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Gonz‡lez Grueso, Fernando D. ÒUna torre de Babel: repertorio pluricultural de relatos registrado entre estudiantes de espa–ol en LondresÓ. Culturas Populares. Revista Electr—nica 1 (enero-abril 2006). http://www.culturaspopulares.org/textos%20I-1/articulos/GonzalezG.htm ISSN: 886-5623
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Una torre de Babel: repertorio pluricultural de relatos
registrado entre estudiantes de espa–ol en Londres
Fernando D.
Gonz‡lez Grueso
Desde hace tres a–os estoy trabajando en Londres como profesor de espa–ol, e
intentando completar los cursos del doctorado de Literatura Comparada en la
Universidad de Alcal‡ de Henares. Esta ardua tarea, ya que he de utilizar mis
vacaciones para ir a la universidad, tiene dos grandes recompensas: una, la
propia posibilidad de ense–ar mi lengua; dos, el entrar en contacto con gente
de alrededor de 260 nacionalidades. Es el caso, que mis alumnos son en su
mayor’a extranjeros no brit‡nicos, por lo que la peque–a colecci—n que se
presenta aqu’ abarca una gran variedad de influencias culturales.
La idea de recoger estos cuentos surgi— cuando
pensŽ en la pŽrdida de la ingente cantidad de textos que se piden como deberes
a los alumnos, y que nunca van a parar a ninguna parte, pues tras la doble
autocorrecci—n que tienen que realizar, ellos se deshacen de sus ÒtesorosÓ
pluriculturales. A ello se sum— la insinuaci—n del profesor JosŽ Manuel Pedrosa
de que siguiendo un mŽtodo se podr’a sacar partido a todo este caudal de informaci—n.
De ese modo, empecŽ a pedir a mis alumnos cuentos
orales explic‡ndoles la finalidad de este peque–o proyecto. Al estar todos
residiendo en el Reino Unido, no pod’a obligarles a escribir estos textos, ya
que las leyes de libertad individual son muy estrictas y los profesores e
investigadores se sienten impotentes a este respecto.
Durante el proceso, primero
ÒroguŽÓ a los estudiantes su participaci—n, coment‡ndoles las ventajas que
tendr’a escribir un cuento tambiŽn para ellos, ya que ser’a una tarea
extracurricular para mejorar su expresi—n escrita; despuŽs les di los
par‡metros a seguir, en inglŽs y espa–ol, durante la recolecci—n de cuentos,
que son a saber:
-
Cuento oral transmitido por
otra persona oralmente. Con esto hago referencia a que las personas que
contaran los cuentos a mis alumnos no pod’an haber le’do el cuento en ninguna
parte, sino que se los ten’an que haber transmitido unos terceros.
-
No importaba la lengua
original ni la intermediaria, pero el resultado final ten’a que presentarse en
espa–ol. De este modo, los alumnos ten’an que traducir de una lengua a otra, e
intentar expresar los contenidos y la forma oral en espa–ol. Como se podr‡
apreciar en algunos relatos, algunos se exceden en el intento de expresar la
oralidad y otros no lo intentan.
-
La extensi—n deb’a ser de 300
palabras.
-
En una introducci—n a los
cuentos, deb’an escribir su nombre, edad y lugar de origen, y el de la persona
informante. A eso deb’an a–adir el nivel de espa–ol en el que se encontraban,
la lengua medi‡tica entre el informante primero y el estudiante, y las
circunstancias de recogida del cuento, tales como el lugar y el momento. Esto
ten’a un valor pedag—gico a–adido, puesto que quer’a analizar el uso de los
diferentes tiempos verbales en combinaci—n.
Recog’ los relatos de forma
manuscrita o me los enviaron por correo electr—nico, aunque Žste fue el recurso
menos usado. En la mayor’a de los casos, los datos referidos antes que deb’an
acompa–ar al cuento estaban detallados de forma esquem‡tica, por lo que obviŽ
su trascripci—n al no aportar nada, ni lingŸ’stica ni pedag—gicamente. En el
supuesto de que un alumno me ofreciera esa informaci—n como parte del relato,
lo trascrib’ y repet’ la informaci—n en los espacios predeterminados para ello.
DespuŽs, en el proceso de trascripci—n, eliminŽ
los errores puramente ortogr‡ficos y dejŽ el resto, para no alterar el texto. A
eso hay que a–adir que en los casos de partes parcialmente incomprensibles para
el lector, escrib’ entre parŽntesis lo que quer’a decir el estudiante.
Si se examinan los resultados, se encuentra que son sorprendentes, a pesar de
la baja participaci—n: As’, aunque ped’ participar en el proyecto a un total de
131 estudiantes, tan s—lo presentaron resultados 40, y de ellos, tuve que
desechar 12, o porque los escritos no ten’an ninguna relaci—n con los objetivos
que expuse, o porque se trataba de redacciones que reproduc’an textos fijados
en la escritura o el cine[1].
De este modo, adem‡s de ser un material muy valioso desde el punto de vista de
la ense–anza del espa–ol como lengua extranjera, al poderse analizar los
errores producidos por las interferencias con las diversas lenguas, o al caber
hacer tambiŽn una reflexi—n sobre los sistemas de evaluaci—n y clasificaci—n
del alumnado; es interesante observar que a pesar de haber pedido ÒcuentosÓ,
recog’ una gran variedad de textos, que he clasificado en ÒleyendasÓ,
ÒcuentosÓ, ÒmitosÓ y Òhabladur’asÓ, siendo el œltimo un grupo muy
controvertido, pero en el que se albergan 4 relatos que no pueden ser
clasificados dentro de los otros tres tipos cl‡sicos[2]. Junto a esto, debo rese–ar la gran
variedad de culturas retratadas en los relatos, incluso si el informante
intermedio no pertenece a ellas.
Tras esta breve introducci—n, paso a exponer los textos recogidos no sin antes
ofrecer mi m‡s profundo agradecimiento a todos los estudiantes que han aportado
sus recuerdos y su esfuerzo a este proyecto.
Leyendas (11)
LEYENDA URBANA DE TAILANDIA
1 Informante intermediario
Nombre: Mark
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel: Superior
Informante original
Nombre: Un amigo
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Inglaterra
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Inglaterra
Lengua original: InglŽs
ÒUn amigo me cont— lo siguiente. Un amigo suyo es
hombre de negocios y viaja mucho. Se quedaba en un hotel en Bangkok donde se
encontr— con una mujer guap’sima quien le ofreci— comprar una copa en el bar.
Acept— la oferta y se acuerda nada m‡s hasta que se despert— en la ba–era que
estaba llena de hielo. Al lado de la ba–era estaba un taburete sobre el que
estaban un telŽfono y una nota orden‡ndole que no se mueva y que llame a la
polic’a.
La operadora de polic’a contesta y le pidi— que
toque muy suavemente su espalda inferior para encontrar un tubo. El viajero
encontr— el tubo y dijo s’ a la operadora. Ella le pidi— que no se mueva, y le
asegur— que una ambulancia ya hab’a sido mandada. Le robaron el ri–—n.Ó
LEYENDAS GUATEMALTECAS
2, 3, 4 Informante intermediario
Nombre: Helen Yaffe
Edad: 27
a–os
Lugar de origen: Londres, Inglaterra
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: Un amigo suyo, a Žl se lo cont— una colega
suya
Edad: 38 a–os
Lugar de origen: Guatemala
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Un bar en Guatemala
Lengua original: Espa–ol
ÒNo recuerdo del hombre que mi cont— (una colega
de un amigo m’o Guatemalteco que conozco de la universidad en Londres).
Su edad fue m‡s o menos 38 a–os.
Me lo cont— en un bar un la cuidad de Guatemala.
Este hombre es antrop—logo y su especialidad es un
grupo de ind’genas quienes viven en la norte-este del Guatemala y tienen su
propia idioma. Este antrop—logo ha estudiado este mismo grupo Žtnico por 13
a–os y ha pasado mucho tiempo viviendo con los y hab’a aprendido su lengua.
