CortŽs Hern‡ndez, Santiago. ÒEl blog como un tipo de literatura popular: problemas y perspectivas para el estudio de un gŽnero electr—nicoÓ. Culturas Populares. Revista Electr—nica 3 (septiembre-diciembre 2006).

http://www.culturaspopulares.org/textos3/articulos/cortes.htm

ISSN: 1886-5623

 

 

El blog como un tipo de literatura popular:

problemas y perspectivas para el estudio de un gŽnero electr—nico

 

Santiago CortŽs Hern‡ndez

Universidad de Alcal‡

 

Todo el que hace una confesi—n es en espera de recobrar algœn para’so perdido.

-Mar’a Zambrano

 

Resumen

Este art’culo se pregunta si existe una definici—n œtil de los blogs como un nuevo tipo de escritura, as’ como de su discurso y del peculiar espacio en el que se desarrollan ÀNos enfrentamos a un nuevo tipo de literatura popular que desborda los l’mites a los que nos confina la investigaci—n filol—gica? Estos documentos de escritura electr—nica, que no son ya un reflejo de ninguna escritura f’sica previa, plantean nuevos problemas y perspectivas de estudio, ya sea como un tipo de escritura popular de tipo personal y o como un inmenso archivo vivo de la memoria colectiva.

Palabras clave: blog, archivo, escritura personal, autobiograf’a, escritura electr—nica.

 

Abstract

Is there currently a useful definition of blogs as a new type of writing, of their discourse and of the peculiar space in which they are written? Are we facing a new type of popular literature that surpasses the traditional methods of Philology for text analysis? These documents of electronic writing, that are no more a reflection of a previous physical writing, pose new problems and open new perspectives for the literary studies, both as a new form of popular and personal writing, and as a huge and alive archive of the collective memory.

Key words: blog, archive, personal writing, autobiography, electronic writing.

 

 

E

n 1956, el autor japonŽs Junichiro Tanizaki public— una novela titulada ÒLa llaveÓ, una curiosa obra escrita en forma por dem‡s ingeniosa, pues su œnica narraci—n consiste en la aparici—n alterna de entradas de dos diarios distintos: uno escrito por un hombre de mediana edad y otro escrito por su esposa. En esta novela, ambos personajes saben que el otro escribe un diario y ambos guardan el propio, celosamente, bajo llave; hasta que un d’a la mujer encuentra la llave del gabinete en el que su marido guarda su diario, tal vez intencionalmente ÒolvidadaÓ por Žl en medio de una habitaci—n como una invitaci—n velada para que ella lea lo que Žl ha escrito. A partir de entonces ambos empiezan a leer el diario del otro, y esa lectura produce una serie de transformaciones. La relaci—n personal del matrimonio cambia, pues ambos encuentran en el diario del otro cierta informaci—n privada que les revela sœbitamente cosas que ignoraban hasta entonces. Pero m‡s all‡ de eso, ocurre tambiŽn una interesante metamorfosis del discurso escrito y del espacio en el que Žste se plasma: la apertura y exposici—n pœblica de un espacio de escritura personal hace que las palabras que contiene no se comporten de la misma manera, pues al saber que una mirada ajena se posar‡ sobre ellas, su autor teje un discurso que se encuentra inmerso en toda una cadena de expectativas. El espacio de escritura, por su parte, a pesar de mantenerse idŽntico en su forma, ha sufrido tambiŽn una transformaci—n, pues con que una sola mirada se pose sobre sus letras, Žste ha dejado de ser un espacio privado y aislado para comenzar a ser un espacio pœblico y pasar a formar parte de una cadena de intercambios.

