Lorenzo Arribas, Josemi. San Pedro de la Nave (Zamora). Interpretaciones eruditas y populares sobre el origen de un templo y sus leyendas. Culturas Populares. Revista Electrnica 3 (septiembre-diciembre 2006).

http://www.culturaspopulares.org/textos3/articulos/lorenzo.htm

ISSN: 1886-5623

 

 

San Pedro de la Nave (Zamora). Interpretaciones eruditas y populares sobre el origen de un templo y sus leyendas[1]

 

 

Josemi Lorenzo Arribas

Universidad Complutense

 

 

Resumen

La iglesia altomedieval de San Pedro de la Nave (Zamora) ha sido muy estudiada en cuanto a los documentos ms antiguos que aluden a ella, as como arquitectnicamente. Este artculo trata de la leyenda de san Julin y santa Basilisa, que la tradicin hace santos fundadores del templo, en su condicin de barqueros, analizando documentacin de la poca moderna, as como los relatos orales que perviven en la memoria de los naturales, personas desplazadas a principios de los aos 30 por la construccin del embalse del Esla de su primitivo solar (salvndose el templo por su desplazamiento). Adems, se analiza los prstamos entre el discurso erudito y el popular sobre la construccin de la iglesia y otros descubrimientos relacionados con ella.

Palabras claves

San Julin, Santa Basilisa, embalse del Esla, pueblos sumergidos

 

Abstract

The  San Pedro de la Nave  church from the high Medieval Ages, located in Zamora, has been studied deeply in terms of the most ancient documents that have made reference to it, as well as from an architectural point of view. This article deals with Saint Julian and Saint Basilisas legend who, according to the tradition, are the  founders of the temple and according to the thorough study of the documents from the modern period  are boatmen. This point of view is also supported  by the oral tales that

linger in the memory of the native people, who had to emigrate in the early thirties because of the building of Eslas Dam in a former building site (and saving the temple because of  the removal). Furthermore, the loanwords are analysed between the scholar and popular discourse about the building of the church and other findings related to it.

Key words

Saint Julian, saint  Basilisa, Eslas  Dam, submerged dams.  


 

San Pedro de la Nave, antiguo priorato benedictino, hoy sumergido

 

Volviendo algo sobre la izquierda [de Carbajosa] sale de aqu dicho camino que va al pueblo llamado de Pueblica, dista una vuena legua. Y a menos de cuarto de legua de esta villa se atraviesa un monte alto, llamado la caada de Campoazedo, es camino montuoso de jaras; est este lugar situado al margen del ro Esla, tiene barca para pasar a Zamora, llmase la barca de San Pedro de la Nave que es lugar, barca de los referidos monjes benitos.

 

De este immediato pueblo sale un camino siguiendo el ro Esla, aunque en paraxes se alexa por los rodeos que ocasiona la aspereza de l; i va al lugar de Ricovaio, distante cerca de dos leguas, i este lugar est junto al dicho ro donde antiguamente huvo una gran puente de insigne fbrica, que se cort en las g[u]erras que la antigedad tubo con Portugal, i quando estaba transitable era por all la vereda de Galizia i Alcaizes para pasar a internarse en el reino[2].

 

 

 

Detalle de uno de los planos incluidos en la informacin solicitada por el Gegrafo Real Toms Lpez 16 de mayo de 1766, realizado por Flix Gmez de Prada, donde se incluye la Barca de San Pedro de la Nave sobre el cauce del Esla (BN, Ms. 7.312, f. 190r)

 

 

ste es el paisaje natural que hasta la construccin del embalse de Ricobayo o del Esla, como popularmente se lo conoce, al estar sobre el cauce de este mismo ro, circund la iglesia de San Pedro de la Nave, segn la informacin que firmaba en Carbajales de Alba, el 31 de mayo de 1765, su prroco, Juan de Aranda y Tavares.

La iglesia de San Pedro de la Nave, que dista de Zamora 4 leguas a el Poniente, inserta antao en la poblacin del mismo nombre, considerada villa que se inclua en la comarca de la Tierra del Pan[3], ha sido uno de los edificios cuya fbrica en los ltimos cien aos ha gozado de los mejores estudios y estudiosos de toda la arquitectura altomedieval hispana en sus diferentes aspectos (arqueolgico, arquitectnico, iconogrfico...), siendo continua e ininterrumpidamente referenciada en las fuentes locales desde hace varios siglos. Faltaba, no obstante, un estudio documental de sus avatares y actuaciones en poca moderna, deducidos por Caballero y Arce de su lectura estratigrfica de paramentos[4], investigacin cuyas referencias bsicas seran las procedentes de los libros de fbrica de la iglesia (hoy en el Archivo Diocesano de Zamora), que pueden dar algunas valiosas pistas[5]. Su patrimonio mobiliar tampoco es suficientemente conocido, a pesar de la importancia de algunas de sus piezas[6].

 

 

La iglesia de San Pedro de la Nave, en El Campillo (fotografa del autor)

 

 

Muy poco se sabe, por contra, de los avatares de este antiguo priorato benedictino en todo lo que no tenga que ver con su fbrica, habiendo de contextualizar ese olvido historiogrfico en el general que ha padecido la comarca donde se integra hasta hace muy poco tiempo, excntrica de los centros decisorios y de las principales vas de comunicacin, a pesar de su condicin de punto de paso desde Castilla a la Ciudad de Miranda del Reyno de Portugal[7], del Camino Real que comunicaba Castilla con Galicia, y a pesar de ser tambin una de las vas jacobeas naturales para la poblacin zamorana (Zamora-Chaves, pasando por San Pedro de la Nave, y de esta ciudad portuguesa ya hacia el Norte) o, como en el texto antes citado, quando estaba transitable era por all la vereda de Galizia i Alcaizes para pasar a internarse en el reino[8]. Sorprendentemente Zaratan, en 1888, describe el entorno fsico de San Pedro de la Nave como un cuasi desierto, a pesar de la vega del Esla, y una poblacin, afirmacin sta ms atinada, apartada del comercio de los hombres[9].

Hoy, el templo, antiguo priorato benedictino, se sita, descontextualizado en el trmino municipal de El Campillo (Zamora), a tan slo tres kilmetros del emplazamiento tradicional, sobre un altozano desde el que slo se ve agua. La del embalse del Esla, que esconde los caminos, veredas, inscripciones, islas, vegas, frondosas arboledas y el asiento original de esta verdadera joya artstica que, sobre antiguos trazados romanos, y luego la Ruta de la Plata, supuso un jaln fundamental en la geografa caminera durante ms de mil aos.

 

 

Sobre bucles y contaminaciones en las transmisin de noticias historiogrficas

Se ha vinculado con la iglesia de San Pedro de la Nave una inscripcin que yace ahora bajo millones de metros cbicos de agua. Dicho testimonio se reproduce en un documento, y adems se conserva en la memoria de algn natural de esas tierras. Lo que sigue es a lo que se puede llamar la invencin de un resto epigrfico. El verbo inventar tiene tres acepciones segn el DRAE. La primera significa Hallar o descubrir una cosa nueva o no conocida. La segunda desarrolla la anterior: Hallar, imaginar, crear su obra el poeta o el artista. Una tercera y ltima se refiere a Fingir hechos falsos; levantar embustes. Algo de cada una se puede aplicar a la interesante nota o advertencia autografiada en el vuelto de la guarda del Libro de la Cofrada de San Blas y Santa Basilisa en San Pedro de la Nave, escrita con posterioridad a la escritura del contenido propio del volumen, conservado en el Archivo Diocesano de Zamora[10], que dice as:

 

Del otro lado de la barca, cerca del embarcadero, sobre la pea viva y lisa por el desgaste de las aguas en crecidas mayores, se halla la inscripcin siguiente y dispuesta de la forma y modo que sigue: que puede decir, ao 821 de Jesucristo por Julin espaol, o el hallazgo de Jesucristo en la persona del pobre, por Julin Espaol, en citado ao; lo cual confirmara la historia y vida siguiente y la tradicin de esta parroquia. Y para que conste lo firmo, en San Pedro de la Nave a diez y ocho de Enero de mil novecientos y diez y siete. El Prroco Jos Fernndez Gmez <rbrica>[11].

 

Inscripcin de Julin espaol, segn el prroco de San Pedro en 1917 (AHDZa, 18bis libro n 13, f. 0v)

 

 

La interpretacin ms sensata a esta presunta inscripcin es la existencia, efectivamente, de una piedra epigrafiada en fecha incierta, quiz en las esperas que haban de sufrir los usuarios de la barca (estaba cerca del embarcadero) aprovechando la maleabilidad de la pizarra, que el prurito del prroco llev a interpretar de manera tan fantasiosa. No merece la pena detenerse a desmentir la veracidad del hallazgo, aunque el inters de la postdata en consignar testigos (que a duras penas sabran leer) para asegurar la credibilidad levanta, ciertamente, tambin sospechas, recordando la sentencia latina excusatio non petita, accusatio manifesta. Tampoco parece lgico incluir en la accusatio la completa invencin (en su acepcin de fingir falsos hechos) con nimo de confundir. S que sera completamente imaginaria la interpretacin, e incluso la lectura correcta de los signos que la inscripcin contuviera. Quiz conociera el prroco el origen lusitano que algunas versiones locales de la leyenda le atribuan a san Julin, lo que quedara as subsanado por la lectura patritica y fantstica que hace el eclesistico de spanus. Ms familiar le pudo resultar el anagrama de Ihesus, as como las tres cruces, en un soporte triangular la del medio, es decir, las llamadas cruces de calvario, que le pudieron recordar las numerosas epigrafiadas en la parte exterior del muro sureste del crucero (donde estuvo el cementerio local), datos que le sirvieron para asociar el descubrimiento con la historia del templo[12].

 

 

Detalle de la inscripcin de Julin espaol, segn el prroco de San Pedro en 1917

 (AHDZa, 18bis libro n 13, f. 0v)

 

 

S haba inscripcin sobre una pizarra relativa a un hecho histrico, aunque era uno mucho ms comn por esos lares: la crecida del ro, como recuerdan todava algunos ancianos. El antiguo herrero de Villanueva de los Corchos apunt que cerca de la ribera del Esla, a ambos lados del ro (cuando estaba sin embalsar, evidentemente) sobre una pizarra figuraban sendas inscripciones que se haban realizado para dejar constancia de una crecida que hubo de tener lugar en torno a 1910-12, que fueron aos especialmente lluviosos durante el periodo de la sementera y el peligro de las crecidas obligaron a cortar el paso por el antiguo puente de Ricobayo. Segn su testimonio, que era de visu, pues incidi en que nadie se lo haba contado, estaba escrita la leyenda siguiente: Hasta aqu lleg el agua en el ao tantos. A ambos lados del paso de la barca, segn este testimonio, quedaba constancia del pice hasta donde lleg el ro en su crecida.

Finalmente, Arsenio Domnguez Lorenzo, nacido en 1919 en El Campillo, y menos acostumbrado a habituar la barca, recordaba ms vagamente que haba una inscripcin con unos nmeros, que decan que en el ao 1808? haba llegado el ro hasta all, del lado de Villanueva de los Corchos. A este pueblo, hoy cercano a la orilla del embalse, se traslad una pequea parte de la poblacin de La Pueblica, instalada en los llamados Pabellones, dos lneas de casas nuevas en la parte alta del pueblo, todava hoy reconocibles. Algunas personas, las menos, se dispersaron por otras localidades donde tenan familias y, la mayor parte de los habitantes de La Pueblica marcharon a un pueblo de nueva creacin, a muchos kilmetros del epnimo que abandonaban: La Pueblica de Campen.

 

 

Villanueva de los Corchos, en 1996 (fotografa del autor)

 

 

Este espurio hallazgo del prroco de San Pedro de la Nave, fechado a mediados de enero de 1917 y cuidadosamente consignado, dos aos antes de la aparicin del influyente libro Iglesias mozrabes de Gmez Moreno, pero once despus del referido artculo en el Boletn de la Sociedad Castellana de Excursiones, cuando realmente se redescubre para la crtica moderna la importancia de San Pedro de la Nave, puede estar vinculado a este inters en la antigedad del templo. No obstante, en el Instituto Gmez Moreno (Granada), que custodia los papeles del ilustre investigador, se encuentra, entre los fechados en 1903, un croquis de la inscripcin de Julin espaol, similar al que el prroco dibujar catorce aos despus, una copia del cual me facilit Luis Caballero Zoreda, y se incluye aqu, es decir, que el historiador, aun sin prestarle mucha importancia, pues no se consigna en sus publicaciones, ya antes haba reparado en la inscripcin. Lo ms probable es que la misma le fuera mostrada por los propios naturales de esas tierras, preguntados por cuanto testimonio antiguo pudieran ellos dar cuenta. Quiz, tambin, el inters que el erudito mostrara ante la inscripcin, con el dibujo in situ que hizo de ella, animaron a la feligresa de San Pedro a valorar ms lo que hasta entonces era una piedra gastada donde, con suerte, poda interpretarse algo. Es decir, un resto de una antigedad muy grande, como reconoca, cuando hice la investigacin de campo, la gente que haba odo hablar de ella, o que aseguraba haberla visto.

 

 

Inscripcin de Julin espaol, realizado por Gmez Moreno en 1903

(Instituto Gmez Moreno (Granada), C.M.Za 3.13)

 

 

Gmez Moreno apoy desde un principio la tesis visigotista, cronologa que mantuvieron sus seguidores. De hecho, en el folleto de 28 pginas publicado como resumen de la tesis doctoral del que llegara a ser el historiador del arte medieval espaol ms influyente, San Pedro de la Nave slo aparece referenciada dos escasas veces[13]. Antes de 1906 La Nave haba sido citada por algn influyente historiador del arte, como cita Ramn Corzo[14]. Este investigador, no obstante, olvida en su relacin bibliogrfica la obra de Jos Mara Cuadrado, que aunque reconoca su conocimiento indirecto del templo, le dedica unas lneas con un breve apunte estilstico:

 

Una barca que cruza este ro [Esla] daba ya nombre al empezar el siglo X a San Pedro de la Nave, priorato benedictino y hoy parroquia del lugar, cuya interesante estructura arbigo-bizantina, capiteles y detalles, slo hemos podido apreciar por dibujos en ocasin sobrado tarda para visitarla.

 

En una nota al pie de pgina a este prrafo explica: Cita Argaiz un documento del ao 902 por el que Alfonso III dio a este monasterio la posesin de Valdeperdices[15]. Es difcil imaginar al prroco de San Pedro ajeno por completo al protagonismo que el humilde edificio cobraba en mbitos tan ajenos a los que aquellos pagos secularmente haban conocido. l mismo fue testigo de los penosos desplazamientos que, con el tiempo (continuaba siendo prroco durante el traslado), importantes personalidades hicieron para ver el templo in situ.

Aquellos aos son los mismos en que una de las feligresas del prroco, la abuela de Anselmo, el que sera herrero de Villanueva de los Corchos y que ha sido uno de los informantes de este artculo, le contaba ya a su nieto que la iglesia que san Julin y santa Basilisa pretendan levantar se les caa de noche. Cmo pudo contaminar la versin erudita a la popular contina sin resolverse, pero no sera demasiado arriesgado que el prroco Jos Fernndez hubiera hecho de eslabn entre ambos registros del discurso. De hecho, las/os informantes remitan a la autoridad del cura a la hora de referir la historia de los santos barqueros, recuperando esa funcin que tantas veces los curas rurales cumplieron, y ms en tierras tan aisladas y olvidadas como las de San Pedro de la Nave, donde confluan con generosa corriente los ros Esla y Aliste, hoy tranquilas aguas quietas. Igualmente probable es la polignesis de explicaciones, sin conocimiento o contaminacin de una sobre otra, aunque resulte difcil sostener que durante un milenio largo la memoria oral haya mantenido el recuerdo de un hecho como ste.

Lo ms apasionante es constatar cmo, por un bucle de la historia, se llega a la misma conclusin desde la tradicin erudita y de la culta: algo pas, que el proyecto inicial de ereccin del edificio del templo no se pudo llevar a cabo tal como en un principio se haba diseado. Fuera el diablo, o sendos maestros de obra, pertenece ya a las explicaciones que en cada poca, o en cada mentalidad, se aceptan como posibles.