--------------------
La guerra civil en Guatemala comenzaba el a–o 1960
y terminaba en 1996 con los acuerdos de paz entre las guerrillas
revolucionarios y el gobierno. Durantes estos a–os 200,000 de guatemaltecos se
murieron. Pr‡cticamente cada guatemalteco a travŽs el pa’s hab’an sufrido de
alguna que otra manera. Los que sufrieron peor fueron las ind’genas de la
regi—n monta–osa del norte de Guatemala. La mayor’a de las guerrillas revolucionarias
fueron campesinos ind’genas pertenecido a esta regi—n.
Hay tres mitos que el antrop—logo me cont— en
cuanto a las fuerzas guerrilleros cuales ya se hizo leyendas tradicionales. La
primera es que las guerrilleras pudieran volvŽrselas a perros blancos que
representan bueno suerte por las ind’genas. Los perros negros, que representan
malo suerte, fueran los militares.
La segunda es que las combatientes guerrillas
pudieran salto en el lago a aparecer en Canad‡, donde estuvieran fuera de
peligro.
La tercera leyenda trata de un incidente en que
los militares capturaron un grupo de las guerrillas quienes les obligaron a
entre un agujero en la tierra, de que fue imposible a escapar, hasta que
regresan los militares el d’a siguiente para torturarlos antes a asesinar. Pero
cuando regresaron por la ma–ana pr—xima los guerrilleros han sido desaparecido
completamente y un ‡rbol grand’simo ha crecido arriba de la tierra muy abajo en
el agujero a asistir las guerrillas subir y escapar.
LEYENDA INGLESA DE FANTASMAS
5 Informante intermediario
Nombre: Mauro Fasti
Edad: 34
Lugar de origen: Italia
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: Marisa Fern‡ndez çlvarez
Edad: 33
Lugar de origen: Espa–a
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: En un pub en Wembley, el 13 de noviembre de 2004, Inglaterra. A
ella se lo cont— Stephen Barnfield (Bristol-Inglaterra) durante un fin de
semana en Cornualles
Lengua original: InglŽs
ÒEn un pueblo en Cornualles, una
pareja con un bebeÕ alquiloÕ una casa muy grande para pasar las vacaciones. El
due–o de la casa les ense–— las habitaciones y entre ellas hab’a una cerrada.
El due–o les advirti— que nunca se atrevieran a abrir aquella puerta porque
algo muy espantoso hab’a ocurrido muchos a–os atr‡s y desde entonces la hab’an
dejado cerrada para que nadie entrara. La pareja se qued— muy curiosa pero al
mismo tiempo escŽptica y atribu’ esa creencia a superstici—n. De modo que en
vez que asustarse pediron al due–o que les dejara tambiŽn las llaves por aquella
puerta.
Cuando el due–o se fue, ellos pusieron la cuna del
bebŽ en la habitaci—n y el bebŽ se qued— dormido en ella. La cuna estaba
protegida por una red met‡lica muy alta para impedir que el bebe se cayera.
Cuando los padres se fueron en el comedor y empezaron a desayunar oyeron un
ruido muy fuerte, como un golpe en el suelo de la habitaci—n donde el ni–o
estaba durmiendo. Se precipitaron arriba para controlar que todo estuviera bien
y cuando apriron la puerta encontraron el ni–o que segu’a dormiendo en el
centro de la habitaci—n, como si una fuerza ajena lo hubiera levantado.
Entonces lo pusieron de nuevo en la cuna y se fueron otra vez. A mitad de la
cena oyeron otra vez el golpe que proced’a de la habitaci—n arriba y en el
abrir la puerta encontraron el bebŽ en el mismo lugar de antes, dormido.
Entonces decidieron de llevar la cuna en otra habitaci—n donde pusieron el bebe
a dormir y all’ el bebŽ sigui— dormiendo sin que le ocurriera nada.
LEYENDA URBANA ESPA„OLA
6 Informante intermediario
Nombre: Mauro Fasti
Edad: 34
Lugar de origen: Italia
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: Marisa Fern‡ndez çlvarez
Edad: 33
Lugar de origen: Espa–a
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: En un pub en Wembley, el 13 de noviembre de 2004, Inglaterra.
Lengua original: Espa–ol
ÒEn un lugar en Espa–a hay una carretera donde la
gente suele conducir muy r‡pidamente, especialmente los forasteros. Una noche,
al lado de la carretera una joven andaba despacio y se–alaba a los coches para
que la llevaran a su destino. Un hombre se par— con su coche y la hizo subir.
La joven se sent— en el coche al lado del conductor y se qued‡ndose muy
callada, limit‡ndose a decir su nombre, su edad y el sitio donde necesitaba ir.
A mitad del camino y en proximidad de una curva muy estrecha la joven de
repente empez— a gritar Òcuidado, cuidado, disminuya la velocidadÓ, cubriŽndose
la cara con las manos, llorando y sollozando como si estuviera viendo algo
terrible. Fue entonces cuando el conductor se dio cuenta de que hab’a una curva
muy peligrosa y por consiguiente levanto el pie del acelerador as’ que pudo
superar la curva sin ningœn riesgo. Pero cuando dio la vuelta hacia el lado
donde estaba la joven, fue Žl a lanzar un grito de horror en el darse cuenta de
que ella hab’a desaparecido sin dejar ninguna traza. El d’a siguiente en el
contar lo que le hab’a pasado a los habitantes del pueblo cercano, ellos le
referieron que en aquel punto hace mucho a–os una joven se hab’a muerto en un
accidente con toda su familia y que desde entonces muchos conductores hab’an
sido salvado por una criatura que aparec’a en la noche para desaparecer despuŽs
aquella curva.
LEYENDA CHINA
7 Informante intermediario
Nombre: Delphine Jarraud
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: Lan Chun
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Taiw‡n
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: En el 2003 cuando fue a visitarla
Lengua original: InglŽs
ÒMe llamo Delphine, soy inglesa y vivo en
Stevenage.
Mi informante se llama Lan Chun, es de Taiw‡n y me
cuento esta leyenda el a–o pasado cuando vino a Europa para visitarme. Era
durante el festival de la Luna.
Hace muchos miles de a–os, Chang Er y su marido
Hou Yi estaban viviendo en el bosque juntos y felices. En ese tiempo, la Tierra
no ten’a un sol, sino diez. Todos los soles eran buenos amigos y cada uno ten’a
su d’a para iluminar la Tierra. Pero Chan Er era una chica muy guapa y todos
los soles se enamoraban de ella y quer’an iluminar la Tierra para ella. Un d’a
discutieron para saber cual sol Chang Er prefer’a. La discusi—n termin— mal y
todos empezaron a iluminar la Tierra al mismo tiempo. A Chang Er y a Hou Yi les
gustaban los veranos con mucho sol relajando a la playa. Pero con diez soles,
hab’a demasiado calor y Dhang Er se quem— el piel. Por eso, Hou Yi, el mejor
cazador del pa’s, se enfad— y mat— nueve de los soles con las flezhas de su
arco. Chang Er dijo a Hou Yi que Žl era su hŽroe. El d’a siguiente, Dios invit—
a Hou Yi y a Chang Er a tomar el tŽ con Žl para darles las gracias por salvar
la Tierra y sus habitantes de los soles locos. Chang Er vio que Dios ten’a un
frasco muy hermoso sobre la mesa. El frasco ten’a una etiqueta con Òelixir de
la vidaÓ escrito. No pudo resistir y cuando Dios no estaba mirando, puso un
poquito del contenido del frasco en su tŽ. DespuŽs de beber, empez— a flotar
hasta la Luna. De repente, Hou Yi intentaba salvar su esposa pero no lo logr—.
Un d’a la vio bailar como una diosa all’ y realiz—
que hasta el fin de la eternidad, podr’a ver su esposa cada noche bailar por Žl
y la quer’a con toda su alma. Desde este momento, cada a–o a este Žpoca, la
gente hace un festival de la Luna para celebrar el amor que los dos ten’an por
el otro.Ó
LEYENDA ESCOCESA
8 Informante intermediario
Nombre: Gerard Davies
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Escocia
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: Un conocido escocŽs
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Escocia
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: No recuerda
Lengua original: InglŽs
ÒRoberto el Bruce.
