar este hecho.

En 1963, un ao despus de la publicacin de The Gutenberg Galaxy, aparece Preface to Plato, del autor ingls y profesor de la Universidad de Yale, Eric A. Havelock. La obra de Havelock no mira al futuro desde el presente, sino que se dirige a explicar el pasado; estudia la transicin de la oralidad a la escritura en el mundo griego, el desarrollo histrico de la Grecia antigua hasta Platn y la lucha de este filsofo contra los poetas tradicionales al tratar la educacin de la juventud. Havelock nos recuerda que la poesa griega era oral, incluso en tiempos de Platn; su aprendizaje se basaba en la repeticin, pero esto supona un problema: al repetir un texto, el individuo llegaba a identificarse con lo que el texto deca; era, por tanto, un instrumento de educacin y adoctrinamiento muy eficaz. La tradicin oral desarrollada en Grecia era o bien legal y poltica, o bien histrica y doctrinal; se basaba en la memoria y por lo tanto el poder estaba en los que podan y saban cmo recordar y comunicar bien lo aprendido. Para los griegos la poesa era parte de la vida cotidiana; lo que mereca recordarse se memorizaba en forma potica; as pues, los profesionales de la memoria colectiva llegaron a ostentar un poder considerable.

Platn, que representa la palabra escrita, contrapona la doxa de la poesa al logos de la filosofa; se quejaba de que la poesa, sobre todo la homrica, no educaba en la moralidad. Peor an era el drama, pues no era un relato en tercera persona, sino en primera y se basaba en la mimesis, que identificaba al actor con el personaje y al pblico con el actor, lo cual, segn Platn, produca un debilitamiento de la moralidad; la poesa para el filsofo griego no se basa en el conocimiento preciso y por tanto tiende a destruir la facultad de razonar. Por esta razn expuls a los poetas de su Repblica.

En La musa aprende a escribir (1996), Havelock contina su lnea de investigacin; rastrea ahora los restos de oralidad que se pueden encontrar en los textos homricos. La poesa homrica serva de archivo de tradiciones de la cultura panhelnica y su funcin principal era didctica. En aquellos tiempos la cultura griega era enteramente oral; la alfabetizacin fue un proceso paulatino que ya en tiempos de Platn se haba consumado, pero solo en los estratos sociales cultos. Con la escritura no solo comienza el cultivo de la prosa, se pasa tambin de la tradicin enciclopdica a la especulacin y a la reflexin crtica, lo que da lugar al surgimiento de nuevas disciplinas, entre ellas la filosofa. La cultura oral, de carcter ms concreto e inmediato, se centraba en la accin, de ah la importancia que tena el verbo hacer; la escrita pas a poner atencin al verbo ser al concentrarse en la esencia de las cosas.

Claro est que Havelock considera solo las implicaciones que este cambio produjo en las clases dominantes, que son las que nos han dejado textos escritos. Ampliar sus conclusiones a la totalidad de la poblacin sera temerario, sobre todo si consideramos que todava en el Siglo de las Luces el ochenta por cien de la sociedad europea era analfabeta.

Jack Goody, profesor de la universidad de Cambridge y antroplogo que durante aos realiz trabajos de campo en frica, mantiene que existen diferencias radicales entre las culturas alfabetizadas y las analfabetas hoy da, y que estas diferencias son mayores que las que se pueden encontrar entre las diferentes formas de hacer literatura. La escritura origin la secuenciacin y la espacializacin de la palabra, cosas que no existen en una cultura oral; esto se intensific con la llegada de la imprenta y se ha convertido en algo prcticamente instantneo con la llegada del ordenador.

En Domestication of the Savage Mind (1977), Goody estudia los cambios que la alfabetizacin produce desde el punto de vista de la tecnologa, pero dejando de lado la dicotoma avanzado/primitivo, ya que toda dicotoma es producto del alfabetismo, y l pretende comprender la oralidad desde la misma oralidad. Para Goody la actividad intelectual de la oralidad es creativa, pero no analtica. La memoria como mecanismo de almacenamiento y de creacin de conocimiento permite una gran fluidez en el significado; el significado es fluido en cuanto vara de hablante en hablante. Al recitar se compone el texto; el conocimiento se recrea cada vez que se expresa, y por tanto se renueva constantemente; no existe un creador ni una manera de verificar la autora; la transmisin generadora borra la individualidad.

Con el alfabetismo, la memoria pasa, de un modo paulatino, a ser almacenada en los textos escritos, primero en las administraciones gubernativas y luego en otro tipo de instituciones. Durante mucho tiempo, el texto escrito no es sino una ayuda a la memoria, pero poco a poco se va independizando. Nacen las listas, las tablas y las frmulas escritas, que suponen nuevos modos de organizar el pensamiento; se crean categoras, y como resultado, la definicin. Se forman conceptos, que llevan a contradicciones y tambin al anlisis. De ah se pasa al escepticismo y a las ciencias.

En The Logic of Writing and the Organization of Society (1986), Goody estudi el impacto que ha tenido la llegada de la escritura en el Medio Oriente antiguo y en el frica contempornea, sobre todo la influencia que ejerce en las instituciones religiosas y jurdicas; en The Power of Written Tradition (2000), coleccin de nueve ensayos que representan una sntesis de su pensamiento, Goody opina que el nacimiento de la escritura, hace unos cinco mil aos, transform la vida humana tanto como la anterior revolucin que supuso la llegada de la agricultura. De hecho, los cambios en los medios de comunicacin han influido en el desarrollo de las sociedades tanto como los cambios en los medios de produccin. Las sociedades conocedoras de la escritura llegaron a controlar a las que solo se basaban en la tradicin oral. Por otra parte, la escritura ha sido el instrumento gracias al cual algunos grupos subordinados, como las mujeres y los esclavos, han logrado su emancipacin.

Elizabeth Eisenstein en su obra The Printing Press as an Agent of Change (1979) presenta un panorama de lo que significa el cambio del manuscrito a la imprenta en la segunda mitad del siglo XV. La imprenta sin duda mejor la transmisin de textos al eliminar al copista y los errores que se acumulaban; el nmero de libros que se producan fue mucho mayor, y menor el tiempo que se necesitaba para reproducir la misma cantidad de libros. Los lectores no solo lean lo mismo sino que vean lo mismo. Dej de ser imprescindible la memorizacin para almacenar datos. Esta tecnologa tambin hizo que se unieran en una misma empresa gente de diferentes oficios, y adems foment el desarrollo de la fama autorial y el cobro de los derechos de autor. Muchas materias o gneros que antes no se cubran por escrito comenzaron a ser objeto de publicacin. Eisenstein seala que la imprenta favoreci tres acontecimientos histricos: el Renacimiento, la Reforma y el pensamiento cientfico; calcula, por ejemplo, que entre 1517 y 1520 las treinta publicaciones de Martn Lutero probablemente representaran trescientas mil copias vendidas, cosa impensable antes de la llegada de la imprenta. Aunque Eisenstein dice que la imprenta no fue el nico agente de los cambios ocurridos en la Edad Moderna, deja entrever que la importancia que tiene quiz sea mayor que la de cualquier otro agente cultural en Europa a partir del siglo XVI.

El investigador jesuita norteamericano Walter Ong, profesor de la Saint Louis University, estudia las diferencias entre las sociedades grafas y las quirogrficas[4] en su obra Orality and Literacy (1982), centrndose en el paso de una etapa de conciencia oral a otra dominada por la escritura, y despus, en el cambio en la forma de pensar que supuso la imprenta. Usa tanto el acercamiento sincrnico y comparativo como el diacrnico. Trata tambin lo que llama oralidad secundaria, que es la que se produce tras la introduccin de lo que denomina "formas electrnicas de comunicacin", que incorporan no solo la letra impresa, sino tambin elementos quirogrficos y orales.

Ong define la cultura oral primaria como aquella donde no ha llegado la escritura; nos recuerda que todava estas culturas son mayora en nuestro planeta, y que esta es un invento reciente si consideramos la cronologa de la humanidad; pinsese que de las ms de tres mil lenguas que existen hoy da, tan solo se puede decir que tengan un corpus literario unas setenta y ocho. El uso de la expresin literatura oral, adems de constituir una contradiccin, nos demuestra la incapacidad que tenemos en una sociedad basada en la escritura de comprender el patrimonio de materiales verbalmente organizados de otra forma que no sea la escrita.[5]

Uno de los efectos ms importantes de la escritura es que distancia al escritor del lector y por tanto el discurso no puede ser cuestionado directamente. Mientras ms se desarrolla la escritura en una sociedad, ms cambia la orientacin de esta sociedad hacia lo visual. Este cambio fomenta un pensamiento interiorizado, permite mayor precisin y el uso de ms detalles y de un vocabulario ms extenso y variado –el desarrollo del latn culto y el de la retrica en la Antigedad clsica ilustran bien esta evolucin– y fomenta la expansin de una inteligencia visual a expensas de la inteligencia auricular.