 

 

El culto y la leyenda de san Julin y santa Basilisa, con la confusin entre dos Julianes homnimos

San Pedro de la Nave debe seguramente la segunda parte de su topnimo a la barca (nave)[16] que permiti franquear por ese punto el curso fluvial del Esla, barca cuyos beneficios pertenecieron a su iglesia hasta la Desamortizacin[17]. Esta denominacin de La Nave no se documenta antes de 1601. Toda la zona riberea de este poderoso afluente del Duero estaba interconectada por medio de pequeas barcas, asociadas a su correspondiente barquero[18]. Esta abundancia de pasos mviles no hace sino demostrar una vez ms el abandono que esta tierra ha sufrido secularmente, evidenciado aqu por la ausencia de puentes, que habran de ser de fbrica por las grandes dimensiones requeridas, dado el gran caudal potencial que el ro puede llegar a adquirir en tiempo de crecidas[19]. Tan arcaico medio de transporte ha sido el nico de que han dispuesto las generaciones actuales asentadas en Villanueva de los Corchos, Videmala y Villaflor para comunicarse entre s despus de la construccin del pantano de Ricobayo, por ms que quedaron, antes de la popularizacin del automvil, de facto aisladas entre s otras poblaciones antes cercanas, como El Campillo (donde asentaron San Pedro de la Nave), Almendra o Valdeperdices. La empresa Sociedad Hispano-Portuguesa de Transportes Elctricos (a travs de la Sociedad Saltos del Duero, gestora del embalse, luego llamada Iberduero), siguiendo la doble tradicin local de transporte fluvial y nula inversin en infraestructuras, se comprometi a financiar una barca de cable, con puerto en las riberas de Villaflor y Villanueva, y el sueldo de dos barqueros (vecinos del mismo pueblo), que todava hoy permite atravesar el ro gratuitamente unas cuantas decenas de metros por encima de la cota original del antiguo cauce, no muy lejos del asentamiento de San Pedro de la Nave. Ser en el siglo XXI cuando definitivamente desaparezcan de las aguas jurisdiccionales de San Pedro de la Nave la barca que, en el cronotopo legendario, fue su razn de ser[20].

 

 

 

Antiguo emplazamiento de San Pedro de la Nave, descubierto en 1997 con motivo de obras en la cabecera del embalse del Esla (fotografa del autor)

 

 

La advocacin bajo la que se situ el hoy tan polmico templo fue, como es sabido, San Pedro, como aparece en los documentos ms antiguos, desde principios del siglo X[21]. A decir verdad, en el primer diploma que nombra el monasterio (ao 907) aparece bajo la advocacin de San Pedro y San Pablo:

 

Domnis sanctissimis atque post Deum nobis fortissimis patronis beatissimorum apostolorum Petri et Pauli, in cuius honore scitum est monasterio in locum predictum que dicitur Tunis, territorio Camore..., aunque quince aos despus prevalece, como topnimo, slo la advocacin petrina: usque in termino de Sancto Petro (...) habeatis illum firmiter uos et qui in uita sancta in ipso monasterio perseuerauerint.

 

Es sta una advocacin ampliamente extendida por toda la provincia de Zamora. No slo es el patrn de la capital, cuya festividad ha sido y es un autntico hito cronolgico para todos los habitantes que de una u otra manera dependen de la ciudad, sino que su nombre se multiplica por toda la regin, dando nombre a parroquias, numerosos pueblos, lugares, despoblados, dehesas, montes, colegios, ermitas, barcas, ros, puertas etc.[22] Pero a quienes realmente se vincula la memoria del templo es a una pareja de santos, Julin y Basilisa. Al primero se le dedicar posteriormente, en poca moderna, el templo de Videmala, lugar perteneciente al antiguo ayuntamiento de San Pedro.

La tradicin medieval hispana, y la local en este caso, mantuvo una confusin recurrente entre algunos de los diferentes Julianes que aparecen en el santoral cristiano, que cuenta con ms de veinte[23]. El redactor de la leyenda zamorana es consciente de la confusin, y establece la aclaracin correspondiente:

 

En las Leyendas de los Santos se hallan dos Julianes casados y cada uno con una Muger llamada Basilisa y los unos y los otros son tenidos por Santos: pero para quitar toda equivocacin es necesario advertir que los unos fueron Mrtires naturales de Antioqua y padecieron martirio en la persecucin del Emperador Maximiano, siendo Presidente de Antioqua Marciano y su martirio fue por los aos de 309, cuya fiesta celebra la Yglesia a 9 de Enero. Otros San Julin y Basilisa son Confesores y aunque muy antiguos, pero no tanto.

 

San Julin Hospitalario, confesor y no mrtir, protector de los caminantes, celebra su fiesta dos das antes, el 7 de enero en el martirologio romano, que es la fiesta reconocida en la tradicin local de San Pedro de la Nave, aunque hay quien la adelanta al primer da del ao[24].

El principal testimonio literario hispanomedieval referido al santo matrimonio es el clebre Himno de San Julin y Santa Basilisa, un canto epitalmico mozrabe contenido en un cdice del siglo X[25], presente tambin en Testamentus regis Adefonsi [secundus] incluido en el Liber testamentorum de la catedral de Oviedo[26]. No es el nico ejemplo local de la devocin medieval a la santa pareja. Segn el cronista de la orden benedictina fray Antonio de Yepes, el monasterio astorgano de San Dictino presuma de venerar, entre otras, sus reliquias[27]. En palabras de Toms Mara Garnacho se sabe que en el siglo X se dedic una iglesia en Olmedo a estos santos confesores, que no deben confundirse con otros del mismo nombre, que fueron mrtires, a quienes en el siglo VI se daba ya culto en el monasterio de Samos, en Galicia[28]. La existencia de Julin y Basilisa no es, pues, una peculiaridad local. Sin ser una de las devociones ms extendidas por Europa, en modo alguno fue desconocida durante la Edad Media, ni aquende ni allende los Pirineos, pero casi siempre referidas a los mrtires de Antioqua. Se ponen bajo su advocacin, por ejemplo, las iglesias romnicas de Prados (Oviedo), como narra la versin rotense de la Crnica de Alfonso III,  y las de ciudad de Salamanca (fundada en el primer tercio del siglo XII)[29], Aistra (lava), Ojacastro (La Rioja), dos en la provincia de Zaragoza: Bags (s. XI) y Bustasur, Rebolledo de la Torre (Burgos), Villarejo Seco (Cuenca), la desaparecida de Ruiforco de Toro (Len), u otras ya renacentistas, como en Isla (Cantabria). Sancho el Mayor de Navarra funda el monasterio oscense de San Juan de la Pea englobando un templo anterior dedicado a estos santos, y se representa tambin su leyenda en una vidriera del lado norte de la girola de la catedral de Rouen, de mediados del siglo XIII[30].

Los precedentes son, por tanto, testimonios anteriores a las posibilidades de difusin del relato que alcanz potencialmente cuando fue incluido en La leyenda dorada de Santiago de Vorgine[31], escrita hacia 1264, pero realmente popularizada en el siglo XIV, de lo cual da fe su inclusin, por ejemplo, en los Cuentos de Canterbury de Chaucer: Practicaba la hospitalidad generosamente: / era el San Julin de su comarca[32]. En la popular Leyenda Dorada se recogen cinco Julianes, siendo el cuarto el Hospitalario (la confusin con otros homnimos se produce con los santos Julianes de Mans, Brioude o Rmini) cuya leyenda marca las pautas que luego la tradicin local recoger asocindola a San Pedro de la Nave aprovechando la falta de concrecin topogrfica y cronolgica. El texto dice as:

 

Juntos los dos esposos abandonaron el castillo y furonse a vivir a un pas extrao, fijando su residencia a orillas de un caudaloso ro, precisamente en un lugar en el que muchos pasajeros, al intentar cruzarlo, o se moran ahogados, o corran muy graves peligros de perecer arrastrados por la corriente. All edificaron una gran hospedera para alojar gratuitamente a caminantes y pobres que por aquel sitio transitaban y all se quedaron definitivamente san Julin y su virtuossima mujer haciendo penitencia y obras de caridad, y ayudando a pasar el ro a cuantos tenan necesidad de cruzarlo para ir de una a otra orilla del peligroso cauce[33].

 

La figura del Hospitalario no figura en ningn martirologio (recordemos que fue confesor), por lo que su festividad suele asociarse a la de otros Julianes, sin que haya una tradicin fija. Su iconografa suele centrarse en dos escenas: cuando asesina a sus padres, o transportando al leproso junto a su esposa. Su smbolo parlante es un remo y una barca, y as se le representa en una talla del siglo XVIII que hoy puede verse en la cmara lateral izquierda del templo[34]. Segn las distintas tradiciones, se le hace originario de las regiones de Maine, Angi, de Blgica, o de Zamora[35]. En estos diferentes pases que tratan de hacer al Julin confesor oriundo de sus tierras la leyenda ser recreada por los escritores ms importantes de cada poca en diversos momentos histricos (Boccaccio, Lope de Vega, Gustave Flaubert[36]).

 

 

Grabado de San Julin y Santa Basilisa, (en SANTIAGO DE LA VORGINE (1990): La leyenda dorada, vol. 1. (1990): La leyenda dorada, vol. 1. Madrid, Alianza, cap. XXX, 141).

 

 

Su tradicin textual

San Pedro de la Nave aparece vinculada en las fuentes escritas zamoranas a la leyenda de los santos barqueros, a quienes atribuye la construccin del templo. En el origen de la misma es sensato suponer el inters de un monje benedictino en prestigiar el templo, que culmina con la traslacin de las presuntas reliquias de la santa pareja del cementerio exterior adosado a la iglesia al interior de la misma en 1601. No parece, pues, que antes de esta fecha se asociase su culto a San Pedro de la Nave. Contamos con la detallada relacin manuscrita de los sucesos hagiogrficos vinculados a la creacin de San Pedro de la Nave gracias a dos testimonios del siglo XVIII que, en lo fundamental, responden a la misma versin, fuentes de las que se nutrir con posterioridad la bibliografa local. De cada uno de ellos se conservan sendas copias.

El manuscrito cronolgicamente ms antiguo responde al nombre de Varias noticias y curiosidades de Zamora y de su tierra escritas por un curioso monge de San Benito de Valladolid[37], documento descubierto en 1977 por Ramn Corzo en el Archivo Diocesano de Zamora (Mitra). Su captulo 16 lleva por ttulo Vida y muerte de San Julin y Santa Basilisa, confesores, cuyos cuerpos estn en la Iglesia de la villa de San Pedro de la Nave, que pertenece tam in spiritualibus quam temporalibus al Monasterio de San Benito de Zamora. Es de destacar que corresponde a su vez a una copia de otro testimonio que no conocemos, segn se manifiesta en el texto, de alguien que fue testigo del traslado de las reliquias de los barqueros al altar mayor de la iglesia, es decir, en 1601, pues un parntesis del texto hace referencia a un manuscrito anterior: (dice el que escribi esto) (f. 3v).

Una transliteracin manuscrita de principios del siglo XIX, fidelsima de este documento, desconocida hasta hoy, fue realizada por otro monje benedictino, cuya identidad en este caso s conocemos. La escribi en el Libro de la Cofrada de San Blas, San Julin y Santa Basilisa en San Pedro de la Nave, fechndola en 1815, y citando la fuente original: copiada de un Manuscrito que obra en el Archivo de dicho Monasterio [San Benito de Zamora] por el Padre Fray Anselmo Vela, Prior actual de esta Casa[38] (vid. Apndice).

Es decir, que las copias benedictinas remiten a otro original tambin manuscrito, y hoy sin localizar, donde se recogan las autoridades que estos documentos citan: san Antonio de Florencia, Pedro de Natalibus y Felipe de la Gmbara en relacin a la hagiografa de los confesores, y Yepes en lo respectivo al priorato y su dependencia de Celanova. La redaccin benedictina no fue descubierta hasta 1977.

El siguiente relato corresponde a una fuente clsica para historiar la ciudad de Zamora y parte de su provincia. Es la transmitida por el prroco de la iglesia de San Vicente, Manuel de Novoa, que, en funciones de historiador local, escribe su clebre Historia de Numancia, de la que conservamos dos versiones manuscritas, una en la Biblioteca Nacional de Madrid, y otra en una biblioteca zamorana inusual para una fuente de esta importancia: la Biblioteca de la Delegacin Territorial (Cultura).

La Biblioteca Nacional custodia la Historia de Numancia y fundazin de Zamora, sacada por don Manuel de Noboa, cura de San Vizente de dicha ciudad, quien la dedica a la Muy Noble y Leal ciudad[39]. El captulo XXXX de la Segunda Parte es el Discurso S. historial de la vida y muerte de san Julin y santa Vasilisa, su muger, confesores que estn en el obispado de Zamora (ff. 271r-281r). El manuscrito est copiado en 1738 (f. 294r).

En la citada biblioteca zamorana se conserva otra copia de la Historia de Numancia. Por la descripcin que hace de l, ste es, sin duda, el manuscrito del que deca Cesreo Fernndez Duro: yo he visto otra copia, que no creo sea la que posee el seor Gayangos, en poder del ilustrado Cannigo de Zamora D. Juan Arribas. Igual que en la copia de la BN, la segunda parte (volumen 2) se dedica casi toda a san Ildefonso. Despus le llega el turno a Atilano, Domingo Yez Sarracino, Boal Martn, y Cucufato, para por fin arribar al Discurso quinto historial de la vida y muerte de san Julin Ospitalero y santa Basilisa, su mujer, confesores, que estn en el obispado de Zamora, captulo XL (ff. 266v-278r). Este volumen, y con l la obra entera, termina tratando de la Virgen de la Inhiesta[40].

La tradicin manuscrita de la Historia de Numancia est trazada desde los finales del siglo XIX en que la fija Cesreo Fernndez Duro, trabajo de crtica necesario porque en la obra se advierte la superposicin de textos de tres autores distintos que abarcan desde principios del siglo XVII a finales del XIX. El cuerpo principal de la obra de Manuel Novoa es la Historia de Numancia, escrita en el primer tercio del siglo XVIII, que muri en 1737[41], pero en la parte que nos ocupa, la leyenda de san Julin y santa Basilisa, el cura de San Vicente copia un manuscrito anterior, segn una anotacin que recoge en su propia obra. As, en el Prlogo a los Discursos historiales dice Novoa cmo,

 

[a]cavada de scrivir la historia del seor San Ilefonso (sic) me all con estos travajos y discursos historiales hechos, y a personas leýdas en historias y de conozimiento particular de las cosas antiguas de Zamora les parezi que io deva comunicarlos a todos y sacarlos a luz

 

con el fin de que lo que el descuydo de nuestros antepasados a sepultado por no haver puesto estas cosas en memoria, no venga el olbido a ponerlas en perpetuo silencio, refirindose a los Discursos historiales de los santuarios que ai en Zamora del doctor Jernimo Martnez de Vegas[42], un manuscrito fechable en 1615 (segn Fernndez Duro) escrito por el que era cura de la zamorana localidad de Roales[43]. Es por tanto ste, y no Novoa, quien puede afirmar que el prior de San Pedro de la Nave que descubri los cuerpos enterrados le cont a l directamente cmo hizo su descubrimiento (como l me dijo (...) y conmigo, como con hijo a quien tanto quiso, lo comunic algunas bezes ms despazio). Referido inmediatamente el hallazgo a su abad de San Benito de Zamora, fray Alonso del Corral, el mismo ao (1601) se efectu la traslacin de los santos cuerpos[44]. Segn el texto,

 

yo asist a la dicha translazin y en la prozessin referida llev una gran parte de ella un brazo de las andas en que yban los dichos cuerpos santos y traje a mi casa cantidad de la tierra de su sepulchro, que conserva un admirable olor.

 

Las referencias a sucesos posteriores a esa fecha en el manuscrito son debidas al presbtero Miguel Antelo Varela, cura de San Torcuato, en la ciudad de Zamora, que adiciona y deturpa la obra de Novoa a travs de su copia a finales del siglo XIX[45], aunque no parece que a nuestro relato le afecten mayormente. Le dedica la obra al Ayuntamiento. ste, segn Fernndez Duro, compr el manuscrito con intenciones de publicarlo, opcin desestimada por el informe remitido por el erudito Roberto Muiz, abad de San Martn de Castaeda, que calific el texto de espurio.