            Hasta hace unos a–os, este tipo de transformaciones del espacio y del discurso que se produce con la ÒaperturaÓ de ciertas escrituras personales estaba limitado a ficciones novelescas como la que he citado o bien a la experiencia aislada de ciertas personas que, por diferentes motivos, decid’an compartir en algœn momento sus escritos ’ntimos. Sin embargo, actualmente ese fen—meno se ha visto potenciado por una de las revoluciones culturales m‡s importantes en la historia de la tecnolog’a de la palabra: la de la escritura electr—nica y su distribuci—n por Internet. Esta tecnolog’a ha Òintervenido para cambiar desde los cimientos el estatuto, las reglas y las modalidades de los procesos a travŽs de los cuales un texto escrito, de cualquier gŽnero, es compuesto, registrado, transmitido y conservadoÓ (Petrucci: 296), y ha suscitado, entre otras cosas, el surgimiento y utilizaci—n masiva de los weblogs, un nuevo espacio de escritura que encuentra un paralelo interesante con aquello que pasa en la novela de Tanizaki. Este tipo de documentos electr—nicos han proporcionado a muchas personas un espacio gratuito y accesible para la pr‡ctica de la escritura personal, pero al mismo tiempo han puesto en nuestras manos una llave que abre el gabinete en el que se guardan todos esos discursos, que es un lugar en el que la escritura personal se revela ante las miradas ajenas y se transforma para convertirse en un tipo de escritura expuesta.

            La historia de los blogs es una historia paralela a la de Internet, pues es en 1994 cuando se puede situar tanto la apertura pœblica de la red como el surgimiento de los documentos electr—nicos que dar’an origen al blog. Fue en ese a–o cuando aparecieron los primeros Online Diaries (diarios en l’nea), p‡ginas web alojadas inicialmente de manera experimental en sitios como el del MIT Media Lab, cuyo œnico prop—sito era publicar una especie de bit‡cora de acceso libre en la que, a la manera de un diario pero con un orden inverso (las entradas m‡s recientes aparecen primero), una persona manten’a y actualizaba, manual y peri—dicamente, una narraci—n sobre los hechos de su vida. Esos primeros diarios en l’nea, como los de Claudio Pinhanez (http://www.geocities.com/pinhanez/open_diary/open_diary.htm) –quien us— por primera vez el nombre ÒOpen DiaryÓ–, Justin Hall –que mantuvo el suyo durante 11 a–os– o Carolyn Burke (http://diary.carolyn.org/), pronto establecieron un paradigma que comenz— a ser imitado por cibernautas alrededor del mundo y que dio origen a webrings dedicados a difundir las p‡ginas con este tipo de contenido y a poner en contacto a los escritores y lectores de estos nuevos ÒdiariosÓ. Los webrings y comunidades electr—nicas, como Open Pages y Diarist.Net, vinieron a consolidar y a dar a conocer la pr‡ctica de escribir y poner en l’nea bit‡coras personales formadas por entradas que manten’an esa estructura de diario a la inversa.

Pero la verdadera explosi—n y evoluci—n de este tipo de escritura en l’nea se dio con el surgimiento de servidores y p‡ginas web dedicadas exclusivamente a alojar estos escritos personales. Xanga, el primero de estos servicios de ÒhostingÓ o alojamiento, se abri— en 1996; hacia 1997 alojaba solamente cerca de 100 diarios, pero a finales del 2005 su poblaci—n de usuarios hab’a crecido a m‡s de 20 millones. Otros servicios de alojamiento siguieron pronto sus pasos y su incre’ble crecimiento, como por ejemplo, Open Diary, en servicio desde 1998, o Live Journal y Blogger, abiertos desde 1999. Sin embargo, con la apertura de este tipo de servicios, los Òdiarios abiertosÓ que hab’an puesto en marcha todo el mecanismo quedaron asimilados dentro de una maquinaria que abarcaba un fen—meno mucho mayor que el de la escritura de bit‡coras, pues los servicios de alojamiento pusieron a disposici—n de sus usuarios toda una serie de recursos (blogging software) que vinieron a modificar el espacio en el que escrib’an, a hacerlo propicio para varios tipos de escritura personal, a dar la posibilidad de combinar texto, hiperv’nculos, im‡genes, audio y video; a posibilitar la introducci—n de comentarios de los lectores, y, en fin, a crear el primer tipo de documento personal en l’nea que no es un reflejo exacto de ningœn tipo de escritura f’sica, sino que es nativo de la red: el blog.