La llegada de la imprenta dio pie a que ocurrieran nuevos cambios en el occidente europeo, como por ejemplo, el que se extendiera el protestantismo, o el permitir que la alfabetizacin fuera una meta alcanzable, pero a su vez hizo que la cultura europea estuviera cada vez ms orientada hacia la vista que hacia el odo, pues segn se expandan estos cambios, se pas de leer en voz alta (reciclar lo escrito a lo oral) a la lectura a solas; esto permiti que se empezara a tratar las palabras como objetos, usndolas en tablas, ndices y etiquetas, por ejemplo; tambin foment una poesa que solo alcanza sentido pleno en la escritura y no en la recitacin. La imprenta hizo que desapareciera una figura importante en periodos anteriores, el copista. Gracias a la homogeneidad de los textos impresos, el pensamiento cientfico pudo avanzar. Este cambio de mentalidad no fue sbito; Ong seala que cuando la imprenta se comenz a usar se produjeron obras en las que queda un residuo oral.

La incorporacin de los nuevos medios comunicativos sociales basados en lo audiovisual y en la electrnica ha dado lugar a lo que Ong llama oralidad secundaria. Esta nueva oralidad est basada en la escritura, como antes de la llegada de la imprenta; sin embargo no hay comunicacin directa entre el emisor y el receptor, la presencia del pblico en el lugar de emisin no es necesaria, y por lo tanto no condiciona la lectura; este pblico es, adems, menos homogneo que el de las culturas orales. La llegada del ordenador nos abre un nuevo campo de investigacin, ya que afloran nuevas preguntas al cambiar la relacin entre emisor, receptor y texto. Ong piensa que los escritores y los lectores irn hacia un proceso de percepcin espacial, ya no lineal, de la palabra escrita. La formacin de la cultura electrnica y sus consecuencias en la sociedad merecen sin duda un amplio estudio.

Esta visin del desarrollo cultural, que en conjunto ha recibido el nombre de teora de la gran frontera (Great Divide theoires), y cuyos mximos exponentes son Havelock y Ong, ha sido criticada por su tendencia al determinismo y por asumir que existieron revoluciones tecnolgicas que dividen la humanidad en periodos cuyas fronteras se colocan en momentos histricos (aparicin de la escritura, de la imprenta, de las tecnologas de la comunicacin audiovisual y de la ciberntica). Frente a esta visin han surgido otras teoras, llamadas de la continuidad que mantienen que el desarrollo intelectual ha sido mucho ms continuo en las sociedades en las que estas tecnologas se han implantado.

La sociloga y antroploga Ruth Finnegan, que desarroll un importante trabajo etnogrfico en frica, se opone al determinismo tecnolgico y afirma que es muy difcil encontrar diferencias claras y radicales entre las culturas de la escritura y las grafas por dos razones,

primero, porque la distincin que comnmente se hace entre sociedades analfabetas y alfabetizadas puede no ser tan difana como a menudo se asume, y segundo porque algunas de las caractersticas especficas de por lo menos una sociedad analfabeta no se pueden atribuir en su totalidad al hecho de que es analfabeta, como pudiera aparecer a primera vista.[6]

Finnegan critica el etnocentrismo europeo, sobre todo el de los antroplogos britnicos, por no prestar atencin a la oratura, en especial la africana.[7] Subraya la importancia de una sociologa de la oratura. En su artculo Literacy Versus Illiteracy: The Great Divide? (1973) encuentra que el trmino "analfabeto" es inexacto y se aplica sin mucho criterio a situaciones diferentes. Cuestiona la divisin fundamental entre lo oral y lo escrito que se viene haciendo en las ciencias sociales. Las conclusiones de Finnegan apuntan a que el estudio de los patrones recurrentes y de las diferencias entre las culturas pueden ayudar a esclarecer cuestiones sobre la organizacin y funcionamiento de las sociedades humanas, pero se debe evitar aplicar de igual forma a todas las sociedades conclusiones que quiz sean vlidas solo para una de ellas.

De modo parecido opinan los psiclogos cognitivos Michael Cole y Silvia Scribner en su obra The Psychology of Literacy (1981). Rechazan tanto la idea de una lnea divisoria o frontera entre escritura y oralidad como que ambas representen un mismo tipo de pensamiento. De sus investigaciones en Liberia han llegado a la conclusin de que el alfabetismo por s solo no tiene mayores consecuencias cognitivas; no lleva a otras formas de elaborar el pensamiento. Lo que s origina cambios intelectuales es la escolarizacin; los que aprenden a leer y a escribir en casa funcionan de manera diferente de los que lo hacen en la escuela. Se trata, pues, de un proceso de socializacin.

Por su parte, Harvey Graff en su obra The Legacies of Literacy: Continuities and contradictions in Western Culture and Society (1987) hace referencia a lo que l define como una tirana de las dicotomas conceptuales, tales como escrito-oral impreso-manuscrito o alfabetizado-analfabeto, y aduce que estas polaridades binarias no reflejan la realidad. Las dicotomas se usan para simplificar cuestiones de diversidad cultural, pero encierran reducciones que a veces llevan a conclusiones exageradas. Es un problema de connotacin; las culturas analfabetas se conciben como pequeas, rurales, comunales, autoritarias y conformistas, mientras que las alfabetizadas se conciben como amplias, industrializadas, urbanas, individualistas y heterogneas.

Las distinciones, en realidad, no son tan claras, ni tampoco se puede atribuir a toda una sociedad una caracterstica abstracta como oralidad o alfabetismo. Se ha constatado que en las sociedades analfabetas no se piensa de manera diferente a como se hace en las alfabetizadas; las diferencias de comportamiento pueden existir, pero es difcil determinar si su causa es la diferencia entre alfabetizacin y analfabetismo o si existen otras causas ms complejas que provienen de la implantacin de los parmetros culturales de Occidente. Los individuos de cualquier sociedad son capaces de abstraer, generalizar, clasificar o explicar, pertenezcan al tipo de sociedad que sea; tambin ocurre que las diferencias entre dos sociedades analfabetas son mayores que las que hay entre una analfabeta y otra alfabetizada. Existe adems mucha variedad dentro de una misma sociedad; los individuos que la componen se comportan de manera diferente segn en qu situacin estn. La nocin de sociedad primitiva ha sido ya rechazada en el mundo cientfico, as como la de superioridad o inferioridad de sociedades, sobre todo con respecto a nuestra civilizacin occidental; tambin se ha dejado de idealizar las sociedades orales como ms naturales que las que usan la escritura.[8]

Como suele ocurrir en la investigacin acadmica, una teora suele ser objeto de debate entre sus partidarios y opositores. En el caso que nos atae, si bien es verdad que se ha llegado a exageraciones por parte de los defensores de la teora de la gran frontera, muchas de ellas causadas por trabajar en un plano ms terico que prctico, esta teora ha servido para llamar la atencin sobre varios hechos que considero importantes: han existido profundos cambios tecnolgicos en la comunicacin; las causas de la evolucin de las sociedades no solo se debe estudiar en lo econmico, y finalmente, los diferentes medios de comunicacin favorecen un tipo de expresin diferente, que a su vez permite que se formen patrones de pensamiento tambin diferentes.

Podemos ahora sintetizar, por un lado, y completar, por otro, la informacin anterior para as formarnos una idea del tipo de pensamiento que los cambios tecnolgicos favorecen en la historia de la humanidad, manteniendo cierta cautela para no hacer afirmaciones totales, ya que se ha visto el peligro de caer en un determinismo tecnolgico. As pues, distinguiremos no etapas, que marcan una idea de progreso histrico, sino entornos, que nos lleva a pensar en estados mentales o socio-culturales y en contextos.

Por otra parte, el patrn evolutivo de la tradicin cultural euroasitica no es necesariamente el mismo que el de otras sociedades y culturas; algunas han pasado directamente del entorno de oralidad primaria al de las tecnologas de imagen y sonido, como en el caso de muchas sociedades de frica, por ejemplo. Aplicar el modelo europeo a la folklorstica universal, adems de producir una visin etnocntrica, no servir para explicar lo que ha ocurrido en la mayor parte del mundo.