El discurso historial de Martnez de Vegas/Novoa se apoya en las citas de san Antonio de Florencia, Pedro de Natalibus, un Flos sanctorum antiguo portugus y, finalmente reconoce que [l]a misma historia como aqu ba declarada quanto a lo essemzial refiere fray Juan Gin [(sic) por Juan Gil de Zamora] en el libro octavo de sus Claros barones. Frente a la tradicin ms asequible que perpetan las copias de los benedictinos, Novoa construye un texto algo ms barroco, con sus tradicionales pretensiones de erudicin, recogiendo interlocuciones latinas, si bien bastante corrompidas (Tu me secueris qui patris et matris tu ocisor eris)...[46].

Ha sido el manuscrito de Novoa la fuente que se ha venido utilizando ininterrumpidamente en la historiografa zamorana para referirse a la leyenda de los santos barqueros, como reconoce el propio Toms Mara Garnacho al hablar de San Pedro de la Nave, donde lo cita a pie de pgina[47].

 

 

Sinopsis del relato[48]

 

Manuel Novoa

Monje benedictino

 

 

Situacin geogrfica de San Pedro de la Nave

 

SJ y SB, mrtires de Antioqua

Confusin entre los SJ y SB mrtires y confesores

Autoridades que hablan de SJ Hospitalario y SB, confesores

Comienza la historia de SJ

Profeca del ciervo

Huida de SJ a Lusitania

(Sobre los lmites de Lusitania)

 

SJ entra en la milicia

Casamiento con SB (Castellana)

Bsqueda de los padres de SJ y encuentro

SJ los mata por error en la cama

Descubrimiento del parricidio

Retiro de ambos, llegando a San Pedro de la Nave

SJ construye el hospital, la iglesia y pone en marcha la barca

(Importancia y antigedad del templo)

(Es parroquia de cinco lugares)

Penitencia de SJ y SB

Un ngel, en disfraz de pobre, es socorrido por ellos, anuncindoles su perdn y prxima muerte

Mueren un 7 de enero de ao incierto

Son enterrados en dos capillas de San Pedro de la Nave

Descubrimiento de sus cuerpos en 1601

(Panegrico extenso de Alonso del Corral, prior de San Benito de Zamora)

(Idem, breve)

Traslacin de los restos en dicho ao al altar mayor de San Pedro de la Nave

Supersticin de rezar un padrenuestro a los padres de SJ

Error de considerarlos mrtires, y no confesores en la tradicin local

Imposibilidad de enterrar a nadie en el interior de la iglesia

Entierro de un abad de Celanova

 

Inscripcin conservada en el templo

(Explicacin de por qu ocurra esto)

Milagros de SJ y SB

 

(Segunda loa de la importancia del templo)

 

Cita a Juan Gil[49]

Cita a Yepes

 

           

En sus lneas fundamentales, el relato trata de un noble caballero, Julin, que en una batida de caza, su entretenimiento favorito, es sorprendido por un ciervo que le pronostica que habr de matar a sus padres cuando aqul pretende darle alcance. Para evitar el parricidio el contrito caballero decide alejarse de ellos, yendo a parar en otras tierras junto a un rey al que gana su favor. ste le casar con Basilisa, una virtuosa dama que un da, ausente su marido, recibe la llegada de los ancianos padres de Julin, puestos en camino para dar con el paradero del hijo perdido. Cansados, los acuesta en el tlamo nupcial. La fatalidad quiere que Julin llegue a casa al alba, justo cuando Basilisa asista a su misa correspondiente. Al irse a acostar ve a dos personas ocupando su cama y, arrebatado, imagina que su esposa le ha sido infiel, apualndolos, con lo que se cumple la profeca del ciervo. Para purgar su culpa decide retirarse a un lugar spero y ponerse al servicio de los numerosos peregrinos que por ese enclave pasaban para vadear el ro. Basilisa decide acompaarle en su mortificacin. Ah comienza un atribulado Julin su actividad de barquero, construyendo un hospital y una iglesia. Pasa el tiempo desarrollando ejemplarmente sus funciones, hasta que una noche de tormenta Julin arriesga su vida yendo a por un peregrino maltrecho que le reclama su ayuda. La pareja le reanima y ste resulta ser un ngel, un enviado divino, que anuncia el perdn de la culpa y la prxima muerte del matrimonio con el favor de Dios, circunstancia que acaece un 7 de enero, siendo enterrados en dos capillicas del propio templo que ellos construyeron.

 

 

Anlisis

Seguir indistintamente las dos distintas tradiciones manuscritas porque slo difieren en pequeos detalles. En ambas se destaca la falta de inters en contextualizar la leyenda en la geografa zamorana de carcter ms local. Aunque se hace referencia a San Pedro y a la ribera del ro Esla y el enclave entre dos montaas speras y temerosas[50], no hay otras ms especficas, salvo que San Pedro de la Nave sirve de parroquia a cinco lugarinos que son de la jurisdiccin de San Benito de Zamora[51]. Los pocos datos que s se citan vienen a reforzar la zamorana en abstracto de san Julin, puesto que son referencias relativas a zonas limtrofes a la actual provincia de Zamora (Portugal) precisamente para sealar sensu contrario el ubi zamorano en que se desarrollan los hechos, empeo en el que Novoa pretende resultar convincente apoyndose en su erudicin:

...y el flos santorum portugus dize que dio consigo en Lusitania. Si esta Lusitania se ha de entender del reino de Portugal, conforme oi tiene los lmites, o segn la divisin antigua de los cosmgraphos no lo dize la historia. Mas respecto de la grande antiguedad que tienen estos gloriosos santos (que San Antonino los pone en el ymperio de Nern) me ynclino asentir que se entiende de la Lusitania que llaman los cosmgraphos. La qual contiene la tierra entre los ros Tajo y Duero y Guadiana, desde sus nazimientos asta que entran en el mar occidental, y por la parte de el Oriente llega zerca del ro Ebro, y por la del Medioda a la provinzia de Cartagena, dividindola Guadiana de la provinzia Bthica y Duero de la de Galizia, y avindose de entender en este sentido que Jullin se fue a la Lusitania viene a ser tierra mui ancha y poner maior duda si se retir a lo que oi llamamos Portugal as se qued en lo que se llama con nomvre genrico Castilla.

 

Portugal, finalmente, aparece recurrentemente en la memoria de quienes recuerdan la leyenda, bien como patria original de san Julin, bien como la de Basilisa, como lugar de su retiro del primero... En la zona zamorana donde se asent La Nave, la cercana del vecino reino hace que est muy presente en el imaginario de los naturales, bien como referencia geogrfica precisa o bien, como en este caso, difusa.

 

En la leyenda se ofrecen dos versiones sobre el nombre de la esposa de Julin: Basilisa (o Badalisa, segn Novoa) o Castellana[52], encargndose la pluma que recoge el relato de dar la explicacin adecuada a este segundo antropnimo:

 

Yo creer que su nombre era Basilisa y que llamarla Castellana puede ser o por ser viuda del Alcaide de aquel castillo a quienes comnmente llamamos castellanos o por ser natural de Castilla y los Portugueses la llamaban Castellana, como los Portugueses llaman hoy a los de nuestra Nacin.

 

Estos datos me llevan a la conclusin de que el origen de la leyenda adaptada de los santos barqueros tal como la recogen las fuentes zamoranas fue labor de alguien que no conoca la zona in situ, y que defiende los derechos patrimoniales y jurisdiccionales del monasterio de San Benito de Zamora, que es el verdadero beneficiario del relato, y lejos por tanto de la intuicin de Luis L. Corts Vzquez que, en referencia al parricidio legendario deca que todos estos inventos se deben a algn desaprensivo fraile benito[53].

Las diferentes versiones del relato, por tanto, no lo alteran en sus aspectos fundamentales, sino en cuestiones de detalle. Unas omiten el episodio del ciervo y hacen vivir a la pareja de la limosna que mendigaban en las poblaciones inmediatas[54]. Otras versiones, ya recreadas literariamente, hacen a Julin vecino de un pueblo alistano, a Basilisa tambin cazadora, y entra en escena un tal Fernando, cuyo oficio es cortejar a Basilisa de tal manera que los celos de Julin y su desproporcionado ataque queden as mejor justificados[55].

El tema del parricida goza de gran tradicin desde los relatos griegos (la Odisea, Edipo rey...), contando con una amplia trayectoria antes de cristalizar en el Julin santo que, a pesar de su buena voluntad, acaba cumpliendo el designio fatal de asesinar a sus padres. El paralelo en la tradicin hispana ms claro se establece con la leyenda navarra de don Teodosio de Goi, tambin parricida por error, ante una trampa que el diablo disfrazado le tendi, acabando su vida de penitente, en unos hechos que el tiempo legendario sita en poca del rey Vitiza[56].

            El ciervo que aparece en la leyenda (ya en Vorgine) sigue la larga tradicin de animales parlantes que pronostican, desde la bblica burra de Balaam (Nmeros 22,28)[57] a la cuentstica clsica. Igual que en el relato que nos ocupa, tales animales suelen cumplir la funcin de intermediarios de la divinidad, manifestando un mensaje de sta o vaticinado sucesos por venir[58]. Sobre por qu el animal elegido fuera el ciervo habr quienes aventuren mejores hiptesis que las mas, aunque es digno de notar que el relato insiste en una asociacin recurrente en el imaginario popular, el del ciervo y el agua, tan bien representada en la lrica popular de diferentes pueblos y pocas, ya reflejada en la Biblia, presente en la Eneida y con fuerte enraizamiento en la cultura rabe, pero especialmente en las cantigas galaico-portuguesas y en la castellana medieval[59]. El origen eclesistico de la leyenda hace que este animal no aparezca, ni se insista posteriormente en ello, simbolizando el erotismo, como suele suceder en los encuentros junto a la fuente en la literatura profana, o en el propio Cantar de los Cantares.

Cronolgicamente s se nos ofrecen parmetros aproximados para ubicarla, extrados de la erudicin. Segn Novoa, el edificio no slo tiene inters por estar en l contenidos los restos de los santos, sino tambin por motivos puramente artsticos, incitando tanto a la peregrinacin por motivos devocionales como a su contemplacin por un inters que casi pudiramos llamar tursticos:

 

y el propio sitio y edifizio que oi se bee que es de sillera con tres naves sin que se bea en todo el edifizio travazn de cal, betn o argamasa (...) Vien creo que es uno de los ms antiguos templos de toda Espaa segn conserva la dicha tradizin, y es tal que no slo por ser tan gran santuario sino por su antiguedad y traza mereze bisitarle qualquiera curioso, y me persuado que la divina savidura ha conservado desde aquellos tiempos este edificio asta los nuestros, livrndole del poder de los godos y moros por averse enterrado en l Jullin y Vasilisa[60].

 

Es decir, que retrotrae la fundacin del templo a la poca romana a fin de darle mayor lustre y mejor origen, caractersticas siempre presentes en el esplendor clsico, grecolatino, del que es reflejo la esttica setecentista, es decir, la que recoge el relato. El copista posterior muestra una actitud ms prudente, discrecin acorde con la constancia documental, siguiendo a Yepes:

 

Y aunque no se sabe quando florecieron los Santos, parece cierto fue antes del ao 902, era 940, porque en este tiempo don Alonso el Magno anej la hacienda de Valdeperdices al monasterio de San Pedro de la Nave, luego ya estaba edificado el monasterio y siendo la yglesia que es fbrica de los Santos aun ms antigua se saca ser muy antiguos los Santos[61].

 

Novoa dice que en San Pedro hubo siempre cementerio porque nunca se enterr en la iglesia, crese que por respeto los cuerpos de San Julin y Santa Basilisa, que se conservan en ella[62]. Quiz para acabar con la tradicin de enterramientos exteriores y poder habilitar el espacio intramuros para inhumar cuerpos, lo que era costumbre en los siglos modernos, se produce el descubrimiento de las reliquias y su posterior traslacin al altar mayor. El proceder interesado del monje benedictino, muy en consonancia con los intereses que generaba el mercado de reliquias medieval y moderno, queda acentuado por el secretismo en que todo esto transcurre para, segn el relato, no escandalizar a la feligresa. Lejos de otros descubrimientos de reliquias que se producen despus de alguna manifestacin o signo divino, frecuentemente en pblico, en esta ocasin nos hallamos con una curiosa justificacin:

 

quiso Dios manifestar esta berdad, es decir, que estaban all los santos cuerpos, y el modo de manifestarla fue que [p]ara esto aviv el deseo santo de averiguarlo a un monje venito, siendo prior de aquel priorato de San Pedro de la Nave que (como l me dijo) procur zertificarse por sus ojos y avindolo encomendado a Dios y disponindose ynteriormente a una noche a solas y con gran recato y secreto (por el riesgo de la devozin comn), l mismo cav por su persona y descubri los santos cuerpos y zierto de lo que buscava por las seales y buen olor bolvi a cuvrirlos y con grandssimo contento dio despus de esto quenta a su abbad de San Venito de Zamora, que era frai Alonso del Corral[63].

 

Sera ste quien diera orden para la nueva sepultura de los santos en un mejor emplazamiento.

La traslacin de los restos de los santos y su posterior inhumacin en el altar mayor del templo se produjo un domingo, 13 de mayo de 1601, con 27 testigos[64]. Una Advertencia dispuesta al final del relato nos informa de que [d]esde que se elevaron los Santos Cuerpos y se pusieron en el Altar Mayor consienten cuerpos humanos en la mayor parte de la yglesia, pero no en la Capilla Mayor, donde hasta aora no est enterrada persona alguna. De hecho, se narra una significativa ancdota que demuestra que ese respeto debido a la superior dignidad de la santidad comprenda a todos los humanos sin distincin de su condicin, puesto que

 

la tradicin lo dice, se vio en un abad de Celanova en el reyno de Galicia, que siendo de aquel monasterio el priorato y la yglesia de San Pedro se mand hacer all enterrar y lo que es ms natural viniendo a visitar la yglesia como ordinario le cogi all la muerte, y dndole sepultura dentro de la yglesia ese otro da le hallaron fuera, por lo qual le enterraron en un cemeterio que all tienen cercado, donde tubo su epitafio[65].

 

La razn es que es sin duda que por estar estos Santos Cuerpos en la parte ms humilde de la yglesia no quiere Nuestro Seor permitir tenga alguno mejor sepultura que ellos, para honrar a los humildes y engrandecer en la tierra las cenizas de sus queridos siervos que por nosotros en su acatamiento intercedan.

Esta tradicin barquera de la santa pareja hizo que fueran invocados en momentos difciles cuando de atravesar el ro se trataba, pues era frecuente que viniese con fuerte corriente y fuera difcil vadearlo. Segn la tradicin [e]ste San Julin es el abogado de los caminantes a quien rezan un paternoster, porque Dios les depare buena posada por haber l sido padre y amparo de pobres y caminantes. Citando a san Antonio de Florencia reprueba la supersticin que hace a algunas personas rezar un paternoster no invocando al propio santo, sino hacindolo por las nimas de sus padres[66]. La invocacin al Hospitalario en momentos de dificultad parece que ha pervivido hasta las postrimeras de San Pedro de la Nave en su antiguo emplazamiento, si creemos el testimonio de Jos Fernndez Domnguez, historiador y contador de fondos provinciales, cuando dirigindose a ver el templo en 1930 para opinar sobre cul sera su mejor emplazamiento posterior (su opinin se sumara a quienes, como Gmez Moreno, apoyaban el Bosque de Valorio), ante la ausencia de barquero intentaron franquear con sus caballos el curso fluvial. Las monturas perdieron pie y hubo de indicarles una pastorcilla por dnde haban de ir para no ser arrastrados por la corriente. Segn el testimonio de este prcer zamorano ya en tierra firme, el ama del seor cura -Jos Fernndez Gmez- atribua nuestra salvacin a San Julin y Santa Basilisa, pero nosotros de todas suertes dimos las gracias a la pastorcilla[67]. Es ms, la intercesin divina de la pareja barquera se extendi a otras competencias en el imaginario local pues, segn la leyenda, [p]or intercesin de estos santos obra Nuestro Seor muchos y continuados milagros en personas que se encomiendan a stos en sus necesidades, enfermedades y calenturas, que acuden a ellos con fee viva, sanando luego y lo mismo nios de quebraduras. Novoa tambin certifica la popularidad de la devocin entre los naturales de esas comarcas, as como en los del vecino reyno de Portugal[68].