Un escocŽs antes de un partido de rugby, muy
importante en al competici—n de los cinco pa’ses me cont— esta historia. Inglaterra
ha ganado su cuarto partido contra otros pa’ses, pero Escocia no ha ganado
nunca a suya. En esta partido, si Inglaterra gana, ganar’a la copa del
competici—n.
En una ocasi—n, en el a–o 1314, Roberto el Bruce
(Roberto I de Escocia), rey de Escocia, estaba sentando en una cueva en la
monta–a. Estaba miserable y tuvo una depresi—n tremendo, porque por otro vez
los escoceses hab’an perdido una gran batalla luchando contra los ingleses,
conducido por Eduardo II. Eduardo ha invadido Escocia para proteger su
patrimonio. Roberto quer’a liberar su pa’s de la opresi—n de los ingleses pero,
Àc—mo hacerlo? Pareci— ser imposible. Hab’a luchado muchas batallas contra los
ingleses pero las hab’a perdido todos. Pens— que ese era el momento para
terminar su intentos para reganar su trono.
Mientras tanto en la cueva una ara–a constru’a una
red y necesitaba montar su cuerda hasta el techo de la cueva. Intent— subir
muchas veces pero cada vez no lo consegu’a a causa del viento, la lluvia y el
dedo del rey. Finalmente, despuŽs de mucho tiempo, la ara–a porfiada lo logr— y
subi— por su cuerda. El rey vio el trabajo de la ara–a y le inspir—.
Al d’a siguiente a Bannockburn el rey reform— sus
tropas y lucharon una batalla encarnizada contra los ingleses y ganaron la
independencia de Escocia. DespuŽs Eduardo fue deponido para su mujer Isabella y
su amante Roger Mortimer. El pobre Eduardo muri— en la c‡rcel pero esa es otra
historia.
En el rugby, los escoceses jugaron como demonios y
lograron un famoso triunfo. Inglaterra perdi— el partido y la copa. Entonces,
lo que quisimos era meter a los jugadores ingleses en el c‡rcel de Eduardo.Ó
LEYENDA INGLESA
9 Informante intermediario
Nombre: Sarah
Edad: m‡s de 30 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel:
Avanzado
Informante original
Nombre: Jules (novio)
Edad: M‡s de 30 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: No lo refiere
Lengua original: InglŽs
ÒMe ha dicho que hay una cueva que se llama Òla
cueva de la Vieja Madre ShinptonÓ, en Yorkshire, en el norte de Inglaterra. La
gente cre’a que ella era una bruja, pero la verdad era que ella era una
adivina. Ella escrib’a los poemas y cada uno ten’a una profec’a (Ám‡s o menos
como el Nostradamus de Yorkshire!) Muchas de sus visiones se realizaron durante
su vida, y otros en los siglos siguientes. Por ejemplo, el Gran Fuego de
LondresÉÉ.. Áy su propia muerte!
Jules no podr’a recordar mucho m‡s de su cuento de
hadas, s—lo que hay tambiŽn un Òlago de piedraÓ cerca de la cueva, Áeso es decir
que si pones algo en el lago se pone de piedra! Hay algunas cosas en el lago,
como las mu–ecas, que hab’an estado en el lago m‡s de ciento a–os, y ellos
tienen la apariencia de piedra. La realidad es que hay algo como ÒlimescaleÓ
(no sŽ la palabra en espa–ol) en el agua, y por eso si dejas algo en el lagoÉÓ
LEYENDA INGLESA
10 Informante intermediario
Nombre: Mairi Brown
Edad: m‡s de 30 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel:
Avanzado
Informante original
Nombre: John (abuelo)
Edad: M‡s de 30 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: En el jard’n de la casa de su abuelo, en primavera, en la costa
noroeste de Inglaterra. Con seis a–os de edad.
Lengua original: inglŽs
- ÒMira ni–a,- dijo Žl, - Àtœ no conoces la
historia de la bruja de la tormenta?
- ÀQuŽ quiere decir abuelo, de quŽ habla?-
PreguntŽ yo.
- La bruja que controlaba el viento, -
respondi— el viejo.- Ella se pon’a encima de esta piedra, all‡ arriba, y
vendaba los vientos a los marineros.
- ÀLos vendaba?- Yo no pod’a creer lo que
o’a.
- Los marineros compraban cualquier viento
que ellos necesitaban, segœn donde se quer’an ir. Si tœ pidieras un viento
hacia el este, ella encantar’a un hechizo y de repente el viento comenzar’a, y
la deber’as pagar. O sea, ella no controlaba el tiempo, pero pod’a cambiar la
direcci—n del viento. A verÉ un d’a un marinero pedi— un viento como esto, pero
cuando comenz— no quer’a pagar, y Žl dijo que el viento hubo estado en punto de
comenzar. As’ la bruja le dej— zarpar, y cuando Žl estaba bastante lejano de la
orilla, ella par— el viento, tirando el barco hasta la orilla de nuevo.
- ÀY quŽ sucedi— abuelo? – Yo ya supe
la respuesta terrible.
- El barco naufrag—É y nadie se ve’an el
marinero por ningœn parte desde aquella noche. – ƒl hab’a empezado de
hablar en voz baja.
- Ahora durante la noche, se dice que puede
o’r los barcos estrellando contra los riscos y los gritos de los marineros; es
decir de ellos que no pagaron la bruja.- Entonces mi abuelo se ech— a re’r,
pero yo no pod’a dormir la semana entera hasta que nosotros volvieron a la
ciudad.Ó
LEYENDA/CUENTO DE IRLANDA
11 Informante intermediario
Nombre: Claire Smedley
Edad: m‡s de 25 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel:
Avanzado
Informante original
Nombre: Helen
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Derry, en el norte de Irlanda
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: En un paseo por un lago. A Helen le cont— el cuento su padre
cuando era ni–a.
Òƒrase una vez, hace muchos a–os, un rey que ten’a
cuatro hijos que amaba much’simo. Su madre hab’a muerto unos a–os antes,
entonces decidi— volver a casarse para que sus hijos tengan una madre. Pero la
nueva reina era tan celosa de los ni–os que pidi— prestado una varita m‡gica
druida.
Un d’a transform— a los ni–os en cisnes, diciendo
que recobrar’an su forma humana cuando San Patricio llegar’a en Irlanda. La
mala reina, la mat— una huelga (rayo) rel‡mpago. El rey nunca volvi— a casarse
y toda su vida continu— triste y solitario, ignorando quŽ hab’a sido de sus
hijos. Para consolarse, sol’a dar de comer a los cuatro cisnes que esperaban
cada d’a su visita al lago del palacio. Admiraba mucho sus plumajes, blancos
esplŽndidos.
DespuŽs de la muerte del rey, los cisnes pasaron
300 a–os en el Lago Davra, 300 a–os en el Mar de Moyle y 300 a–os en el Lago
Neath. Por fin oyeron las primeras campanas cristianas y emprendieron el vuelo hasta
el punto donde desembarc— el santo. San Patricio les bendijo y se hicieron
humanos. Pero no les qued— mucho tiempo para disfrutar de sus dotados
recobrados: como ten’an m‡s que 900 a–os, murieron todos pocos meses despuŽs. Ò
Cuentos (9)
CUENTO RUSO
12 Informante intermediario
Nombre: David M.
Edad: No la
refiere
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: No recuerda
Edad: No recuerda
Lugar de origen: Rusia
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Rusia
Lengua original: Ruso
Òƒrase una vez un campesino dej— caer su hacha en
el r’o. No pudo hacer nada porque el r’o era demasiado profundo en aquel lugar.