 

As’, a principios del siglo XXI se hab’a consolidado ya una nueva pr‡ctica de escritura personal que estaba indisolublemente ligada a un medio y a un espacio espec’ficos: el acceso pœblico a Internet hab’a dado lugar a la creaci—n de espacios gratuitos en los que cualquier persona, sin saber nada sobre c—digos de programaci—n, pod’a archivar sus escritos, im‡genes, sonidos y dem‡s discursos personales haciŽndolos potencialmente accesibles desde cualquier lugar del mundo donde hubiera un puerto de la red. Al tiempo que se desarrollaba esta nueva forma de escritura se fueron acu–ando tambiŽn tŽrminos que la describ’an: en 1997 empez— a llam‡rseles ÒweblogsÓ a estos espacios, y hacia 1999 el tŽrmino ya se hab’a reducido a ÒblogÓ y se hab’a empezado a utilizar como sustantivo para referirse a este tipo de documentos en l’nea y como verbo para referirse al acto de escribirlos. Por otra parte, otros tŽrminos como ÒescribicionismoÓ hab’an ido surgiendo tambiŽn para describir la actividad practicada por los blogs, y algunas palabras hab’an mutado para referirse a los escritores de blogs como ÒjournalersÓ en vez de ÒjournalistsÓ.

La velocidad con la que empezaron a desarrollarse los primeros diarios en l’nea, muy pronto empez— a atraer la atenci—n de los estudios sociol—gicos y culturales. En el a–o 2000, por ejemplo, Phillipe Lejeune, interesado por los nuevos discursos autobiogr‡ficos, public— un estudio pionero que contemplaba ya este tipo de escritura en su libro "Cher Žcran": Journal personnel, ordinateur, Internet, en el que adem‡s recopilaba algunos textos escritos por diaristas franceses en l’nea. Sin embargo, ha resultado un tanto dif’cil seguir el paso vertiginoso de desarrollo y evoluci—n de esta forma electr—nica, pues si hoy, apenas seis a–os despuŽs de la publicaci—n de aquel excelente ensayo, intent‡ramos algo parecido, tal vez tendr’amos que llamarlo ÒCher blogÓ y definitivamente la recopilaci—n de material de muestra resultar’a completamente desbordante, pues al decir que los blogs se han vuelto una pr‡ctica bastante comœn, nos estamos refiriendo ya a cifras abrumadoras: cerca de 20 millones de blogs en Xanga, m‡s de 11 millones en Live Journal, otros tantos en Blogger, m‡s los cerca de tres millones de blogs que existen fuera de los principales proveedores de alojamiento y que est‡n actualmente indexados por el NITLE Blog Census.[1]

            Muchas preguntas surgen al enfrentarse a esta nueva pr‡ctica desbordante que adquiere d’a con d’a una importancia mayor en la comunicaci—n y en la escritura moderna. La primera de ellas, y tal vez la m‡s pertinente aqu’, es si disponemos, desde el punto de vista de los estudios literarios, de  una definici—n de este tipo de escritura, de su discurso y del peculiar espacio en el que se desarrolla ÀPodemos definirla como un gŽnero? ÀEn quŽ lugar del espectro de la escritura y del conocimiento podemos situarla? En los œltimos a–os se ha abordado el estudio de los blogs desde varias perspectivas que han contemplado sobre todo su potencial comunicativo, el perfil de sus usuarios y sus tendencias tem‡ticas, pero se ha reflexionado poco aœn sobre esta pr‡ctica como una nueva forma de escribir, sobre los cambios que supone con respecto a las pr‡cticas de la escritura personal tradicionales y sobre las nuevas perspectivas culturales que se abren ante el desarrollo del espacio en el que se plasma. Su definici—n, por lo tanto, se encuentra por el momento incompleta, y proponŽrsela desde la perspectiva de los estudios literarios y culturales puede resultar una labor de fundamental importancia, pues como ha dicho Armando Petrucci, 