 

 

Tradiciones orales vinculadas a San Pedro de la Nave

En 1996 realic diversas encuestas entre personas ancianas naturales de las tierras que en das pertenecieron a San Pedro de la Nave a la bsqueda de datos relevantes que hubieran escapado a los registros escritos y a la pluma de los historiadores y eruditos locales[69]. Especialmente interesante fue el testimonio de Dorotea lvarez Terrn, nacida en La Pueblica en 1904 y trasladada a Villanueva de los Corchos tras el embalsamiento. Describiendo los recuerdos de infancia asociados al templo, entonces en su emplazamiento primigenio, rememoraba cmo el cura les enseaba lo que l deca que era la ceniza de san Julin y santa Basilisa, que se recoga en una bolsica que se guardaba en el altar que estaba hacia atrs. Este simple hecho desmiente la rotundidad con que se expresaba Luis L. Corts y Vzquez en 1951, cuando afirmaba que el origen legendario de la asociacin de Julin y Basilisa al templo era erudita y no popular, pues fuerza es hacer constar que en mis reiteradas visitas a San Pedro de la Nave y hablando e interrogando a los ms viejos de la localidad, jams les he odo hablar de Santa Basilisa, que desconocen, y s de Santa Adela[70].

 

 

Restos de La Pueblica, descubiertos en 1997, con motivo de obras en la cabecera del embalse del Esla (fotografa del autor)

 

 

La leyenda de san Julin y santa Basilisa ha pervivido localmente, como era de esperar, y todava hoy las personas ms ancianas son capaces de narrarla con precisin en sus datos fundamentales. La devocin a la piadosa pareja tambin fue demostrada durante siglos por los habitantes nombrando a los hijos e hijas bautizados en San Pedro de la Nave con los antropnimos correspondientes. Badalisa, Basalisa, Basilisa fue un nombre significativamente recurrente en los pueblos que estuvieron en la rbita de esta parroquia: Valdeperdices, El Campillo, La Pueblica... y con menos frecuencia, tambin aparece la forma masculina, Basilio, tanto en poca histrica como en el siglo XX, contra la opinin antedicha de Corts y Vzquez[71].

 

Adems, segn el testimonio de Dorotea, en la iglesia haba una cosa que llamaban la tibluna, que haba que subir como una escalera que haba que subir porque yo no la vi. All cantaban el sacristn, los mozos y los casados, en definitiva, los hombres.

Entre las informaciones ms interesantes recogidas se encuentra la que dice que la iglesia la hicieron por el da santo Julin y santa Basilisa, y por la noche la caan, y por eso la hizon en [forma de] cruz, es decir, que entendieron lo que deba ser un mensaje divino y la construyeron con planta cruciforme y ces la maldicin. Esta tradicin se conserva en todos los pueblos colindantes, pues nos la han confirmado prcticamente todas/os las/os informantes consultadas/os. Es tentadora la posibilidad de vincular esta leyenda a las dos secuencias constructivas que San Pedro de la Nave conoci, segn la versin dada a conocer por Manuel Gmez Moreno[72]. De esta manera la tradicin erudita y la popular vendran a confluir en una misma conclusin. Pero tampoco se nos escapa la posibilidad de que fuera la obra y accin de campo del ilustre historiador del arte y seguidores quienes distribuyeran la hiptesis entre las/os naturales de la regin, con quienes tuvieron contacto en el largo proceso que culmin con la traslacin de la iglesia, siendo por tanto una pseudo-leyenda de origen ltimo erudito.

En mi afn por perseguir el origen ms antiguo posible de los testimonios orales que fui recogiendo, antes de plantearme esta polmica sobre la naturaleza de la leyenda, encuest a Anselmo Lorenzo, el herrero, que actualmente tiene 88 aos, vecino de Villanueva de los Corchos y que se enorgullece de saber algo de historia por su curiosidad natural. Preguntado sobre el origen de la versin de la construccin del templo por los santos y destruccin por la noche, fue capaz de recordar que se la contaba su abuela, que no saba ni leer ni escribir, cuando l era un nio. Por lo tanto, la niez de Anselmo fue previa a la proyeccin del pantano y el traslado de la iglesia, siendo por tanto improbable que a odos de una mujer analfabeta llegase una presunta hiptesis tcnica que elaborase para narrrsela a su nieto[73].

Otra tradicin conservada oralmente dice que el da de San Juan, si se iba temprano a la iglesia, poda verse el barco con que los santos ejercieron su oficio, que era de piedra y asomaba por un lugar significativamente llamado El Pilago[74]. En estas breves lneas se unen dos tpicos de la cuentstica y leyendstica occidental, ambas bien representadas en la Pennsula. Por un lado, las navegaciones maravillosas en barcas de piedra, de la que la ms conocida es la del apstol Santiago que, ya muerto, arrib a Padrn, o la que hizo la misma Virgen, recordada con la ereccin en su memoria del santuario de la Virgen de la Barca, parroquia de Santa Mara de Muxa (partido judicial de Corcubin, La Corua)[75]. Por otro lado, confluye la tradicin del sonido de las campanas sumergidas, o apariciones maravillosas en los lagos el da (o la noche) de San Juan, como ocurre en el lago berciano de Somido. All, una tradicin entronca dicho lago con la espada de Roldn y el barril de Oliveros. Preguntados los ancianos del lugar, confirman que [a]ctualmente ya nadie puede verlos, pues el lodo y la maleza los han ocultado, pero antiguamente eran contemplados por cuantos se acercaban al lago a las diez de la maana del da de San Juan [76]. Julio Llamazares, el novelista leons, se hace eco de la tradicin trasladndola a Lodares (Len) en un guin cinematogrfico escrito para la pelcula El filandn (1984), de Jos Mara Martn Sarmiento. En el pantano del Porma, que sepult ste y otros pueblos, [d]icen que, por la noche, ocurren cosas extraas: que si se oyen las campanas de los pueblos que estn debajo del agua...[77].

El referente ms cercano y ms zamorano, no obstante, es sin duda la leyenda del Lago de San Martn de Castaeda, ms conocido como Lago de Sanabria, donde la noche de San Juan taen bajo el agua las campanas del imaginario pueblo anegado de Villaverde de Lucerna, relato elevado a categora literaria en San Manuel Bueno, mrtir (1930), la novela que Unamuno escribi inspirndose en l[78]. El que fuera rector de la Universidad de Salamanca convierte el nombre del ya de por s legendario pueblo en Valverde de Lucerna. Ovidio en sus Metamorfosis recoge un episodio similar (el mito de Filemn y Baucis), as como la francesa Chanson de Anses de Cartago, en que la aldea se llama Luiserne. Tambin le dedic una poesa a nuestro templo en fechas anteriores, y prximas al traslado (1928): San Pedro de la Nave, / refugio visigtico, / concha de Compostela; / la hoz del Esla / barranco ibrico!.... Lucerna es, adems, la ciudad que se resisti a Carlomagno, segn el relato del Pseudo-Turpn, y que se convirti en un lago de aguas negras tras la maldicin del emperador. Por su parte, Alejandro Casona recrea la leyenda del lago de Sanabria en La dama del alba[79].

 

 

La Pueblica, cuando reapareci en 1997 (fotografa del autor)

 

 

Arsenio Domnguez Lorenzo, nacido en 1919 en El Campillo y encargado durante mucho tiempo de ensear la iglesia a los turistas y ejercer de cicerone aficionado ofreci algunos datos nuevos, y matices interesantes. En su versin, de san Julin decan que era francs y santa Basilisa portuguesa. Es el nico informante que me dijo que los santos no hicieron la iglesia, sino que sta se levant en su honor despus de su muerte, ya que los santos barqueros vivan en una cueva que contaba con una pequea iglesica. Su ocasional oficio como gua de San Pedro se percibe en diferentes detalles que tien las versiones populares al uso de un barniz erudito que, en ocasiones, le llevan a ultracorrecciones historiogrficas, como cuando atribuye la ereccin del templo a una peregrinacin que por la vereda [es decir, el Camino Real], que era la Ruta de la Plata, haca el rey Alfonso el Sabio. Viendo ste donde estaban enterrados, en honor de ellos orden levantar un monumento. Impertrrito, aade: Dicen que empez en el siglo VII y terminada en el siglo XI.

Un dato nuevo, que Antonio Piorno (nacido en La Pueblica en 1914) tambin repite, es que le deca Julin a Basilisa que si era santa que tendiera el manto y que pasara el ro, en lo que creo que es una confusin o mistificacin personal con otros personajes femeninos sagrados relacionados con las aguas, en concreto con santa Mara de la Cabeza, esposa de san Isidro Labrador, patrn de Madrid, segn la tradicin contrarreformista postmedieval[80]. En este sentido, Mara Antn Ramajo, esposa de Arsenio Domnguez, naturales ambos de El Campillo, contaba que, segn la leyenda, santa Basilisa tiraba el manto y pasaba por el ro las piedras con que construyeron la iglesia. Novoa remite para la historia de los mrtires antiocenos al vreviario de San Ysidro. La tradicin de santa Mara de la Cabeza, tal como se desarrolla tardamente desde finales del siglo XVI, vincula a esta mujer con una ermita mariana sita junto a un ro, que gustaba de limpiar y adecentar. Un da, ante la imposibilidad de franquearlo por el vado habitual ante la fuerza de una crecida, salv las aguas subida en la mantilla que previamente tendi sobre sus aguas

Finalmente, Arsenio no duda en afirmar que el monigote de un hombre a caballo picado en el cimacio del capitel derecho del arco triunfal en el Altar Mayor de la iglesia representa a Santiago a caballo, y su factura se debe a un peregrino, a juicio del informante, interpretacin no demasiado fabulosa para la figura que efectivamente vemos en el friso del muro Sur del bside, un esquemtico jinete luchando contra un animal fantstico para el que todava no hay una explicacin definitivamente convincente[81].

De la costumbre de enterrar muertos en el interior del templo, es decir, emplearlo como cementerio se acuerda tambin Arsenio. Anteriormente haba dos lpidas en la pared de la iglesia, puesto que enterraban a gente tambin dentro de la iglesia, habiendo a la izquierda unas sepulturas que tienen un sitio como para agarrarlas. De hecho, y segn su testimonio, algunas de las piedras de su interior estn negras por las hachas que se ponan durante dos aos a los muertos. Con respecto al sepulcro principal, el que la tradicin y la erudicin local asocia a los santos barqueros y que hoy se encuentra en la nave Norte a los pies de la iglesia[82], Arsenio dice que siempre estuvo en el mismo sitio, pero no en superficie sino entoado, es decir, incrustado parcialmente en la pared o en el suelo.

Como en tantas ocasiones en que la tradicin popular recoge los hallazgos de tesoros encontrados, fortuita o intencionalmente, en el interior de ruinas medievales, no falta tampoco en San Pedro de la Nave esta feliz coincidencia, asociada, claro est, a su despiece, equivalente similar a la naturaleza de ruina. En este caso slo tengo el testimonio de uno de los obreros, naturales del lugar, que afirma que descubrieron una bolsa conteniendo monedas antiguas en su interior, que le fueron entregadas al responsable del despiece. No tengo constancia de dnde puedan estar depositadas dichas monedas[83].

Obvia decir que para la prctica totalidad de las y los informantes encuestados que conocieron la iglesia en su emplazamiento primigenio y han tenido ocasin de verla despus, sta era antes mucho ms bonita antes del traslado de lo que lo es el templo actual que hoy podemos admirar. Sin duda rechazan ese aire autista y museificado que nunca tuvo[84] y que hoy posee, adems de un emplazamiento ajeno a lo que la memoria asocia a la frtil vega de San Pedro de la Nave, sustituido por la sequedad de la meseta parda donde se asienta desde entonces.

 

San Pedro de la Nave en la documentacin postmedieval

Si a mediados del siglo XIX Pascual Madoz, legitimado por la minusvaloracin de lo medieval se atreva a afirmar de la ciudad de Zamora que careca de edificios antiguos y modernos que puedan llamar la atencin de los viageros[85], las tornas cambiaron y se despreciaron las actuaciones sobre los edificios de origen medieval realizadas del siglo XVI en adelante. No obstante, adems del mrito intrnseco que tales adiciones o reformas pudieran tener, la documentacin que tales modificaciones generaron tambin son fuente importante de informacin para el conocimiento actual de las peripecias medievales de un edificio, por ms que los historiadores del arte medieval no suelan tenerlas en cuenta de modo sistemtico. Apenas se ha trabajado con este tipo de fuentes en nuestro templo.

La primera vez que encontramos San Pedro de la Nave citada en la erudicin moderna es en 1609, debindose la referencia al padre Yepes, monje benedictino y cronista de la orden. Por otro lado, mucha de la informacin que retrospectivamente tratamos de confirmar o negar con respecto a la etapa medieval de esta iglesia proviene de los desvelos de un monje benedictino del siglo XVII, fray Benito de la Cueva, cuya obra afortunadamente ha sido sometida a la crtica moderna[86]. Fue este religioso, nacido en Ocaa a finales del siglo XVI, que profes en Celanova en 1613 y sera abad de Rocas por dos veces, hasta su muerte en 1649, quien redact la Historia de los Monasterios y Prioratos anejos a Celanova en 1632. Su captulo XI trata de La fundazin del monesterio de San Pedro de La Nave junto a la ibdad de Zamora, anexo del monesterio de Zellanobba, y sus varios suesos, anegain y unin suya al monestterio de Zellanoba y quin la posee oy.

No es mucho el fondo documental que ha sobrevivido perteneciente al antiguo priorato de San Pedro de la Nave, en tiempos dependiente del monasterio auriense de Celanova y posteriormente parroquia de la jurisdiccin del monasterio de San Benito de Zamora. Estas dependencias pretritas, sin duda, evitaron la formacin de un conjunto documental propio mayor. Adems de la documentacin conservada en otros archivos zamoranos[87], en el Archivo Histrico Nacional se custodian tambin un conjunto de libros que recoge documentacin del antiguo monasterio desde el siglo XVI. Desde el Encabezamiento de rentas de trigo, cebada, gallinas... que tiene el priorato de San Pedro de la Nave (1666)[88], a los Foros y arrendamientos de los cinco lugares, y otros papeles (1525-1629)[89], incluyendo las Pertenencias del suprimido monasterio de San Benito de Zamora (que alcanza hasta 1821, es decir, durante la segunda exclaustracin)[90]. En el Archivo General de Simancas son pocos los datos referidos directamente a San Pedro de la Nave, aunque su antigedad exige al menos una revisin[91]. Contamos con un pleito sobre el patronato de la iglesia sustanciado entre el fiscal y el monasterio de San Benito, de 1513[92], amn de otros documentos miscelnicos[93]. Por un documento de este mismo archivo conocemos tambin de la presencia de un asentamiento de judos en las proximidades del monasterio de a finales del siglo XV[94]. Otros documentos perifricos, pero susceptibles de alguna informacin interesante pueden rastrearse en algunos archivos parroquiales[95].

A juicio de fray Andrs Casado, a la sazn prior benito del monasterio de la capital, que visit la capilla de los Santos Mrtires de nuestro templo el 23 de julio de 1769[96], la iglesia era ms que monasterio, y en ella haba, a la luz de un [a]cha o blandn encendido entre otras cosas, un sepulcro, una arquilla con rejas donde estn las reliquias y una tabla de dos compuertas en la pared, en ella un pergamino con efigie pintadas de san Julin y santa Basilisa y en medio una Bula de Urbano VIII con privilegios para los cofrades de San Blas, cofrada inclusa en la de San Julin y Santa Basilisa, junto a una bula fechada en 9 agosto 1626, dejando por escrito esta relacin para que no se pierda su memoria[97].

El patrimonio usufructuado que disfruta el monge que sirve la parroquia constaba de una casa con corral, panera y dos cortinas, es decir, dos tierras de labranza que, al estar situadas en la feraz vera del Esla bien podan ser dos huertas[98]. Tambin contaba con algunos caales de pesca. Cuando se desamortizaron los bienes eclesisticos, tena uno sobre el ro Aliste, arrendado a un vecino de la Pueblica por 104 reales anuales, y en esa altura, otro en el Esla, [p]or bajo de la barca, haba un caal del monasterio que se halla arruinado, lo que no era bice para arrendar tambin pesca en dicho ro a otro vecino por 140 reales[99]. Las propiedades del monasterio en 1821 eran lugares en San Pedro de la Nave y Valdeperdices, con jurisdiccin alta y baja y todo su terreno, por el que pagaban sus vecinos, con inclusin de huertos, casas, molinos ciento treinta y dos fanegas, diez celemines y dos quartillos de trigo morcajo, ciento quarenta fanegas, diez celemines y dos quartillos de centeno y sesenta  y dos gallinas, junto a  todos los diezmos de San Pedro de la Nave y su anejo Valdeperdices, adems de un terreno y unos molinos en la Pueblica por los que dos vecinos de Carbajales de Alba pagaban treinta fanegas de pan medidado, trigo y centeno, en concepto de foros perpetuos a favor del monasterio[100].