Se sent— en la ribera y se puso a llorar. Lo oy— llorar una ondina buena que
tuvo l‡stima del pobre campesino. Le mostr— un hacha de oro y pregunt—: ÒÀEs la
tœa esta hacha?Ó ÒNo, no es la m’aÓ, respondi— el campesino. Pues la ondina le
se sac— otra hacha, de plata. ÒÀEs Žsta tu hacha?Ó ÒNo, no es la m’aÓ, contest—
el campesino. Entonces la ondina le mostr— un hacha simple, de acero. El
campesino declar—: ÒÁEse es mi hacha!Ó La ondina le dio las tres hachas en
reconocimiento de que hab’a dicho la verdad. Volvi— el campesino a casa y
empez— a contar lo que hab’a pasado. Otro campesino estaba escuchando el cuento
del primero, y se decidi— a hacer lo mismo. Llevando su hacha se fue al r’o y
la ech— en el agua. Se sent— en la ribera y fingi— llorar. Otra vez le oy— la
ondina y le mostr— un hacha de oro. El campesino viendo la esplŽndida hacha
grit—: ÒÁS’ es la m’aÓ. Pero la ondina dijo: ÒTœ eres mentirosoÓ, y
desapareci—. As’ el campesino no recibi— nada, y adem‡s hab’a perdido su propia
hacha por una mentira.Ó
CUENTO RUSO
13 Informante intermediario
Nombre: David M.
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: No recuerda
Edad: No recuerda
Lugar de origen: Rusia
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Rusia
Lengua original: Ruso
ÒDos amigos, un viejo y un chico, andaban por la
selva. Estaban caminando con alegr’a cuando de repente a un oso, que estaba
andando hacia ellos. ÀQuŽ hacer? ÀA d—nde huir? El joven se fue corriendo y
subi— a un ‡rbol y no ayud— nada a su compa–ero que, demasiado viejo para huir,
decidi— parar y remanecer en la sendera; se cay— al suelo y se fingi— muerto.
El oso se acerc— y empez— a hociquearle la cara, y
el viejo dej— de respirar. Crey— el oso que el viejo estaba muerto y volvi— a
la selva. Cuando el oso hab’a desaparecido, el ni–o baj— del ‡rbol y sonriendo
pregunt— al viejo: ÒÀPues, quŽ te dijo el oso?Ó ÒEs que me dijo: Te aconsejo no
ir con malas personas, que abandonan a los compa–eros en el tiempo de peligroÓ.
CUENTO URBANO/DE PUEBLO INGLƒS
14 Informante intermediario
Nombre: Mala Saye
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel: Intermedio
Informante original
Nombre: No lo recuerda
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Inglaterra
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Hace unos a–os, no recuerda exactamente
Lengua original: InglŽs
ÒUna vieja mujer vivi— en un pueblo.
Todos los ni–os pensaron que ella era como una
bruja. Todo el mundo creci— que ella era malvada y peligra. Los padres
aconsejaron los ni–os evitar la casa de la bruja.
Pero una d’a unos ni–os jugaban cerca de la casa
de la vieja. Una ni–a perdi— sua pelota en el jard’n de la casa.
La ni–a decidi— buscarlo.
Cuando ella era en el jard’n, la vieja espiaba la
ni–a y tom— la en la casa. La ni–a era asustado. La bruja se hab’a enojado.
Luego la ni–a vio un foto de un joven hombre muy
guapo.
ÀQuiŽn es? – Pedi— la ni–a.
La vieja comenzaba llorar y era muy triste. Y
tambiŽn la ni–a. La mujer dici— que el hombre era su primero y solo amor.
La ni–a lloraba con la mujer despuŽs la ni–a
visitaba la mujer y empezaron ser buenas amigas.Ó
CUENTO ALEMçN
15 Informante intermediario
Nombre: Jana Zaumseil
Edad: 18 a–os
Lugar de origen: Alemania
Nivel: Intermedio
Informante original
Nombre: No lo recuerda
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Alemania
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Hace unos a–os, no recuerda exactamente
Lengua original: Alem‡n
Òƒrase una vez una cama que no pudo dormirse y no
supo que tuvo que hacer. Era tarde y los muebles y objetos en el dormitorio
quisieron ayudarle y le dieron consejos.
El reloj de pared dijo: ÒBebe vino tinto, lo ayuda
siempre Ò. Y la cama verti— una botella de vino tinto en el edred—n. Pero
todav’a no pudo dormirse, y adem‡s, ahora tuvo manchas rojas por todas partes.
La silla proponi— que leche caliente es mejor. La cama lo prob— pero s—lo se
cald— y todav’a no se cansaba. La luna que miraba por la ventana y observaba
dijo: ÒPon tus piernas en agua fr’aÓ. La cama insomne puso sus piernas en
cuatro ollas con agua, sin embargo no pudo dormirse, s—lo era fr’a. La cama era
muy infeliz y lloraba.
En este momento el habitante volvi— y vio el
desorden en el dormitorio, la cama con manchas de vino y leche y las ollas con
agua que se cayeron.
Lav— la funda de edred—n y limpi— el agua en
suelo. Entonces se acost— y se dormi— en la cama feliz porque ahora la cama
pudo dormirse tambiŽn.Ó
CUENTO ESPA„OL
16 Informante intermediario
Nombre: Aleksandar Maričić
Edad: 29 a–os
Lugar de origen: Zagreb, Croacia
Nivel:
Avanzado
Informante original
Nombre: No lo refiere (amiga)
Edad: 30 a–os
Lugar de origen: Espa–a
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Londres
Lengua original: Espa–ol
Òƒrase una vez una mujer vieja que viv’a sola en
un peque–o pueblo. A esta mujer, que todos llamaban T’a Miseria, no le quedaba
nada en su vida salvo un gran peral. Le molestaban siempre los j—venes del
pueblo porque cada a–o tomaban todos sus peras. Un d’a un peregrino toco a su
puerta y le pidi— pasar una noche en su casa. T’a Miseria le dej— entrar.
Por la ma–ana, antes de partir, el peregrino dijo
a la vieja:
- Cualquier deseo tienes, lo voy a realizar.
- Solo un deseo tengo.- ContestŽ T’a
Miseria.
- D’melo que deseas, y ser‡ hecho.
- Deseo que si alguien sube a mi peral, que
no puede bajar sin mi permiso.
- Ser‡ como quieres,- dijo el peregrino, y
se fue.
En el pr—ximo oto–o, despuŽs de que las peras
hab’an aparecido en el peral, los ni–os vinieron tomerlos como siempre. Pero
apenas han subido al peral que han visto que no pudieron bajar.
La T’a Miseria les dŽ permiso de bajar antes de
que hab’an jurado nunca de regresar.
Algunos oto–os despuŽs, otro peregrino, que
parec’a muy viejo, toc— a su puerta. T’a Miseria le pidi— quŽ quiere:
- Soy el Muerte y he venido llevarte.
- Vale,- contest— la vieja mujer, - pero
dŽjame disfrutar una de mis peras por la œltima vez. Por favor, ponelo de este
peral porque soy muy dŽbil y o puedo hacerlo sola.
El Muerte subi— el peral y no puedo bajar. Y
pasaron algunos a–os sin muertos. MŽdicos, curas y enterradores protestaron
porque no pod’an practicar su profesi—n. Y tambiŽn hab’a mucha gente vieja que
se cansaron de su vida y quer’an morir.
T’a Miseria se compadezco a los todos y hice un
acuerdo con el Muerte: ella le dejarŽ bajar si Žl la deje vivir.
Y es por esto que en este mundo la T’a Miseria
siempre est‡ viviendo.Ó
CUENTO ESCOCƒS
17 Informante intermediario
Nombre: Kevin
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Escocia
Nivel:
Intermedio
Informante original
Nombre: Abuela
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Escocia
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Cuando era j—ven
Lengua original: InglŽs
ÒHace muchos a–os, cuando era j—ven, mi abuela nos
contaba una historia que pas— hace mucho tiempo.
Se trata de un hombre, Tam, y su mujer Kate. A Tam
le gustan las copas, tal vez demasiado, y a Kate no le gusta que Žl bebe
alcohol porque es muy religiosa. Cada vez que Tam visitaba el bar, Kate le
golpeaba con un rodillo. Eran pobres, viv’an en una peque–a granja al otro lado
del r’o y para viajar al pueblo se ten’a que cruzar un puente y pasar una
iglesia donde viv’a una bruja.
Una noche, despuŽs de un mal d’a, Tam fue al bar y
empez— a beber cervezas. Una hora m‡s tarde, Kate vino al bar y le dijo:
- Es hora de volver a casa, has bebido
suficiente por hoy.