 

Entorno de las tecnologas de imagen y sonido

Los nuevos medios de comunicacin personal y social surgidos de los avances tcnicos de la segunda Revolucin Industrial (en especial la radio, la discografa, el cine y la televisin)[9] suponen un nuevo cambio en los procesos mentales y socioculturales. Si bien la comunicacin escrita pasa a segundo lugar, no se reproduce el mismo contexto de la oralidad primaria. En algunas comunidades, estas tecnologas hacen su aparicin dentro de un analfabetismo ms o menos extenso.

Las tecnologas de imagen y sonido propician una nueva colectivizacin, ms amplia y menos homognea, que no requiere de un pblico reunido, sino que, al igual que ocurre con la escritura, el emisor y el receptor pueden estar en tiempos y lugares muy diferentes a los del emisor. Dos de estos entornos son auriculares, mientras que los otros dos son (hoy da) audiovisuales. En todos ellos se produce lo que se ha venido a llamar una oralidad secundaria, que se apoya en la escritura y en la que el receptor no condiciona la comunicacin, que es dirigida desde un equipo, sino de forma muy lejana (estudios de audiencia). Esto, junto con el continuo inters de llegar cada vez a ms personas, hace que el producto final no surja de las tradiciones, necesidades e intereses de las comunidades, sino de una interpretacin por parte del equipo de qu es lo que puede captar a un mayor nmero de personas y que responde a intereses de tipo econmico por parte de los productores y patrocinadores. El pblico se limita a aceptar (comprar o sintonizar) o a rechazar (no comprar, cambiar de sintona o apagar el aparato). En los medios audiovisuales se desarrolla una importancia cada vez mayor de la imagen frente al texto (de ah el dicho tan expandido de que una imagen vale ms que mil palabras), lo cual lleva al desarrollo de un pensamiento visual y espacial, pero tambin temporal. La reproduccin mecnica reduce la posibilidad de variantes, lo mismo que ocurre con la imprenta. Por otra parte, se da una sonorizacin no oral basada en el uso de ruidos y de la msica, pero con un carcter secundario, generalmente supeditado a la imagen.

La oralidad secundaria que se produce en este entorno representa en las sociedades occidentales una erosin o subversin de la cultura literaria. Estas tecnologas reemplazan la palabra escrita por la oral como el medio en que se producen los mensajes. Como resultado de la difusin de estos medios en la sociedad, la objetividad del discurso literario, que antes serva como modelo intelectual, tiende a ser substituida progresivamente por caractersticas propias de la oralidad que responde a la cercana entre emisor y receptor, y que se traduce en este entorno en el uso de fuertes apoyos en el gesto y la imagen; los mensajes tienden a ser cortos e inconexos o basados en la yuxtaposicin, el discurso tiende a ser fragmentario, y se crea lo que Havelock ha denominado como "cultura acstica-mimtica" en que prima la expresin de opiniones sobre el discurso autorizado. La diferencia de este tipo de cultura que puede producir la oralidad secundaria frente a la que se produce en la oralidad primaria tiene que ver con la memoria; la oralidad primaria la necesita, mientras que en la oralidad secundaria el papel de la memoria queda reemplazado por otros medios de almacenamiento basados en el soporte fsico. Esta tendencia puede llegar a producir un "alfabetismo iletrado" en ciertos casos, no muy lejanos, todo hay que decirlo.

Si el receptor era activo en el caso de la oralidad; pasivo, pero con capacidad de control del proceso de emisin, en el caso de la escritura; en el de las tecnologas audiovisuales es pasivo y sin control de la emisin; en el caso de la discografa, y ltimamente en el de los vdeos y su heredero el videodisco digital (DVD) el receptor puede acercarse a la capacidad de control del lector; sin embargo, el carcter temporal de la emisin, y la ausencia de texto escrito en la mayor parte de los casos, hace que este entorno no se asemeje en lo esencial a los anteriores. En estos casos, y a pesar de que no existe un interlocutor, como ocurre con la oralidad primaria, s que se da una mayor interaccin (si se entiende esta palabra ms bien como una metfora), no ya con el emisor, sino con el texto; el usuario tiene a mano una serie ilimitada de posibilidades combinatorias que le permite controlar el orden y hacer segmentaciones, que al poder ser cada vez menores, lleva a la creacin de un nuevo texto. Pero esto ya es materia del entorno que sigue.[10]

El entorno ciberntico

La ms joven de las tecnologas, la informtica, se ha expandido por el mundo occidental con rapidez mucho ms asombrosa que la de los medios anteriores. De hecho, todava no tenemos, y por tanto no podemos estudiar, una generacin que haya vivido completamente bajo este entorno; en l, las ltimas innovaciones an estn producindose, y seguramente surgirn otras ms lo suficientemente importantes como para que tengamos que movernos con mucha cautela al hacer afirmaciones. La influencia que este medio tenga en la forma en que los individuos procesen los pensamientos y en la sociedad an est por ver. Sin embargo, s se puede hacer un anlisis comparativo siguiendo los parmetros utilizados para los medios anteriores, y apuntando tan solo a las posibilidades, ya que no se puede, en este momento hablar de ms. Quiz las generaciones que ahora estn siendo escolarizadas nos marquen pautas que se acerquen ms a la realidad.

El entorno ciberntico no produce un medio de comunicacin, sino un buen nmero de ellos, cada uno con caractersticas propias. Por ejemplo, la interaccin que se produce en una vdeo-conferencia se rige por leyes muy parecidas a las de la oralidad; el correo electrnico y los chats tienen mucho que ver con la quirografa; el mundo de la hipermedia en ciertos casos se asemeja al mundo de la tipografa y en otros, al de las tecnologas de imagen y sonido.

Dentro de este entorno debemos englobar no solo la tecnologa hipermedia en sus aspectos educativos y puramente ldicos, y el inmenso mundo de la Internet, sino tambin la telefona (mensajera mvil). Este es un entorno con enormes posibilidades, capaz de englobar todo lo que ofrecen los medios audiovisuales modernos, pero que, a diferencia de estos, y al menos por ahora, se apoya con preferencia en lo textual, ms que en lo pictrico, a ello se aaden las posibilidades de sonorizacin no oral. Puede, adems, funcionar tanto en tiempo real como en tiempo diferido. La comunicacin que se produce puede ser de persona a persona, no diseada ni ensayada, como en el telfono, y tambin de equipo a persona, como en los medios de comunicacin audiovisual.

De toda esta gama de posibilidades, que en principio apuntan hacia una sntesis de los medios anteriores, destaca un hecho que es cada da ms constatable. La comunicacin se produce ya sea por medio de un telfono mvil, o de una personal computer, aparatos diseados para un uso exclusivamente individual. La comunicacin se suele producir entre un usuario y un otro no presente en el mismo entorno. Sin embargo, la cosa no es tan sencilla, pues la ciberntica permite la comunicacin de varios individuos a la vez, el chat, algo que ya haba aparecido con la telefona, pero que quedaba restringido a la comunicacin empresarial. Esto puede dar lugar a la creacin de un nuevo tipo de comunidad, la comunidad virtual, capaz de general reglas de comportamiento. Sin duda, el caso ms interesante y que ms variedad de oportunidades ofrece es, la Internet, que supera al CD-ROM en cuanto a posibilidades de interactividad, y a la telefona mvil en cuanto a espacio visual y cantidad de informacin que se puede transmitir.

La evolucin de la mente humana hacia el texto ciberntico es, sin duda, ms lenta que la de la tecnologa que lo permite; esta es una de las caractersticas de la sociedad occidental de la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI; la tecnologa avanza ms rpido que la capacidad humana de adaptarse a ella y sacar partido de sus posibilidades. Podemos, sin embargo, hacer una primera aproximacin basada en la forma en que se crean significados a partir de un texto. Es esta una tarea que atae cada vez ms al lector (ahora usuario). El almacenamiento del saber se modifica con la posibilidad de tomar apuntes de textos informatizados por medio de la tcnica del "corta-pega"; esta misma tcnica sirve tambin para corregir, modificar o ampliar un texto; muy similar en sus efectos es la posibilidad de insertar palabras, frases o enunciados en un discurso, todo ello sin tener que reescribirlo. Estas tcnicas, junto con la reduccin del espacio visual que representa la pantalla, en comparacin con la del papel, sin duda produce un texto diferente que, para bien o para mal, tiende a reflejar una estructura cada vez ms espacial y menos lineal, en la que los mensajes, que continan la tendencia de ser cada vez ms cortos, quedan dispuestos en una estructura que puede llegar a convertirse en algo parecido a un palimpsesto o a un colage. La yuxtaposicin de materiales, mejor o peor conectados, hace que elementos que en un momento estaban en un contexto pasen a pertenecer a otro contexto.