El Diccionario Histrico-Geogrfico de Pascual Madoz (1849) recoge escuetamente la informacin administrativa y demogrfica de San Pedro de la Nave. La jurisdiccin de San Pedro de la Nave estaba compuesta antiguamente por Campillo, La Pueblica, San Pedro de la Nave, Valdeperdices, Villaflor y Villanueva de los Corchos. Segn el Diccionario de Madoz, a mediados del siglo XIX constaba de 64 casas, 11 vecinos y 53 almas, en una probable confusin entre el nmero de casas correspondiente a las poblaciones de su jurisdiccin, y los vecinos de la villa de San Pedro[101].

De la atona secular saldr violentamente San Pedro de la Nave cuando es distinguida con la distincin de Monumento Nacional en 1912. Por esas fechas continuaba el estado de deterioro del templo que los libros de fbrica y visitas venan observando desde mediados del siglo XIX. De hecho, el nico gasto de mantenimiento que se mantuvo con cierta regularidad fue el de la sustitucin de las tejas de la techumbre.

 

 

San Pedro de la Nave en la cinematografa histrica, y otros pueblos sumergidos

...su vida era msera y penosa, sus habitaciones antihiginicas y raquticas, su existencia primitiva y quieta, lejos del progreso y de la civilizacin.... Si enmarcamos esta descripcin en el contexto de un guin de un documental cinematogrfico espaol de principios de la dcada de los treinta, rpidamente pensaremos en el famoso documental de Luis Buuel, Tierra sin pan (1933), dedicado a la comarca cacerea de Las Hurdes. Pero no. Tambin montada en el mismo ao, se trata de una breve pelcula, un sorprendente testimonio que aportamos aqu casi como curiosidad porque aparece el templo de San Pedro de la Nave, aunque su valor documental en lo que se refiere al propio templo sea escaso. Ms inters tiene la inclusin de las humildes casas y gentes que habitaron su parroquia. Acrecienta el inters de la filmacin su cronologa, pues est rodada prcticamente al tiempo de su traslado al pueblo de El Campillo.

La pelcula de la que hablo, fechada en 1933 en soporte de 35 mm., corresponde a un documental en blanco y negro titulado Por tierras de Zamora, salido de la cmara de un pionero de este tipo de filmografa en Espaa: Fernando Lpez Heptener (cija 1902-Zamora 1993), topgrafo de Iberduero (y persona se encarg precisamente de las expropiaciones de las tierras que el pantano cubrira por las aguas y del primer replanteo de la presa) y cineasta amateur, afincado en Zamora desde pronto, cuya produccin gir casi en su totalidad en torno a las necesidades propagandsticas de su empresa. El tono de esta pelcula se sita a medio camino entre el documental, el cine informativo de empresa, el testimonio etnogrfico, y el reportaje histrico-artstico-turstico[102].

Entre sus diez minutos de duracin se incluyen, junto al pasado seorial y blasonado de la ciudad de Zamora, esta vieja ciudad del Romancero, su Semana Santa, la vida misrrima de los pueblos y gentes que fueron abnegadas (las palabras citadas se refieren a La Pueblica), la noticia de la construccin de la presa de Ricobayo y otras obras asociadas, en concreto la construccin del puente de Manzanal y el traslado de San Pedro de la Nave al emplazamiento de El Campillo.

San Pedro de la Nave aparece durante el penltimo minuto del documental en dos tomas que duran 21 segundos, ya montada la iglesia en su nuevo lugar. La primera es una toma fija del exterior del templo visto desde el lado Sur. La segunda, con la cmara situada ya en el interior de la iglesia, recorre lentamente de arriba a abajo su bside, aprecindose tambin el arco que da al Altar Mayor. Desgraciadamente, la mala conservacin del original ha hecho que el sonido, y la voz se encargaba del guin correspondiente, se pierda dos minutos antes de la aparicin de San Pedro de la Nave, para reaparecer justo cuando la cmara abandona el templo. Junto a parte de los comentarios en off se han perdido tambin algunos planos. Las tomas de la iglesia, que no aportan ningn elemento nuevo, se enmarcan entre otras, de un valor documental importante, de las dos poblaciones que hubieron de abandonarse, San Pedro de La Nave y La Pueblica, justo cuando las aguas comienzan a subir y a sumergir las casas desamparadas, derruidas en parte porque los propios vecinos cargaron en muchas ocasiones con las pizarras de muros y tejados para reutilizarlas en sus nuevas moradas. No fueron las altomedievales y escuadradas piedras de San Pedro de la Nave las nicas que se reaprovecharon, sino tambin las humildes lajas de las casas de los dos pueblos que iban a dejar de existir.

            La pelcula tuvo una extraordinaria acogida en la poca, siendo estrenada en el madrileo cine Capitol. Tiene mayor inters la aparicin de San Pedro de la Nave porque en la bibliografa que se encarga de la obra de este cineasta de empresa no se resea la inclusin del templo.

 

 

Otro resto epigrfico

Si al principio se estudiaba la invencin de un resto epigrfico, no perteneciente a la iglesia, pero que se relacion con ella, ahora he de referirme a una inscripcin que el propio edificio conserva. Los muros exteriores del templo tienen epigrafiadas variadas inscripciones, estudiadas ya por Gmez Moreno[103]. De una de ellas se habla en el relato documental que da cuenta de la leyenda de Julin y Basilisa. All se dice que en el templo se conservaba la tumba de un abad del monasterio de Celanova que muri cuando, cumpliendo sus obligaciones, visitaba el priorato del Esla. Fue enterrado extramuros del templo en una sepultura donde tubo su Epitafio, que por estar cerca del suelo los muchachos con navajas y hierros han quitado las letras, y slo se pueden leer hic jacet::Abbas Cllanov. En la lectura de Gmez Moreno, uno de los rtulos incisos (fechado entre los siglos X-XII) parecen decir: Hic iacet Alvarus C[ellen]ove abbas[104]. Parece claro que se trata del mismo rtulo. Sorprende que sea capaz de leer Cllanov cuando esta palabra figura raspada casi en su totalidad, ocultacin que Gmez Moreno atribuye a poca histrica, situndolo en la altura en que se produce el cambio de jurisdiccin.. A pesar de que el beneficiario del relato, como dijimos arriba, es el monasterio benedictino de Zamora, no encuentra reparos en sealar este rtulo histrico que recuerda la primitiva pertenencia del priorato, que ennoblece la iglesia con este testimonio histrico. La mala lectura puede ser ms bien una interpretacin prudentemente ambigua, porque con seguridad el curioso monje de San Benito conoca que en el abadologio del monasterio orensano no consta ningn lvaro.

 

 

Eplogo, que no es alegre

La tradicin oral que atesora interpretaciones e informaciones como las vertidas aqu, es sabido, va desapareciendo con la muerte de quienes transmiten tan preciados relatos. Es ley de vida, diremos, y unas cosas se pierden, por mucho que duelan, y otras perviven. Jos Manuel Pedrosa, al hilo de temas relacionados con este artculo, me seala generosamente que el asunto de un ser sobrenatural que llega a un pueblo disfrazado de mendigo y es maltratado en l, vengndose a travs de una maldicin que lleva asociado un castigo que hace desaparecer el pueblo en cuestin, es un topos antiguo. En concreto, y contino haciendo uso de su generosidad, corresponde, dentro del catlogo universal de los cuentos tradicionales elaborado por Antti Aarne y Stith Thompson, el nmero 750 de los que catalogan[105], extendindose su mbito de accin, por ejemplo, por zonas tan lejanas, adems de las citadas, como Lollovi (Cerdea), Laguna de Robles (Argentina), u Otavalo (Ecuador).

La poca nuestra y su lgica racional e instrumental no cree en tales acontecimientos. Sodoma fue destruida, el justo Lot salvado y su mujer, que mir atrs, se convirti en estatua de sal. Qu dios contemporneo orden la destruccin de los pueblos que yacen mudos bajo hectmetros de agua en aras del pretendido progreso, para hacer el embalse del Esla?

Se podra elaborar un mapa con la geografa del dolor que el siglo XX y el XXI, tal como apunta, ha provocado con estas inundaciones cclicas, hoy aqu, all maana. La relacin de lugares sumergidos es sobrecogedora. Los medios de comunicacin de vez en cuando informan de las resistencias de una determinada comunidad por la nueva tropela (Itoiz, en Navarra, como resistencia ms articulada y seera). Recorrer la Pennsula hoy es atravesar pantanos de los que asoman, fantasmalmente, copas desnudas de rboles que se niegan a pudrirse en el medio de un embalse, o escalofriantes espadaas ciegas, paredones de granito o pizarra, imposibles verticalidades que afloran en cuanto el embalse baja.

La iglesia de San Pedro de la Nave, trasladada tan slo tres kilmetros de su antiguo emplazamiento, pero a un contexto que nada tiene que ver con el original, se muere de calor, y de sed, acostumbrada a la frondosidad de la vega del Esla, que cualquier persona mayor que la conociera detalla con precisin. Al menos, el monumento se salv. Nada ms. Trasladada la poblacin evacuada a otras tierras, en aos duros y de poca movilidad, mucha gente continu su vida en un destierro que saban definitivo.

 

 

La Pueblica. En primer trmino, la que fuera casa de mis abuelos paternos (fotografa del autor)

 

 

Quiz lleguen tiempos en que estas actuaciones tambin se interpreten, como hoy las del Gnesis, como explicaciones mticas que los contemporneos nos damos por eso de entender algo, o aparentar que lo entendemos. La destruccin del entorno, el forzamiento brutal de la Naturaleza, el desarraigo humano... ojal parezcan crueldades tan gratuitas como hoy atribuimos a los asirios.

Desaparece un mundo, otro aparecer. Quiz, y aqu termino, san Julin y santa Basilisa reaparecern en un futuro, aculturados como caddies en un campo de golf, o empleados en un centro comercial que abastezca a una ciudad fantasma, especulativa y consumidora de mucha agua, sendas justificaciones que hoy se emplean para sumergir, como maldicin divina, la vida y la memoria de los pueblos, entendidos stos en todos los sentidos.


Apndice

 

LIBRO DE LA COFRADA DE S. BLAS, S. JULIN Y STA. BASILISA EN S. PEDRO DE LA NAVE

(Archivo Diocesano de Zamora.- 18 bis libro n 13)

ao 1815

 

 

(f. 0v) Nota o advertencia que puede ser importante a lo que se <en>cuentra escrito en este libro, referente a San Julin y su esposa Santa Basilisa y a su Yglesia.

 

       Del otro lado de la barca, cerca del embarcadero sobre la pea viva y lisa por el desgaste de las aguas en crecidas mayores, se halla la inscripcin siguiente y dispuesta de la forma y modo que sigue: que puede decir, ao 821 de Jesucristo por Julin espaol, o el hallazgo de Jesucristo en la persona del pobre, por Julin Espaol, en citado ao; lo cual confirmara la historia y vida siguiente y la tradicin de esta parroquia. Y para que conste lo firmo, en San Pedro de la Nave a diez y ocho de Enero de mil novecientos y diez y siete. El Prroco Jos Fernndez Gmez <rbrica>.

 

       Nota. Vieron citada inscripcin conmigo Pedro Domnguez, su hermana Eulalia Domnguez, un hijo de sta Domingo Prez y Manuel Ramajo, mis feligreses. Jos Fernndez <rbrica>.

                                                          *

 

(f. 1r) Vida y Muerte de San Julin y Santa Basilisa Confesores, cuyos cuerpos estn en la Yglesia de San Pedro de la Nave, que pertenece tam in spiritualibus quam temporalibus al Monasterio de San Benito de Zamora, copiada de un Manuscrito que obra en el Archivo de dicho Monasterio por el Padre Fray Anselmo Vela, Prior actual de esta Casa. Ao de 1815.

 

       En las Leyendas de los Santos se hallan dos Julianes casados y cada uno con una Muger llamada Basilisa y los unos y los otros son tenidos por Santos: pero para quitar toda equivocacin es necesario advertir que los unos fueron Mrtires naturales de Antioqua y padecieron martirio en la persecucin del Emperador Maximiano, siendo Presidente de Antioqua Marciano y su martirio fue por los aos de 309, cuya fiesta celebra la Yglesia a 9 de Enero. Otros San Julin y Basilisa son Confesores y aunque muy antiguos, pero no tanto y de ellos escrivieron San Antonino de Florencia lib. 6, cap. 5, 4, fol. 219. Pedro de Natalibus lib. 3, cap. 117, fol. 92 y el M. Fr. Phelipe de la Gambara tom. 2, de la H Ecclesiastica de Galica (sic), cuya vida es como se sigue:

 

       Era Julin de Padres Cristianos de sangre ilustre y heredero de un grueso patrimonio: su exercicio ordinario era la caza, en que como tan caballero se entretena. Sucedile en ella que yendo siguiendo un ciervo en su Montera le volvi el rostro milagrosamente y le dixo: -No es mucho que me sigas y quieras quitar la vida, pues la has de quitar a tus Padres. Quin no se asombrara oyendo hablar (f. 1v) un ciervo que pronosticaba un parricidio? Atnito qued Julin, y confuso de este terrible suceso andubo algunos das pensativo confiriendo consigo mismo el medio que tomara para huir la ocasin de semejante delito. Vnose a resolver en que era ms acertado poner tierra en medio y quitar la ocasin de alguna clera que ciego de ella le pusiese en aprieto de matar a sus Padres. Sali un da de casa con el semblante ordinario, como que iba a caza como sola pero en lo interior muy triste por dexar a sus Padres a tiempo que les haba de servir de contento y alivio. Fuese a tierras apartadas y algunos dicen que fue a las que hoy llaman Portugal.

      

       Haba all un Prncipe y seor de aquella tierra que haca guerra con un Enemigo suyo. Hizo Julin asiento con l y sirvile tan bien en las ocasiones de la guerra que le vino a hacer General de su Exrcito y le cas con una Seora viuda y rica que unos la llaman Basilisa y otros Castellana. Diole en dote una Villeta cercada y otras cosas. Yo creer que su nombre era Basilisa y que llamarla Castellana puede ser o por ser viuda del Alcaide de aquel castillo a quienes comunmente llamamos castellanos o por ser natural de Castilla y los Portugueses la llamaban Castellana, como los Portugueses llaman hoy a los de nuestra Nacin. Sea la razn que quisiere los dos casados servan a Nuestro Seor sustentandose con su hacienda.

 

       En cuanto San Julin pas su peregrinacin y vivi aquel Prncipe, sus Padres lastimados y afligidos de la ausencia de su hijo despus de aver hecho varias diligencias para saber de l no hallaron rastro y as resolvieron por no estar pendientes de diligencia agena hacerla por sus Personas y dexando el sosiego de su casa salieron los buenos viejos en busca de su querido Hijo, peregrinando sin sosiego de una parte en otra, sin que pudiesen en muchos das darle alcance.

 

       (f. 2r) Sucedi o bien que tubiesen noticia o que fuesen acaso que llegaron a la misma villa de su hijo una tarde a tiempo que estaba ausente de su casa, llegaron a ella preguntando por Julin y su Muger y dio Basilisa seas bastantes por donde conociesen era su Nuera. Fue grandssimo el contento de todos viendo los Santos viejos haban alcanzado el fin tan deseado de su jornada y sosiego i sus ansias, hallando vivo y tan bien puesto a su Hijo, vertan lgrimas de alegra, daban las debidas gracias al Seor y no cavan en s, ya consolados de que veran presto a su hijo Julin. Basilisa los hosped y regal lo posible aquella noche. Dejles su  quarto y cama para que descansasen y ella se acost en otra pieza. Levantse Basilisa al tocar a Misa de Alva y pas a la Yglesia a oirla con una Criada, en tanto entr ciego Julin en su Casa y creyendo que su Muger estara en la cama entr en su aposento sin hacer ruido ni abrir ventana, y como tent con las manos y hall un hombre y una muger figursele que era la suya que le faltaba a la fee y sin reparar ms en el caso parecindole justo su dolor y que deba limpiar la mancha de su agravio y honrra con la sangre y vida de los adlteros meti mano a un pual y sin hablar palabra les dio de pualadas a entrambos.