- No quiero. Voy a beber m‡s. Soy el jefe y
voy a volver a casa cuando quiero. – Dijo Tam.
- Vale, vale. – Dijo Kate, - pero
acuŽrdate que esta casi oscuro y tienes que pasar la iglesia antes de
medianoche.
Tam no crey— en su mujer y en las historias de la
bruja. Tam estaba enfadado:
- Vete a casa y te verŽ m‡s tarde.
Tres horas m‡s tarde, Tam estaba un poco borracho
y se olvid— del tiempo.
- Creo que tengo que irme a casa. Es tarde.
Fuera del bar, Tam subi— a su caballo y lentamente
empez— el viaje a casa. Pronto Tam se acerc— al puente y oy— unos ruidos,
cuando mir— a la iglesia vio una vista muy horrible. Una bruja estaba corriendo
hacia Žl.
- Á Aaaaagh, m‡s r‡pido, m‡s r‡pido!, dijo a
su caballo.
Pero la bruja estaba muy cerca del caballo y
agarr— su cola. Tam mir— a la cara de la bruja y vio la cara de su mujer. Tiene
que ser el alcohol, pens— Tam. R‡pidamente, tom— su cuchillo y cort— la cola.
La bruja se cay— con la cola y Tam se escap—. Cuando lleg— a casa se fue a la
cama, pero no not— que su mujer estaba sonriendo en su dormir.Ó
CUENTO INGLƒS
18 Informante intermediario
Nombre: Laurence
Edad: m‡s de 25 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel:
Avanzado
Informante original
Nombre: (Madre)
Edad: M‡s de 30 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: En casa de sus padres, cuando ten’a 6 a–os.
Lengua original: InglŽs
Òƒrase una vez un ermita–o peque–o y viejo que
viv’a solo en el bosque. Sab’a muchas cosas œtiles pero no viv’a con alguien,
as’ que no pod’a compartir su gran sabidur’a. Un d’a decidi— ir a buscar un
aprendiz a quien le ense–ar’a su conocimiento.
El ermita–o puso un gran cartel fuera de la casa,
en el bosque, que dec’a: ÒUn ermita–o busca un aprendiz joven. Solicita en la
casa.Ó DespuŽs de unos d’as no hab’a ningœn candidato para el puesto. El
ermita–o estaba de pie fuera de su casa pensando que quiz‡s nadie quer’a ser su
aprendiz, cuando apareci— un gran oso. El oso mir— al cartel con mucho interŽs
durante unos minutos.
DespuŽs de un rato el ermita–o le dijo: Ò Noto que
est‡s leyendo mi cartel Oso. ÀQuisieras ser mi aprendiz y aprender muchas cosas
œtiles?Ó
El oso le contest—: ÒNo estoy leyendo ermita–o
porque no puedo leer. Estaba pensando que justo u cartel era muy interesante.
ÁS’, quisiera ser tu aprendiz!Ó
ÒBuenoÓ, dijo el ermita–o, Òvoy a ense–arte c—mo
leer adem‡s de otras cosas œtiles para vivir en el bosque.Ó
ÒFmooÓ, respondi— el oso, que era el sonido que
hac’a el oso cuando estaba muy contento.
Durante los siguientes meses, el ermita–o y el oso
viv’an juntos en la casa del ermita–o y llegaron a ser buenos amigos. El
ermita–o se dio cuenta r‡pidamente de que su compa–ero necesitaba aprender un
mont—n pero que ten’a mucho entusiasmo para aprender.
Un d’a el ermita–o le dijo al oso: ÒHoy te
ense–arŽ c—mo pescarÓ
ÒÁQuŽ ganas!Ó, respondi— el oso.
Los dos entraron el barco del ermita–o pero el oso
era tan grande para el peque–o barco que se hundi—. El oso parec’a muy
decepcionado.
ÒNo te preocupesÓ, el ermita–o dijo al oso, Òen
vez de pescar, te ense–arŽ c—mo subir a los ‡rboles.Ó
Escuchando esto, el oso estaba muy entusiasmado
otra vez.
ÒNo puedo esperar a subir un ‡rbolÓ, le dijo al
ermita–o.
Desgraciadamente, el ‡rbol que eligieron para
subir no era bastante fuerte para soportar el gran peso del oso y lo rompi—. El
oso y el ermita–o volvieron a casa esa tarde sintiendo muy decepcionados.
Ese d’a hab’a sido t’pico de las lecciones que el
ermita–o le daba al oso. El oso era muy agradable y ten’a mucho entusiasmo,
pero no muy dotado.
Esa noche, el ermita–o not— que su compa–ero
estaba muy triste.
Le pregunt— al oso: ÒÀQuŽ te pasa amigo
m’o?Ó
ÒErmita–o, estoy muy decepcionado porque no puedo
hacer muy bien las cosas que me ense–as, y no soy un buen aprendizÓ, dijo el
oso tristemente.
ÒNo es verdad OsoÓ, le contest— el ermita–o, Òeres
el mejor aprendiz que he tenido (el ermita–o no ha tenido nunca un aprendiz,
pero eso no era importante en ese tiempo), y esta noche te presento con un
certificado, para mostrar que a partir de ahora eres licenciado como un compa–ero
de ermita–os.Ó
El oso se sent’a como el oso m‡s contento del
bosque.
ÒFmooÉ hoy es el d’a m‡s feliz de mi vida, amigo
m’oÓ, dijo el oso y le abraz— al ermita–o.
El ermita–o estaba un poco sorprendido por el
abrazo, porque el oso era muy fuerte, pero los dos estaban muy contentos y
vivieron felices para siempre. ÒFmooÉÓ
CUENTO CENTROAFRICANO
19 Informante intermediario
Nombre: Fiona Costa
Edad: m‡s de 25 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel:
Avanzado
Informante original
Nombre: No lo refiere
Edad: No la refiere
Lugar de origen: çfrica Central
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: No lo refiere
ÒNo era muy a menudo que la tortuga y el ‡guila
encuentraban, porque el ‡guila pasaba sus d’as en las nubes, y la tortuga,
debajo de un arbusto. Sin embargo, cuando el ‡guila oy— que la tortuga era muy
amable fue a visitarle.
La familia de la tortuga era tan amable que el
‡guila volvi— muchas veces. Dijo: ÒHa, ha, yo puedo gozar de todo que tiene la
tortuga, pero no puede alcanzar mi copa en los ‡rboles.
Los animales del bosque comenzaron a charlar sobre
el ego’smo y la ingratitud del ‡guila.
El ‡guila y la rana no le cae bien porque el
‡guila siempre llevaba una rana a su casa para comer. Entonces la rana dijo:
ÒDŽme habas y le darŽ sabidur’a.Ó
Y despuŽs de comer dijo: ÒTortuga, la pr—xima vez
que le visita el ‡guila, diga, dŽme un calabaza, y enviarŽ el alimento a su
esposa y sus hijos tambiŽn.Ó
El ‡guila trajo una calabaza, goz— un banquete y
cuando se fue, dijo: ÒYo llamar‡ m‡s tarde para el regalo para mi esposa.Ó Y el
‡guila estaba riendo otra vez.
La rana lleg— y dijo: ÒAhora tortuga, consigue
(entra) en la calabaza. Su esposa le cubir‡ encima con el alimento fresco y el
‡guila le llevar‡ a su hogar en los ‡rboles.Ó
Muy pronto el ‡guila volvi—. La esposa de la
tortuga le dijo: ÒMi esposo no est‡ aqu’, pero dej— esta calabaza llenada con
alimento para tu familia.Ó
Y el ‡guila vol— con la calabaza, y otra vez
estaba riendo a la tortuga.
Cuando vaci— la calabaza, la tortuga apareci— y
dijo: ÒAmigo, me visito en mi casa muchas veces, y pensŽ que ser’a amable gozar
de la hospitalidad de Ud.Ó
El ‡guila era enfadado y dijo: ÒPicotearŽ la carne
se sus huesos.Ó Pero solamente hizo da–o a su pico contra la parte posterior
dura de la tortuga. La tortuga dijo: ÒPor favor, me toma el hogar (me lleva a
mi) porque nuestro pacto de la amistad est‡ terminado.Ó
Pero el ‡guila rechaz— y respondi—: ÒLe dejarŽ
caer a la traira (À?)
y va a morir.Ò Pero la tortuga mordi— la pierna del ‡guila.