As pues, la yuxtaposicin y el contexto comienzan ahora a tener una importancia que no tenan en la escritura lineal. Esto se produce, por otra parte, en una poca en que las humanidades, tras el postmodernismo, han puesto en tela de juicio los valores universales y los contenidos, y la verdad ha quedado supeditada a su contextualizacin. En la nueva sociedad que se est gestando quiz el poder recaiga en las nuevas instituciones que controlen los contextos ms que los propios textos.[11]

 

La Internet y la idea de comunidad

Esta red informtica nace como fruto de un proyecto concebido por los tcnicos de la guerra para que el ejrcito estadounidense tuviera un sistema informtico indestructible en caso de conflicto nuclear o de destruccin de los centros controladores de la informacin. La idea era descentralizar el flujo de informacin al permitir a los ordenadores conectarse entre s directamente. As surge, a finales de los aos sesenta, la ARPANET (Advanced Research Projects Agency Net). Por necesidad, el espacio se concibi estratgicamente de manera bien distinta a como se vena haciendo hasta ese momento en los entornos militares; interesaba que los ordenadores estuvieran distanciados entre s, para dificultar de este modo la destruccin del sistema; interesaba tambin que las personas que manejaran estas mquinas no fueran ms que simples operadores al servicio de la maquinaria blica.

En la dcada de los setenta los miembros de las universidades de los Estados Unidos se interesaron en los servidores del ejrcito, no tanto para intercambiar informacin cientfica, sino para acceder a juegos de caballeros medievales imaginarios cuyas aventuras se desarrollaban en un mundo virtual. Tanta actividad hubo, que en un momento se tuvo que ampliar la potencia de la ARPANET para evitar que un sistema de comunicacin ideado con fines militares se colapsara debido al uso ldico que se le estaba dando. As pues, una maquinaria creada con fines blicos acab sirviendo a una funcin muy distinta, literaria y ldica, en la que se manejaban las mquinas para tener acceso a un mundo virtual compartido. De la idea de separar se pas a la idea de compartir.

A principios de los noventa los expertos en informtica tomaron el relevo y crearon la web (telaraa), que es una red multimedia que permite que se comparta informacin no solo textual sino tambin grfica y sonora. El desarrollo tecnolgico pas a manos de los civiles, y con tanto xito, que los militares acabaron por desmantelar la ARPANET. Los primeros usuarios de las redes por necesidad deban ser personas versadas en el lenguaje informtico; la simplificacin del lenguaje del usuario tard algn tiempo en llegar. Al principio, solamente aquellas pocas personas que conocimientos de programacin y, por tanto, acceso a esta tecnologa podan participar en las redes. Despus, con la influencia de la tecnologa del sistema Apple y su heredero, el entorno Windows, se cre un lenguaje sencillo y a partir de entonces los usuarios pueden llegar a acceder a cierto grado de programacin controlada (concebida ms como una forma de utilizar un programa) que ha hecho que la Internet sea un medio accesible a un gran nmero de personas.

 

La comunicacin a distancia

La comunicacin entre personas que se hallan a gran distancia y que no se conocen no es nada nuevo en la historia de las culturas. Desde antiguo ciertos miembros destacados de una comunidad enviaban heraldos, emisarios o embajadores a otros miembros destacados de otras comunidades; esta es la base de la diplomacia. La comunicacin que se produce en estos casos es intercomunal, ya que los participantes pertenecen a grupos diferentes. Por otra parte, tambin ha existido desde antiguo una comunicacin intracomunal entre personas que no se conocen ni se ven; basta con abrir la Biblia y leer, al final del Nuevo Testamento las cartas que, bajo la autoridad del nombre de un apstol o de otra personalidad del cristianismo primitivo se enviaban los cristianos de unas ciudades a otras. A pesar de que por lo general el intercambio epistolar era entre diferentes comunidades, la idea que subyaca era que todos formaban parte del mismo grupo, y las misivas servan para fomentar esta unidad. Mucho ms adelante en la historia, con el desarrollo del servicio de correos a partir del siglo XVI, se llegaron a comunicar sin verse personas que ni se conocan ni formaban parte de una comunidad, pero que al escribirse de forma continuada llegaban a crear un grupo. Estos fueron casos aislados, como ejemplos se pueden citar la correspondencia entre acadmicos e investigadores, las misivas entre un admirador y un sabio o un artista; la pluralidad de este grupo era, en todo caso, mnima y el conocimiento, al menos por parte de una de estas personas, era previo; lo que se pretenda era ahondar en l y crear lazos entre los corresponsales. La prensa, desde sus inicios, tambin ha servido para que una persona se comunique con otros miembros de su comunidad o de otras comunidades; casi todos los peridicos mantienen una seccin especialmente diseada para este tipo de colaboraciones. La era ciberntica ha cambiado las cosas. Hoy da no solo es posible, sino una realidad, que personas que no se ven ni se conocen, aunque sea por referencias, ni pertenecen a un grupo se comuniquen.

Todo grupo de personas que se comunican entre s de forma asidua crea una cultura propia, y por tanto estos grupos son objeto de estudio de etngrafos, socilogos, antroplogos, y desde luego, de folklorlogos. La diferencia est en la orientacin y delimitacin del campo. A la folklorstica actual, lo que le interesa son los hechos culturales que no estn regidos por ninguna institucin ni organismo, sino que son el producto del propio grupo. Parece ser que los usuarios de los correos electrnicos, los chats o los newsgroups forman grupos, y por tanto son capaces de producir una cultura propia. Las reglas por las que se rigen los chats, por ejemplo, estn controladas y mantenidas por el grupo primitivo, formado por los ms antiguos usuarios y tienden a hacerse consuetudinarias. Todo aquel que no se amolde a las reglas establecidas por los usuarios antiguos es expulsado del grupo, kicked out (literalmente, sacado a patadas).

Por otra parte, si ampliamos la perspectiva, no se puede afirmar que conceptos tales como aldea global o ciberespacio no sean ms que metforas, ya que una comunidad ciberntica universal an no ha sido creada. El xito obtenido por los opositores de la invasin estadounidense a Irak en 2003 en la coordinacin de las protestas y en la difusin de opiniones que refutaban las oficiales, o el uso que algunas ONG hacen de la Internet (pinsese en el caso de Amina Lawal en Nigeria, por ejemplo) apunta hacia una conformacin de comunidades de opinin e intereses internacionales. Hasta ahora el mundo institucionalizado de los gobiernos estatales y de lo jurdico no ha entrado en la Internet de forma significativa, con lo cual se podra afirmar que las comunidades cibernticas se rigen por sus propias reglas.

 

Concepto de grupo en la folklorstica

En el concepto de folklore se incluye la idea de grupo; el folklore es un tipo de produccin cultural (lore) de grupos humanos (folk). Cada persona suele pertenecer a varios grupos a la vez (edad, sexo, religin, ocupacin, familia, pandilla, etc.), y acta siguiendo las reglas especficas que caracterizan a cada grupo, modificando su comportamiento segn est actuando en uno o en otro grupo. El grupo produce un tipo de cultura de mbito ms o menos extenso y de mayor o menor complicacin, generalmente compuesta por convenciones no escritas ni propuestas (o impuestas) por institucin alguna, sino que sencillamente existen, se conocen, y los miembros aprenden a adaptarse a ellas; al hacer esto, marcan su pertenencia a este grupo, y por medio de los parmetros que marca el grupo producen hechos culturales consistentes.

En la folklorstica se han desarrollado, a lo largo de su bicentenaria historia, cuatro teoras principales que intentan explicar, bajo diversos puntos de vista, la idea de folk o grupo.[12]

La teora comunal, que entiende por folk a los campesinos sin cultura que componen sus tradiciones como una actividad comunal. Esta teora est desacreditada hoy da; sin embargo, se sigue considerando que la cultura tradicional de un pueblo se encuentra en el campesinado, o, por lo menos en los pueblos, y no en las ciudades.

La teora de las supervivencias, que explica el material folklrico como resultado de un estado cultural salvaje o brbaro anterior del cual se ha evolucionado; defiende el punto de vista de que el material folklrico son restos o supervivencias de este pasado. Esta teora, aunque esencialmente est desacreditada en la folklorstica, sigue vigente, con adaptaciones, en la mente de muchas personas cultas.