 

       Hecho el mal recado se iba de su casa pero a la puerta se top con su muger que vena de Misa y preguntndola quines eran unos que en su cama tena acostados le dio cuenta de la buena venida de sus Padres y cmo los haba acostado en su propia cama: cuando esto oy Julin qued muerto de pena y comenz con grandes sollozos y lgrimas a decir: Ai de m, Que he muerto a mis Padres, soy el ms mal hombre del suelo, Qu har!, a dnde me ir! Qu remedio tomar!. Cumpldose ha lo que el Ciervo me pronostic y lo que hoy salindome de casa de mis Padres me ha sucedido en la ma.

 

       Conoci su culpa Julin, tbola por grandssi- (f. 2v) ma en los ojos de Dios y queriendo hacer de ella digna satisfaccin dixo a su muger como se quera ir a un desierto a hacer penitencia por tan grave culpa y que no haba de sosegar hasta saber que Dios estaba desenoxado y satisfecha Basilisa ayudando con el debido sentimiento a su Marido viendo su resolucin, le dixo: Dulcssimo Hermano y Marido mo, si es que no ha de ser otra cosa sino que  queris acabar vuestra vida en penitencia no os h de consentir que partis y habitis solo sino que as como os he servido compaera en las prosperidades y contentos lo he de ser en las adversidades y tristezas a vuestro lado me he de hallar, el cuello he de poner con vos al yugo de los trabajos el tiempo que la vida me durare y he de seguir vuestros pasos. <Ea> seor, partamos quando os diere gusto y no salgis de vuestra Casa como de la de vuestro Padre solo y sin vuestra Compaa que vuestra Muger soy y vuestra compaera, los bienes y los males comunes han de ser a Marido y Muger.

 

       Parten pues Julin y Basilisa de su casa y Pueblo habiendo repartido de limosna gran parte de sus bienes. Llegaron a la Rivera del ro Esla, tres leguas de Zamora a la parte occidental, donde en este paso peregrinaban muchas gentes entre dos montaas speras y temerosas. Aqu se determin Julin acabar su vida y labr de esta parte del ro azia Zamora en su orilla un Edificio para Hospital y hospedar en el Caminantes y hizo una Yglesia que dura hasta hoy de tres naves sin haber puesto en ella trabazn de cal, betn o argamasa y oy sirve de Parroquia a cinco Lugarinos que son de la Jurisdiccin de San Benito de Zamora, al fin obra de las manos de Julin que por haberse enterrado este Santo y su Muger en este templo la Sabidura Divina ha querido se haya conservado en pie.

 

       (f. 3r) Aqu comenz Julin a hacer vida penitente y austera quitando a su cuerpo las galas el regalo y buen tratamiento, dndose a la penitencia vistiendo cilicio y comiendo pan de dolor y bebiendo agua de tribulacin, dise al trabajo corporal hizo por su mano los edificios referidos pasaba de la otra parte del Ro a su casa lea que en aquella Montaa cortaba trayndola a cuestas, tena una barca en que haca paso franco y seguro a todos los Caminantes de noche y de da, recogalos en el hospital, lavbales los pies, dbales comida y cena, curaba los Enfermos hacindoles grandes limosnas, de lo que de su sudor poda haber, muchas veces le suceda por albergar a los pobres dejar en el hivierno el regalo de la lumbre y su propia cama; era un monstruo de caridad, quera trabajarlo todo y aliviar a su querida Basilisa, porque deca que l era el pecador que tena a Dios enoxado.

 

       Despus de muchos das que Julin haba pasado su vida en esta obra y otras penales, sucedi una vez que en el rigor del hivierno como a media noche a tiempo que el se sinti fatigado de el trabajo corporal haciendo la noche muy fra y tenebrosa oy decir: Julin, Julin, psame de esotra parte, que perezco de fro; como oy las voces al punto se levant y ech la barca que el propio rem y llegando a la orilla donde le llamaban hall en ella un pobre dando diente con diente, todo llagado y leproso, que parecia tener la vida en un hilo; cogole en sus brazos, psole en la Barca y llevndole a su casa psole a la lumbre y dile de cenar, y viendo que no calentaba all segn el fro que mostraba padecer le acost consigo en la misma cama, poniendole paos calientes, quando a deshora el leproso se (f. 3v) volvi ngel de Dios resplandeciente y hermoso y les dixo a sus Huspedes; Julin, Dios me ha enviado aqu a decirte que ha aceptado tu penitencia y que ambos a dos antes de muchos das iris al descanso eterno de la Bienaventuranza, y dicho esto desapareci. Quedaron Julin y Basilisa con grandssimo consuelo y alegra interior de la Soberana revelacin y favor que acababan de recivir de que dieron las gracias al Seor y el resto de su vida le gastaron afinando las penitencias y asegurndose en servir a Dios.

 

       Lleg el dichoso da de su partida a las Moradas Eternas para donde ambos partieron, enriquecidos de buenas obras y limosnas que Dios premi para siempre a los Siete de Enero, sin que las historias nos sealen el ao. Sepultronse en dos Capillas bien humildes que para esto haban labrado en los pies de la Yglesia donde estubieron hasta doce de Mayo de 1601, que fueron desenterrrados, habiendo precedido una informacin de ms de viente y siete testigos que el seor Abad como Juez Ordinario del territorio mand hacer jurdicamente y se conserva en el Monasterio: El da siguiente se trasladaron al Altar Mayor de la misma Yglesia en una Arquilla que est ingerida en la Custodia del Santsimo Sacramento en la qual traslacin me hall presente (dice el que escribi esto) y fui uno de los que pusieron los hombros a las Andas en que con mucho aplauso y concurso de gente se hizo, siendo Abad de San Benito de Zamora el Padre M<aestro> Fray Alonso del Corral, varn de rara santidad, govierno y letras. Este San Julin es el Abogado de los Caminantes a quien rezan un Paternoster, porque Dios les depare buena posada por (f. 4r) haber l sido padre y amparo de pobres y caminantes. En los Kalendarios de Zamora y otras partes se sealan a 7 de enero por Santos de este obispado a san Julin y santa Basilisa Mrtires y es ignorancia y equivocacin, como ya queda advertido.

 

       Por intercesin de estos Santos obra Nuestro Seor muchos y continuados milagros en personas que se encomiendan a stos en sus necesidades, enfermedades y calenturas, que acuden a ellos con fee viva, sanando luego y lo mismo Nios de quebraduras. Es cosa notable y de admiracin que est comprobado con la experiencia que qualquiera cuerpo grande o pequeo que se entierre de las Puertas de la Yglesia para dentro el da siguiente lo hallan fuera de la sepultura, como tambin se verific en tiempo atrs, y la tradicin lo dice, se vio en un Abad de Celanova en el Reyno de Galicia, que siendo de aquel Monasterio el Priorato y la Yglesia de San Pedro se mand hacer all enterrrar y lo que es ms natural viniendo a visitar la Yglesia como ordinario le cogi all la muerte, y dndole sepultura dentro de la Yglesia ese otro da le hallaron fuera, por lo qual le enterraron en un Cemeterio que all tienen cercado, donde tubo su Epitafio, que por estar cerca del suelo los Muchachos con navajas y hierros han quitado las letras, y slo se pueden leer: hic jacet::Abbas Cllanov y es sin duda que por estar estos Santos Cuerpos en la parte ms humilde de la Yglesia no quiere Nuestro Seor permitir tenga alguno mejor sepultura que ellos, para honrar a los humildes y engrandecer en la tierra las Cenizas de sus queridos Siervos que por nosotros en su acatamiento intercedan. Amen.

 

       (f. 4v) Advertencia. Desde que se elevaron los Santos Cuerpos y se pusieron en el Altar Mayor consienten cuerpos humanos en la mayor parte de la yglesia, pero no en la Capilla Mayor, donde hasta aora no est enterrada persona alguna.

       Y aunque no se sabe quando florecieron los Santos, parece cierto fue antes del ao 902, era 940, porque en este tiempo D. Alonso el Magno anej la hacienda de Valdeperdices al monasterio de San Pedro de la Nave, luego ya estaba edificado el monasterio y siendo la yglesia que es fbrica de los Santos aun ms antigua se saca ser muy antiguos los Santos. Vide Yepes tom. 5 ao de 935 en el Catlogo de las filiaciones de Celanova la pone por la 13 filiacin, fol. 29.



[1] La versin original de este artculo, que se reproduce en su totalidad, con material suplementario textual y fotogrfico, as como revisiones del texto para adaptarlo al tema en que incido aqu, fue publicada en 2004 como Tradicin oral, unos santos barqueros y algunos datos documentales dispersos sobre La Nave. La Iglesia de San Pedro de la Nave (Zamora). Luis Caballero (coord.). Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florin de Ocampo, 19-37.

[2] Toms Lpez, Biblioteca Nacional de Madrid, Mss. 7312, f. 73r. Los diferentes manuscritos que conforman el Diccionario Histrico-Geogrfico correspondientes a la provincia de Zamora se encuentran custodiados en la Biblioteca Nacional de Madrid, en su Seccin de Manuscritos, Raros y Curiosos. El conjunto de todas las respuestas al interrogatorio y documentacin anexa, que permanece indita, consta de 364 folios y est encuadernado en forma de libro. Las fechas extremas en que se encuadra la documentacin contenida en el Diccionario oscilan entre 1765-1795. Todava los naturales de estas tierras se refieren a la ruta de la Plata como la vereda.

[3] Toms Lpez, f. 35r. Realmente est en el lmite entre Tierra del Pan y Tierra de Alba. San Pedro de la Nave pertenece a la primera demarcacin, aunque alguna de las poblaciones de su ayuntamiento se adscriba a la segunda. Sobre la confusin entre los lmites precisos de estas comarcas vid. GONZLEZ-MORO ZINCKE, M Elisa (1993): La zamorana Tierra de Alba (1752-1985). Zamora, Diputacin de Zamora, 17-8. Otras piezas son de factura ms tosca y, efectivamente, sin mayor inters artstico, como la talla en bulto de San Pedro, situada en un ngulo de la capilla mayor (fotografa en: RAMOS PREZ, Herminio (1996): San Pedro de la Nave, joya de la arquitectura cristiana occidental. Zamora, Iberdrola, 66).

[4] CABALLERO ZOREDA, Luis y ARCE, Fernando (2004): Arqueologa de la Arquitectura de la iglesia de La Nave. La Iglesia de San Pedro de la Nave (Zamora). Luis Caballero (coord.). Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florin de Ocampo, 115-197.

[5] Aleatoriamente, un vistazo a uno de tales libros correspondiente a la segunda mitad del siglo XVIII nos informa de la apertura de dos ventanas en la sacrista y restauracin de la del altar mayor (7 de julio de 1772), la apertura de otra ventana en la capilla del Cristo (8 de junio de 1776), levantamiento de la escalera del campanario (24 de junio de 1777)... (Archivo Histrico Diocesano de Zamora –de ahora en adelante, AHDZa– Libro 1 de cuentas de fbrica y visitas, libro 8).

[6] Entre las obras de arte mueble que conserva este templo monacal, hemos de mencionar el Crucifijo del siglo XIV y la cruz parroquial, del tiempo de los Reyes Catlicos, de estilo flamenco. Tambin posee inters una naveta de cobre repujado, en forma de barco, obra de principios del siglo XVI (GMEZ, Amando (1958): Zamora y su provincia. Barcelona, Aries, 180). Progresivamente, este patrimonio ha ido relegndose, sepultado por la importancia del debate sobre la arquitectura y escultura monumental del templo. La cruz parroquial, que es del siglo XV aunque con rasgos arcaicos, tampoco se le escap a Gmez Moreno; donada a esta iglesia por los Reyes Catlicos, form parte de la exposicin Zamora en la Edad Media. (Catlogo (1988): Zamora, Caja de Zamora, 52, pieza 19; tambin: DE LAS HERAS HERNNDEZ, D. (1973): Catlogo Artstico-Monumental y Arqueolgico de la Dicesis de Zamora. Zamora, 41, lms. 182-3. Segn este autor, [c]onsta en los libros parroquiales que fue donada por los Reyes Catlicos a esta iglesia de San Pedro de la Nave). Forman calvario con esta pieza de plata dos imgenes de San Juan y la Virgen, de esttica prebarroca (ibid., 41, lm. 181).

[7] 266v.

[8] CORTS Y VZQUEZ, Luis L. (1951): La leyenda de san Julin el Hospitalario y los caminos de la peregrinacin jacobea del Occidente de Espaa. Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares VII/1, 56-83.

[9] ZATARAIN FERNNDEZ, Melchor (1898), Apuntes y noticias curiosas para formalizar la Historia Eclesistica de Zamora y su Dicesis, Zamora, Establecimiento tipogrfico de San Jos, 38.

[10] En este archivo tambin se conservan los Libros de bautizados, difuntos y casados (1611-1863), Libros de fbrica y visitas (1743-1960), Libros de cuentas de las cofradas de S. Julin y Sta. Basilisa y S. Blas (1716-1831), y los Libros de cuentas de la cofrada de Santa Cruz (1860-1984).

[11] AHDZa, Archivos Parroquiales, Arciprestazgo de Alba, 18 bis, n 13 (la cursiva es ma). Incluye una lista de testigos que le acompaaron, para enfatizar la veracidad del asunto: Nota. Vieron citada inscripcin conmigo Pedro Domnguez, su hermana Eulalia Domnguez, un hijo de sta Domingo Prez y Manuel Ramajo, mis feligreses. Jos Fernndez <rbrica>. La tradicin oral no ha conservado memoria de este episodio, preguntados descendientes de algunos de los testigos citados.

[12] BARROSO, Rafael y MORN, Jorge (1997): La iglesia visigoda de San Pedro de la Nave. Madrid, Ediciones B.M.M. & P., 40.

[13] GMEZ MORENO, Manuel [1912]: De Arqueologa mozrabe. Tesis presentada por Manuel Gmez-Moreno Martnez para el grado de Doctor en Filosofa y Letras, que le fue concedido en 10 de junio de 1911, con calificacin de Sobresaliente, formando tribunal los Seores Ortega Mayor, Menndez Pidal, Asn, Cosso y Gutirrez Garijo,  14 y 19).

[14] Historiadores como Arredondo, 1872; Garnacho, 1878; litografa en La Zamora Ilustrada, 1881; Fernndez Duro, 1882; Serrano Fatigati, 1900, citados en CORZO SNCHEZ, R. (1986): San Pedro de la Nave. Estudio histrico y arqueolgico de la iglesia visigoda. Zamora, 10-3.

[15] Se refiere a La Soledad Laureada por San Benito y sus hijos en las iglesias de Espaa, editado en Alcal de Henares en 1675, efectivamente por Gregorio de Argaiz (QUADRADO, Jos M (1861: facsmil 1990): Recuerdos  y bellezas de Espaa. Valladolid, Palencia, Zamora. Valladolid, mbito-Diputacin Provincial de Zamora. El facsmil se refiere slo a la 3 parte, es decir, la correspondiente a Zamora, 116. Barroso y Morn, que transliteran a Corzo en el seguimiento bibliogrfico de la iglesia, incluyen a Cuadrado, pero fallan al fechar la obra de este historiador del arte, que no es 1885, sino 1861. La obra de Cuadrado se public en vida de ste y no de forma pstuma, porque muri en 1875: BARROSO, Rafael y MORN, Jorge (1997): La iglesia visigoda de San Pedro de la Nave. Madrid, Ediciones B.M.M. & P., 21). Se aprecia lo laxo de la descripcin, por entonces no asocidada a los visigodos (en la Introduccin a esta obra (p. 11) el profesor Cuadrado no cita San Pedro como lugar relacionado a dicha cronologa, y s San Romn de la Hornija, San Juan de Baos, Grticos...).

[16] Otras versiones hacen proceder el nombre de la nava junto al Esla en que se asent el monasterio, o de la presencia de colonos procedentes de la Navia asturiana (CORZO SNCHEZ, R. (1986): San Pedro de la Nave. Estudio histrico y arqueolgico de la iglesia visigoda. Zamora, 39).