ÒDŽjeme ir, deje mi pierna, deje mi piernaÓ, grit—
el gran p‡jaro. ÒLo harŽ cuando me llevar‡ a mi propio hogarÓ, dijo la tortuga.
Por fin, el ‡guila vol— arriba en las nubes y
volvi— al hogar de la tortuga.
Pues el ‡guila vol— lejos, la tortuga llam— despuŽs
de Žl: ÒAmistad requiere la contribuci—n de dos partidos. Le doy la bienvenida
y usted me da la bienvenida. Pero me ri— de m’ para mi hospitalidad. No me
llame otra vez.Ó
CUENTO MAORê
20 Informante intermediario
Nombre: Joanna Sprachett
Edad: 23 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel:
Intermedio
Informante original
Nombre: (madre)
Edad: 42 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Cree que el cuento se lo cont— su padre a su madre, pues Žl es de
Nueva Zelanda y el cuento es maor’. El momento es durante la recolecci—n de
cuentos.
Òƒrase una vez, en una tierra remota se llama
Aotearoa, un guerrero guapo se llama Tutanekai vivi—. Vivi— en la isla
ÒMakoniaÓ en el centro del lago se llama Rotonda, con sus hermanastros.
Todo estuvieron muy deseoso encontrar una esposa
hermosa y tener muchos ni–os.
Cercano, en el continente vivi— una mujer hermosa
se llama Hinemoa. Su padre fue un gran guerrero Yafue muy protector de Hinemoa.
Muchos otros gran guerreros vinieron para pedir su mano en matrimonia, pero
cada vez rechazaron la oferta de plano de su padre.
De vez a vez todo las tribus reunieron en lo
continente y en uno de estos reuniones, Tutanekai y Hinemoa vieron uno a otro.
Aunque no pudieron hablar con uno a otro fue amor a primera vista.
Tutanekai volvi— a su isla con la creencia que
Hinemoa fue el amor de su vida. Muchas veces Žl fue a la esquina aislado de la
isla para tocar el flauta traversa y para pasar la d’a so–ando con Hinemoa.
En la continente, Hinemoa escuch— la flauta
traversa y fue triste. No sabo que fue su amor distante quien tocando.
Algunos estaciones pasaron y finalmente Hinemoa y
Tutanekai buscaron tiempo para hablar y declarar sus amor una a otro.
Tutanekai quiso acercarse el padre de Hinemoa para
pedir su mano en matrimonia pero HInemoa suplic— a Tutanekai no hacer esta
porque fue espantada (ser’a rechazado por) que su padre.
Pero Tutanekai fue decidido y Žl hizo un proyecto.
ƒl dijo Hinemoa esperar hasta todo su tribu
durmieron y despuŽs ir a orilla del agua para encontrar una canoa y usar para
ir a travŽs el lago.
HInemoa fue muy nerviosa que (no pudo) encontrar
Tutanekai, pero Tutanekai le dijo Òescuchar por el sonido de la flauta donde
voy a estar esperando para tiÓ. DespuŽs Tutanekai tuvo que volver con su triba
a la isla.
En el primer noche sin luna, cuando su gente
durmi—, Hinemoa and— a gatas a la orilla del agua para encontrar una canoa.
Pero todas las canoas estuvieron demasiado lejos del agua y ella no tuvo la
fuerza para mover ellos.
Noche tras noche ella and— a gatas por la playa
pero siempre las canoas estuvieron demasiado lejos del lago. Cada noche ella
pude escuchar la flauta traversa de Tutanekai y por fin empez— desesperada.
Durante el d’a acumul— algunas calabazas y las encondi—.
Aquel noche at— las calabazas juntos para usar
como un flotador. Se apart— de la orilla en el lago oscuro. Comenz— remar hacia
la mœsica de la flauta traversa pero estuve muy lejos.
Ella estuve helada hasta los huesos y muy dŽbil y
(justo cuando pensaba) que tuvo que renunciar a la empresa, su pie estuve en
contacto con la tierra seca.
Ella and— en la isla, frio, desnuda (porque
desech— su capa antes se poner en camino) y tuvo mieda.
Cuando and— en la playa, la tierra empez— sentir
m‡s caliente y (se acord—) de gŽiseres cerca del casa. Dentro de poco encontr—
una charca hermosa, sulfurosa, con agua calor donde se ech— para entrar en
calor.
De pronto escuch— pasos venidero y su voz disfrace
ella habl—:
- ÀQuiŽn est‡ all’?
Un voz aterrorizado habl— en respuesta:
- Estoy acumular agua para mi se–or.
HInemoa no sabo qœe hacer, fue escondido (pero
pronto ser’a descubierta). Se arrellan— en la charca y pronto escuch— m‡s
voces.
Cuando abri— sus ojos ella qued— asombrado de ver
Tutanekai. ƒl qued— muy asombrado de ver ella tambiŽn, y fueron a su casilla
donde ella lo dice la cuenta completa.
La pr—xima ma–ana todo de la familia de Tutanekai
se levantaron pero no se le ve’a en ninguna parte. Cuando fueron a la casilla
de Tutanekai no podieron dar crŽdito a sus ojos cuando vieron Hinemoa.
La tribu de Tutanekai fueron muy feliz para Žl,
pero tuvieron miedo que el padre de Hinemoa fue estar enfadado y declarar
guerro. Pero, cuando el padre de Hinemoa se dio cuenta de que ella fue ileso y
los dio su benedici—n.
DespuŽs la boda hab’a una gran fiesta y ceremoania
y hasta este d’a la charca burbujeante donde Hinemoa se reponi— de su viaje se
llama ÒEl ba–o de HinamoaÓ.Ó
Mitos (4)
MITO GRIEGO
21 Informante intermediario
Nombre: Peggy Strachan
Edad: No la refiere
Lugar de origen: EEUU
Nivel: Superior
Informante original
Nombre: Su abuela
Edad: Difunta
Lugar de origen: EEUU
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: No recuerda
Lengua original: InglŽs
Òƒrase una vez, hace miles de a–os en un pa’s que
se llama Grecia, viv’a una muchacha que se llamaba Ar‡cne. Ar‡cne ten’a un
talento extraordinario para el tejido. La familia de Ar‡cne era muy humilde. Su
padre era obrero. Pero Ar‡cne era un prodigio. Todos se maravillaban de su
trabajo, hasta las ninfas de Tmolus y las n‡yades de de Pactolus. Seguro
– redijeron a Ar‡cne – que Minerva fue tu maestra. - ÁQœe va!,-
contest— Ar‡cne. – Mi talento es innato. ÁMinerva no tiene nada que ver
con mis tejidos!- Y solt— una carcajada. – Le desafio a Minerva a un
concurso de tejido, - dijo Ar‡cne. - ÁSi es ella la que gana, que haga conmigo
lo que quiera!-
Minerva, diosa de los tejedores, hab’a o’do decir
que los tejidos de Ar‡cne eran esplŽndidos, incluso que superaban a los de ella
misma, y ten’a envidia de Ar‡cne. Encima la enfurecieron el desprecio de Ar‡cne
y su falta de agradecimiento. Acept— el desaf’o.
Las dos pusieron manos a la obra. En su tejido,
Minerva represent— la historia sagrada de su ciudad, Atenas, con retratos
maravillosos de los doce dioses principales y en las esquinas, con los m‡s
minuciosos detalles, las historias de los castigos de otros que hab’an
desafiado a los dioses, como haciendo una advertencia nefasta a Ar‡cne. El
tejido de Ar‡cne trat— de los amores de los dioses, de Jœpiter que se
transform— en toro o en ‡guila o en satir para adue–arse de mujeres mortales, y
de Neptuno y Febos igual. Tan esplŽndido fue el tejido de Ar‡cne que Minerva,
por lo envidiosa que estaba, no pudo criticar ni siquiera una puntada.