La teoras de los gesunkenes Kulturgut, o de los elementos culturales sumergidos, que presenta la visin contraria a la de la teora comunal: el material folklrico nace en los elementos sociales ms altos y se hace tradicional al caer en desuso en las clases superiores y pasar a los estratos vulgares, que suelen copiar los usos que consideran finos. Esta teora no es hoy da aceptable en su planteamiento ms extremo, ya que estos materiales no representan la totalidad del folklore de un grupo; sin embargo, es vlida en ciertos casos.

La teora del origen individual y recreacin comunal, que mantiene que el material folklrico tiene un creador individual, sea cual sea su nivel cultural, y que se transforma por medio de la transmisin, que conlleva una continua recreacin por parte de otros individuos. Hoy por hoy es la teora ms aceptada.

Cada una de estas teoras tiene una validez relativa y es aplicable a ciertos casos y para ciertos momentos histricos. En realidad son visiones parciales y diferentes, y en cierto modo complementarias de los hechos folklricos. Sea o no la creacin un producto individual o de grupo, lo importante es que para que un material folklrico sobreviva, este debe ser aceptado y asumido por el grupo como algo suyo. El material cultural producido debe, de una forma u otra, reflejar cierto grado de conformidad con las formas, valores, patrones y disposicin de cada grupo. Cada grupo, adems, tendr preferencia por ciertas ceremonias y ritos, por ciertos gneros y por una temtica especfica que muchas veces refleja creencias compartidas.

Los grupos ms significativos que se han considerado en el mbito de estudio de la folklorstica son: Grupos de edad (nios, adolescentes, jvenes, adultos, ancianos); grupos de sexo (hombres y mujeres; aunque cabra aadir aqu tambin la orientacin sexual: existe un folklore gay, por ejemplo); grupos tnicos (segn un grupo forme una nacin o etnia, conformando una cultura nacional, local o un grupo marginal); grupos regionales (teniendo en cuenta caractersticas geogrficas y climatolgicas, de poblacin, de lengua, de ocupacin, etc.); grupos familiares (pueden ser nucleares o extensos); grupos ocupacionales (mineros, marineros, campesinos, pastores, acadmicos, camioneros, militares, etc.); grupos sociales (peas, sociedades, hermandades, o sencillamente amigos que se renen de forma peridica); grupos marginales (pueden ser de diferentes tipos; lo que los define es que sus reglas y patrones difieren de los de la sociedad en que viven y en la que no se sienten incluidos, y que su nmero es reducido). Muchas veces estas categoras se combinan entre s: la denominacin mineros asturianos o la de modistas madrileas, por ejemplo hace referencia a cada ms de un criterio (sexo, ocupacin y regin). Desde luego, puede ser que algunos de los criterios que se combinan para formar una categora no sean pertinentes o vlidos para otras, como, por ejemplo, se puede cuestionar la validez de considerar el sexo como criterio de formacin de grupo en el folklore de los estudiantes universitarios del siglo XXI.

El profesor estadounidense William Hugh Jansen dedic bastante atencin a la consideracin de los factores que forman un grupo; desarroll la idea de la relacin entre lo esotrico y lo exotrico.[13] Esotrico hace referencia a la actuacin o comportamiento de un grupo hacia adentro, desde y hacia sus propios miembros; lo exotrico se refiere a las acciones orientadas hacia fuera, a la relacin con otros grupos o con individuos que no pertenecen al grupo.

Segn Jansen, cada grupo tiene, por decirlo de algn modo, ciertas fronteras que lo separan de otros grupos, y es el aislamiento que existe entre un grupo y los dems el primer y ms importante factor que determina la configuracin de un grupo; este aislamiento puede ser espacial o social. Un grupo se asla de varias maneras; si consideramos los grupos de acuerdo a su ocupacin, podemos ver que existen diversos factores: el geogrfico, que lleva a la demarcacin de regiones en las que se incluyen ocupaciones como las de granjeros, pastores o leadores. Dentro de este criterio, se pueden incluir grupos cuya ocupacin los obliga a estar aislados durante gran parte del da o por temporadas: pescadores, mineros. Otros grupos se diferencian de los dems en que su oficio obliga a sus miembros a viajar constantemente: camioneros, ferroviarios, azafatas, trabajadores del circo, compaas de teatro ambulante, atletas profesionales, camioneros y vendedores ambulantes; los miembros de estos grupos se suelen reunir en ciertos puntos para compartir experiencias. El uso de uniforme tambin sirve de elemento de separacin social: soldados, bomberos, clrigos, enfermeras. El peligro de una ocupacin tambin asla: mineros, obreros metalrgicos o del petrleo, por ejemplo.

Adems del aislamiento que ocurre por profesiones, la edad tambin hace que se formen grupos separados: los nios, los adolescentes y los ancianos forman grupos reconocibles que forman sus propias islas culturales. Las regiones de un pas es otro factor que debemos tener en cuenta: asturianos, andaluces, castellanos, por no hablar del uso de otra lengua o dialecto en la comunicacin diaria, como ocurre con gallegos, vascos, catalanes o mallorquines. La religin, sobre todo si tiene normas dietticas que separan a sus miembros (musulmanes, judos), es otro factor importante que lleva al aislamiento de sus miembros si estn inmersos en una en que la religin predominante es otra, la cristiana, por ejemplo. Tambin es un factor de aislamiento o separacin el hbito de alimentacin (los vegetarianos, por ejemplo, pero las diferencias se pueden deber tambin a causas tnicas; no come igual un segoviano que un valenciano). La educacin recibida tambin asla si es muy poca o mucha. Es muy probable que ms de uno de estos factores confluyan en un grupo; tomemos, por ejemplo a los inmigrantes marroques que trabajan en la recogida de fresa en Huelva: tienen otra religin, otra dieta, hablan otro idioma, las reglas que rigen las relaciones personales son diferentes, y trabajan y viven en el campo aislados de las dems comunidades.

            Un factor que determina la formacin de un grupo es la comunidad de conocimientos o habilidades profesionales u ocupacionales, que lleva sus integrantes a comunicarse en jergas, muchas veces celosamente guardadas para protegerse de los de afuera. Otro factor importante en relacin a los grupos es, segn Jansen, la consideracin o admiracin que la comunidad tiene de ciertos grupos, a cuyos miembros otorga un prestigio que niega a miembros de otros grupos: mdicos, abogados, sacerdotes. Esto puede cambiar de comunidad en comunidad o de acuerdo a la poca o a la edad; pinsese en la admiracin y respeto que los nios sienten por los cantantes, los toreros, los policas, los cowboys, los astronautas o los bomberos.

 

Grupos invisibles y grupos virtuales frente a grupos reales

Se ha hablado de grupos invisibles para incluir a autores o transmisores de folklore que no se conocen, como sucede con las pintadas, las cartas-cadenas, el material fotocopiado, o el difundido por medios cibernticos, que es el que nos interesa. No est tan claro si estos grupos humanos invisibles, compuestos por los usuarios que se comunican entre s por medio del ordenador, constituyen una verdadera comunidad o, por el contrario, forman una seudo-comunidad. Si es una verdadera comunidad, entonces qu implicaciones epistemolgicas y metodolgicas se deben tener en cuanta a la hora de estudiarlos?

El profesor de la universidad de West Florida, Ray Oldenburg, autor de The Great Good Place (1989), cree que las sociedades contemporneas occidentales no llegan a satisfacer la necesidad de creacin de lazos sociales; en las culturas nrdicas, germnicas y anglosajonas (y cada vez ms en los pases mediterrneos) la pertenencia a una sociedad general (gesellschaft) reemplaza a una ms directa pertenencia a una comunidad (gemeinschaft). La pertenencia a una gesellschaft, si bien proporciona al individuo una identidad y unos smbolos, no le ofrece la oportunidad de crear lazos interpersonales, esto solo lo da la comunidad o grupo. Y para ello, la interaccin en grupo necesita de espacios o ambientes en donde puedan conocerse, reunirse e interactuar. Tres son los ambientes en que se suele mover una persona de estas sociedades: el trabajo, la vivienda y los lugares de ocio y esparcimiento. En este ltimo ambiente, que es donde se producen charlas casuales e inconsecuentes con conocidos y amigos, es donde se suele experimentar el sentimiento de pertenencia a una comunidad, ya que son los lugares en que suelen ocurrir los nuevos contactos, grmenes de relaciones sociales, con una mayor libertad de eleccin. En las sociedades occidentales, los bares, cafs o peluqueras son tradicionalmente los lugares en donde estos contactos y experiencias acababan producindose; en otras sociedades bien pueden ser las fuentes o los caminos compartidos con asiduidad.