[17] Todava en 1821 figuraban entre los bienes del antiguo priorato una Barca sobre el Esla contigua a la espresada villa de San Pedro, arrendada a Antonio Martn, vecino del Campillo, en 4.500 reales, segn obligacin que concluye en San Pedro de 1822, para continuar: Por remate celebrado en 17 de julio de 1822 fue arrendada esta barca a Bernarb Santos, vecino de la villa de San Pedro de la Nave, por termino de un ao que principi en 18 del mismo mes y concluir en igual da de 1823; en la cantidad de 4.160 reales que pagar en 2 plazos, siendo de cuenta del arrendatario el pago de contribuciones, reparar de la barca y dems cargas a ella anexas (AHN, Clero Regular-Secular, libro 18.428 Pertenenencias del suprimido monasterio de San Benito de Zamora, 40).

[18] San Vicente del Barco y Manzanal del Barco conservaron el topnimo. La importantsima barca de esta ltima poblacin, documentada por primera vez en 1474, permita continuar el Camino Real de Zamora a Galicia. Tambin cont con su barca Ricobayo, localidad donde se asent el puente ms importante de la zona, seguramente destruido a la muerte de Enrique IV, lo que justific el uso de la barca (GMEZ ROS, Manuel (1997): Alba de Aliste (1190-1564), el castillo, el seoro, el condado. Roma, Tipografia Poliglotta della Pontificia Universit Gregoriana, 203-5). En el mapa realizado por encargo de Toms Lpez (mitad siglo XVIII) vemos barcas sobre el Esla en los siguientes puntos, de Norte a Sur: Moreruela, Misleo, San Pelayo, San Vicente del Barco, Manzanal [del Barco], San Pedro [de] la Nave, Villalcampo y Pino (f. 190r). Un mapa de la primera mitad del XIX, realizado por el visitador de las vicaras de Alba y Aliste mantiene los mismos puntos, pero ubica dos ms al Norte: Breto y Granja (AHDZa, Mapas, Planos y Dibujos 48, facsmil en Las Edades del Hombre. RemembranZa (2001): Zamora, Fundacin Las Edades del Hombre, 178).

[19] Es fcil encontrar hoy en la memoria de quienes conocieron La Nave en su emplazamiento original recuerdos de inviernos especialmente lluviosos en que durante das era imposible acceder a la iglesia por la fuerza de la corriente, habiendo de esperar incluso cerca de un mes para poder bautizar a un neonato, cuando lo habitual era administrar el sacramento dos o tres das despus del nacimiento. ste fue, entre otros, el caso de mi padre, Jos Lorenzo Luis (nacido un 25 de febrero de 1927 y bautizado un 19 de marzo), y eso a pesar de que la barca, que habitualmente se mova mediante una maroma, tambin se desplazaba a remos cuando el caudal creca.

[20] Sobre las barcas en este tramo: GONZLEZ-MORO ZINCKE, M Elisa (1993): La zamorana Tierra de Alba (1752-1985). Zamora, Diputacin de Zamora, 226-8. Una fotografa de la barca de Villaflor en ibid., 227, lm. 40. La reciente inauguracin del esperado puente entre Villanueva de los Corchos y Villaflor anuncia la desaparicin de dicha barca, y con ella de su tradicin secular. Todos los pormenores relativos a la construccin del pantano de Ricobayo en: CHAPA, lvaro (1999): La construccin de los saltos del Duero, 1903-1970. Historia de una epopeya colectiva. Pamplona, EUNSA.

[21] SEZ, Emilio y SEZ, Carlos (1996), Coleccin diplomtica del monasterio de Celanova (842-1230), vol. 1: 842-942, Universidad de Alcal de Henares, Alcal de Henares, 70-1, doc. 9, y 79, doc. 16. Ambos santos, Pedro y Pablo, estn representados en sendos capiteles figurativos del crucero del templo.

[22] En el Diccionario Histrico-Geogrfico de Toms Lpez, de la segunda mitad del s. XVIII se citan ya: San Pedro de la Torre, San Pedro de las Herreras, San Pedro de Muebledes, San Pedro de la Tarce, San Pedro de Cansoles, San Pedro de la Via, San Pedro de las Dueas, San Pedro de Valderaduey, San Pedro de la Segundera, San Pedro, San Pedro de Alcntara, San Pedro y San Pablo. Hoy, con las divisiones territoriales acaecidas desde entonces habra que eliminar algunos de estos topnimos de la provincia, sustituidos por otros nuevos, por el mismo motivo: San Pedro de Zamudia, San Pedro de las Cuevas, San Pedro de Ceque...

[23] YEPES, Antonio de (1959): Crnica general de la Orden de San Benito. Madrid, Biblioteca de Autores Espaoles, vol. I, 49.

[24] MERCHN, Francisco (1923): Antigedades de Zamora, Zamora, Imprenta Vda. de E. Calamita, 42.

[25] BN Mss 1005, Hn 60 (Cit. en Angls, (1970): Historia de la msica medieval en Navarra. 6-7).

[26]  Cit. en GONZLEZ CELADA, Jess (): Las referencias a San Emeterio en el Liber Testamentorum de la catedral de Oviedo y en otros textos monacales, Karakorikos 9, 49.

[27] YEPES, Antonio de (1960): Crnica general de la Orden de San Benito, vol. II. Madrid, Biblioteca de Autores Espaoles, 208, 292-3. Sobre la diferencia entre los tres monasterios altomedievales astorganos dedicados a San Dictino, que se venan confundiendo con uno solo: QUINTANA PRIETO, Augusto (1975): Monasterios astorganos de San Dictino. Archivos Leoneses XXIX, 209-309. Tambin se arrog las reliquias de los santos barqueros la iglesia salmantina puesta bajo su advocacin (CANTERA MONTENEGRO, Jess (1992): Las imgenes de San Julin y Santa Basilisa en el retablo mayor de la iglesia de San Julin y Santa Basilisa de Salamanca y la polmica en torno a la titularidad de estos santos. Boletn del Seminario de Estudios de Arte y Arqueologa LVIII, 406).

[28] GARNACHO, Toms Mara (1878, reed: 1979): Breve noticia de algunas antigedades de la ciudad y provincia de Zamora. Zamora. Imprenta Jacinto Gonzlez-Bazar Jota, 2 ed., 175. Contina: Pues bien, si en Olmedo se dedic una iglesia a aquellos santos, no pudo edificarse otra en San Pedro de la Nave, todava ms suntuosa, pues que haban de guardar en ella sus reliquias, y que para mayor y ms permanente culto le donara el fundador a los monjes de San Benito? (ibid., 175-6). Sobre la otra santa pareja, esta vez de mrtires: Los santos mrtires Julin y Basilisa. Patronos insignes de la Real Abada de Samos (1960): La Corua, El Ideal Gallego.

[29] Aunque en realidad slo desde 1744 se asocia Basilisa al santo a la hora de aludir al nombre de esta iglesia (CANTERA MONTENEGRO, Jess (1992): Las imgenes de San Julin y Santa Basilisa en el retablo mayor de la iglesia de San Julin y Santa Basilisa de Salamanca y la polmica en torno a la titularidad de estos santos. Boletn del Seminario de Estudios de Arte y Arqueologa LVIII, 409).

[30] CANTERA MONTENEGRO, Jess (1994): La vidriera de San Julin el Hospitalario en la catedral de Rouen. Revista de Filologa Francesa, 5, 13-24.

[31] En realidad el patronmico real del clebre hagigrafo es Varagine (Varazze), correspondiente a la localidad italiana donde naci. Un error de transcripcin fue el responsable de la transmisin errnea, que desde hace varios siglos es la nica empleada.

[32] Cit. en POWER, Eileen (1973): Gente de la Edad Media. Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 2 ed., 149.

[33] SANTIAGO DE LA VORGINE (1990): La leyenda dorada, vol. 1. Madrid, Alianza, cap. XXX, 144.

[34] CORZO SNCHEZ, R. (1986): San Pedro de la Nave. Estudio histrico y arqueolgico de la iglesia visigoda. Zamora, 39.

[35] Bibliotheca Sanctorum, vol. 6 (1965): Roma, Pontificia Universit Lateranense, cols. 1203-1208.

[36] Sobre la reformulacin de ste ltimo vid. el monogrfico de la Revista de Filologa Francesa (1994), n 5 con el Dossier Flaubert: lectura de la legende de saint Julien lhospitalier, Madrid, Editorial Complutense.

[37] Con la vida y muerte de San Julin y Santa Basilisa, escribe una letra distinta (Archivo de la Mitra, Dicesis de Zamora, reprod. facsmil en MATEOS, Miguel-ngel (1980): San Pedro de la Nave. Zamora, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Tcnicos, Apndice XII, 55-61). El curioso monge perteneca, por tanto, al poderoso centro, cabeza de congregacin, que la orden tena en la ciudad de Valladolid, y no era por tanto, como equivocadamente afirma Miguel ngel Mateos un Monje de San Benito del Valle (p. 55, nota), en un error de lectura que tampoco se corrige en la segunda edicin (de 1988).

[38] Archivo Diocesano de Zamora.- 18 bis libro n 13, ff. 1r-4r. Entre ambos textos tan slo hay escasas preferencias ortogrficas nada relevantes (y/i, b/v, chr/cr, q/c, mm/m, rr/r, ye/hie, de el/del), o a la hora de escribir fechas en nmero o en letra. No yerra el copista en una sola palabra. La fidelidad al tenor copiado es absoluta, tanto que la clarsima errata en la cita de la obra de Felipe de Gmbara, Historia eclesistica de Galicia, donde se escribe Galica, no se corrige, y tan slo modifica el Cellanove original por Cllanov.

[39] BN, Mss. 18009 y 18010, correspondiente a cada una de las partes. Tienen, respectivamente, 554 pginas + 295 folios. En la segunda pgina de la Primera Parte se dice que es la obra pstuma de Novoa, siendo el firmante de la Dedicatoria Miguel de Antelo, capelln de V.S.. El manuscrito perteneci al fondo de Pascual de Gayangos.

[40] Historia de Numancia, por don Manuel de Noboa, cura rector de la parroquia de San Vicente mrtir de la ciudad de Zamora. Scala a luz don Miguel Antelo Barela, cura de San Torquato. Copiada de la original que est en los archivos de esta Muy Noble y Leal ciudad, ao 1799. Son dos volmenes manuscritos en folio, conservados en la Biblioteca de la Delegacin Territorial (Cultura) de Zamora. Sus tejuelos marcan una signatura antigua con los nmeros 7 y 8. La signatura moderna (cada en el volumen 1) dice: Delegacin Territorial de Educacin y Cultura, Zamora, n 11. Agradezco la amabilidad de Fuencisla Lpez Mndez, funcionaria de la Delegacin, que localiz y me dio facilidades para la consulta de la obra.

[41] Segn un manuscrito decimonnico conservado tambin en la Biblioteca Nacional de Madrid, que lleva por ttulo Apuntes para la historia de Zamora (Mss. 20113. Tiene 249 pginas, y su contenido se cie a la ciudad de Zamora). Cita la Historia numantina (sic) como fuente importantsima para la historia de la ciudad y da la fecha de la muerte del cura (p. 1).

[42] f. 225r.

[43] FERNNDEZ DURO, Cesreo (1891): Coleccin bibliogrfico-biogrfica de noticias referentes a las provincia de Zamora, 229, 447. Fernndez Duro omite (un lapsus sin duda) en la relacin de contenidos del segundo volumen de la Historia de Numancia a san Julin y Basilisa (ibid., 241). Otra referencia cronolgica indirecta recogida en el relato novoano sita a Julin, siguiendo la cita de san Antonio de Florencia, activo durante el mandato de Nern (54-68) lo que supone zerca de mill y seiszientos aos de antiguedad, en lo que parece indicar que se escribe este comentario hacia el tercer cuarto del siglo XVII. Si bien puede sugerir la participacin de alguna otra mano, parece ms probable su atribucin a Jernimo Martnez de Vegas, que redondea hacia arriba la presunta antigedad del templo para su mayor lustre.

[44] En cuanto parroquia sujeta a su jurisdiccin, sumaba otra importante reliquia a la diminuta (7 mm.) y veneradsima cruz de carne que custodiaban los propios muros de San Benito.

[45] FERNNDEZ DURO, Cesreo (1891): Coleccin bibliogrfico-biogrfica de noticias referentes a las provincia de Zamora, 243, 342, 467.

[46] Arsenio Domnguez Lorenzo, que durante algunos aos fue el encargado de ensear la iglesia a los visitantes y hacer de cicerone repite en su memoria una versin del vaticinio de la cierva que parece tener una raz letrada: no es milagro que me quieras matar a m cuando has de matar a tu padre y a tu madre.

[47] GARNACHO, Toms Mara (1878, reed: 1979): Breve noticia de algunas antigedades de la ciudad y provincia de Zamora. Zamora, Imprenta Jacinto Gonzlez-Bazar Jota, 2 ed., 188, nota 1.

[48] En cursiva la hagiografa. Entre parntesis las digresiones.

[49] La misma historia como aqu ba declarada quanto a lo essemzial refiere fray Juan Gin (sic), en el libro octavo de sus Claros Varones. Se refiere al Liber illustrium personarum qui est Liber de Historia Canonica et Civili del franciscano, que slo fragmentariamente est editado. No he podido consultar el manuscrito original. La copia del siglo XVIII que se conserva en la Bibilioteca Nacional (Mss 2763: AEGIDII ZAMORENSIS, Opera), efectuada a partir de siete cdices que pertenecieron al archivo de San Francisco (Zamora), adems del Archivus sive Armarium Scripturarum vel potius Mare Magnum, y del De preconiis Hispaniae, contiene efectivamente el Liber illustrium personarum (ff. 6r-219v), pero en lo referente a los santos Julianes se pasa por encima: Hic sequntur Historiae S. Julianae Martyris, SS. Juliani et Basilissae martyrum, S. Juliani de Alumia martyris et Juliani et Julii fratrum simulque martyrum quas quidem historias pro nunc omitimus ut ad allia (sic) quae nobis sissa sunt utiliora est spetialiora transeamus (f. 177r).

[50] Acorde con los escuetos datos que ofrecen las hagiografas que les sirven de fuente: Sicque abeuntes iuxta fluvium ubi multi peribant hospitale fecerunt (PIETRO DE NATALIBUS VENETUS (1534): Catalogus Sanctorum. Lugdunum. Lib. Tertius, cap. CXVI, ff. LVIv-LVIIr).

[51] Novoa incluso se contradice en la distancia que separa la villa de San Pedro de la Nave y la ciudad de Zamora (Dentro de los lmites del obispado de Zamora, y quatro leguas de la dicha ziudad, en la rivera del ro Ezla, al paso de ella para la ziudad de Miranda, del reino de Portugal, ai un puevlo llamado la villa de San Pedro de la Nave, para posteriormente afirmar en las riveras del ro Ezla, tres leguas de Zamora, hazia la parte obccidental).

[52] En las primitivas fuentes europeas se habla de que la esposa de Julin era castellana, pero no se dice su nombre.

[53] 1975: Mi libro de Zamora, Salamanca, 53. Desaprensivo si prentenda jugar con la ingenua devocin de los habitantes de esas tierras, aunque no viene al caso pretender juzgar la intencin moral del descubridor de los restos. Convena en cualquier caso, afianzar los vnculos entre San Pedro de la Nave y San Benito, pues aunque nunca se discuti los derechos del ltimo sobre su priorato, ste se encontraba rodeado por las tierras de las vicaras de Alba y Aliste, pertenecientes al arzobispado de Santiago de Compostela.

[54] ZATARAIN FERNNDEZ, Melchor (1898): Apuntes y noticias curiosas para formalizar la Historia Eclesistica de Zamora y su Dicesis, Zamora, Establecimiento tipogrfico de San Jos, 38-9.

[55] ROMERO LPEZ, Francisco (1984): Leyendas y tradiciones zamoranas. Zamora, Imprenta Bazar Jota, 5 ed., 75-83.

[56] Aunque algunos zamoranistas ilustres establecieran esta asociacin, el mejor estudio se debe a CARO BAROJA, Julio (1974): La leyenda de Don Teodosio de Goi. Ritos y mitos equvocos, Madrid, Itsmo, 161ss. Cerca de Goi, en la localidad navarra de Ororbia (Vidaurreta) tambin se representa a San Julin (ibid., 189). Vid. tambin: VIDEGIN AGS, Fernado (1986): Goi, el diablo a penitente. Historias y leyendas medievales de los castillos de Navarra. Pamplona, 15-19.