Enfurecida, se puso a golpear a Ar‡cne, hasta el punto que Ar‡cne se decidi— a
matarse primero. ƒsta se puso una cuerda alrededor del cuello y salt— en el
aire.
En ese mismo momento, Minerva sinti— compasi—n de
la muchacha. No la dej— morir, sino ech— en ella una gota de veneno y la mud—
en ara–a. El cabello de Ar‡cne se le cay—; los ojos, las orejas, la nariz se le
disminuyeron, su cuerpo se transform— en una peque–a bola y su cabeza en un
puntito. Ar‡cne se qued— s—lo con sus dedos destr’simos en forma de piernas,
con las que sigue tejiendo hasta hoy en d’a sus telara–as magn’ficas con el
hilo que produce ella misma en su barriga.Ó
MITO INCA
22 Informante intermediario
Nombre: Inram Razvi
Edad: 25 a–os
Lugar de origen: Inglaterra/Paquist‡n
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: Muchas personas en Perœ
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Perœ
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Perœ, a finales del a–o 2002. Dice que es un cuento muy comœn en
el mundo andino, desde Bolivia hasta Ecuador
Lengua original: Espa–ol
ÒLos incas.
La leyenda de creaci—n de los incas dice que el
primer inca, que se llamaba Manco Capac, y su mujer, que se llamaba Mama Oclla
eran nacidos en el lago Titicaca, que se encuentra en la cordillera de los
Andes y que hoy forma parte de la frontera entre Perœ y Bolivia.
El hombre nac’a de la isla del Sol y la mujer
nac’a de la isla de la Luna. Estas islas se encuentra hoy en el parte boliviano
del lago Titicaca.
La leyenda cuenta que nac’an y de inmediatamente
sub’an hasta las nubes. De all’, volaban hacia el noroeste (hoy Perœ). De
repente se pararon y Manco Capac tir— su lanza de oro a la tierra. La lanza se
enterr— en la tierra, y all’ decidieron fundar la capital de los incas, que se
llamaba Q«usco, y ahora se llama Cuzco. Su nombre significa «el ombligo del
mundo«, y se llamaba as’ porque la leyenda nos cuenta que cuando Manco Capac
tir— la lanza, se enterr— hasta que lleg— al ombligo del mundo.
DespuŽs de haber fundado la capital, faltaban
seres humanos, y para que haya m‡s vida, Manco Capac le pidi— al dios creador,
que se llamaba Viracocha, que lo cri— vida. Viracocha lo hizo y as’ nacieron
los incas.Ó
MITO YORUBA
23 Informante intermediario
Nombre: Anita Shanks
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: Kirsty Shanks, su hija
Edad: 13 a–os
Lugar de origen: Inglaterra
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: En noviembre, en su casa en Londres
Lengua original: InglŽs
ÒHistoria de la Yoruba
Al principio, no estaba tierra seca (solamente
agua y pantanos). El m‡s importante dios, Olorun, viv’a en el cielo con los otros
dioses, y cada d’a bajar’a a los pantanos para jugar.
Un d’a Olorun decidi— a hacer tierra seca y le dio
a Orisha Nla un saco caracol lleno de tierra y una gallina con cinco dedos del
pie.
Pero cuando Orisha Nla pasaba los otros dioses vio
que ten’an una fiesta y decidi— emborracharse con ellos y pronto se durmi—. Su
hermano menor, Oduduwa vio lo que pas— y decidi— aprovecharse. Oduduwa ech— la
tierra sobre el agua y la gallina empez— a picotear y esparcir la tierra hasta
que haya hecho una gran parte de tierra seca. Cuando hab’a esparcido la tierra,
Oduduwa plant— todo tipos de ‡rboles para los animales y plantas para ser
œtiles por los humanos.
A ese momento, Orisha Nla se despert— e insisti—
que la tierra era suyo porque Olorun le hab’a pedido que lo haga. Oduduwa se
enfad— y los dos pelearon. Olorun vio lo que pasaba y los separ—. Dijo que como
fuera Oduduwa que ha hecho la tierra, Žl ser’a el rey de la tierra y Orisha Nla
le dio la tarea de moldar los cuerpos de los humanos y Olorun les dar’a la vida.
Olorun les envi— a la tierra para vivir con el
dios del trueno para asegurar el paz entre los dos. Oduduwa viv’a en Ife, el
sitio donde comenz— a hacer la tierra, una ciudad sagrada para la Yoruba hoy.
Tuvo diecisŽis hijos que son las descendientes de todos los reyes de Yoruba.Ó
MITO IRLANDƒS
24 Informante intermediario
Nombre: Bernie O«Neill
Edad: 41 a–os
Lugar de origen: Irlanda del Norte
Nivel:
Avanzado
Informante original
Nombre: (hermana mayor)
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Irlanda del Norte
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: En la cama compartida, en la vivienda familiar. Cuando era
peque–a. No recuerda el d’a pues siempre le contaba cuentos antes de dormir.
ÒEn Irlanda existe una de las maravillas el mundo
– una maravilla geol—gica- que se llama ÒLa Carretera del GiganteÓ. Este
cuento explica c—mo era creado. Hace centenares de a–os, viv’a en la corte de
Irlanda un gigante que se llam— Finn Mc Cool. Era siempre peleando con
Benandonner, otro gigante que viv’a al otro lado del mar, en Escocia. Eran
siempre discutiendo sobre quien era lo m‡s fuerte.
Finn Mc Cool quer’a resolver el problema y
entonces un d’a tir— una roca hacia Escocia para provocar a Benandonner. Benandonner
contest— con otra roca hacia Finn, diciendo que no pudo nadar.
Finn Mc Cool era muy enfadado con este respuesta,
y empiez— a arrancar losas de roca volc‡nica para crear una carretera para
llegar en Escocia y pelear con su competidor. Lo que podremos ver hoy es lo que
queda de este roca.
Benandonner ten’a que aceptar el reto. Lleg— en
Irlanda por la carretera, y entr— en la cas de Finn Cool. Encontr— Finn muy
peque–o, como bebŽ, en vestidos de ni–o. Benandonner cogi— el ÒbebŽÓ y, de
repente, Finn le mordi—, y le persegui— de Irlanda, tirando pedazos de tierra
detr‡s de Žl. Se dice que uno de estos pedazos no lleg— hasta Escocia, y cay—
en el mar y hoy d’a se llama la Isla de Man.
Estos pedazos quitaron un bache que se llen— de
agua. Hoy d’a se llama Lough Neagh, el lago lo m‡s grande en Irlanda.Ó
Habladur’as (4)
HABLADURêAS GUATEMALTECAS
25 Informante intermediario
Nombre: Helen Yaffe
Edad: 27 a–os
Lugar de origen: Londres, Inglaterra
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: Un antrop—logo amigo suyo
Edad: 38 a–os
Lugar de origen: Guatemala
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: Un bar en Guatemala
Lengua original: Espa–ol
ÒNo recuerdo la nombre de la cuentista (una colega
de un amigo m’o Guatemalteco que conozco de la universidad en Londres).
Su edad fue m‡s o menos 38 anos.
Me lo cont— en un bar un la cuidad de Guatemala.
Este hombre es antrop—logo y su especialidad es un
grupo de ind’genas quienes viven en la norte-este del Guatemala y tienen su
propia idioma. Este antrop—logo ha estudiado este mismo grupo Žtnico por 15 o
20 a–os y ha pasado mucho tiempo viviendo con los y hab’a aprendido su lengua.
Una vez cuando estaba viviendo en una comunidad de
este grupo de ind’genas en el mitad del campo, ven’a un epidŽmico de c—lera a
travŽs la regi—n. Como la mayor’a de enfermedades relacionada con la pobreza
los ind’genas sufr’a m‡s de todas de este epidŽmica y no ten’an acceso a las
medicinas ni la atenci—n medical. Guatemala es una sociedad acosada con racismo
muy fuerte a todos niveles. Los ladinos (mezclar entre ind’genas y criollos)
han estado diseminando la mentira que c—lera fue una enfermedad que solamente
pudieran coger a los 'Indios'. En Guatemala, como los dem‡s de los pa’ses de
Centro AmŽrica, la califica de Indio en sentido muy despectivo, significa que
son gentes atrasadas, sucio, bestial, tonto y ignorante. Eso es una
manifestaci—n culturalmente o ideol—gicamente de dominaci—n, que han sido un
aspecto inseparable del colonialismo y el imperialismo de hoy.
