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Álvarez Martínez, Teresa. Sobre : Safiatou Amadou y José Manuel Pedrosa. Cuentos Maravillosos de las orillas del río Níger. Tradiciones orales del pueblo djerma-songay. Madrid: Miraguano (Libros de los malos tiempos), 2005. 279 páginas. Culturas Populares. Revista Electrónica 2 (mayo-agosto 2006). http://www.culturaspopulares.org/textos2/notas/alvarez.htm ISSN: 1886-5623 |
Safiatou Amadou y
José Manuel Pedrosa. Cuentos Maravillosos de las orillas del río Níger. Tradiciones
orales del pueblo djerma-songay. Madrid:
Miraguano (Libros de los malos tiempos), 2005. 279 páginas
Los Cuentos Maravillosos de las orillas del río Níger publicados por Safiatou Amadou y José Manuel Pedrosa en Miraguano Ediciones son un reflejo, como expresa su editor, de “la cultura tradicional de un pueblo cuyo modo de expresión esencial, un siglo tras otro, ha sido esa voz que ahora prolonga su vida en la escritura” (p. 12). Estas voces, fijadas en el tiempo a través de la escritura, constituyen una pequeña representación de un patrimonio cultural mucho más amplio, el de la tradición oral de la etnia djerma-songay, pueblo de agricultores sedentarios afincados desde el siglo VII en las orillas del Níger. Las palabras que se reúnen en este libro son “palabras que los djerma-songay pronunciaron con su acento propio pero que otros pueblos relatan con el acento de otros lugares, haciendo justicia a lo que de forma más profunda y auténtica caracteriza a los cuentos: el ser de cada uno y el ser de todos, el no ser en exclusiva de nadie” (p. 16). No podríamos encontrar una definición más acertada de la universalidad del cuento que la que nos ofrece el propio J.M.Pedrosa en su excelente prólogo, en el que encontramos un minucioso estudio de los relatos desde el punto de vista de la Literatura Comparada. El trabajo preliminar aporta al lector una idea certera del mestizaje entre culturas y tradiciones y, al mismo tiempo, contribuye a demostrar que“bajo los tonos distintos de nuestra piel y los registros diferentes de nuestras lenguas, laten culturas, pensamientos, sentimientos y emociones más parecidos y cercanos de lo que mucha gente está dispuesta a creer” (p. 13)
J.M. Pedrosa ejemplifica las anteriores afirmaciones a través de sugerentes paralelismos entre cuentos, motivos, leyendas y tradiciones recogidas del acerbo cultural de los djerma-songay y otros textos extraídos de diferentes tradiciones de todo el mundo. Desde el cuento “Del galápago et del Ximio”, recogido en el Calila et Dimna por el rey Sabio, hasta relatos del Soushenji, la gran compilación de cuentos chinos realizada por Gao Bao en el siglo IV, pasando por pasajes del Ricardo III de William Shakespeare o del Persiles y Segismunda de Miguel de Cervantes.
Especialmente sorprendentes y atractivos resultan las analogías de las leyendas y supersticiones de los djerma-songay con otras mucho más cercanas a nuestra tradición. Por ejemplo, las leyendas número 74 y 75, recogidas directamente por Safiatou Amadou de boca de su madre, tituladas “La aparición protectora en medio de la noche” tienen una motivación parecida a la leyenda urbana contemporánea de “La autoestopista fantasma”, compilada por el propio J.M. Pedrosa en La autoestopista fantasma y otras leyendas urbanas (Madrid: Páginas de espuma, 2004). Otras similitudes llamativas aparecen al comparar los textos con supersticiones populares andaluzas recogidas por Alejandro Guichot y Sierra[1] o por el emblemático etnólogo Julio Caro Baroja[2].
J.M. Pedrosa cierra su exhaustivo prólogo con la alusión a una serie de creencias relativas al ciclo de la vida - concepción, embarazo, nacimiento y muerte - extraídas igualmente de la tradición djerma-songay. Dichas creencias, como demuestra Pedrosa, cuentan con numerosas variantes atestiguadas en la geografía nacional a través de la Encuesta promovida en toda España por el Ateneo de Madrid entre los años 1901 y 1902. Los datos en torno a “Vaticinios respecto al sexo y cómo se hacen. Creencias acerca de la influencia del año, mes, día y hora y fase de la luna en que ocurra el nacimiento” coinciden asombrosamente con las creencias recogidas a orillas del río Níger. Como explica J.M. Pedrosa, “desde el momento de la concepción hasta el momento de la muerte, la vida de los djerma-songay de Níger se halla rodeada de magias, de maravillas, de hechizos, de pequeños milagros (...) palabras con las que los djerma-songay intentan interpretar los avatares de la vida y de la muerte, los misterios que rodean a los hombres y mujeres de la sabana, inmersos en un mundo al mismo tiempo peligroso y paradisíaco, precario para los individuos y perdurable para los hombres” (p. 73). Los lectores comprobarán que estos “avatares de la vida y de la muerte” son comunes a toda la humanidad y permanecen insertos en la imaginación y creencias de todos los pueblos superando distancias geográficas y temporales.
Los ochenta relatos que recopila el libro incluyen una serie de cuentos etiológicos protagonizados en su mayoría por animales, un grupo central de relatos de magia más extensos con personajes humanos y un conjunto final de textos más breves que desarrollan diferentes prohibiciones, creencias y leyendas de los djerma-songay.