Las sociedades occidentales tienden a seguir un patrn urbanstico, desarrollado en los Estados Unidos primero, e importado despus al resto de los pases occidentales, que se caracteriza por el uso del automvil como medio de desplazamiento dentro del espacio urbano (vehculo que hoy da suele estar ocupado por un solo individuo), por la creacin de ciudades dormitorio, en donde las personas se suelen mantener aisladas unas de otras, ya que no suelen desarrollar lazos, por la compra en centros comerciales un tanto alejados de las viviendas, por los establecimientos comida rpida, y por la reduccin de un espacio pblico compartido y su substitucin por otro tipo de espacios, ms orientados a lo comercial o a la diversin individualizada. Se impone, pues el anonimato, y todo esto tiene como resultado el que los lugares de ocio y esparcimiento ya no sirvan para satisfacer la necesidad de interaccin social. De los tres ambientes solo quedan dos, el hogar (que cada vez ms se reduce en nmero de personas) y el lugar de trabajo, donde las relaciones vienen ya impuestas por el sistema. Como consecuencia, para muchas personas la Internet ha llegado a ser un medio a travs del cual intentan satisfacer esta necesidad de convivencia y de creacin de lazos sociales y afectivos.

Siguiendo la lnea de pensamiento de Oldenburg, Howard Rheingold mantiene en The Virtual Community (1993) que los servicios online, los correos electrnicos y los espacios de chat ofrecen al individuo aislado la oportunidad de asomarse a una comunidad y decidir si entrar en ella y actuar o no, algo parecido a lo que ocurre cuando uno se asoma a un caf o a un bar para ver quin est adentro y decidir si quiere quedarse a charlar o no. La desaparicin de los espacios de esparcimiento hace que cada vez ms se use el ordenador para suplir esta carencia. Por su parte, Elizabeth Reid (1992) mantiene que los miembros de un grupo ciberntico se aprovechan de las caractersticas de los sistemas cibernticos para explorar, para crear relaciones que de otro modo no existiran y para crear o adaptarse a nuevas normas de comportamiento. As pues, el resultado es un nuevo tipo de comunidad. De igual modo, S. G. Jones (1995) tambin cree que la comunicacin a travs de medios informticos se da para volver a crear un sentido de comunidad en el que los individuos puedan participar para crear lazos entre ellos.

As pues, para estos autores las comunidades online sirven para suplir una carencia y para satisfacer una necesidad bsica humana; sin embargo, el entorno ciberntico no es el mismo, difiere en lo bsico con el entorno real. El adjetivo virtual no deja de ser significativo. Sirve para suplir una carencia y para satisfacer unas necesidades, pero hasta qu punto funciona? Es la pregunta que nos hacemos constantemente al comparar lo sucedneo con lo real. La analoga de la fabada enlatada nos puede servir para hacer hincapi en ello suple realmente a la fabada hecha en casa? Al abrir una lata y calentarla, de alguna manera estamos haciendo trampa; se gana tiempo, pero al ganarlo, se pierde el proceso de preparacin, y todo el entorno cultural que necesita este proceso. Algo parecido puede estar ocurriendo con las comunidades cibernticas; es un sucedneo que sirve para satisfacer la necesidad de algo a lo que muchos individuos ya no tienen acceso, la comunicacin interpersonal tradicional; estas carencias hacen que la comunicacin real y la virtual sean solo comparables en cuanto a que tienen como meta satisfacer la necesidad del ser gregario de comunicarse, pero la interaccin que se produce ya no es la misma.

Uno de los problemas que encontramos para considerar a los grupos cibernticos como verdaderas comunidades es que sus caractersticas difieren de las de los grupos hasta ahora estudiado ya que las comunidades cibernticas no comparten un espacio fsico, su comunicacin es, por lo general, diferida y por escrito (aunque los avances de la tecnologa ya permiten la comunicacin oral en directo entre usuarios de los medios cibernticos). Las caractersticas que definen a un grupo (cohesin interna, aislamiento externo) a primera vista se invierten: los miembros se encuentran fsicamente aislados entre s, y sin embargo para comunicarse utilizan un medio de acceso pblico. Un factor de cohesin entre los miembros de comunidades cibernticas podra ser el inters que todos tienen sobre una temtica particular, pero es esto suficiente para que se cree una comunidad? Por otra parte, una cibercomunidad es una comunidad real o virtual? en el segundo caso no sera ms que una comunidad imaginaria. En esto los investigadores hacen esfuerzos por ponerse de acuerdo.

Craig Calhoun, en un artculo escrito en 998, afirma que la conexiones entre individuos y la comunicacin que entre ellos se produce es ms imaginaria que real; la comunicacin ciberntica permite que se cree la ilusin de ser miembro de una comunidad con numerosos contactos, pero esto no es ms que un espejismo, ya que lo que se percibe son identidades categricas dentro de una comunidad imaginaria, pues no existe una relacin directa entre sus miembros que den lugar a una conceptuacin del individuo por medio de la percepcin directa. Una cosa es un grupo formado por personas que se forman a partir de una relacin directa, cara a cara, por medio de relaciones interpersonales sistemticas, mltiples o intensas, aunque la identidad cultural que compartan no sea ms que un constructo imaginario, y otra cosa muy diferente es un grupo de personas cuyas caractersticas o atributos no se dan a conocer de modo directo.

A pesar de estas diferencias, debemos aceptar que los grupos cibernticos y la comunicacin que en ellos se da son hechos culturales que se estn produciendo con mayor o menor fuerza en muchas sociedades, y como tales, son dignos de estudio. Queda por ver cmo se pueden estudiar, y si las asunciones que hasta ahora se han mantenido sobre las comunidades y la interaccin social sirven para analizar este fenmeno, o por el contrario, se deben replantear los marcos conceptuales y los parmetros que servan para hacer este tipo de estudios.

 

Las comunidades cibernticas y la interaccin

El punto de vista de que las comunidades cibernticas no suelen producir relaciones genuinas y que, por el contrario, refuerzan el aislamiento social est muy extendido; se afirma que los intercambios que se producen pueden ser tan superficiales que no lleguen a producir ningn tipo de relacin personal. Por el contrario, algunos investigadores han constatado que muchos miembros de chats acaban desarrollando una relacin personal con alguien que han conocido por medio del ordenador y esta relacin da como resultado un encuentro fsico; estas y otras relaciones humanas pueden lograrse y continuar desarrollndose gracias a los canales de comunicacin modernos, ya sea el epistolar, el telefnico o el ciberntico. Muchas veces el conocimiento previo a travs del entorno ciberntico facilita el desarrollo de una relacin una vez que se ha dado el encuentro cara a cara. No obstante, el desarrollo de una relacin personal por medios cibernticos requiere ms tiempo y mayor esfuerzo que el que se produce en un entorno natural, a causa de las limitaciones de este entorno.

Karen Cerulo, profesora de Sociologa de la Rutgers University, mantiene que la presencia fsica ha sido un factor determinante para juzgar la calidad e importancia de un intercambio comunicativo, pero esta premisa debe volverse a analizar ante el nuevo caso que ofrece la ciberntica; queda por ver, sin embrago, si la interaccin virtual es real o ficticia. Cerulo, tras haber analizado la interaccin en comunidades cibernticas, considera que la presencia fsica no es necesaria para el desarrollo de interacciones que permitan compartir intimidades, ya que la comunicacin ntima se puede producir en grupos cibernticos, algo parecido de lo que ha venido ocurriendo con la correspondencia epistolar. Cerulo estudi en 1997 casos en que familias que tenan algn miembro con una enfermedad grave (tumor en el odo o en el cerebro) se comunicaban por medio de la Internet de forma intensa e ntima con otras familias que estaban pasando por las mismas circunstancias o que las haban sufrido, y cmo el medio ciberntico sirvi para crear un grupo de apoyo emocional; los intercambios de mensajes electrnicos que estas personas efectuaban a travs del Acoustic Neuroma Newsgroup no se producan de forma espordica, sino que llevaban a desarrollar fuertes y consistentes lazos afectivos.

Claro que el estudio de Cerulo se centr en un grupo de personas que estaban en circunstancias extremas, con una enorme necesidad de obtener informacin y apoyo para tomar duras decisiones, y de reducir su ansiedad. Para ellos la Internet sirvi de medio de comunicacin y de creacin de fuertes lazos afectivos gracias a los cuales obtenan conocimientos y reciban nimo y consuelo. Gracias a este medio se llegaron a producir relaciones afectivas duraderas. Casos extremos como estos, en los que por necesidad deba haber un alto grado de sinceridad y de comunicacin ntima, y cualquier canal de comunicacin servira para lograr los objetivos, nos demuestran que por medio de la Internet se pueden crear comunidades no virtuales, sino reales. La razn de ello est no el medio sino en el tipo de comunicacin que se produce.