para quien estudie cr’ticamente los productos de las culturas escritas [...] no puede haber interrogante m‡s fascinante que el que se plantea a prop—sito del por quŽ y del c—mo se fueron formando y duraron en el tiempo los testimonios escritos de las sociedades [...]. Este interrogante se refiere a las razones mismas y a los modos de funcionamiento y de conservaci—n de nuestra cultura (290).

 

Por primera vez en la historia de la cultura escrita, nos situamos ante la posibilidad de observar el desarrollo de una nueva forma de escritura personal al mismo tiempo que tenemos acceso a la mayor parte de sus testimonios. Nos ha sido dado presenciar una curiosa apertura y transformaci—n de la escritura personal, pues en nuestras manos ha ca’do la llave del gabinete en la que se guarda, como una invitaci—n para asomarnos a sus letras.

Ante los que nos dedicamos al estudio de la cultura escrita se abre, pues, con el blog, una perspectiva de investigaci—n por dem‡s interesante, pues la existencia de una forma de escritura personal abierta y disponible viene a salvar muchos de los obst‡culos a los que normalmente nos enfrentamos para estudiar este tipo de discursos. Para poner tan s—lo un ejemplo, me referirŽ aqu’ a los distintos problemas que ha planteado Phillipe Lejeune para el estudio de la autobiograf’a y los diarios, compar‡ndolos con el nuevo terreno de los blogs, siendo ambos ‡mbitos de la escritura personal. Por el a–o de 1987, Lejeune cay— en la cuenta de que en los estudios sobre autobiograf’a hab’a una especie de punto ciego producido por las limitantes de los mŽtodos para acercarse a ellas. (Lejeune 1999: 186ss) La primera de estas limitantes consiste en que los textos autobiogr‡ficos tradicionales a los que tenemos acceso para su lectura son siempre algunos pocos textos privilegiados, ya sea porque han sido publicados debido a la importancia de sus autores o porque han sido azarosamente ÒelegidosÓ para su conservaci—n entre millones de textos olvidados. Esta limitante en el muestreo de los escritos autobiogr‡ficos –que es en cierta forma una regla para todos los escritos personales–, queda suprimida en el estudio de los blogs, pues hasta ahora ninguno de los servidores que los alojan tiene un criterio de selecci—n para eliminar blogs de la red, sino que la œnica condici—n existente para mantenerlos accesibles es la voluntad de sus autores para conservarlos en l’nea, ofreciŽndonos un terreno de escritura personal en el que es posible un muestreo verdaderamente representativo. Otra de las limitantes se–aladas por Lejeune en cuanto al estudio de la autobiograf’a es la de la transformaci—n que sufren los textos autobiogr‡ficos al pasar de su formato original a un formato en el que sean consultables, ya sea al imprimirse o al seleccionar el autor las partes que quiere dar a conocer. Este impedimento tambiŽn queda al menos parcialmente salvado en el caso de los blogs, pues al ser un tipo de escritura personal que nace en un espacio expuesto y disponible, siempre es posible consultarlo en su formato original. Por œltimo, a diferencia de los diarios personales que podemos consultar siempre como un texto fijo y no como la pr‡ctica que constituyen antes de convertirse en tales, los blogs son consultables durante su elaboraci—n, asistiendo no s—lo a sus textos y discursos, sino tambiŽn al proceso de su pr‡ctica y su transformaci—n.