Entonces, este antrop—logo viviendo en el campo
con una anfitri—n ind’gena, ve’a como docenas de gente se cogi— c—lera y se
muri—. Me explic— como se muri— de c—lera y con que rapidez llevar este
proceso. Dijo que el m‡s r‡pido en su experiencia fue el caso de su vecina, una
mujer que cogi— la enfermedad a las ocho de la ma–ana y fue muerto por las ocho
de la tarde. El no sab’a que he pasado con sus tres hijos peque–os.
El anfitri—n dio cuenta que su propio hermano
hab’a cogido c—lera, pero no hab’a contado a nadie porque no quer’a que se
califica como Indio. El antrop—logo ten’a muchos medicinas cuales pudieran
parada los s’ntomas durante algœn tiempo y, con suerte, hasta que hubieran
llegado a la hospital donde se ten’a la ant’doto. Pero como el hermano hab’a
escondido su enfermedad deber’a m‡s dif’cil salvarle porque ya ha perdido mucho
l’quidos de su cuerpo. Pues la situaci—n fue muy serio para el hermano. El
antrop—logo le dado todas los medicinas que ten’a al hermano. El mismo tiempo,
el anfitri—n hecho todas las medicinas naturales y culturales que sab’a para
ayudar. En total, el hermano agonizante comi— dieciocho diferentes mezclas, un
medio de estos pertenecer‡n de farmacias y el otro medio del campo.
El antrop—logo y el anfitri—n les pusieron en
camino llevando el hermano al hospital, una vieja de tres horas. Bueno, las
medicinas se funcionan durante dos horas, atascando (bloqueando?) su sistema
para que no estaba perdiendo m‡s l’quido, pero por el œltimo hora regresa su
diarrea y vomito, cayendo encima a sus salvadores. Llegaban al hospital a lo
suficiente tiempo para el hermano a recibir la inyecci—n con el ant’doto. Vive.
El antrop—logo tambiŽn me cont— que hubieran sido
enfermeras viajando por el campo, donde viven los ind’genas, con el ant’doto de
c—lera. Pero cuando llegan en una comunidad solicitando si hay alguien que
tenga c—lera y necesite el ant’doto, la gente le cierra sus puertas y se niega
que hay enfermos en la casa debido a la vergŸenza que tiene ser calificados
como Indios. Mientras, los relativos se murieron.Ó
HABLADURêA DE TRINIDAD Y TOBAGO
26 Informante intermediario
Nombre: Alex
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Inglaterra
Nivel: Superior
Informante original
Nombre: Ana
Edad: 82 a–os
Lugar de origen: Trinidad
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: En una residencia en las afueras de Londres
Lengua original: InglŽs
ÒOye, tu abuela era una mujer fenomenal. Se hab’a
entrenado como maestra y hab’a ayudado a su padre en sus negocios. Todo cambi—
cuando se cas—.
Mi madre Ana me habla. Tiene ochenta y dos a–os y
naci— en Trinidad. Me llamo Alex y soy inglesa.
Vejez y mala salud pero sus recuerdos de su ni–ez
relucen todav’a. Me cuenta poco de mi abuelo que no respetaba por sus ausencias
y borracheras. A pesar de eso, cuando sobrio, era encantador y muy popular con
las mujeres.
En estos tiempos sin contracepci—n, las familias
eran grandes y dentro de poco tu abuela hab’a dado a luz a su octavo ni–o.
Afortunadamente, la tierra era rica y fecunda y ella sembraba todos tipos de
legumbres para nosotros. Cultivaba tambiŽn ‡rboles de aguacate, ciruela y higo.
Nunca ten’amos hambre. Hab’a leche de la cabra y cri‡bamos gallinas.
Le encantaba flores y por la noche el aire era
lleno de perfume de jazm’n.
Se levantaba temprano para evitar el calor y
cosaba para ganar unos dinero. Fabricaba nuestros uniformes de escuela. Era muy
solicitada como comadrona aunque no hab’a ninguna formaci—n formal. Los vecinos
ven’an corriendo a travŽs de las colinas llamando su nombre.
Recuerdo cuando Žramos ni–os y enfermos c—mo nos
cuidaba y c—mo sab’a cual arbusto usar en una infusi—n por cada enfermedad.
Los ÒObeah menÓ tambiŽn tuvieron un conocimiento
de los arbustos. Considerados charlatanes por muchos, sus destrezas fueron
transmitidas de las tribus del oeste de çfrica por los esclavos. Trabajaban en
secreto con plumas, sangre, velas, no sŽ quŽ. Si guardamos rencor a alguien,
preguntar’a al ÒObeah manÓ hacer da–o a Žl. Si la v’ctima creyera en su poder,
se quedar’a enferma por su inquietud.
Tu abuela ten’a una fe cat—lica muy fuerte y no
prest— atenci—n a todo eso.
Mi madre est‡ cansada ahora. Cierra los ojos. Beso
su mejilla.Ó
HABLADURêAS RUMANAS
27, 28 Informante intermediario
Nombre: Felicia Stanescu
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Ruman’a
Nivel: Avanzado
Informante original
Nombre: No lo recuerda, tal vez su madre
Edad: No la refiere
Lugar de origen: Ruman’a
Contexto en el que se recogi— este/a cuento o
leyenda: No recuerda, tal vez su madre siendo ni–a
Lengua original: Rumano
ÒVoy a contar la leyenda m‡s famosa de Ruman’a, la
de Dr‡cula. No me acuerdo quien me la ha contado, quiz‡s mi madre, que fue
profesora de rumano, pero no toda la gente la saben como as’. La leyenda naci—
de dos leyendas distintas.
La primera ocurri— hace 400 o 500 a–os en el sur
de Ruman’a. En aquella Žpoca, Ruman’a era dividida en tres reinos, al sur, al
noroeste y al noreste. En el sur reinaba un soberano que se llamaba Vlad, que
era muy famoso por su severidad. En su tiempo, el castigo para los criminales
era de matarles poniŽndoles en palos (vivos o muertos, no me acuerdo,) en
lugares pœblicos, para servir como ejemplo a la gente. Parece que era una
mŽtoda eficaz porque hab’a tan poca delincuencia que se pod’a dejar una taza de
oro al lado de una fuente y nadie no lo robaba. Este Vlad era sobrenombrado
Vlad Diablo (o Vlad Dracul, en rumano, de donde naci— el nombre de Dr‡cula).
La segunda leyenda ocurri— en la misma Žpoca, pero
al noroeste de Ruman’a, en una provincia que se llamaba Transilvania y formaba
parte del Imperio Austriaco-hœngaro.
En Transilvania hab’a una condesa, cuyo nombre no
me acuerdo, que ten’a una mala reputaci—n tambiŽn. Se dice que ella mataba a
ni–as y se ba–aba en su sangre para mantenerse joven para siempre.
Bueno, de estas dos leyendas naci— el personaje de
Dr‡cula, que Òadopt—Ó Transilvania como su pa’s, porque Žste tiene una paisaje
m‡s misterioso, con monta–as y bosques oscuros, que el sur de Ruman’a, una
tierra m‡s aburrida de campos.Ó
[1] Como ejemplos sirvan el cuento de la lechera, la
obra de Calder—n de la Barca titulada ÒLa Vida es Sue–oÓ, o la pel’cula de
dibujos animados de Walt Disney que versa sobre el rey Arturo.
TIEMPO
PERSONAJES ESPACIO CONNOTACIîN Mito Prehist—rico Sobrehumanos Relacionado con
la Religiosa comunidad Leyenda Considerado hist—rico Considerados Local No
religiosa,credibilidad en la
comunidad hist—ricos y reales emp’rica por la
comunidad Cuento Simb—lico, Simb—licos Ficticio e No
credibilidad dentro de indeterminado
indeterminado la sociedad de la comunidad
que lo cuenta