En los primeros relatos del libro podemos descubrir cómo el cielo se alejó de la tierra por culpa de una mujer curiosa que infringe la prohibición de majar el grano, que el arco iris es en realidad una serpiente-genio que sube al cielo para beberse el agua de la lluvia o de dónde provienen las características distintivas de los animales de la sabana. El lector podrá seguir igualmente las peripecias de los diferentes animales “tipo” de los cuentos africanos, que enseñan al oyente cómo la inteligencia triunfa siempre por encima del tamaño y la fuerza. De este modo la astuta tortuga, a pesar de su lentitud, podrá vencer siempre a sus contrincantes y la liebre, el animal más sagaz de la sabana, consigue engañar a la pantera, al elefante y al león y obtener la mano de una hermosa princesa.
Los
relatos centrales comprenden hermosos cuentos de magia como “La joven de
mantequilla que se derritió al freír sésamo”, una
singular narración que pone de relieve la importancia de la maternidad dentro
de la tradición africana desarrollando el siguiente argumento: una anciana
señora sin hijos encuentra un día una hermosa muchacha barriendo su casa, la
joven “le explicó que ella no era sino la mantequilla que tenía guardada en
el “degara” de su casa, y que Dios, apiadado por la desesperación de la mujer
había dispuesto que aquella mantequilla se transformara en muchacha”. La mujer decide adoptar a la excepcional muchacha y darle el nombre
de Mantequillita:” Mantequillita
ayudaba a su madre en todas las tareas domésticas, excepto en la cocina,
ya que por ser de mantequilla, podría derretirse con sólo acercarse al fuego” (p. 181)
El cuento de “Los hermanos gemelos, la serpiente y el antílope” expone el tema del doble, de la fidelidad y del engaño a través de las aventuras de dos hermanos gemelos que vencen dos terribles maldiciones. El motivo de la identificación del vencedor por medio de un zapato olvidado, que reproducimos a continuación, nos recuerda inevitablemente al cuento europeo de Cenicienta y es otra muestra de la universalidad de los motivos folklóricos: “ El muchacho dejó a propósito allí uno de sus zapatos y la funda de su espada, y fue a alojarse a casa de una vieja que vivía apartada del pueblo.(...)Todos los muchachos del pueblo hicieron la prueba del zapato y de la funda de la espada, pero a ninguno les quedó bien el zapato, ni se ajustaron sus espadas a la funda.” (p. 192) . En el relato siguiente “El niño que venció al diablo y se supo gracias a su zapato” se incluye el mismo motivo de reconocimiento del héroe mediante un objeto olvidado a propósito.
El cuento número 37, “La princesa que se casó con una serpiente de setecientos años”, a nuestro juicio uno de los más bellos, integra el difundido tópico universal del tabú de mirar al esposo sobrenatural, que una vez roto, origina la huida del cónyuge maravilloso. La comparación de los
motivos de este relato con los de la historia de Psique y Cupido, relatada por Apuleyo en su conocida novela Asinus Aureus, puede ser muy útil, como afirma J.M. Pedrosa en su prólogo,
“ para que podamos hacernos una idea de las complejas posibilidades combinatorias de las piezas que constituyen el engranaje narrativo de los cuentos, y también de las muchas y variadas opciones de análisis que nos ofrece este repertorio de relatos djerma-songay” (p. 31).
El grupo final de textos relativos a supersticiones y leyendas, algunas de ellas protagonizadas por parientes cercanos de Safiatou Amadou, son un interesantísimo conjunto en el que se mezclan recomendaciones para facilitar el parto, con advertencias sobre los “Atakurma” o duendes domésticos o recetas para prevenir el mal de ojo. Estos breves relatos, casi apuntes antropológicos, reflejan la esencia de una manera de vivir firmemente anclada en la tradición y sus creencias. En estas páginas finales, y como muestra de la vitalidad del relato oral en el África actual, se incluye una leyenda urbana que circulaba por Niamey en la década de 1980 titulada “La señora pezuñas, que mataba a los taxistas”.
Los ochenta cuentos maravillosos de las orillas del río Níger, a los que hemos intentado acercarnos brevemente, han sido directamente recolectados y traducidos al castellano por Safiatou Amadou a partir de los testimonios de distintos informantes del pueblo djerma-songay. En la mayoría de ellos es la propia Safiatou Amadou la fuente “original”del relato que saca a la luz los ecos de la memoria de su infancia y nos ofrece los recuerdos de los cuentos escuchados en su niñez durante las veladas transcurridas en Moumbena junto a su familia[3].Resulta emocionante imaginar que muchos de estos relatos provienen directamente de la experiencia vital de Safiatou Amadou. Es ella misma la que rememora en el prólogo: “Yo fui feliz en el regazo de mi abuelita Biba, que era la que casi siempre contaba los cuentos, y en la compañía de mis primos y primas, con quienes escuchaba. La mayoría de los cuentos que se recopilan en este libro son ecos de mi memoria recuerda de aquellos días” (p. 10). En este recorrido desde los recuerdos de una niña djerma-songay a la memoria universal de todos los pueblos los lectores tenemos la oportunidad de pasearnos, a través de un estilo sencillo y natural y, al mismo tiempo, cuidado y artístico, por las misteriosas y fascinantes tierras del río Níger y e introducirnos en esas veladas llenas de cuentos y de estrellas para escuchar por encima del hombro de los asistentes a los “griots”, depositarios últimos de la memoria íntima y colectiva de un pueblo.
[1] Supersticiones populares andaluzas, reed. Sevilla 1986
[2] Notas de viaje por Andalucía, en De etnología andaluza, ed. A. Carreira, Málaga: Diputación Provincial,1993
[3] Como en tantos otros pueblos de la sabana la agrupación de la familia durante la noche para iniciar el momento de los relatos incluye un concepto familiar muy extenso en el que se incluyen abuelos, tíos, primos, tío abuelos y, en general, allegados y amigos.