            El estudio de los blogs, sin embargo, presenta otros muchos puntos oscuros para estudiar e historiar las expresiones escritas, pues los estudios que se dedican a esto suelen estar basados en ciertos mŽtodos filol—gicos e interpretativos que, como sabemos, proceden de una larga tradici—n de an‡lisis de textos fijos. A cambio de la posibilidad de observar una escritura personal en desarrollo, el blog nos presenta un discurso vivo que se encuentra en perpetua transformaci—n: ni siquiera las entradas que conforman el archivo de un blog est‡n exentas de movimiento, pues todo en este formato es susceptible de ser modificado por su autor en cualquier momento. Pero m‡s all‡ de esa movilidad constante con la que no estamos acostumbrados a lidiar, el blog nos ofrece un documento compuesto por elementos de distintas naturalezas que se funden en su espacio virtual para la creaci—n de un discurso propio que incluye, en diferentes proporciones, texto, im‡genes, hiperv’nculos, sonido, etc. As’, al referirnos al ÒtextoÓ de un blog nos veremos obligados siempre a matizar ese concepto y a estudiarlo desde una perspectiva mucho m‡s abierta que la de los estudios filol—gicos tradicionales, pues para acercarse integralmente a esta forma de escritura personal ser‡ necesario realizar, junto con el an‡lisis del texto escrito, un an‡lisis del espacio en el que se plasma y de la interacci—n de todos los elementos que conviven en ese lugar para conformar el verdadero discurso del blog. Este tipo de estudio nos obligar‡, por otro lado, a considerar siempre la producci—n de un discurso no s—lo como un acto de comunicaci—n verbal, sino tambiŽn como un proceso de expresi—n e invenci—n fuertemente basado en elementos figurativos que van desde la elecci—n de un tipo de letra hasta su combinaci—n con im‡genes o videos, o incluso la creaci—n de un hipertexto mediante la selecci—n y apropiaci—n de v’nculos con otros espacios de la red.

Ante esta perspectiva de estudio, no podemos sino comenzar a ensayar aqu’ algunos deslindes de este inmenso material que ha ido surgiendo en los œltimos a–os, pues aunque cualquier definici—n que se pueda aportar aqu’ quedar‡ necesariamente incompleta, a partir de las observaciones y los trabajos de investigaci—n realizados hasta ahora es posible establecer ya algunos puntos claros sobre los cuales cimentar futuras discusiones y estudios.

Se puede proponer, por ejemplo, que el blog es un tipo de literatura popular si contrastamos algunas de sus caracter’sticas –pr‡cticas de escritura y perfil de sus autores– con los par‡metros que tenemos para identificar a las literaturas populares. El œltimo reporte confiable y representativo del que disponemos sobre las pr‡cticas de escritura y sobre el perfil de autores de blog fue elaborado por Amanda Lenhardt y Susannah Fox en junio de 2006 sobre 233 encuestas realizadas a escritores de blogs elegidos al azar en Estados Unidos. Este estudio aport— algunos datos muy significativos, como por ejemplo que: Òdespite the public nature of creating a blog, most bloggers view it as a personal pursuit. 84% of bloggers describe their blog as either a ÔhobbyÕ or just Ôsomething I do, but not something I spend a lot of time onÕÓ. (Lenhardt y Fox 2006: ii). El hecho de que una inmensa mayor’a de los escritores de blogs practiquen esa actividad de manera m‡s bien informal resulta ser un dato de fundamental importancia para nosotros, pues como ha dicho Antonio Castillo en una interesante revisi—n sobre los distintos tipos de pr‡cticas escritas, lo m‡s relevante de las escrituras populares es –justamente– que Òse distinguen por la condici—n social de sus autores: escribientes antes que escritores, hombres ÔtransitivosÕ segœn las palabras de Roland Barthes; personas para quienes la comunicaci—n escrita representa una actividad y no una funci—nÓ (Castillo 2002: 25). Si bien este aspecto sitœa claramente a los blogs dentro de un rango bien definido de la literatura popular, tambiŽn es necesario matizar esa categorizaci—n, pues a diferencia de otros muchos autores de textos populares, los Òhombres transitivosÓ que escriben los blogs rara vez se encuentran en una situaci—n marginal dentro de la sociedad. En este punto de su desarrollo, la escritura y lectura de los blogs aœn exige el acceso a ciertos privilegios de la modernidad, como pueden ser la disponibilidad de un tiempo al frente de un ordenador y una conexi—n adecuada a la red. No en vano sabemos que la distribuci—n geogr‡fica de los blogs se encuentra en clara coincidencia con el desarrollo econ—mico y el bienestar social de ciertos territorios, como se puede apreciar en el siguiente mapa.