Sin embrago, en circunstancias menos extremas, la tentacin de fabricar una personalidad virtual es grande, y un internauta no puede asegurarse de que la persona con quien se comunica responde en realidad a la imagen que proyecta. La ficcin se puede mantener mientras se mantenga el canal de comunicacin. Se podra argir que otros entornos tenidos como reales (bares y pubs, por ejemplo) tambin permiten esta fabricacin de personalidades ficticias. Pero la diferencia est en los lmites; en un bar, por ejemplo, uno puede cambiar su nombre y profesin y fingir (hasta cierto punto) una forma de ser, pero no puede cambiar su aspecto fsico, su edad o su sexo. La comunicacin por la Internet permite todo esto e incluso la insercin de un personaje virtual en la pantalla del ordenador.[14] As pues, puede ocurrir que la comunicacin que se da sea solo entre personajes virtuales.

 

Identidad y funcin de los miembros de una cibercomunidad

Ernest Bormann lleva estudiando la cultura comunal desde 1972.  Este investigador y terico mantiene que los miembros de un grupo llegan a compartir significados especficos y una visin colectiva que nace de las experiencias que se transmiten y se comparten. Es lo que l llama convergencia simblica. El texto de un mensaje electrnico tiene, para los miembros de una comunidad online, significados que trascienden las meras palabras ledas por un forastero. El grupo, por otra parte, acaba produciendo una jerga propia que refleja la temtica, y los mensajes muchas veces estn cargados de emocin no expresada, pero comprendida por el contexto.

Otra cuestin que se debe abordar es la de la identidad que los miembros de una comunidad asumen, como individuos y como parte del grupo. La gente que usa la Internet suele jugar y hacer experimentos con la imagen que de s mismos presentan a los dems miembros del grupo. Esto puede permitir que el investigador se camufle y puede participar en el grupo, pero si los miembros del grupo se sienten estudiados, la respuesta suele ser hostil. Un grupo online se comporta como una aldea. Los miembros del grupo, como los aldeanos suelen guardar celosamente su vida, el comportamiento que demuestran hacia el forastero se basa en respuestas evasivas, engaosas, burlonas o incluso hostiles.

La observacin cuidadosa de un grupo permite identificar a sus lderes, en el caso de las comunidades online, estos se hacen notar por su antigedad y experiencia. Steven R. Thomsen, de la Brigham Young University, encontr en 1996 que en un grupo con mil cuatrocientos miembros, unos diez individuos eran los autores de ms del treinta por cien de los mensajes durante el periodo de observacin. Al establecer una relacin con estos individuos y convertirlos en informantes, pudo obtener conocimientos sobre el grupo, su historia y su visin del mundo. Esta relacin entre investigador e informante da credibilidad a los anlisis que se efecten.

 

El estudio de la comunicacin ciberntica

Al comenzar a estudiar un grupo, se debe considerar si existe una tradicin nica o si conviven un conjunto de tradiciones de diversa procedencia, y qu aspectos de cada tradicin toman prestado los miembros de cada grupo. Se debe asimismo tener en cuenta las motivaciones de los usuarios, las necesidades que cubren, cmo se ejerce el poder, se comparte informacin y se intercambian ideas. Para llegar a un mejor conocimiento de las cibercomunidades, debemos preguntarnos qu implicaciones tiene la interaccin social mediada por el ordenador y tambin, cmo se pueden analizar los materiales culturales que producen este tipo de grupos.

Richard Bauman, de la Universidad de Texas, hace precisiones importantes sobre el concepto de grupo en la folklorstica. En cada comunidad se producen relaciones simtricas y asimtricas, es decir, los miembros de cierto grupo o de cierta categora social pueden hacer intercambios de material folklrico basndose en una identidad compartida o basndose en identidades diferentes. Lo folklrico no es solamente un factor de cohesin comunal; el folklore puede ser tanto un mecanismo que contribuye a la solidaridad social como un instrumento de conflicto y agresin entre grupos, como ocurre con ciertos chistes que hacen mofa de ciertos grupos en especial. Sugiere que uno de los acercamientos ms eficaces al estudio de las cibercomunidades y de la cultura que producen es por medio de entrevistas cualitativas y anlisis descriptivos e inferenciales del contenido de los mensajes. Expresa tambin que el estudio etnometodolgico de la Internet tiene sus limitaciones y restricciones. [15] Steven Thomsen es de la opinin de que el desarrollo de la comunicacin ciberntica hace que nos veamos forzados a replantearnos conceptos bsicos sobre comunicacin, la naturaleza de los lazos sociales, la percepcin de la realidad y las experiencias que en ella se tienen.

El mundo real y el virtual no existen por separado; muchas veces se solapan en las relaciones humanas. Las personas que se conocen por la Internet, si la distancia o su grado de sinceridad comunicativa no lo impide, acabarn encontrndose en el mundo real. Por otro lado, la comunicacin ciberntica suele ser un elemento ms en la trama de las relaciones intracomunales; es en muchas ocasiones un canal que permite que las relaciones se sigan cultivando. Este solapamiento de entornos nos indica que el estudio de las cibercomunidades no se debe hacer por separado, sino dentro del conjunto de las relaciones humanas, y para evitar discrepancias que invalidaran el anlisis, el investigador debe replantearse el concepto de comunidad y llegar a un modelo bsico que sirva para los dos mundos. E. Virnoche y G. T. Marx propusieron en 1997 que se constituyera un modelo de comunidad que tuviera en cuenta la identidad y la participacin de cada persona en una red de asociaciones.[16]

El estudio de la cultura que se desarrolla en un grupo requiere que se describa el intercambio de informacin o de conocimientos que se produce y que se descifre y explique el comportamiento que se observa. El investigador debe examinar y aprender los lenguajes y discursos que se crean dentro del grupo y los medios y canales con que se produce el intercambio. Para hacer esto y poder hablar con autoridad, hay que ser capaz de hacer una descripcin desde una perspectiva interna. En los estudios antropolgicos, etnogrficos y folkloristas al uso, el investigador concienzudo pasa por un proceso de inmersin en la comunidad que estudia. La tcnica para efectuar la inmersin consiste en penetrar fsicamente en el grupo, presenciar el conjunto de contingencias que se presentan en la vida de un individuo dentro de un grupo y comprender y asumir la ecologa de las respuestas a las situaciones sociales, laborales, tnicas o de cualquier otro tipo. Aprender a funcionar como un miembro ms del grupo puede incluso permitir hacer consideraciones hipotticas sobre su comportamiento. Esto solo se aprende estando dentro del grupo y viviendo su vida.[17]

El investigador de una cibercomunidad no tiene un espacio fsico adnde ir, ya que el entorno es virtual, y por tanto, no puede utilizar el mtodo tradicional para estudiar de forma directa los comportamientos individuales. La observacin presencial de una comunidad ciberntica, pues, ya no es tan fcil; requiere que se desarrollen unas nuevas tcnicas de anlisis del discurso, ya que lo nico que el investigador tiene a su disposicin son los textos que se producen en este entorno. Los textos hasta el momento formaban solo una parte del material de anlisis; ahora, incluso las entrevistas deben hacerse por medio de intercambios de textos, dada la gran distancia fsica que suele haber entre los miembros de una comunidad ciberntica.

Al trabajar solo con textos, el investigador tiene la ventaja de disponer de todo el material de estudio, pero tambin ocurre que lo nico observable que posee para sacar conclusiones son los textos. Las tcnicas de anlisis de textos cobran as una gran importancia en este tipo de estudio. Las que se puede emplear provienen de la filologa y de la crtica de textos, a las que se aaden los anlisis cuantitativos y cualitativos usados por socilogos e historiadores.

 

Tcnicas de anlisis

El anlisis cuantitativo permite reducir una gran cantidad de texto a datos numricos que se pueden someter a un anlisis estadstico. La delimitacin de las categoras deben ser tan clara que permitan que dos investigadores entrenados lleguen a codificar el mismo material dentro de las mismas categoras con un margen de discrepancia no superior al diez por cien, nivel de rigor deseable. Esto tiene la desventaja de que se pierde el instrumento bsico que permite al folklorlogo o al antroplogo llegar al conocimiento de una comunidad por medio de su experiencia en el entorno y de su interaccin con los miembros: el pequeo detalle significativo que puede dar sentido a la descripcin de la interaccin humana. Lo que s se puede hacer es tratar cada mensaje individual como unidad de anlisis y codificarlo de acuerdo a categoras basadas en la forma, funcin y contenido. El anlisis de las funciones de los mensajes puede proporcionar conocimientos en cuanto al uso que los miembros de un grupo dan al medio de comunicacin y puede tambin proporcionar informacin sobre el papel que desempea el medio en la vida de los miembros.