[57] No se le escapa esta asociacin al propio Novoa: para manifestar su voluntad al propheta Vatelam avri la voca de su asna, y las dio palabras articuladas. Vien pudo a este ziervo drselas a esta ocasin.

[58] Tradicionalmente suelen ser aves: PEDROSA, Jos Manuel (2002): Bestiario. Antropologa y simbolismo animal. Madrid, Medusa Ediciones, 106ss.

[59] BELTRN, Vicente (1987): Cancin de mujer, cantiga de amigo. Barcelona, PPU, 22; se trata por extenso este aspecto en: MORALES BLOUIN, Egla (1981): El ciervo y la fuente. Mito y folklore del agua en la lrica tradicional. Madrid, Studia humanitatis.

[60] 273r.

[61] El propio copista cita la fuente: Yepes, tomo 5, ao de 935, en el cathlogo de las filiaciones de Celanova la pone por la 13 filiacin, fol. 29.

[62] GARNACHO, Toms Mara (1878, reed: 1979): Breve noticia de algunas antigedades de la ciudad y provincia de Zamora. Zamora, Imprenta Jacinto Gonzlez-Bazar Jota, 2 ed., 188, nota 1.

[63] 275v. Apunta Novoa, para resaltar los mritos piadosos del abad, que Felipe III le ofreci un buen obispado al que el monje renunci. Fray Alonso del Corral, distinguido con el calificativo de venerable en la tradicin benedictina, naci en Valladolid, en cuyo monasterio benito profes. Fue abad de San Claudio de Len (1595-7) y luego de San Benito de Zamora (1598-1601). Lleg a ser general de la Congregacin en dos ocasiones (1597-8 y 1601-4). Muere en Njera, en olor de santidad, siendo abad del monasterio de dicha localidad (1607-8) (ZARAGOZA PASCUAL, Ernesto (1980): Los monasterios benedictinos de la ciudad de Zamora. Nova et Vetera. Temas de vida cristiana 10, 277-9, y nota 40).

[64] ZATARAIN FERNNDEZ, Melchor (1898): Apuntes y noticias curiosas para formalizar la Historia Eclesistica de Zamora y su Dicesis, Zamora, Establecimiento tipogrfico de San Jos, 39.

[65] Novoa es un poco ms explcito. Para el abad de Celanova abrise una muy horrenda sepultura dentro de la yglesia, que apareci al otro da fuera sobre la tierra (...) en un cementerio que ay fuera y alreedor (sic) de la yglesia que tienen cercado con sus entradas a trechos (f. 277r-v).

[66] 276v.

[67] Cit. en MATEOS, Miguel-ngel (1980): San Pedro de la Nave. Zamora, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Tcnicos, 23.

[68] 278r.

[69] Las entrevistas se hicieron ante un grabador, y conservo las conversaciones grabadas en una cinta cassette. Con Anselmo Lorenzo (Villanueva de los Corchos, 1915) habl en Villanueva de los Corchos el 25 de agosto de 1996. Un da despus, y en la misma localidad, entrevist a Dorotea lvarez Terrn (La Pueblica, 1902). Arsenio Domnguez Lorenzo (El Campillo, 1919) me respondi en El Campillo el 31 de agosto del mismo ao, en presencia de su esposa, Mara Antn Ramajo. Finalmente, Antonio Piorno Luis (La Pueblica, 1914) fue grabado en Zamora el 2 de septiembre de 1996. La ta Dorotea (Dorotea lvarez Terrn) muri hace cuatro aos, sin volver a ver nunca ms las que fueron sus autnticas tierras natales.

[70] CORTS Y VZQUEZ, Luis L. (1951): La leyenda de san Julin el Hospitalario y los caminos de la peregrinacin jacobea del Occidente de Espaa. Revista de Dialectologa y Tradiciones Populares VII/1, 63. Cierto es que no consta ninguna iconografa asociada a Basilisa en forma de retablo, imagen... dentro de La Nave (pero s a San Pedro, de la Virgen, de San Blas y de San Julin, al menos desde principios del siglo XVII), ni tampoco a santa Adela.

[71] Despus de algunas catas en los libros parroquiales de San Pedro de la Nave document a Badalisa Galana (1616), Basalisa Rodrguez (1676) (AHDZa, Archivos Parroquiales, Arciprestazgo de Alba, 18 bis, n 1, ff. 4r, 36r), Basilisa Luis Veladas (1791), Basilisa Terrn (1853) (AHDZa, Archivos Parroquiales, Arciprestazgo de Alba, 18 bis, n 5, ff. 34r, 17v, a continuacin de la numeracin anterior); Basilisa Lorenzo (1616), Basilio Bartolom (1836) (AHDZa, Archivos Parroquiales, Arciprestazgo de Alba, 18 bis, n 13, s.f) etc. Dorotea lvarez, Arsenio Domnguez, y Antonio Piorno, en las encuestas referidas, confirmaron que haban llegado a conocer Basilisas en Almendra, Villaflor y Villanueva de los Corchos.

[72] GMEZ MORENO, Manuel (1906): San Pedro de La Nave. Iglesia visigoda. Boletn de la Sociedad Castellana de Excursiones IV, 307.

[73] El sentido comn impone la no divulgacin de los escasas diez pginas correspondientes a sendos artculos que Agapito y Revilla y el propio Gmez Moreno publicaron en 1906 en el Boletn de la Sociedad Castellana de Excursiones IV.

[74] Arsenio Domnguez, natural de El Campillo, le quita importancia al hecho con el pretexto de la falta de memoria (algo pasaba el da de San Juan, pero no me doy cuenta all por donde El Pilago, donde pasaba la barca). Defina El Pilago como el charco aqul que haba enfrente de La Nave.

[75] BOUZA BREY, F. (1982): El santuario de la Barca y su tradicin marinera. Etnografa y folkore de Galicia. Vol. 1, Edicins Xerais de Galicia, Madrid. Por un hecho, sin duda, casual, al menos desde el siglo XIV la comarca de este santuario estuvo bajo el dominio del monasterio benedictino de San Julin, con lo que nos volvemos a encontrar con este santo asociado a una barca.

[76] LPEZ, David Gustavo (1983): Las Mdulas. Nebrija, Madrid, 2 ed., 151. Recreada, por ejemplo, en ROMERO LPEZ, Francisco (1984): Los suspiros del Lago. Campanitas de San Juan. Leyendas y tradiciones zamoranas. Zamora, Imprenta Bazar Jota, 5 ed., 21-7.

[77] LLAMAZARES, Julio (1995): Retrato de baista. Badajoz, Del Oeste ediciones, 29). Del mismo escritor y sobre el mismo pueblo versa el relato Volvers a Regin, incluido en la recopilacin En Babia (1991). Barcelona, Seix Barral, 123-6.

[78] Cit. en: SNCHEZ HERRERO, Jos (2001): La dicesis de Zamora en su historia. Las Edades del Hombre. RemembranZa. Zamora, Fundacin Las Edades del Hombre, 36.

[79] LACARRA, Mara Jess (2005): El Camino de Santiago en la literatura contempornea: el ejemplo de Luis Mateo Dez, Boletn Hispnico Helvtico 6, 141-158. Agradezco a esta autora su gentileza al facilitarme estas y otras referencias.

[80] MUOZ, ngela (2000): Metforas del agua en la cultura urbana madrilea (ss. XIII-XVIII). Historia del abastecimiento y usos del agua en la villa de Madrid. Jos M Macas y Cristina Segura (coords.), Madrid, Confedracin Hidrogrfica del Tajo-Canal de Isabel II, 175. Abundante iconografa sobre la esposa de san Isidro se encuentra en el Museo de San Isidro de Madrid.

[81] REGUERAS GRANDE, Fernando (1992): San Pedro de la Nave: una sntesis. Anuario Instituto de estudios zamoranos Florin de Ocampo, Zamora, 264. La explicacin erudita ms convincente, que la encuadra en una interpretacin iconogrfica completa, apunta al jinete Fiel y Verdico luchando contra el basilisco, citando la glosa del Apocalipsis de Apringio de Beja, donde se fundiran Cristo y el arcngel Miguel, segn la tradicin hispana altomedieval (BARROSO, Rafael y MORN, Jorge (1997): La iglesia visigoda de San Pedro de la Nave. Madrid, Ediciones B.M.M. & P., 94-6. Buena fotografa en ibid., 89). Este mismo informante aseguraba que la ventana elevada en el bside serva para esconder a quienes pedan asilo catlico. Antes del traslado era como un sobrado al que se acceda mediante una escalera de mano.

[82] Al extremo opuesto del altar de halla el subterrneo, donde estuvieron los cuerpos de San Julin y Santa Basilisa, quienes la tradicin popular reconoce como fundadores de esta Yglesia, cuyo enterramiento se ha cerrrado por una losa sin adorno ni inscripcin alguna (FERNNDEZ DURO, Cesreo (1882): Memorias histricas de la ciudad de Zamora, su provincia y obispado. Madrid, tomo I, 184; FERNNDEZ DURO, Cesreo (1891): Coleccin bibliogrfico-biogrfica de noticias referentes a las provincia de Zamora. Madrid, sub voce San Julin, entrada 546, 433. Edicin facsmil (2001): Pamplona, Analecta editorial). Fotografa del sarcfago en: RAMOS PREZ, Herminio (1996): San Pedro de la Nave, joya de la arquitectura cristiana occidental. Zamora, Iberdrola, 54.

[83] S consta la aparicin de materiales de relleno romanos y visigodos en la labor de desmonte del templo.

[84] Opinin de REGUERAS GRANDE, Fernando (1992): San Pedro de la Nave: una sntesis. Anuario Instituto de estudios zamoranos Florin de Ocampo, Zamora, 254).

[85] MADOZ, Pascual (1845-50, reed. 1984): Diccionario Geogrfico-Estadstico-Histrico de Espaa y sus posesiones de Ultramar. Valladolid, mbito, 199.

[86] GONZLEZ BALASCH, M Teresa (1989): San Pedro de la Nave, Priorato de Celanova, segn un manuscrito del siglo XVII. Actas. Primer Congreso de historia de Zamora, tomo 1 (Fuentes documentales), Salamanca, 399-404; CUEVA, Fray Benito de la (1991): Historia de los Monasterios y Prioratos anejos a Celanova. M T. Gonzlez Balasch (ed.), Granada, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada, 99-104. No confundir con otro Benito de la Cueva, que fue abad de San Benito de Zamora, y a cuya jurisdiccin por tanto estuvo sometida La Nave, entre los aos 1592-3.

[87] Vid. CASQUERO FERNNDEZ, Jos-Andrs (2004): La documentacin zamorana sobre San Pedro de la Nave, La Iglesia de San Pedro de la Nave (Zamora). Luis Caballero (coord.). Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florin de Ocampo,  39-51.

[88] AHN, Clero Regular-Secular, libro 18.420.

[89] AHN, Clero Regular-Secular, libro 18.423.

[90] AHN, Clero Regular-Secular, libro 18.428.

[91] Seguimos la bsqueda de: SNCHEZ RIVERA, M Luisa (1990): Fuentes documentales zamoranas en el Archivo de Simancas. Zamora, Diputacin de Zamora, 32-3, 133, 192, 194, 196, 332.

[92] AGS, Consejo Real, leg. 643/6.

[93] Un memorial escrito en algn momento del siglo XVI (AGS, Guerra y Marina, leg. 38/64), sobre la desmembracin administrativa del monasterio de San Benito (AGS, Hacienda, leg. 378/5, y leg. 385/5) contamos con expedientes relativos a El Campillo, el propio San Pedro, Villaflor, Villanueva de los Corchos, y La Pueblica, con documentacin de los siglos XVI y XVII, as como averiguaciones de rentas de esos mismos lugares, referentes a los mismos siglos (AGS, Escribana Mayor de Rentas, leg. 330/43).

[94] En 1491 tributan juntas las aljamas de Zamora, San Cebrin de Castro, Fermoselle y San Pedro de la Nave-Almendra (AGS, RGS, fol. 45, de 10 de marzo de 1491, cit. en GARCA CASAR, Fuencisla (1992): El pasado judo de Zamora. Valladolid, Junta de Castilla y Len, 115).

[95] Como en el Archivo parroquial de San Torcuato, cuyo Libro 20 corresponde al Libro de apeo de las heredades y diezmera del monasterio de San Benito, en la ciudad de Zamora (1780).

[96] San Pedro de la Nave abandon su dependencia de Celanova, en beneficio del monasterio capitalino de Nuestra Seora de la Consolacin (siempre llamado por el pueblo de San Benito), tres siglos antes. Este monasterio fue trasladado de su primitivo emplazamiento en 1464, situndose cerca del Duero. Tuvo cuatro prioratos. Adems del que nos ocupa, Aldea del Palo, San Miguel de la Rivera y Moral de la Reina. Durante los siglos XVI y XVII no fueron ms de diez monjes lo que lo habitaron, oscilando su condicin entre abada y priorato (ZARAGOZA PASCUAL, Ernesto (1980): Los monasterios benedictinos de la ciudad de Zamora. Nova et Vetera. Temas de vida cristiana 10, 273-5). La bula del traslado de jurisdiccin se encuentra en AHN, Clero, Pergaminos, carpeta 3581/3, con fecha de 1497, siendo papa Alejandro VI.

[97] AHDZa, Archivos Parroquiales, Arciprestazgo de Alba, 18 bis libro n 12, f. 43r.

[98] AHN, Clero Regular-Secular, libro 18.428, f. 38.

[99] AHN, Clero Regular-Secular, libro 18.428, ff. 41-3.

[100] AHN, Clero Regular-Secular, libro 18.428, ff. 48-9, 116.

[101] MADOZ, Pascual (1845-50, reed. 1984): Diccionario Geogrfico-Estadstico-Histrico de Espaa y sus posesiones de Ultramar. Valladolid, mbito, 114; Garnacho en 1878 dice que cuenta con 7 casas y 30 almas (GARNACHO, Toms Mara (1878, reed: 1979): Breve noticia de algunas antigedades de la ciudad y provincia de Zamora. Zamora. Imprenta Jacinto Gonzlez-Bazar Jota, 2 ed., 165; vid. CORZO SNCHEZ, R. (1986): San Pedro de la Nave. Estudio histrico y arqueolgico de la iglesia visigoda. Zamora, 40).

[102] Producida por la Diputacin Provincial de Zamora y presentada por Metropol Film. De los comentarios se encarg Juan Manuel Prieto, y cuenta con msica original de J.A. Gascn. El sistema de sonido corri a cargo de Tobis-Klangfilm, y la sincronizacin de CEA (CEBRIN, Mariano (1994): Cine documental e informativo de empresa. 50 aos de produccin de Fernando Lpez Heptener en Iberduero y NO-DO. Madrid, Sntesis, 85-7. Curiosamente, en el ms extenso estudio sobre la obra del cineasta, no se alude a la inclusin de la iglesia de La Nave dentro del film). La pelcula ha sido restaurada en 2000 por Juan Marin y se encuentra en el Archivo Histrico de Iberdrola. Al propio Heptener se deben muchas de las fotografas que se conservan del templo en su anterior emplazamiento, as como del despiece y posterior reconstruccin (vid. reproducciones de ellas, y de otras coetneas, en CORZO SNCHEZ, R. (1986): San Pedro de la Nave. Estudio histrico y arqueolgico de la iglesia visigoda. Zamora. Tambin algunas en MATEOS, Miguel-ngel (1980): San Pedro de la Nave. Zamora, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Tcnicos) y, en menor medida: BARROSO, Rafael y MORN, Jorge (1997): La iglesia visigoda de San Pedro de la Nave. Madrid, Ediciones B.M.M. & P., y RAMOS PREZ, Herminio (1996): San Pedro de la Nave, joya de la arquitectura cristiana occidental. Zamora, Iberdrola).

[103] Vid. GIMENA PASCUAL, Helena (2004): La epigrafa en San Pedro de la Nave, La Iglesia de San Pedro de la Nave (Zamora). Luis Caballero (coord.). Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florin de Ocampo,  239-274.

[104] Cit. en CORZO SNCHEZ, R. (1986): San Pedro de la Nave. Estudio histrico y arqueolgico de la iglesia visigoda. Zamora, 133.

[105] Aarne, Antti y Thompson, Stith (1981) The Types of the Folktale: a Classification and Bibliography [FF Communications 184] 2 revision, Helsinki, Suomalainen Tiedeakatemia-Academia Scientiarum Fennica.