 

Fuente: <http://www.blogcensus.net/?page=map>, el 8 de diciembre de 2006.

 

Si el perfil de sus usuarios y su situaci—n con respecto a lo que escriben nos llevan a categorizar al blog como un tipo de literatura popular, su espacio de escritura y el uso que se hace de Žl puede llevarnos a establecer que Žste es un serio candidato a consolidarse como un gŽnero, si no lo es ya desde ahora.[2] Como ha advertido muy acertadamente Meg Hourihan en un peque–o art’culo titulado ÒWhat We're Doing When We BlogÓ,

 

If we look beneath the content of weblogs, we can observe the common ground all bloggers share -- the format. The weblog format provides a framework for our universal blog experiences, enabling the social interactions we associate with blogging. Without it, there is no differentiation between the myriad content produced for the Web. [...] When we talk about weblogs, we're talking about a way of organizing information, independent of its topic. What we write about does not define us as bloggers; it's how we write about it (Hourihan, 2002).

 

El espacio del blog, que, como he dicho antes, est‡ determinado en gran medida por los instrumentos que proveen los servicios de alojamiento, ha venido a regularizar una manera de escribir, es decir, ha generado una pr‡ctica recurrente de comunicaci—n electr—nica con h‡bitos y patrones perfectamente definidos: entradas independientes, actualizaci—n frecuente, utilizaci—n de hiperv’nculos, etc. Si nos apegamos a la noci—n  de que un gŽnero puede definirse como una acci—n ret—rica que se consolida por la recurrencia de ciertas situaciones comunicativas, resulta completamente coherente concluir que los patrones que siguen actualmente los blogs los caracterizan como un gŽnero, y, en este caso, un gŽnero electr—nico.

El gŽnero electr—nico que conforman los blogs como una pr‡ctica de escritura recurrente, por otra parte, est‡ claramente diferenciado de los gŽneros conformados por sus antecedentes f’sicos.  Si bien se pueden encontrar antecedentes del blog en el diario personal –’ntimo o pœblico– cuya pr‡ctica data de muchos siglos atr‡s, el simple hecho de que un blog sea consultable desde cualquier puerto equipado para acceder a la red, le da a su discurso y a su espacio de escritura un car‡cter completamente distinto al del diario. Pero m‡s all‡ de eso, los elementos que conforman el ÒecosistemaÓ interno de un blog lo convierten, como he advertido antes, en un documento nativo de la red, es decir, en un documento que no es ya un reflejo de determinada escritura f’sica, sino que se encuentra regido y organizado por sus propias leyes de ÒenteÓ electr—nico. Aunque su unidad estructural siga siendo una entrada, Žsta se ha liberado de las ataduras del papel y se ha convertido en un elemento multimedi‡tico, etiquetado por ciertos elementos tem‡ticos –permalinks– que lo vuelven buscable y recuperable. Sus entradas, por otra parte, se encuentran enmarcadas por elementos que lo relacionan con el medio que posibilita su existencia, elementos que ser’an completamente impensables en un medio f’sico, como por ejemplo el perfil del usuario, los blogrolls (listas de hiperv’nculos que conducen a otros blogs) o los encabezamientos de p‡gina.