Existen ciertos datos sobre los miembros de un grupo online que a primera vista se pueden contabilizar, el sexo de los usuarios, los temas que tratan; pero, como ya hemos visto antes, muchas veces los datos obtenidos son difciles de validar como informacin segura. Muchos usuarios de dominios mltiples, como los chats se presentan bajo identidades ficticias y manifiestan personalidades que no son las suyas. La imagen que una persona presenta en el entorno no es necesariamente verdadera en trminos de edad, sexo, personalidad o intereses. S se podran hacer anlisis cuantitativos sobre lo que se manifiesta, pero la cantidad de ambigedades que se producen dificultaran la obtencin de conclusiones significativas. Lo que mejor se puede estudiar son los temas que se producen y el nmero de personas que responden a ellos.

Ms all de las categoras simples que requerira el anlisis cuantitativo, se puede echar mano de otras tcnicas de anlisis del discurso. Un mensaje electrnico no es solo un texto, es parte de un dilogo entre miembros de una comunidad virtual. El anlisis del discurso o de la conversacin requiere un acercamiento metodolgico complicado. Los mensajes electrnicos de una comunidad online son partes de un dilogo. De la misma manera que las fotos instantneas no compiten con el rodaje de un documental, el estudio de muestras separadas nunca llega a mostrar la complejidad histrica del dilogo. En los mensajes se produce una gran cantidad de alusiones, referencias a hilos conversacionales anteriores, pensamientos que se abrevian ya que los miembros del grupo conocen el contexto y no necesitan ms informacin. Se necesita, pues, saber reconocer patrones, reglas y procedimientos que ocurren entre los participantes, la forma en que las estructuras y las convenciones influyen sobre el significado, y el efecto que producen. Cada mensaje puede considerarse una unidad de anlisis, siempre que se tenga en cuenta que el contexto de cada mensaje se encuentra en los mensajes que lo preceden. El investigador debe, pues, tener a su disposicin una conversacin completa, constituida por una serie de mensajes intercambiados.

Hay que enfrentarse a cuestiones como los patrones y convenciones que utilizan los participantes y las desviaciones y variantes que se producen; la aparicin de una jerga especfica o el uso de emoticones[18] entre miembros de un grupo sirven para dar cohesin al grupo y para aislar a sus miembros. Muchas veces, existen secuencias de organizacin que se basan en el uso de smbolos que hacen referencia a mensajes anteriores y que solo pueden descifrar los que las conocen; este uso de informacin codificada hace que el significado del mensaje trascienda el de las palabras que en l se usan. Por otra parte, la dinmica de turnos de la conversacin ciberntica es muy diferente al de la conversacin real. Tampoco se debe dejar de lado el estudio de cmo se presentan los participantes y el papel que asumen, ni el de las metforas que se producen y se convierten en moneda de uso. El investigador debe asimismo distinguir entre novatos y veteranos y la estructura de poder o las jerarquas que se crean en la participacin. Los veteranos experimentados suelen aconsejar a los novatos del grupo por medio de mensajes que tienen gran importancia para el investigador por la informacin que le proporcionan sobre las convenciones del grupo.

La validez epistemolgica mide la capacidad del investigador para conocer y reconstruir el mundo que estudia, su credibilidad o autoridad. Esto se hace en el mundo real por medio de la inmersin, pero en el mundo virtual las cosas son diferentes. El anlisis textual por s solo, sin la interaccin, no permite llegar a este nivel de credibilidad. Lincoln y Guba en Naturalistic Inquiry (1985) sugieren que para llegar a una mayor credibilidad del anlisis efectuado se necesita un trabajo prolongado, una observacin persistente y el uso de informantes que guen al investigador para que lo introduzcan al grupo y para evitar falsas interpretaciones y desconfianzas. La idea es que el investigador acabe siendo parte del grupo.

Si uno quiere penetrar en el mundo de la ciberntica, debe ser capaz de dedicarle la misma cantidad de tiempo que le dedicara un etngrafo a observar el entorno que estudia; lo que se ahorra en tiempo son los desplazamientos. Debe crear una estrategia para penetrar en el grupo, conocer a sus miembros, participar, observar, leer los textos, crear las categoras pertinentes, hacer anlisis comparativos constantes y construir modelos analticos. El estudio online presenta, sin embargo, una tentacin: uno puede acceder a los archivos de una comunidad online y leer los mensajes guardados en un periodo comprimido de tiempo para as ganar tiempo; pero esto no cumple las normas de validacin, ya que el investigador se queda sin participar en la vida comunal; esta participacin solo se logra formando parte del grupo. Lincoln y Guba nos demuestran que cuando un investigador comienza a formar parte de una comunidad, identifica la temtica, las caractersticas y los elementos que revelan la complejidad de la cultura de este grupo; aprende el lenguaje propio de este grupo, sus cdigos, sus significados y la realidad social que construye, su imaginario colectivo. La participacin prolongada produce amplitud, la observacin persistente produce profundidad.

 

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[1] Cf. Colorado, A. (1997): 125-128.

[2] En un periodo de tan solo dos aos, Linneo public las siguientes obras: Systema Naturae (1735), Bibliotheca Botanica (1736), Fundamenta Botanica, Genera plantorum y Critica Botanica (1737).

[3] Hafstein (2000).

[4] Ong diferencia dos tipos de escritura, quirogrfica y tipogrfica. La quirografa es la escritura a mano, a diferencia de la tipografa, que se refiere a la letra impresa.

[5] En esto, prefiero seguir la pauta marcada por el escritor ugands Pius Zirime y adoptar el trmino que utiliz para referirse al corpus de textos orales de una cultura o comunidad, oratura (en el original francs, orature). Cf. Poitevin, G. (2001).

[6] "First, the distinction commonly made between literate and non-literate societies may not be as clear-cut as is often assumed; and secondly that some of the specific characteristics of at least one non-literate society may not be as wholly attributable to the fact of their non-literacy as it might seem at first sight". Finnegan, R. (1969b): 75. La traduccin es ma.

[7] Finnegan, R. (1969a).

[8] Chandler (2000).

[9] Excluyo el telfono de esta lista por ser un caso aparte que se basa en una comunicacin oral ms primaria y menos meditada o ensayada, pero que ofrece la caracterstica de que los interlocutores no se ven. Este hecho se produce en la oralidad primaria en casos en que una barrera visual impide la visin (pinsese en casos motivados por costumbres religiosas, como los conventos de clausura, o por circunstancias culturales, como la comunicacin ante una puerta cerrada por causa del pudor). La llegada del telfono no ha cambiado en lo esencial este tipo de comunicacin, aunque s la ha ampliado, crendose, por ejemplo, un vocabulario especfico.

[10] Me resulta difcil hablar de interaccin cuando no hay dos individuos que actan. Lo que s se produce es un proceso creativo por parte de un individuo que usa como instrumento la obra de otro.

[11] Un ejemplo esclarecedor y a la vez simptico de cmo un texto puede variar al cambiar de contexto es una pintada portuguesa que apareci durante la Revolucin de las Flores; el texto deca "A terra para o que a trabalha".  El caso es que estaba escrito en los muros de un cementerio.

[12] En parte resumo y en parte amplo a Brunvand (1986): 40-47.

[13] Jansen (1965).

[14] En el mundo virtual del ciberespacio llaman avatares a los iconos mviles que se crean para representar a un usuario. La analoga de la encarnacin queda manifiesta en este uso.

[15] Bauman (1971): 38-39.

[16] Marx y Virnoche (1997).

[17] Goffman, E. (1989): 25.

[18] Son estos una combinacin de signos tipogrficos que dibujan caras si se miran desde la derecha y que sirven para expresar emocin, como por ejemplo,  :-) es una cara feliz, su contrario es  :-( ; para la risa se pone :-D; un guio es ;-); para expresar inseguridad se puede poner :- , y as sucesivamente. Existen diversas pginas en la Internet que contienen glosarios de este nuevo tipo de elemento expresivo. Vase, por ejemplo, <www.cknow.com/ckinfo/emoticons.htm>.