Todas estas consideraciones, aunque de momento puedan parecer obvias e incompletas, no dejan de ser importantes, pues nos acercan al deslinde de un nuevo tipo de escritura personal y, lo que es m‡s importante, nos llevan a situarnos frente al blog como un tipo de discurso que bien puede caracterizarse como el primer gŽnero electr—nico de literatura popular claramente diferenciado en la red como un producto nativo de ella.

Quisiera terminar ese peque–o intento por acercarse al discurso de los blogs haciendo un brev’simo apunte sobre la tendencia clara que muestran sus autores a desarrollar en ellos un contenido de tipo m‡s bien personal y autobiogr‡fico, y sobre el tipo de archivo que esta pr‡ctica de escritura est‡ comenzando a formar.

Cuando los blogs comenzaron a identificarse como un tipo de escritura en auge, se pens— que Žstos vendr’an a conformar un sustituto para algunas formas de periodismo, pues la visi—n global que puede aportar la actualizaci—n personal y masiva de opiniones sobre un tema determinado es, potencialmente, una fuente de informaci—n valios’sima y mucho m‡s din‡mica que la que puede aportar cualquier agencia de noticias o peri—dico. Esta visi—n se vio acentuada porque el desarrollo de los blogs coincidi— en algœn punto con el fen—meno de informaci—n que sobrevino a los atentados del 11 de septiembre del a–o 2001. Sin embargo, gracias a los trabajos de an‡lisis de las tendencias tem‡ticas de los blogs, como los de Lenhardt y Fox o aquel desarrollado por la School of Library and Information Science de la Universidad de Indiana, hoy en d’a sabemos que, entre todas sus posibilidades,  los blogs son utilizados, en su inmensa mayor’a, como un espacio en el que se escribe acerca de experiencias y pensamientos personales con una marcada tendencia autobiogr‡fica. Esto nos lleva a considerar que los blogs est‡n conformando actualmente un impresionante corpus de memoria colectiva a partir de la escritura personal, y que sin duda ese corpus creciente se ir‡ consolidando como el mayor archivo de escritura popular y de experiencias autobiogr‡ficas que haya existido jam‡s.

ÀPero quŽ tipo de archivo es el que este gŽnero electr—nico est‡ conformando? ÀCu‡l es su lugar dentro de la historia de la cultura escrita? ÀPodemos encontrar en las caracter’sticas de ese archivo alguna explicaci—n para la tendencia hacia la escritura personal y autobiogr‡fica que muestran los blogs? Me parece que es justamente en la conformaci—n de un nuevo archivo de la memoria en donde se encuentra uno de los aspectos m‡s innovadores y relevantes de los blogs, pues aunque de momento el blog est‡ lejos de ser un medio democr‡tico, el archivo que sus documentos han comenzado a formar s’ se ha liberado, en cierta manera, de un ancestral paradigma cultural de conservaci—n y exclusi—n de testimonios. Armando Petrucci ha explicado muy claramente c—mo Òla administraci—n del thesaurus de la memoria escrita de cada fase de la civilizaci—n humana siempre ha sido delegada por el poder soberano en operadores especializados y en instituciones de memoria, como los archivos, las bibliotecas y los museos, todos ellos organismos ligados incluso f’sicamente al poder central y a menudo (si no siempre) exclusivos y secretosÓ (Petrucci 1999: 291). Esa manera hist—rica de proceder lleva impl’cito que dentro de los mecanismos para la conservaci—n de cualquier testimonio hay siempre mecanismos de exclusi—n, pues la selecci—n y ordenamiento de los materiales conservados se ha hecho siempre con base en criterios que funcionan como el fundamento del conocimiento y la cultura. De esta manera, las instituciones encargadas conservan lo que se considera œtil o valioso, ya sea como informaci—n o como conocimiento. La existencia de los blogs, sin embargo, est‡ modificando este paradigma desde su base, pues el archivo que est‡n conformando no depende ya de esas instituciones de memoria vinculadas a un poder central, sino de operadores que son b‡sicamente ajenos a los discursos que se producen y que definen su eficacia por su potencial de acumulaci—n. As’, se est‡ comenzando a crear, por primera vez en la historia, un thesaurus de la memoria escrita que es de acceso libre desde cualquier posici—n equipada para tales efectos. La conformaci—n de ese nuevo archivo de la memoria colectiva, por otra parte, se hace mediante la introducci—n individual y directa de discursos personales a un flujo de informaci—n, y ese proceso de introducci—n carece de cualquier criterio de exclusi—n ajeno a quienes producen los discursos, lo cual provoca que el nuevo mecanismo funcione fuera de cualquier limitaci—n espacial y temporal, y, por lo tanto, un tanto apartado de nuestro modo habitual de concebir la pr‡ctica y los procesos de transmisi—n del saber.

Tal vez es en este mecanismo emergente para construir un nuevo thesaurus de la memoria en donde debemos buscar la respuesta a por quŽ los blogs tienen una tendencia tan marcada a utilizarse para relatar vivencias personales, pues en el tremendo mar de informaci—n que constituye ese archivo libre, la experiencia autobiogr‡fica e individual es una de las piezas m‡s valiosas. Como individuos ÒtransitivosÓ que somos, ÀquŽ pieza de informaci—n m‡s valiosa que nuestra experiencia personal podemos aportar al saber y a la cultura de nuestro tiempo? La emergencia del archivo conformado por los blogs nos hace imaginar la reconstrucci—n de un lugar, perdido hace millones de a–os, en el cual es posible reencontrarse con la conciencia de todos los hombres. D’a con d’a, millones de usuarios de blogs lanzan al mar inform‡tico botellas con peque–as confesiones sobre su vida personal, y, como dijera sabiamente Mar’a Zambrano, es posible que lo hagan en espera de recobrar algœn para’so perdido.

 


Bibliograf’a citada

 

Castillo, Antinio, 2002. ÒDe la suscripci—n a la necesidad de escribirÓ, en: La conquista del alfabeto. Escritura y clases populares. Gij—n: Trea, pp. 21-51.

 

Herring, Susan C., Lois Ann Scheidt, Sabrina Bonus y Elijah Wright, 2003. ÒBridging the Gap: A Genre Analysis of WeblogsÓ (School of Library and Information Science Indiana University, Bloomington)

<http://www.ics.uci.edu/~jpd/classes/ics234cw04/herring.pdf>

 

Hourihan, Meg, 2002. ÒWhat We're Doing When We BlogÓ

<http://www.oreillynet.com/pub/a/javascript/2002/06/13/megnut.html>

 

Lejeune, Phillipe, 1999. ÒThe Practice of the Private Journal: Chronicle of an Investigation (1986-1998)Ó, en: Marginal voices, marginal forms diaries in european literature and history. Rachael Langford y Russell West eds. Amsterdam: Rodopi, pp. 185-211.

 

Lenhart, Amanda y Susannah Fox, 2006. ÒBloggers. A portrait of the internetÕs new storytellersÓ.

<http://www.pewinternet.org/pdfs/PIP%20Bloggers%20Report%20July%2019%202006.pdf>

 

Petrucci, Armando, 1999. Alfabetismo, escritura, sociedad. Juan Carlos Gentile Vitale tr. Barcelona: Gedisa.

 



[1] Puede consultarse una cifra actualizada de esta informaci—n, as’ como estad’sticas sobre idioma, distribuci—n geogr‡fica y lugares de alojamiento de los blogs, acudiendo a la p‡gina de NITLE Blog Census: http://www.blogcensus.net/.

 

[2] VŽase tambiŽn sobre este punto el interesante art’culo de Herring, Scheidt, Bonus y Wright, ÒBridging the Gap: A Genre Analysis of WeblogsÓ, 2003, pp. 3ss.